Una vez más Simenon nos trae mucho más que un relato policial. Una excelente caracterización de ambiente y personajes entre marinos, tabernas y barcos a orillas del Sena.
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Una vez más Simenon nos trae mucho más que un relato policial. Una excelente caracterización de ambiente y personajes entre marinos, tabernas y barcos a orillas del Sena.
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Una vez más Simenon nos adentra en una historia casi claustrofóbica y en la que no hay elementos externos que distraigan de los pocos personajes que nos muestra. Todo eso hace que los sintamos casi con agonía, con sufrimiento. Y como no, una vez más el autor pone sobre el papel a mujeres manipuladoras y algo más... |
Encontrar a Georges Simenon, es sinonimo de novela negra o de intrigas, particularmente, al inspector Maigrett, En este caso Simenon crea una novela diferente, profundamente humana, con un lenguaje limpio y libre, el de un niño, usa tambien la perspectiva del mismo para llenarse los ojos de imagenes cotidianas, sin contaminarlas , de manera inocente, hijo de una madre verdulera, con multiples amantes y 6 hermanos con todos los defectos que los bajos fondos parisinos de principios del siglo xx puedan engendrar, que dos guerras puedan ocasionar, Louis Cuchas se mantiene imperturbable y avanza a traves de su mundo y la historia, con ese candor que solo puede conservar un niño, no mide tiempo, no cuenta historias, no considera tiempo, todo lo atesora y guarda impoluto, para representarlo, años despues, en sus dibulos, y posteriormente en pinturas, avanza, crece, progresa pero no asume la contaminacion humana que eso pudiera generar en un alma menos pura que la suya, Escrito en un estilo ameno, hace pasar la infancia y adolescencia de Couchas por un crisol transparente, deteniendose en ciertos aspectos que impactaran al artista, soslayando la miseria que los acompaña, lamentablement el final avanza muy rapido, pero mantiene el tono inicial, que culmina con la frase plena de ingenuidad candor e inocencia que cierra el libro,” tengo de mi la imagen de un chiquillo”...encantadora, conmovedora, + Leer más |
Una lectura agradable, sin más. |
La Muerte de Belle de Georges Simenon es una novela policíaca situada en un poblado norteamericano inspirado en Lakeville, Connecticut lugar de residencia del autor a partir de 1950. Es el lugar típico en donde todos se conocen por lo que un crimen es un acontecimiento inesperado y levanta las sospechas de todos quienes están en contacto con el protagonista Spencer Ashby, profesor de la universidad local. Ashby vive con su esposa Christine y recientemente la pareja hospeda a Belle Sherman, hija de Lorraine quien es amiga de Christine. Una noche de juegos en la cual solamente participa Christine fue la última vez que Belle fue vista con vida por Ashby; él trabajaba en un torno por lo que no escuchó las palabras de la jovencita. Al día siguiente apareció el cuerpo y todo apunta a desconfiar de Ashby. Las pruebas de policía indican una gran cantidad de alcohol, no hubo fuerza para defenderse por lo que la víctima conocía al asesino. Los padres de familia se quejan ante las autoridades escolares y el profesor Asbhy no puede ejercer hasta demostrar la inocencia de éste. Lorraine viaja al poblado para reclamar el cuerpo de su hija; sin embargo, esta madre llega en estado inconveniente e insulta al profesor. Hay una vecina muy intrigante, la señora Katz, quien es interrogada por la policía, las noticias son publicadas en los diarios del lugar y el esposo de la señora Katz arriba al lugar con técnicos instaladores de sistemas de seguridad. En la segunda parte, las investigaciones por parte de la policía continúan; sin embargo, Ashby recuerda el suicidio de su padre y la influencia en su presente. Una noche, él decide salir a dar una vuelta y se encuentra con la secretaría del juez de instrucción, Miss Moeller, con quien pasa una velada en un bar de carretera. Este último hecho da un giro en la historia. Éste es el primer libro que leo de Simenon, como novela psicológica es bueno. Seguiré con la obra del autor ya que tiene muchas historias por contar. Por cierto, leí la edición de Tusquets.
