El niño con el pijama de rayas

Este es uno de los libros más desgarradores que he leído en toda mi vida lectora. Los libros de historia, de como era el mundo, etcétera, son de mis lecturas favoritas. Pero con esta lectura, pienso que por los protagonistas ser un par de niños especialmente inocentes y la amistad que tenían entre ellos fue una de esas lecturas que te desgarra el corazón y después de leer ese final la imaginación te juega una mala pasada y lloras como si te hubieran arrancado un pedacito de alma que se queda para siempre atrapado en un campo de concentración de esos que nunca tuvieron que existir.

Es muy bonito, sin más. Cuando lo leí me sacó lágrimas. A parte de eso, te hace pensar y reflexionar sobre muchas cosas como por ejemplo la vida de los demás, lo fuerte que puede llegar a ser la amistad o la inocencia que aunque muy grandes seamos siempre estará ahí. Lo recomiendo por esas mismas razones, además también está la película la cual también merece la pena ver.

-Reseña:
Cuenta la historia de Bruno un niño muy feliz allí hasta que un día se entera de que van a mudarse a Auschwitz debido al nuevo trabajo de su padre. Una vez instalados en la nueva casa, Bruno se deprime porque es muy pequeña y no tiene con quien jugar. Un día mirando por la ventana, descubre una especie de "granja" donde se ven personas con pijamas tras la alambrada. Despues de mucho pensar, al final su curiosidad gana y al acercarse a ese misterioso sitio conoce a un chico flacucho y rapado con pijama de rallas llamado Shmuel. A medida que pasa el tiempo ellos desarrollan una amistad. Ellos crean un lazo irromplible. Por otro lado Shmuel tampoco comprende nada de la vida de Bruno 6a que a él se le privo de su libertad.
-Opinión:
Recuerdo que en la secundaria me obligaron a leerlo, aunque la verdad lo hice más de ganas que obligada. Leí el libro y después vi la película, aunque en ambos casos llore como nunca.
Una historia triste en la que casi sabes que sucederá al final, aunque el escritor te engancha tanto que no puedes dejar de leer.
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Esta historia es una jolla aunque acaba con tu estabilidad emocional, y ademas de todo es que deja un hermoso mensaje de verdad que vale la pena leerlo, te va mostrando la manera tan dulce en que los niños ven la vida y como lo ayuda a pesar de la apariencia física y todas las diferencias.

Emotividad e inocencia en estado puro

El niño con el pijama de rayas nos explica una historia que bien podría ser real centrada en la Segunda Guerra Mundial. En Auschwitz, vive Bruno junto a su padre (soldado importante), su madre y su hermana mayor. Para Bruno haberse mudado a ese lugar le parece la peor cosa del mundo pues no le gusta la casa, la educación ni la gente pero a partir del día que conozca a Shmuel todo cambiará y poco a poco irá conociendo todo sobre ese entorno.

Para empezar, debo decir que aunque hayáis visto la película no dudéis y leed el libro pues en él todo está narrado en un punto de vista infantil e inocente que me provocaba dulzura y un poco de agobio pues Bruno no era consciente de la realidad que lo rodeaba. También, estoy seguro que es uno de esos libros que dependiendo de la edad en el que lo leas podrás interpretar más o menos cosas. Como bien he explicado, la lectura ha sido ágil y llena de sentimientos mezclados con un toque agridulce.

Los personajes están genial creados para el libro. Bruno, el protagonista de nueve años explica la historia como él ve y siente las cosas por esa razón no podemos descubrir mucho de los personajes más allá de las descripciones que nos da el niño. Pese a eso te puedes imaginar muy bien a los personajes y unos te gustan más que otro eso es señal de que están bien creados.

El final, sin spoilers, me ha roto el alma y pese a que ya sabía lo que pasaba me ha afectado demasiado. de verdad que antes de leer el último capítulo notaba mucha presión en el pecho como si me estuviera sucediendo a mí realmente. Pero, y es el único pero que le pongo al libro, debo admitir que el final me ha dejado más frío que la película (pese a emocionarme mucho). ¿Por qué? Creo que a la película le añaden más acción y “estrés” en esa última escena (equivalente al capítulo) para que el espectador al acabar de verla note una explosión. En cambio, el final del libro no sucede de la misma manera y por eso me dejó un poco frío pues mi impresión es que dejaron todo un poco en el aire.

