Ruina y Ascenso

Esta tercera parte de la trilogía me ha sorprendido para bien. Me ha gustado mucho más que los dos libros anteriores. Se nota una evolución en los personajes de Alina y Mal. Y se empatiza con todos los personajes que les acompañan en la aventura, aunque mi favorito sigue siendo Nikolai. He llegado a sentir compasión por el Oscuro en muchos momentos.

Las frases que nos va dejando la historia no dejan indiferente. La trama tiene un buen avance y ocurren giros inesperados que te dejan pensando. Aunque hay algo en concreto que se me ha hecho un poco inverosímil y precipitado, pero no puedo entrar a spoilers.

Por ello, le doy un 4'5 🌟

Ay, qué final… Este libro he de decir que se juega el puesto para ser mi favorito de la trilogía y es que todo el rato están pasando cosas, ¡todo el rato!
La pluma de Leigh no me ha podido gustar más y es que me sumergía cada vez más y más en el Grishaverse, no podía parar de leer y veía cómo avanzaban las horas sin poder evitarlo😅

Los personajes en esta historia me han flipado, se le ha dado mucho más protagonismo a los secundarios que es una de las cosas que me faltó en el segundo. Esta tercera parte está llena de giros que no me he esperado; cuando daba algo por sentado Leigh me dejaba con la boca abierta.

La relación entre Alina y El Oscuro no ha sido tal y como me hubiese gustado (En mi mente transcurría de forma muy diferente) pero la he aceptado tal cual estaba escrita sin problemas.

El final me ha gustado bastante, si que es verdad que me esperaba algo más apoteósico pero me ha dejado muy buen sabor de boca y me ha estrujado el corazón un poquito💔

En mi opinión es una trilogía genial. El Grishaverse me ha parecido espectacular (aún estando en el tercer libro, me seguía liando con las localizaciones, no me escondo).

Repetiría mil veces esta autora, esta saga y todos sus personajes. Me ha ganado completamente.

Tenía muchas ganas de leer esta tercera parte y saber cómo terminaba la historia. El segundo libro me dejó una sensación agridulce, porque no me llegó a enganchar del todo y me ha pasado lo mismo con este.
Está claro que Bardugo ha sabido construir un mundo genial, no es demasiado enrevesado y me parece perfecto para llevar a la pantalla( esperemos que la segunda temporada se estrene pronto ).
Y sus personajes están bien llevados pero Alina y Mal me han cansado en muchos momentos, su relación de ida y vuelta me resulta repetitiva y si tengo que elegir a mi favorito sería Nikolai, sin duda.
En esta parte nos encontramos con más acción y una trama con bastantes giros inesperados lo que se agradece mucho pero sigo diciendo que le falta epicidad.
Sin duda, es perfecta como saga para iniciarse en la fantasía y creo que me leeré la bilogía de Seis de cuervos porque la forma de escribir de la autora me gusta y quiero darle otra oportunidad

El libro anterior fue una preparación exhaustiva para todos los acontecimientos que iban a desarrollarse a lo largo de esta historia. Además su final fue una explosión en toda la cara.

La evolución de los personajes nos hizo afianzar los sentimientos que teníamos hacia ellos. Los que nos gustaban, nos han gustado más, y los que nos caían mal, nos han caído peor.

Lo que más:
✅ A la escritora no le tiembla el pulso a la hora de sacrificar personajes. Hay momentos en los que muere hasta el apuntador, pero esto es Ravka, no Disney.
✅ El ritmo es propio de una guerra, así que una vez entras en batalla, el tiempo se pasa volando .
✅ Bien ambientado, escrito y detallado. Aquí dos frikis que transitaban de su habitación a Ravka con solo pasar la página .
✅ Hubo giros argumentales que no vimos venir y la sorpresa nos estalló en el corazón. A día de hoy aún siguen doliendo un poco.

Lo que menos:
❌ A los protagonistas les falta algo… no hemos sido capaces de conectar del todo con ellos. Han pasado de darnos pereza a caernos mal, y sus idas y venidas al final se nos han hecho pesadas .
❌ Los secundarios nos han gustado mil veces más que los protas, por eso necesitamos más detalles sobre ellos y no solo su sufrimiento.
❌ El final no le hace justicia a la saga. Y no será porque no había opciones…
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Esta es la tercera vez que me adentro en el Grishaverse, acompañando a Alina, Mal y El Oscuro en sus aventuras a través de Ravka.

