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Uno de los autores que más ilusión me hizo incluir dentro del #retopiaspirits de la cuenta @victorianspirits fue el famoso Stephen King. Es uno de los escritores vivos más populares, y yo solo he leído de él “Carrie” hace más de 10 años. Tengo varios de sus títulos en mi lista de libros pendientes. de los de corte futurista, tengo que ser sincera, si por mi fuera me hubiera leído “La Quinta Marcha”, que es uno de los que más ganas tengo de leer del autor norteamericano. Pero como era “El Fugitivo” el que tenía desde hacía tiempo acumulando polvo en mis estanterías, ha sido el que he leído. Porque al final, una de las razones por las que hago retos es por quitarme de encima pendientes. Año 2025. Los Estados Unidos de América se han convertido en un país en el que la diferencia de clases es abismal. Para quitar el foco de los atroces problemas ambientales y mantener tranquila a la población, el totalitario gobierno americano ha convertido la cultura de masas en un medio para controlar a los estratos más bajos, haciendo que todo el entretenimiento al que puedan acceder sean programas de tele realidad en los que los participantes ponen en riesgo sus vidas por dinero. La recompensa más alta se da en “El Fugitivo”, donde un ciudadano es perseguido por todo el país hasta que se le de caza y se le ejecuta. Cuanto más tiempo dure más alta será la recompensa que recibirán sus familiares. Es por eso por lo que un hombre en el paro, Benjamin Richards, decide participar en este programa, ya que su hija está muy enferma y necesita medicinas. Implacablemente perseguido, Richards intentara aguantar todo lo posible con el fin de que el premio sea el máximo posible. Voy a ser sincera: de lo que llevamos de 2023 “El Fugitivo” ha sido la peor lectura que hecho. Tiene de puntuación total 1,3 estrellas. Lo siento, pero es una lectura que lo mismo me hubiera dado realizarla o no. Y me da rabia, porque soy la primera que reconozco que tiene cosas muy buenas y muy interesantes. Para empezar, su punto de partida me llama mucho la atención. Me recuerda mucho a una de mis trilogías distopicas favoritas “Los Juegos del Hambre”. Y la ambientación futurista es simplemente potente y angustiosa. Se nota que el autor norteamericano bebe de algunas de las novelas distópicas más conocidas y relevantes, como “1984” de Orwell y “Un Mundo Feliz” de Huxley. Leyendo da la impresión de que King (como otros, tantos autores) no pretende ocultar la deuda con estas lecturas, simplemente dar su toque personal a lo que dijeron estos autores en sus escritos aportando su propia visión del futuro y su manera personal de narrar. Quizás al haber leído este libro en una fecha tan cercana al 2025 en el cual está ambientado, la propuesta futurista de King no me ha impactado tanto como si lo hubiera leído en los 90- principios de los 2000, aunque reconozca lo conseguida que está. Hay ciertas cosas que reconozco que están pasando en la actualidad, como el uso de los medios de comunicación y la cultura de redes para controlar a las masas, y el aumento de las enfermedades debido a la contaminación y los problemas medioambientales. Pinceladas que a un lector moderno no le sorprenden por lo reconocibles y cercanas que le resultan, pero si logran angustiarle. Eso es, quizás lo que más, salvo de esta lectura, la forma en que quien representa las diferencias de clase y la angustia y el vació moral y humano de los estratos más bajos, dominados en todos los sentidos por un gobierno totalitario que controla hasta aquellos que consumen para la diversión. Algunos se han convertido en máquinas vacías a los que le divierte ver el sufrimiento de otros conciudadanos y que se conforman con lo que tienen sin cuestionarse nada. Otros son conscientes de las desigualdades y el control que les oprime, pero se limitan a intentar sobrevivir porque ¿qué otra cosa pueden hacer?. Y otros tratan, infructuosamente, de cambiar las cosas, tarea harto difícil. Una vez más, tengo que repetirme y decir que esto es algo que representa muy bien a la mayoría de la población occidental mundial actual, inmersa