El niño con el pijama de rayas

Es impactante como la inocencia del niño le resta importancia a los acontecimientos que suceden a su alrededor sin que este sea totalmente consciente de ellos. Bruno es un niño nazi que se ve obligado a abandonar su casa de Berlín porque su padre fue asignado a un nuevo trabajo que queda muy lejos de allí. Lo que el niño no sabe es que el lugar donde se van a vivir es un campo de exterminio de judíos.
Aburrido de su nueva vida y sin mucho que hacer en este nuevo lugar, Bruno decide salir a explotar por los alrededores del lugar.
Bruno conoce a Shmuel que es un niño judío que vive del otro lado de la alambrada que divide a los judíos de los nazis (siendo la familia de Bruno y algunos soldados los únicos nazis). Debido a la inocencia de los niños ignoran su estatus social y entablan una gran amistad.
Justo cuando Bruno empezaba a acostumbrarse a su nueva vida y a encariñarse con su nuevo amigo, su madre decide que es momento de volver a Berlín ya que aquel lugar no era sitio para criar dos niños. Ante está nueva oportunidad de volver a la que todavía consideraba su casa, el niño decide contárselo a su amigo de pijama a rayas. Así que con motivo de su despedida ambos se encontraron el día siguiente cuando Bruno se pondría también el pijama a rayas (que era el uniforme de los judíos). Y ayudaría a Shmuel a encontrar a su padre quien se había perdido.
Es en este punto de la historia cuando nos damos cuenta de la crueldad disfrazada como inocencia que utilizó el autor para dar final a esta historia que por mucho es una de las más profundas y dolorosas que he leído sin darme cuenta.