Tras Asedio y Tormenta, nuevamente he percibido una mejora en la historia, recuperando la acción y el interés casi desde el principio, aunque de la trilogía, sin duda mi favorito fue el primero, Sombra y Hueso.

Como cada continuación, esta reseña contiene spoilers de las novelas anteriores, por lo que cuidado si vas a leerla.


¿Qué vamos a encontrar en esta novela? Aventuras, traiciones, secretos y un desenlace.

Cuanto más poder hay en juego, más complicado resulta encontrar personas en las que confiar, y en eso Alina tendrá que poner especial cuidado.

Tras caer en manos del Apparat, Alina y sus amigos tendrán que encontrar el modo de regresar a la superficie y buscar el pájaro de fuego, completando así Alina el trío de amplificadores.

La amistad y la lealtad es muy importante en esta historia en la que todos poseen intereses ocultos, secretos y ganas de ver el cambio que desde hace siglos Ravka necesita.

Los pasajes de acción se entremezclan con las estrategias, el romanticismo, la traición y la confianza. Grandes descripciones y giros que sorprenden al lector, dando un final a la trilogía Sombra y Hueso, pero lo suficientemente abierto como para que Seis Cuervos tenga sentido como secuela.


Mensaje de la novela: La importancia de la amistad, el conocerse a uno mismo y los problemas que acarrea la codicia en las personas.


Personajes: Alina continúa siendo la protagonista indiscutible y narradora de esta historia, mostrando una mayor madurez con respecto a las anteriores, y evolucionando notablemente. Por fin va aflorando la protagonista que la novela merece, sin dejar de lado los errores que puede cometer una chica tan joven que se ve obligada a liderar algo que le viene grande.

El Oscuro, si bien sigue teniendo importancia como antagonista, apenas aparece, quedando así retratado como alguien misterioso del que me habría gustado saber mucho más.
Está bien saber más sobre sus orígenes, pero aun así se me ha quedado corta su historia.

Tolya y Tamar siguen fascinándome, por lo que he agradecido verles un poco más en acción. Sin embargo, seguimos sabiendo demasiado poco de ellos para mi gusto, tal y como pasa con el Oscuro.

Lo mejor que hay entre los personajes en esta novela es la evolución de cada uno y cómo se van definiendo las relaciones entre ellos. Que Alina comience a darles más voz y poder, ayuda a que se pueda formar un equipo consolidado que realmente dé sentido a la obra y a la causa que persiguen.


Lo que más me ha gustado: Lo bien que comienza la novela, tardando poco en ofrecernos acción y cambios.

La clara evolución de la autora a la hora de escribir la historia, mejorando más cada vez en cuanto a narración, aunque la trama (para mi gusto) ha flojeado en el segundo y tercer libro.

Cómo ha ido creciendo en intensidad la historia a medida que nos acercábamos al final y la forma en que se desarrolla el desenlace (no tiene por qué ser a gusto del lector, pero sí está bien resuelto y es factible).


Lo que menos me ha gustado: Algunos momentos en los que la trama parecía no avanzar y los personajes quedaban estancados.

Esta vez he disfrutado de casi toda la historia, por lo que apenas puedo resaltar partes negativas, al menos evitando spoilers.


Conclusión: He podido disfrutar de la novela, por lo que estoy deseando hacerme con los próximos libros que continúan con la saga de Grishaverse, despidiéndome ya de Alina y Mal y pudiendo conocer nuevos personajes y lo que sucede en Ravka tras el final de esta historia.

Me está gustando la prosa de Leigh Bardugo y ha supuesto un alivio tras la decepción al leer La novena casa. Sin duda, no me arrepiento de haberle dado una segunda oportunidad.

Pensaba darle dos estrellas pero después de meditarlo unos… tres segundos decidí puntarlo con 3 estrellas.