en un mundo de diversiones fáciles y enlatadas y control de prensa y medios. Es en este contexto tan desolador, donde se alza la figura del personaje principal, aquel sobre el cual recae toda la acción, Benjamin Richards. Richards pertenece a la segunda clase que menciono más arriba, la de aquellos que se limitan a subsistir en un mundo totalmente hostil a ellos. No es un héroe,solo pelea por conseguir dinero para su esposa y su hija. El amor a su familia es realmente lo único que le redime y que logra humanizarle de cara al lector. Es un paria en todo el sentido de la palabra, ya que no tiene más raíces que las familiares y nada le importa o le interesa realmente. No tiene una personalidad agradable, sino todo lo contrario. de hecho, para bien o para mal, es un producto cien por cien de la sociedad en la que ha nacido, un hombre con una gran inteligencia que las circunstancias han impedido que pueda pulir o usar para prosperar en la vida. Es por eso que Richards es una figura incómoda incluso dentro de su mundo, lleno de astucia y odio a partes iguales. de ahí que se convierta en carne para el concurso de “El Fugitivo”, ideado precisamente para acabar con esos elementos conflictivos para el equilibrio social férreamente implantado. Benjamin Richards es un hombre que normalmente le caería mal a más de uno y a más de dos mientras lee. Pero los motivos que le llevan a concursar y los mil y un problemas a los que se ve sometido mientras dura su participación en la caza, le convierten, de una forma extraña y curiosa, en un héroe, logrando la simpatía del lector y su complicidad. Incluso aunque la forma en que salga de los atolladeros no resulte especialmente amable. La prosa de Stephen King es dinámica y directa, algo que casa muy bien con el tipo de libro que tenemos entre las manos. Y pese a todo, su pluma, se permite momentos en los cuales se introduce en psique de su protagonista y su pasado, y otros más líricos, que crean un fuerte contraste con la agilidad de la trama. Y al mismo tiempo encajan muy bien con la descarnada ambientación del futuro distópico que nos propone. Desde luego, King es un autor que ser muy disfrutable a la hora de leer, que 90 por ciento de las veces suele ir directo al grano y que sabe llevar muy bien los tiempos en una trama en la que creo que esto es muy importante, ya que el kid está en la forma en que su creador mantiene el equilibrio entre la pausa y la acción, entre los momentos de más calma en la persecución respecto a otros en los que la batuta la llevan la adrenalina, el frenesí, la sangre, la violencia, las persecuciones y el fuego. Por otro lado, los capítulos son bastante cortos, lo que agiliza mucho la lectura. A nivel narrativo tengo que decir que lo que más me ha gustado es que los capítulos no están numerados de una forma convencional, sino como una cuenta atrás. Este recurso no solo me ha parecido muy original, también logra, de alguna forma, inyectar tensión en el lector, quien, sin darse cuenta, esté leyendo cada vez con más interés, a la espera de lo que sea que pase cuando el contador llegue a cero. Y aquí es donde debo empezar a poner las cosas por las cual esta novela no ha terminado de gustarme. Más arriba digo que el 90 por ciento de las veces suele ir al grano. El primer gran problema que tuve con “El Fugitivo” me lo encontré en las primeras páginas del libro. Es que en los primeros capítulos, quien nos describe con todo lujo de detalles, las numerosas pruebas de todo tipo que Richards debe pasar para poder convertirse en concursante del juego. Esta parte, sinceramente, me sobró bastante.Me parece que el autor incidía demasiado en unas descripciones que realmente no aportaban nada a la trama, simplemente para demostrarnos lo inteligente que era su protagonista y la forma en que la tele realidad se ha convertido en un arma firmemente controlada por el gobierno para sus propósitos, la forma en que nada se deja a lazar con el fin de entretener y controlar a las masas, no voy a decir que todo esto no tenga un punto muy interesante y que no esté relacionado con la esencia del argumento. Pero creo que si lo hubiera