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Algunos escriben acerca del mal porque es todo cuanto conocen. Son cronistas de la maldad. Otros, narran con una curiosidad malsana que difícilmente oculta su admiración. Si pudieran encarnarían a sus personajes, aunque carecen del valor para hacerlo. Unos pocos, como Dostoievski, Nietzsche o Coetzee lo hacen estimulados por el deseo de conocer a los hombres, de descender a los sótanos siniestros donde se urden las motivaciones. Tratan de hallar los hilos trágicos que tiran de sus personajes (ese verbo representa aquí una lucha, pero también un gusto por dejarse arrastrar). A estos últimos, pertenece, sin duda, Georges Simenon, uno de los más perspicaces sabuesos de la oscuridad de la conciencia humana. ¿Por qué el joven protagonista de esta novela decide comenzar una vida delictiva? ¿Por qué se precipita con inconsciente voluptuosidad hacia su final? Hay varios niveles que Simenon va descendiendo con nosotros. Es una novela de formación. Pero su aprendizaje es negativo. Sus descubrimientos no le sirven para vivir, sino para morir. En el primer escalón, hay una determinación social y familiar. Su madre regenta un burdel. En el segundo, se halla el gusto, el poder de seducción que ejercen los bajos fondos. Tiene dinero y emoción. En el tercero, el deseo de demostrarse a sí mismo su capacidad de resistencia, de entablar un juego mortal con su interrogador, retrasando su final. En el cuarto, un deseo no confesado de encontrar en la autoridad un padre que le castigue y le comprenda al mismo tiempo. Por eso piensa de manera tan insistente en Holst, el conductor de tranvía. Y en el fondo, donde no llega la luz del día, la trágica confrontación con su destino, el deseo de apurarlo, de encontrar por fin su rostro. Un destino que aúna, que reúne, todas las determinaciones anteriores. En su caso, no había la posibilidad de un buen final. Es una magnífica novela, intensa, dura, precisa, conmovedora en la parte final, que logra elevar las motivaciones del crimen a la metafísica. Por eso Simenon no será nunca un simple escritor de novela negra... + Leer más |
Simenon es un hábil creador de ambientes inquietantes y de personajes tortuosos que llegan realmente a incomodarnos mientras, como en este caso, escuchamos a un narrador distante con los hechos, actitudes y sentimientos que relata, y al que, en fuerte contraste con esa posición neutral, sorprendemos (y nos sorprendemos) dudando o cuestionando las reacciones del personaje central. En este libro entramos en una ciudad ocupada, en la que, como en toda ciudad ocupada, se entremezclan aquellos que deciden no resignarse y luchar con los que únicamente se dedican a sobrevivir y aquellos que decidieron colaborar para no empeorar sus vidas. Uno de estos últimos, el hijo despótico de una madame(*), es un ser frío y sucio como esa nieve que bordea las calles, un arquetipo de la necesidad de límites que el ser humano precisa para no resbalar por cualquiera de los muchos abismos con los que la naturaleza nos ha dotado en potencia. En este sentido, me ha recordado muchísimo a aquel gran personaje dostoievskano de Memorias del subusuelo. Alguien imposibilitado para vivir, que no encuentra sentido en nada, que parece buscar su propia desdicha a través de la desdicha de los demás a los que desprecia pero que en el fondo ansía amar y de los que en el fondo desea ser amado… aunque el precio a pagar por descubrir ese fondo sea tan alto como en este caso. “… pensar por fin (…) en una ventana, en cuatro paredes, en una habitación con una cama, un hornillo –no se atreve a añadir la cuna-, en un hombre que se marcha por las mañanas sabiendo que volverá, en una mujer que se queda y que sabe que no está sola, que jamás estará sola, en el sol que sale y que se pone siempre por los mismos sitios, en una tartera de hojalata que uno lleva bajo el brazo como un tesoro, en unas botas de fieltro gris, en un geranio que florece, en cosas tan sencillas que nadie las conoce, o que la gente desprecia, de las que llega incluso a quejarse cuando las posee.” Otros paralelismos con la novela de Dostoievski, aparte de esa nieve que es el paisaje de