Una estrella por Nikolai que, a mi parecer es de los que poco aparecen y cuando lo hace es como si viéramos salir a Miss simpatía, todo sonrisas, arregladito y bien peinadito. Su aparición se me hizo útil sólo para hacer de la lectura lo menos tediosa posible.

Una estrella para Mal. El único que vale la f*king pena en todo este sin sentido. al menos tenía algo tangible por lo que luchar. No como el Oscuro, el tipo más ambiguo, y por lo tanto, menos entendible de todos los personajes que he tenido la desgracia de leer.

Si la autora quería crear su propia versión de Thanos me parece genial, al fin de cuentas, los villanos tienen otro punto de vista sobre cómo gobernar el mundo, pero es que el Oscuro no sólo me resultó ambiguo, sino que además fue desesperante e inmaduro. No negaré que pasé las páginas en donde aparecía. Sí, sí, a mucha gente le gustó, pero a mí no, qué remedio.

Una estrella por el final: El Después.

¿Saben por qué me gustó? Porque no se menciona el nombre de Alina.

Y porque sí hubo un final feliz a pesar de que el capítulo 14 me hizo llorar como por dos horas (es real, no fake) y me hizo pensar en que ya no valía la pena seguir leyendo este libro ni a esta autora. Mira que me gusta el drama, pero el dramatismo no.

Al final la señora Bardugo me dejó como una clown.

Por todo lo demás, me pareció una historia soporífera, presuntuosa, dramática e innecesariamente larga.

Con Los Juegos del Hambre me había quedado satisfecha en su momento y ahora con más razón después de leer esta trilogía. Con el Grishaverse se confirma que este tipo de novelas son cíclicas. Se repiten los mismos patrones literarios, sólo cambia de autor (en este caso autora), de lugar y de género (una distopía y otra fantasía) pero al final resulta más de lo mismo. Pero claro, las generaciones cambian, los autores cambian, las historias cambian... es parte de la vida.

Magnífico final para esta saga que me ha atrapado desde el primer libro.
Las vivencias de Alina en esta última entrega son sorprendentes. Como los anteriores, los acontecimientos se suceden uno tras otro en una trama impactante por los giros inesperados y las sorpresas continuas.
Me ha encantado la forma en que la autora resuelve todos los aspectos de esta saga, el destino que teje para los personajes y la evolución de la protagonista. Es una historia de sacrificios, decisiones difíciles y descubrimientos que cambian a las personas y las hacen enfrentarse a sus miedos. Alina, a pesar de ser Grisha, es tan humana que es fácil olvidar el poder que posee y eso le da un realismo excepcional a este libro.
Es una novela llena de acción, ha habido muchos momentos angustiosos y pérdidas dolorosas. Me han enamorado todos los personajes, pero sin duda Nikolai es uno de los que más me ha gustado, por sus principios y su personalidad.
El desenlace es totalmente sorprendente, me ha encantado pero ha sido completamente inesperado. Sin duda, es como tenía que ser, y aunque no se me había cruzado por la cabeza que terminara así, no por ello ha sido menos maravilloso.

Finalmente estamos ante el final de la trilogía Grisha. Esta crítica se dividirá en dos partes, en la primera hablaré únicamente del libro Ruina y ascenso, en la segunda parte hablaré de la trilogía en general.

La puntuación de este libro, para mi se queda en un 3, y he de confesar que medio punto viene por la presencia de un personaje, Nikolai. Los gustos son particulares para cada persona y aunque disfruté bastante de los dos primeros libros, el desarrollo de este tercero y concretamente el desarrollo de la última parte y el final no me gustaron nada.
Uno de los objetivos de los personajes de esta obra es la posibilidad de conseguir el tercer amplificador. Esta idea me parece buena, pero el final o resolución de este punto no me gustó nada.
La lucha entre Alina y el Oscuro mantiene un buen ritmo a la obra, además los poderes que descubren también favorece a engancharte.

El final en general, me ha parecido muy flojo, repito: para mí. Aunque no por ello no lo recomiendo. Para los que hayan disfrutado mucho de los dos libros anteriores, es de lectura obligatoria.



