Ruina y Ascenso

Pensaba darle dos estrellas pero después de meditarlo unos… tres segundos decidí puntarlo con 3 estrellas.

Una estrella por Nikolai que, a mi parecer es de los que poco aparecen y cuando lo hace es como si viéramos salir a Miss simpatía, todo sonrisas, arregladito y bien peinadito. Su aparición se me hizo útil sólo para hacer de la lectura lo menos tediosa posible.

Una estrella para Mal. El único que vale la f*king pena en todo este sin sentido. al menos tenía algo tangible por lo que luchar. No como el Oscuro, el tipo más ambiguo, y por lo tanto, menos entendible de todos los personajes que he tenido la desgracia de leer.

Si la autora quería crear su propia versión de Thanos me parece genial, al fin de cuentas, los villanos tienen otro punto de vista sobre cómo gobernar el mundo, pero es que el Oscuro no sólo me resultó ambiguo, sino que además fue desesperante e inmaduro. No negaré que pasé las páginas en donde aparecía. Sí, sí, a mucha gente le gustó, pero a mí no, qué remedio.

Una estrella por el final: El Después.

¿Saben por qué me gustó? Porque no se menciona el nombre de Alina.

Y porque sí hubo un final feliz a pesar de que el capítulo 14 me hizo llorar como por dos horas (es real, no fake) y me hizo pensar en que ya no valía la pena seguir leyendo este libro ni a esta autora. Mira que me gusta el drama, pero el dramatismo no.

Al final la señora Bardugo me dejó como una clown.

Por todo lo demás, me pareció una historia soporífera, presuntuosa, dramática e innecesariamente larga.

Con Los Juegos del Hambre me había quedado satisfecha en su momento y ahora con más razón después de leer esta trilogía. Con el Grishaverse se confirma que este tipo de novelas son cíclicas. Se repiten los mismos patrones literarios, sólo cambia de autor (en este caso autora), de lugar y de género (una distopía y otra fantasía) pero al final resulta más de lo mismo. Pero claro, las generaciones cambian, los autores cambian, las historias cambian... es parte de la vida.