ambas obras, es la renuncia al amor, no exenta de cierta compasión como (así lo he entendido yo) forma de autocastigarse o redimirse (la Liza rusa toma aquí el nombre de Sissy) o ese desvarío por traspasar los límites. Pero también hay grandes diferencias en el planteamiento de ambas obras. Si al personaje del subsuelo le desbordaba la pasión, la rabia, al protagonista de Simenon le caracteriza una inhumana frialdad; si el primero se hundía en profundas y oscuras reflexiones, el segundo es un ser que actúa por impulsos, sin saber por qué ni para qué ni preocuparle las consecuencias, incluso las que el hecho pueda tener para sí mismo; “Son cosas que no se explican, que es inútil tratar de hacerle comprender a alguien; es absolutamente necesario que ocurra; después, estará tranquilo.” si el dostoievskiano elige la humillación y el placer en esa humillación como única forma de traspasar los límites que desprecia, reflejo del rechazo que le producen los demás y hasta (o sobretodo) él mismo, el simenoniano, en igual circunstancias, toma el camino del mal por el mal, sin justificaciones ni excusas. ______________________________ (*) He leído algunos datos biográficos del autor y parece que, además de un putero superdotado, fue antisemita y colaboracionista con el régimen nazi. La novela está escrita desde su destierro en el país que quiso protegerle una vez acabada la guerra, los USA, y las malas lenguas comentan que la novela está basada en la vida de su hermano (parece ser que era el preferido de su madre, con la que George no se llevaba especialmente bien y a la que aquí dio el papel de madame) que, por cierto, acabó su vida en España protegido por el régimen franquista. + Leer más |
La nieve estaba sucia del autor europeo Georges Simenon es una novela con tintes históricos y psicológicos. Aunque no tiene una ubicación precisa, menciona una ocupación extranjera en el lugar; tampoco se alude al tiempo en el cual ocurren los hechos. El lector es quien toma la decisión de tiempo y espacio de esta historia. En la primera parte, Los clientes de Timo, entran en escena los personajes principales como Frank Friedmaier quien es un joven de diecinueve años, vive en la casa burdel de su madre Lotte junto con las chicas que trabajan en tal lugar. Fred Kromer es amigo de Frank y es el que lo reta a asesinar a un oficial extranjero el cual es visto con frecuencia en el bar de Timo. El vecino de Frank, el señor Holst vive con su hija adolescente Sissy, completamente enamorada de Frank. El viejo Wiemmer es el vecino entrometido siempre al pendiente de las entradas y salidas de Frank. Frank y Fred participan del asalto a un relojero y obtienen una enorme suma; Frank tiene como premio de su crimen, el arma del oficial extranjero; Frank comienza a salir con Sissy, no obstante, Fred le pide unas horas con la jovencita lo cual tiene un desenlace desfavorable para todos. En la segunda parte, El padre de Sissy, transcurren los eventos en torno a una enfermedad de Sissy, por esta razón, ella no sale de su vivienda y su padre queda al cuidado de ella de tiempo completo. Una nueva chica participa en el burdel de Lotte, Annie, ella llega por voluntad propia a laborar ahí y ve con desprecio a todos incluido Frank. De manera típica, a horas regulares y plena luz del día, llega un hombre a buscar a Frank, lo lleva a la parada del tranvía, se suben ambos y parten a una escuela adaptada como cárcel en donde Frank pasará diecinueve días hasta recibir la visita de su madre y ser llevado a un interrogatorio acerca del origen del fajo de billetes producto del robo de los relojes antiguos. En la tercera parte, La mujer de la ventana, los días de Frank transcurren en la escuela-prisión hasta llegar al momento de dejar de contarlos y tomar nota de ello en la pared. La obsesión de Frank por una mujer que vive enfrente quien tiende su ropa y practica un ritual diario de limpieza es lo que lo mantiene consciente de su realidad. El final es excelente, después de vivir en la cabeza del protagonista y conocer a detalle su indiferencia ante todo hecho, el final no nos toma por sorpresa. Muy recomendable para todo tipo de lectores, mayores de 13 años.