Trilogía Grisha. (posibles spoilers)

A toda la saga le pondría un 4, aunque un punto está por dos personajes: Nikolai (divertido), y el Oscuro (el mejor villano que he leído hasta ahora). Independientemente de lo que viene a continuación, la considero una trilogía entretenida, de rápida lectura, y pese a la complejidad que pueda entrañar la organización del mundo y política, de fácil lectura.
¿Lo volvería a leer? - Sí, aunque si tuviera que comprarme el libro en físico, solo compraría el segundo. Me parece una lectura muy buena para un bloqueo lector.
¿Me arrepiento de la lectura? - No, cada libro te enseña algo, cada libro es único, y tiene su propio público. Que este libro contenga aspectos que no me han gustado no significa que a ti no puedan gustarte.

Personajes:
Alina. Sinceramente ha habido muchos momentos en los que me ha molestado, y cansado. He sentido que carecía de evolución, no digo que no la tenga, pero no lo he sentido o no iba de acuerdo a lo que necesitaba. Es muy indecisa, y su tira y afloja con Mal, me resultó muy repetitivo y me llegó a cansar y aburrir.

Mal. Para aquellos que les encante este personaje, lo siento y espero que no se ofendan, pero a mi no me ha gustado para nada. El mayor papel que le doy es aportar para un triángulo amoroso o similar, el papel que tiene al final del tercer libro, y el apoyo que le da a Alina, aunque este último no me parece algo muy presente y lo he puesto por darle algo positivo.

Nikolai. Me ha encantado su forma de ser, despreocupada, humorística y divertida. Su forma de hablar, con doble sentido en muchas ocasiones, sus ganas de chinchar o molestar a otros personajes, todo en conjunto le hace un personaje único. Me ha recordado a personajes de series que me encantan y que comparten con Nikolai su carácter bromista, juguetón, pesado, inteligente (aunque no siempre lo aparente), a veces impulsivo, despreocupado (no siempre, pero casi siempre lo aparenta).

El Oscuro. Para mí, junto con el anterior, son los personajes que más me han gustado de toda la trilogía. En cuanto a este me parece un villano genial, su desarrollo es muy bueno, su astucia para el engaño, su forma de pensar, su fortaleza, etc. No se molesta en fingir, posteriormente a mostrar sus verdaderas intenciones, le dice a Alina lo que pretende, y que pueden conseguirlo juntos, llegando a producir el ella las dudas. Planea con cuidado sus pasos, hasta el punto de pensar que no comete errores. El mejor villano que he leído este año. (con la posibilidad que pueda aparecer otro de aquí a fin de año)

Me dejo a otros personajes muy valiosos y de los que me llevo un buen recuerdo, como Zoya (aunque en un inicio no me gustó nada), Genya, Tamar y Tolya, entre otros.

Final: (Spoiler asegurado)
Hay algo que no entiendo al final. Para mi la historia empieza con Alina, que en un inicio oculta sus poderes para estar con Mal. Posteriormente el Oscuro descubrirá su poder e intentará ganar su confianza con el objetivo de que se una a él y poder gobernar juntos con los Grisha, quienes eran mal vistos en la mayoría de lugares. El villano, en un inicio es una zona oscura en la que hay monstruos que posteriormente descubriremos son creación del Oscuro. Cuando Alina descubre la verdad se da cuenta que necesita tres amplificadores para derrotar al Oscuro. Diría que esto es lo principal, apoyándome en las propias portadas de los libros. La primera criatura la encuentran al final del primer libro, la segunda al inicio del segundo libro y la tercera criatura se descubre, si no recuerdo mal a la mitad del tercer libro.
Hasta ahí todo bien, aunque hay momentos en los que podrían haber acabado con todo, como al final del segundo libro. Si resulta que Mal es el tercer amplificador, y para poder usarlo debe matarlo, entiendo que tengan dudas, ambos, sobre qué hacer para derrotar al Oscuro, y eso ocupa mínimo un tercio del tercer libro. Llega el momento culmen, donde Alina no ve otra salida que no sea matar a Mal, en cuanto lo hace pide a otros Grisha que lo revivan, y revive. Si podían hacer eso por qué todo lo anterior, para que ese miedo. Para mí ese resultado me destroza casi la mayor parte del tercer libro y parte de la saga, es más, aunque a algunos les duela, creo que me habría caído mejor Mal si hubiera muerto.