En resumen, tenéis que leer este libro sí o sí pues se lee en menos de un día y transmite mil emociones. Gracias a él, podréis revivir momentos como la infancia con la inocencia y conocer más de esta terrible época de la historia. El final es un poco más abierto que la película pero lo recomiendo leer sin duda alguna. ¡Nos leemos en la siguiente reseña!

Es impactante como la inocencia del niño le resta importancia a los acontecimientos que suceden a su alrededor sin que este sea totalmente consciente de ellos. Bruno es un niño nazi que se ve obligado a abandonar su casa de Berlín porque su padre fue asignado a un nuevo trabajo que queda muy lejos de allí. Lo que el niño no sabe es que el lugar donde se van a vivir es un campo de exterminio de judíos.
Aburrido de su nueva vida y sin mucho que hacer en este nuevo lugar, Bruno decide salir a explotar por los alrededores del lugar.
Bruno conoce a Shmuel que es un niño judío que vive del otro lado de la alambrada que divide a los judíos de los nazis (siendo la familia de Bruno y algunos soldados los únicos nazis). Debido a la inocencia de los niños ignoran su estatus social y entablan una gran amistad.
Justo cuando Bruno empezaba a acostumbrarse a su nueva vida y a encariñarse con su nuevo amigo, su madre decide que es momento de volver a Berlín ya que aquel lugar no era sitio para criar dos niños. Ante está nueva oportunidad de volver a la que todavía consideraba su casa, el niño decide contárselo a su amigo de pijama a rayas. Así que con motivo de su despedida ambos se encontraron el día siguiente cuando Bruno se pondría también el pijama a rayas (que era el uniforme de los judíos). Y ayudaría a Shmuel a encontrar a su padre quien se había perdido.
Es en este punto de la historia cuando nos damos cuenta de la crueldad disfrazada como inocencia que utilizó el autor para dar final a esta historia que por mucho es una de las más profundas y dolorosas que he leído sin darme cuenta.

Pura sencillez,ternura y lección de vida, de enseñanza sobre lo que significa la verdadera amistad vista a través de los ojos de dos niños, donde no importará ni la clase social, ni la religión, ni las leyes...

En estos momentos acabo de acabar este libro y me siento aturdida por las extensas buenas opiniones sobre el, yo por mi parte y como opinión personal, que no tiene por qué ser la misma que la de casi todo el mundo, no puedo decir que haya sido una gran lectura. Buena sí, pero no extrema. Es más solo me he emocionado una vez.
El libro está narrado desde los ojos de un niño, Bruno, al cual le he cogido mucho cariño. Es un niño inquieto que no se conforma con cualquier respuesta para todas las preguntas que sobrevuelan su cabeza.
En la primera mitad nos encontramos con la vida de este y sus cambios. Unos cambios que al principio se le antojan errores, pero más tarde vemos aun Bruno que va cambiando y aceptando la realidad, pero solo cuando por fin encuentra a alguien con quien jugar. Hay que recordar en todo momento que este niño tiene 9 años.

Bruno conoce a Shmuel, un niño judío que está al toro lado de la alambrada donde él no tiene acceso (campo de concentración y exterminio de Auchviz). Un niño que lleva un pijama de rayas con su gorra a juego como todas las demás personas que están al otro lado de la alambrada. Bruno no o entiende y se aventura a hablar con él y entablar una grandísima amistad. Una amistad excepcional que yo he disfrutado mucho. Es la parte fuerte del libro y por eso se lleva mis 3 estrellas. Por esta amistad y por el final que no os voy a desvelar.
Solo puedo deciros una frase que para mí resume todo el libro: "cada uno recoge lo que siembra" o lo que es lo mismo "lo que das es lo mismo que recibirás".
Este libro demuestra la sencillez de la amistad, la inocencia de los niños y que no hay que guiarse por lo que uno tengo o no, ni mucho menos de que religión sea, ni de donde venga, ni siquiera a donde va.
Desde luego lo recomiendo a niños de 15 o 16 años aproximadamente para enseñarles el valor de la amistad entre otros.
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Desde las primeras páginas, el libro te engancha. A pesar de la dureza de la temática, me gustó mucho el libro pues sirve para comprender los hechos que acontecían en la ciudad en la que se basa la historia.

Muy conmevedor y bonito. Es una lectura ligera que te muestra la vida en la Segunda Guerra Mundial, concretamente te cuenta la historia de una amistad que entre bandos rivales, hijo de un nazi, niño judío en un campo de concentración, una historia preciosa.