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En La noche de la encrucijada, Georges Simenon nos traslada a una atmósfera en blanco y negro donde el misterio empapa a todos los personajes creados por este prolijo autor belga. Estamos ante un rompecabezas que ha de volver a montar y resolver el archiconocido Jules Maigret, comisario perteneciente a la Policía Judicial Francesa. Nuestro buen hombre tendrá que poner su finísimo olfato de sabueso a trabajar para perseguir y recoger todas las piezas que conforman su nuevo caso, y para ello debe introducirse en las vidas y obras de aquellos que están en el entorno del suceso a investigar. Carl Andersen, danés afincado en Francia, ha aguantado estoicamente el largo interrogatorio al que le han sometido el comisario Maigret y su ayudante Lucas en la Quai des Orfèbres. Después de unas largas y penosas diecisiete horas no consiguen sacarle ninguna confesión, ni siquiera un indicio que les ayude a aclarar el asesinato de Isaac Goldberg, un holándes corredor de diamantes que ha aparecido muerto en su garaje dentro del coche de su vecino, Emile Michonnet, un agente de seguros. El comisario Maigret pasa por su apartamento del Boulevard Richard Lenoir para cambiarse de ropa y despedirse de su esposa, Louise Leonard, ya que después del baldío interrogatorio no le queda otra que desplazarse al lugar de los hechos, la Encrucijada de las Tres Viudas, un cruce solitario que está cerca de Arpajon. En ese retirado lugar descubre que hay tres casas habitadas por tres familias completamente diferentes y desconectadas en cuanto a clase social y relaciones de vecindad, y que parecen vivir las unas a espaldas de las otras. Por un lado tenemos la finca de Las Tres Viudas, donde vive el sospechoso principal, Carl Andersen, junto a su hermana Else, una mujer espectacular que unas veces parece quebrada y desvalida y otras se muestra ante el comisario como la mejor femme fatale sacada del cine negro. Los hermanos Andersen viven en una decadente mansión alquilada indiferentes y ajenos a sus vecinos pues, a pesar de sus circunstancias, les rodea un halo de grandeza que les impide relacionarse con ellos. En otra casa vive el matrimonio Michonnet. El marido es un agente de seguros al que le han birlado su flamante coche de seis cilindros para utilizarlo en el misterioso crimen. Tienen un chalet de obra nueva, y tampoco están en relaciones de buena vecindad. Para completar el cuadro encontramos la estación de servicio con cinco surtidores y un taller mecánico, propiedad de un sencillo boxeador retirado que también vive con su mujer. Parece reírse y burlarse de todos los estirados residentes. Con estos ingredientes, el genial Georges Simenon construye una trama donde la intriga y el suspense consiguen mantener al lector en una especie de atmósfera claustrofóbica y nebulosa carente de claridad. En ella acompañamos al magistral comisario, quien, empleando su astucia y sencillez, intentará conocer a los habitantes de la Encrucijada por medio de humildes argumentos, teniendo siempre en cuenta las diferentes clases sociales de todos ellos. Él será el único que vea a través de la neblina que enturbia este misterioso caso y levante el velo que muestra la autentica realidad: esa que responde y desvela el porqué de encontrar muerto al corredor de diamantes, Isaac Goldberg, en el garaje de los Andersen, metido en el coche de los Michonnet, con un disparo en el pecho. El comisario Maigret es uno de esos detectives que pertenece a esa cultura literaria, la del género negro y de misterio, con la que muchos hemos crecido, ya sea porque la hemos leído o porque hemos visto alguna de las magistrales adaptaciones cinematográficas en blanco y negro que tan bien lo retratan. Comenzar a leer La noche de la encrucijada es reencontrarse con un personaje que forma parte de ti, que no sabes ni cuándo ni cómo dejó su huella, pero que siempre estuvo ahí. Si algo hay que reconocerle a Georges Simenon es el conocimiento de su oficio, tal y como demuestra en una obra como esta, de apenas 144 páginas, en la que supo encajar y desarrollar un misterio en el que el suspense y la intriga conducen a un apoteósico final gracias al profundo retrato que hace de sus personajes, a las enriquecedoras descripciones que te meten en sus pieles y, sobre todo, a la atmósfera tan particular que crea de una manera fantástica. Una recreación para la inteligencia del lector. Enlace: https://inquilinasnetherfiel.. + Leer más |