Alina sabía que acabar con la tiranía del Oscuro sería difícil, pero con el apoyo de los Grisha que habían desertado de su lado y de los soldados que había conseguido reclutar para su ejército personal creía que tendrían una oportunidad. Sin embargo, cuando el Oscuro encuentra a Alina en el Pequeño Palacio y se enfrenta a ella para que regrese a su lado, todo cuando la Invocadora del Sol había construido es destrozado bajo su fuerza imparable. Por suerte, el Apparat logra salvarla a ella y a sus amigos más cercanos, ocultándolos en un laberinto de cavernas y túneles bajo tierra conocidos como la Catedral Blanca. Alina resultará gravemente herida a causa de su enfrentamiento contra el Oscuro y se verá obligada a reposar hasta que esté recuperada para volver a la acción. Pese a que ha perdido mucho y a muchos en el proceso, aquellos que más le importan están a salvo. El problema es que ahora están bajo el yugo del Apparat, quien ha obtenido un gran poder creando una nueva religión en torno a Sankta Alina, la Invocadora del Sol. Por ello, Alina debe decidir con cuidado sus próximos pasos porque sabe que si bien el Apparat parece estar de su lado y ser un poderoso aliado, al mismo tiempo es peligroso e impredecible. Por otro lado, no tiene noticias de Nikolai y necesita encontrarle si quiere tener alguna oportunidad de volver a combatir al Oscuro. Ahora que se ha enfrentado a él cara a cara, Alina es consciente de sus inmensas capacidades como Grisha y sabe que la única forma de derrotarlo es consiguiendo aliados y la ayuda de Nikolai y, asimismo, el último amplificador, el del Pájaro de Fuego. Para ello necesita las inestimables capacidades de Mal, el mejor rastreador que existe. Pero en esta ocasión, Alina tiene una ventaja de su parte y es que en su última contienda logró robar un poco de poder de su gran enemigo y ahora también es capaz de manipular las sombras.

La segunda parte de la trilogía no me entusiasmó especialmente porque me pareció un libro lento, aburrido, en el que apenas había acción y demasiado puente entre el principio y el final. Sin embargo, Ruina y ascenso fue toda una sorpresa porque no solo mejoró a su predecesor sino que, bajo mi punto de vista, es el mejor de los tres. Este libro también tiene un inicio lento, pues Alina está recuperándose de sus heridas y apenas puede valerse por sí misma, pero, aun así, hay tantas cosas que asimilar de lo que ha sucedido tras el ataque del Oscuro, que ahora gobierna desde su palacio en Os Alta, que los primeros capítulos no se hicieron en absoluto pesados. Alina necesita una nueva estrategia para volver a la carga y para ello tiene que recuperar su poder, debilitado tras el enfrentamiento y adormecido, además, por estar en una cueva alejada del sol; también requiere aliados que la ayuden en su misión y, por supuesto, lograr salir de la Catedral Blanca para reorganizar lo que queda de su ejército. Por un momento temí que de nuevo Bardugo se centrara en cómo Alina se las arregla para la lucha final, algo que ya critiqué en la anterior reseña; pero, si bien es cierto que obviamente Alina busca una nueva estrategia y se prepara una vez más para llevar a cabo su cometido, en esta ocasión la narración es mucho más dinámica, interesante y prometedora.

De hecho, la línea argumental principal se centra en la infructuosa y frustrante búsqueda del Pájaro de Fuego por un lado, y la búsqueda de Nikolai por otro, lo que sin duda le dará ventajas cuando vuelva a encontrarse con el Oscuro. Es verdad que los momentos en los que Alina se refería al último amplificador a veces se me hicieron repetitivos porque era el mismo discurso una y otra vez, pero por lo demás la investigación al respecto y el viaje en su busca me resultaron de lo más interesantes. Es más, este viaje servirá para que la autora introduzca nuevas regiones y leyendas, lo que ayuda al lector a hacerse una visión mucho más completa de Ravka y su construcción.


