Siempre es un placer revisitar al agudo Jules Maigret, el personaje que protagonizó más de cien obras de Georges Simenon. En esta ocasión, la trama comienza con el comisario soltando a un sospechoso, Carl Anderson, tras diecisiete horas de interrogatorio, aunque todo apunta hacia él en el extraño caso de la Encrucijada de las Tres Viudas, un enclave rural cercano a París donde no ha habido demasiados testigos de un asesinato relacionado con un robo de diamantes. A lo largo de esta novela, Maigret y sus hombres se trasladan al pueblo, entran en las vidas de sus sospechosos y van desenredando una compleja trama de ocultaciones. Con el ingenio y compasión habituales en él, Maigret dará con la solución y los criminales pasarán a disposición de la justicia, tras una caótica pelea-persecución (no exenta de comicidad). Simenon es un autor de trazo preciso, con la atención al detalle necesaria para el género detectivesco, y la trama se desenvuelve con maestría. Los personajes implicados cobran vida ante los lectores, en especial Carl Anderson, el sospechoso inicial, y Else, una inolvidable mujer fatal. Maigret entra en sus existencias y en las de sus vecinos los Michonnet, y no cejará en su empeño hasta llegar a la verdad. Mi conclusión: estupenda novela policiaca muy bien construida y narrada, muy recomendable para los amantes del género. |