Me fascina cómo escribía Simenon. Y aunque sus tramas sean sencillas, la complejidad de sus personajes hace que sus novelas siempre sean apuesta segura. En este caso que nos ocupa, no esperaba menos de Maigtet, una vez más se nos muestra con esa tranquilidad suya para evaluar, investigar y actuar . Y lo que más me gusta de él, empatizar. Empatizar con cualquier delincuente y sus circunstancias. Me ha encantado. |
Siempre es un placer revisitar al agudo Jules Maigret, el personaje que protagonizó más de cien obras de Georges Simenon. En esta ocasión, la trama comienza con el comisario soltando a un sospechoso, Carl Anderson, tras diecisiete horas de interrogatorio, aunque todo apunta hacia él en el extraño caso de la Encrucijada de las Tres Viudas, un enclave rural cercano a París donde no ha habido demasiados testigos de un asesinato relacionado con un robo de diamantes. A lo largo de esta novela, Maigret y sus hombres se trasladan al pueblo, entran en las vidas de sus sospechosos y van desenredando una compleja trama de ocultaciones. Con el ingenio y compasión habituales en él, Maigret dará con la solución y los criminales pasarán a disposición de la justicia, tras una caótica pelea-persecución (no exenta de comicidad). Simenon es un autor de trazo preciso, con la atención al detalle necesaria para el género detectivesco, y la trama se desenvuelve con maestría. Los personajes implicados cobran vida ante los lectores, en especial Carl Anderson, el sospechoso inicial, y Else, una inolvidable mujer fatal. Maigret entra en sus existencias y en las de sus vecinos los Michonnet, y no cejará en su empeño hasta llegar a la verdad. Mi conclusión: estupenda novela policiaca muy bien construida y narrada, muy recomendable para los amantes del género. + Leer más |
Los fantasmas del sombrerero del autor europeo Georges Simenon es una novela negra y psicológica; transcurre en la ciudad francesa La Rochelle, lugar en donde todos son conocidos por sus hábitos, costumbres y ocupaciones. León Labbé se dedica a confeccionar sombreros a pesar de que sus amigos cuando necesitan alguno van a París. Comienzan a aparecer cuerpos de mujeres ancianas, la policía inicia las investigaciones, y un joven periodista, Jeantet, es quien recibe cartas hechas con recortes de periódicos de parte del asesino en serie. Mientras tanto, todo transcurre con normalidad en la Rue du Minage, en la sombrerería de Labbé y frente a él, la sastrería de Kachudas. Éste siempre al pendiente de cada movimiento del sombrerero, lo sigue diariamente al Café de Colonnes, y lo contempla desde una mesa alejada de él y sus amigos durante el juego de cartas. Rara vez intercambian un saludo y es el pequeño sastre quien descubre una prueba definitiva que incrimina al sombrerero en los crímenes recientes del lugar. Este hombrecillo se debate entre la idea de dejar que todo transcurra como de costumbre o denunciar y cobrar la recompensa. En la casa del sombrerero, la empleada doméstica Louise le causa cierta repugnancia; sin embargo, no hay otro motivo para deshacerse de ella. En la recámara de Mathilde, su esposa, pasa las tardes platicando con ella sin despertar sospechas de la ausencia de ésta; ni sus vecinos, ni sus amigas de tiempos del colegio sospechan que Mathilde ya no habita más ahí. La policía no encuentra semejanzas o conexión alguna entre las víctimas: Jacqueline Delobel de 60 años, viuda de un capitán de infantería; Madame Rosalie Cujas, librera y casada con René Cujas, funcionario municipal; Mademoiselle Anne-Marie Lange, mercera; Madame Geoffroy-Lambert, viuda del presidente de la Caja de la Compensación; Leónida Proux de 61 años, comadrona en Fétilly e Irène Mollard. León Labbé es un personaje atormentado por hechos pasados y encuentra sus razones para proceder como lo hace. Ignoro por qué este autor no es tan conocido, por lo menos, en el medio de la novela negra. Muy recomendable, como lectora me intrigo bastante esta historia.