En este tercer libro, Alina se vuelve más implacable, tenaz y codiciosa. Sus ansias de poder a causa de los amplificadores son un tanto terroríficas y te hace preguntarte en diversas ocasiones si finalmente sucumbirá a su seducción o si será capaz de controlarse lo suficiente como para vencer al Oscuro sin dañar a nadie por el camino. A veces su ambición me recordaba un poco a la de Adelina de Los jóvenes de la élite, aunque no llega a ser tan destructiva y calculadora como esta. Como ya he dicho, Alina está obsesionada con encontrar al Pájaro de Fuego y hacerse con un nuevo amplificador, pensamiento recurrente a lo largo de la novela y que a veces tornará la narración un poco pesada y repetitiva, sobre todo teniendo en cuenta que ella es la única narradora en tercera persona. A su lado estará el inseparable Mal, que, pese a las discusiones que han tenido, seguirá a su lado inquebrantable. Mal ya me gustó mucho en el segundo libro y me reitero con este tercero. Por fin le dan más protagonismo, aunque menos del que se merece, y podemos conocerle mejor. Lo que menos me ha gustado del tándem Mal-Alina es la relación que se establece entre ellos y que ya se viene gestando desde la novela anterior. Personalmente hubiera preferido que Bardugo resolviera su historia de otra forma menos forzada y no sé si me termina de convencer la resolución final, aunque esta fuera feliz. Mal me ha terminado sorprendiendo gracias a la profundización que se hace de él y sigo pensando que se merecía un mejor desarrollo.

Del Oscuro apenas sabemos nada más allá de las noticias que recibe Alina y de sus propias visitas inconscientes a donde él está. Sigue obsesionado con tener a la Invocadora del Sol a su lado porque cree firmemente que son dos caras de la misma moneda y que su destino es estar juntos, ya que no hay nadie más como ellos y son los únicos que pueden entenderse. Por eso, hará todo lo que esté en su mano para someterla y obligarla a ser su emperatriz. Es astuto, inteligente y cruel; un villano magnífico que es imposible que no te encandile y al que he echado de menos porque en Ruina y Ascenso no tiene tanta presencia. Nikolai vuelve a alegrarme el alma con sus apariciones y es, sin duda, mi personaje favorito. El desenlace de este personaje, vital para la trama de este libro y para la victoria de Alina, es cuanto menos sorprendente y en cuanto cerré el libro supe que quería leerme las novelas donde él es el auténtico protagonista. Hay muchísimos otros personajes que merecen ser mencionados como Tamar y Tolya, dos hermanos que estaban en la tripulación de Nikolai y que son los guardaespaldas de Alina; Genya y todo lo que ha tenido que sufrir y sigue sufriendo por seguir sus convicciones y estar en el lado equivocado de la batalla; David que, aunque me sigue pareciendo un poco soso, sabemos más de él en este libro y ha terminado gustándome muchísimo; Bagra, la vieja arpía que ayuda a Alina a desencadenar su poder y cuyos secretos nunca le permitirán estar a salvo...

La trama fue trepidante y, aunque como he comentado, el inicio es un poco más pausado, enseguida coge ritmo y constantemente están sucediendo cosas más impactantes cada vez. Los giros argumentales te dejan con el corazón desbocado, solo queriendo saber más y más conforme avanzas hacia el final. El desenlace de esta novela, y, por ende, de la trilogía, es más que satisfactorio. Se cierran todos los hilos importantes, se responden todas las preguntas y, al mismo tiempo, la autora deja algunos cabos sueltos para animarte a seguir adentrándote en el universo Grisha en el caso de que quieras hacerlo. Como único punto negativo, a mi parecer lo que sucede con Mal y su gran revelación no sé si llegó a convencerme porque me parece demasiado conveniente y forzado para añadir drama a una situación ya de por sí dramática y tensa. Pero por lo demás, creo que es un cierre perfecto.

Ruina y ascenso es un colofón perfecto para esta trilogía. Es adictivo, trepidante, emocionante, que incluso llega a encogerte un poco el corazón. Si queréis darle una oportunidad antes de ver la serie o de continuarla, espero que esta sea la señal que estáis esperando.

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