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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
11 December 2019
En La noche de la encrucijada, Georges Simenon nos traslada a una atmósfera en blanco y negro donde el misterio empapa a todos los personajes creados por este prolijo autor belga.

Estamos ante un rompecabezas que ha de volver a montar y resolver el archiconocido Jules Maigret, comisario perteneciente a la Policía Judicial Francesa. Nuestro buen hombre tendrá que poner su finísimo olfato de sabueso a trabajar para perseguir y recoger todas las piezas que conforman su nuevo caso, y para ello debe introducirse en las vidas y obras de aquellos que están en el entorno del suceso a investigar.

Carl Andersen, danés afincado en Francia, ha aguantado estoicamente el largo interrogatorio al que le han sometido el comisario Maigret y su ayudante Lucas en la Quai des Orfèbres. Después de unas largas y penosas diecisiete horas no consiguen sacarle ninguna confesión, ni siquiera un indicio que les ayude a aclarar el asesinato de Isaac Goldberg, un holándes corredor de diamantes que ha aparecido muerto en su garaje dentro del coche de su vecino, Emile Michonnet, un agente de seguros.

El comisario Maigret pasa por su apartamento del Boulevard Richard Lenoir para cambiarse de ropa y despedirse de su esposa, Louise Leonard, ya que después del baldío interrogatorio no le queda otra que desplazarse al lugar de los hechos, la Encrucijada de las Tres Viudas, un cruce solitario que está cerca de Arpajon. En ese retirado lugar descubre que hay tres casas habitadas por tres familias completamente diferentes y desconectadas en cuanto a clase social y relaciones de vecindad, y que parecen vivir las unas a espaldas de las otras.

Por un lado tenemos la finca de Las Tres Viudas, donde vive el sospechoso principal, Carl Andersen, junto a su hermana Else, una mujer espectacular que unas veces parece quebrada y desvalida y otras se muestra ante el comisario como la mejor femme fatale sacada del cine negro. Los hermanos Andersen viven en una decadente mansión alquilada indiferentes y ajenos a sus vecinos pues, a pesar de sus circunstancias, les rodea un halo de grandeza que les impide relacionarse con ellos.

En otra casa vive el matrimonio Michonnet. El marido es un agente de seguros al que le han birlado su flamante coche de seis cilindros para utilizarlo en el misterioso crimen. Tienen un chalet de obra nueva, y tampoco están en relaciones de buena vecindad.

Para completar el cuadro encontramos la estación de servicio con cinco surtidores y un taller mecánico, propiedad de un sencillo boxeador retirado que también vive con su mujer. Parece reírse y burlarse de todos los estirados residentes.

Con estos ingredientes, el genial Georges Simenon construye una trama donde la intriga y el suspense consiguen mantener al lector en una especie de atmósfera claustrofóbica y nebulosa carente de claridad. En ella acompañamos al magistral comisario, quien, empleando su astucia y sencillez, intentará conocer a los habitantes de la Encrucijada por medio de humildes argumentos, teniendo siempre en cuenta las diferentes clases sociales de todos ellos. Él será el único que vea a través de la neblina que enturbia este misterioso caso y levante el velo que muestra la autentica realidad: esa que responde y desvela el porqué de encontrar muerto al corredor de diamantes, Isaac Goldberg, en el garaje de los Andersen, metido en el coche de los Michonnet, con un disparo en el pecho.

El comisario Maigret es uno de esos detectives que pertenece a esa cultura literaria, la del género negro y de misterio, con la que muchos hemos crecido, ya sea porque la hemos leído o porque hemos visto alguna de las magistrales adaptaciones cinematográficas en blanco y negro que tan bien lo retratan. Comenzar a leer La noche de la encrucijada es reencontrarse con un personaje que forma parte de ti, que no sabes ni cuándo ni cómo dejó su huella, pero que siempre estuvo ahí.

Si algo hay que reconocerle a Georges Simenon es el conocimiento de su oficio, tal y como demuestra en una obra como esta, de apenas 144 páginas, en la que supo encajar y desarrollar un misterio en el que el suspense y la intriga conducen a un apoteósico final gracias al profundo retrato que hace de sus personajes, a las enriquecedoras descripciones que te meten en sus pieles y, sobre todo, a la atmósfera tan particular que crea de una manera fantástica.

Una recreación para la inteligencia del lector.
Enlace: https://inquilinasnetherfiel..
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