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La "época americana" de George Simenon es quizás la menos conocida del escritor, pero no por ello, menos interesante. Esta obra es un ejemplo de ello; la tensión va creciendo a medida que avanza el desarrollo de la novela, hasta desembocar en una situación dramática sin vuelta atrás. Profundo conocimiento psicológico y humano de los personajes, sobre todo, del personaje principal, Eddie Rico.
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Soy fan absoluta de Georges Simenon y he leído muchos de sus libros, tanto los de la serie dedicada al comisario Maigret como novelas independientes o autobiográficas. Y tengo que decir que todos todos me han gustado mucho...no es el caso de Los postigos verdes. Me ha parecido bastante aburrido, excepto ese magistral capítulo final. Sé que el personaje principal no está creado para que empaticemos con él, pero el problema es que me ha faltado profundidad todo el libro hasta ese último capítulo. No me he creído nada de nada sobre él. No sé, si no fuera por ese último capítulo le pondría un suspenso como historia. Ahora un tirón de orejas a la edición de Acantilado/Anagrama. Parece que las comas las han puesto como si las hubiera dejado caer en las páginas un mono loco. Muchas muchas muuuuchas comas y en la mayoría ocasiones puestas de manera incorrecta. Eso ha hecho que la lectura sea farragosa hasta el punto de tener que abandonar esta edición y buscar la antigua de Acantilado. Ésta es imposible leerla, lo siento en el alma. + Leer más |
Este es el primer libro de Georges Simenon que he leído y no sé si será el único. Para ser sincera el libro me ha decepcionado un poco. Según la sinopsis y los temas que trata (la muerte, el paso del tiempo, entre otros) esperaba que fuera un libro profundo, que me dejara reflexionando y en el que siguiera pensando una y otra vez después de leerlo. No ha sido el caso. Desde un principio el personaje principal es insoportable, es difícil empatizar con él y no consigues sufrir con su inevitable destino, aunque esto no es una critica pues el personaje está construido para que sea así. Con los personajes secundarios tampoco puedes empatizar ni encariñarte de ellos, según va pasando la trama van apareciendo personajes de los que conoces un poco pero sin que se profundice en ellos y otros que aunque son más recurrentes tampoco consigues encariñarte. Además, a veces los diálogos me parecían forzados, sin sentido y las escenas pasaban sin mucho sentido. Algo bueno que me gustaría señalar del libro es que está muy bien escrito lo que hace que sea ameno leerlo y, al menos, no te bloqueas y lo abandonas. Como resumen, no me han gustado los personajes, no me he encariñado con ninguno y me daba igual lo que les pasaba. Tenía mas ganas de acabarlo que realmente de saber qué pasaba. Me ha decepcionado bastante, quizás por las grandes expectativas que le tenía a este autor y no sé si le daré otra oportunidad. + Leer más |
El prolífico George Simenon escribió 191 novelas con su nombre ,además de las que publicó con pseudónimo. En la coedición de Anagrama y Acantilado ya he conocido a el célebre comisario Maigret y sus investigaciones. "Los postigos verdes" es una novela introspectiva,Émile Maugin ,un reconocido actor de 59 años ,tras una carrera llena de éxitos,comienza a tener problemas de salud,lo que le hace revisar su pasado ,presente y las expectativas de futuro. Una carrera brillante con una posición económica desahogada,presume de sus éxitos con las mujeres. Lo que no se espera es que se vayan destapando sus miserias y un pasado duro ,con una infancia difícil. Mantiene una curiosa relación con su joven segunda esposa y la hija de esta.Con ellas se manifiesta el lado más humano de Maugin,parecen tocarle el corazón La novela es una segunda oportunidad para el actor,para reconocer errores y redimirse,eso sí ,lo que le lleva a ello ,es el egoísmo ,vive atormentado con morir sólo. + Leer más |
"Maigret duda" de George Simenon, autor belga que disfrutó de muchísimo éxito en vida y creador del exitoso comisario e investigador Maigret, nos sumerge en una trama inteligente y muy entretenida. Una mañana como otra cualquiera, el comisario Miagret recibe en su despacho una sospechosa carta. Pese a que son muchos los que escriben a Maigret, esta vez las cosas son diferentes. La carta anuncia un crimen inminente que no podrá ser evitado, pero todo, desde el lenguaje empleado al tipo de papel, indican que no se trata de una broma. Las pesquisas del comisario, lo llevarán hasta el abogado Parendon, quien podría ser verdugo o víctima. Maigret actúa contrarreloj para evitar el trágico desenlace, pero tal y como vaticinaba la carta, el crimen termina perpetrándose. Así comienza esta breve y trepidante novela policíaca. Es la primera vez que leo Simenon y su prosa e inteligente rompecabezas me ha cautivado. Las editoriales Anagrama y Acantilado han iniciado juntas las empresa de publicar toda la obra de este autor tan prolífico y exitoso. + Leer más |
Lo mejor de las novelas de Maigret es para mí, sin duda, el ambiente que recrea, algunas reflexiones filosóficas que el autor va diseminando por aquí y por allá, y el trasfondo psicológico de sus personajes. Los “malos” nunca parecen culpables del todo sino más bien víctimas de sus circunstancias. El autor nos viene a decir “¿Acaso nosotros no habríamos hecho lo mismo nosotros de haber estado en su piel? Maigret no juzga, se limita a observar o, mejor dicho, juzga con mucha benevolencia. La trama, por el contrario, suele ser aburrida y predecible, sin apenas acción y muy lejos de los parámetros actuales de novela negra. ¿Se ha quedado anticuado este autor? Tal vez, no lo sé, quizás sí en la forma de expresarse pero no en la esencia de sus reflexiones. A mí, personalmente me ocurre que empiezo cada una de sus novelas con ilusión, con ganas. Pero al llegar, más o menos, a la mitad del libro me entra como una desazón, una mezcla de aburrimiento, de sensación de “dejà vu”, de “digestión pesada” que termina por convencerme de que ya no me interesa leer más novelas de la serie Maigret pero, al cabo del tiempo, reincido. Enlace: https://elblogdejoseplanas.w.. + Leer más |
El comisario Maigret es el protagonista de muchas novelas. Y esta es una de ellas, una novela corta y que he disfrutado porque me ha encantado la historia, como está escrita y me ha encantado Maigret, un comisario de gran olfato y mejor corazón que resuelve los casos analizando a las personas que giran alrededor del caso, por lo que no sólo nos cuenta historias policiales sino también historias de personas y eso es algo que me encanta. Maigret recibe una carta anónima que advierte de que se está a punto de cometer un asesinato. El papel en el que se escribió la carta le lleva a casa de Émile Parendon un reputado abogado que autoriza al comisario a registrar su lujoso apartamento. En este misterio en el que se desconoce tanto la víctima como el autor de la carta, Maigret interrogará a los miembros de la familia y al personal de servicio de la casa lo que nos llevará a ver lo que se esconde en la alta sociedad parisina. Enlace: https://instagram.com/mi.ter.. |
📩 Por fin he leído a Georges Simenon y conocido a su celebre Comisario Maigret. 📩Un anónimo informa de un posible asesinato. El comisario y su equipo intentarán impedirlo. 📩Las pistas le llevan a la casa de un reputado abogado, donde todos parecen ocultar algo. Esta es la parte que más me entretuvo ,ver como el Comisario interactúa de una forma muy cercana con todos ,en busca de pistas. 📩¿Logrará evitar el asesinato? ❣📚Tenía ganas de conocer las publicaciones que han nacido del idilio/coedición de estas dos grandes editoriales:Anagrama y Acantilado. ➕Ya tienen otros dos títulos de lo que salvando las distancias podría llamarse el Poirot francés😉 📌George Simeon escribió 62 novelas y 31 relatos con el Comisario Maigret como protagonista. |
¿Con qué frase empieza esta novela?