quitado algunas páginas, tampoco hubiera pasado nada. de hecho, personalmente lo hubiera agradecido. Una vez pasado este escollo, durante bastantes páginas, sentí que la novela, por fin, empezaba a despegar. Los primeros compases de la persecución de Richards empezaron a llamarme mucho la atención, y disfruté de cómo salía de los entuertos y se las ingeniaba para escapar y lograr pasar desapercibido. Y también me llamo mucho la atención es cuando se empezó a sacar el tema de la contaminación atmosférica y como está estaba sesgando la vida de las clases más bajas. Si algo se caracteriza la novela distópica es porque nos habla de en que nos estamos convirtiendo, nos muestra el futuro que si no mejoramos las cosas, podemos negar aquellos que vienen detrás de nosotros. Es un género que tiene una fuerte carga crítica que se mezcla, no pocas veces, con una buena trama. Sin embargo, debo decir que esto no duró mucho. Pronto para mí la novela se convirtió en una narración terriblemente arrítmica, en la que se alternaban momentos en los que estaba muy arriba, leyendo con otros momentos en los que me aburría soberanamente. Y para mí ese ha sido el principal problema de “El Fugitivo”. He conseguido entrar en ese mundo distopico, pero nunca en la trama del propio libro. Hubo un momento en el que al final todo me parecía muy repetitivo, había mucha acción y movimientos espectaculares por parte del protagonista, pero pocos de estos elementos me parecían llenos de un interés real. Me dió la impresión de que toda la obra termino por convertirse en una batería de persecuciones y salidas espectaculares por parte del protagonista, todas muy mecánicas. Entiendo que a Richards le interese seguir adelante a cualquier precio y solo este enfocado en eso. Pero no entiendo que aparque a un lado el tema medioambiental en un momento determinado, cuando se nos presento como esencial a nivel de contexto de la sociedad que nos presenta esta obra. Me deja la sensación de que la novela es una mera excusa para presentarnos a un personaje muy interesante, explosiones, secuestros y huidas espectaculares. al perder ese foco, para mí toda la historia pierde su alma y se queda en un mero producto de entretenimiento y acción, la clase de ocio que critica la propia obra. Y otra cosa que me escamó mucho mientras leía fue la forma en que Richards tuvo mucha suerte con la gente en que aunque se encontro en su sangriento camino. Para mi eso le quitó mucha credibilidad a lo que leía, hizo que todo me pareciera muy surrealista. Me quedé con la sensación de que todos los secundarios aparecían como por arte de magia, ayudaban al protagonista sin una intención realmente firme, y luego desaparecían con la misma facilidad con la que habían aparecido. Y ya. Su aporte a la historia no me quedo nunca realmente claro. Por cierto, hay una película más o menos basada en esta novela, que en ingles lleva el nombre original de la novela “ The Running Man” y en España se conoció como “Perseguido”. Y cuando digo “más o menos basada “ lo digo porque a parte de la ambientación y el concepto original, la trama de las dos propuestas difiere bastante. No me voy a centrar en detalles, simplemente deciros que el actor principal que interpreta a Richards es ni más ni menos que Arnold Schwarzenegger. Una elección que no podría estar más alejada del personaje tirillas y fisicamente convencional que King describe en las páginas de su libro. Vamos, lo único que tiene en común el actor y el personaje es que los dos son varones y humanos, así os lo digo. Para acabar, solo puedo decir que “El Fugitivo” no ha sido una obra para mi. Se lee rápido y el mundo que propone Stephen King está muy conseguido y es muy interesante. Y pero no he terminado de conectar con esta historia en ningún momento, ni me ha aportado nada incluso su propio final me ha dejado un sabor amargo en el sentido de que me ha parecido totalmente baldío. Espectacular, si (como otras tantas cosas en esta novela), e insuficiente. Y una vez no puedo evitar comparar esta obra con “Los Juegos del Hambre”. al igual que Benjamin Richards, Katniss Everdeen es una persona normal de clase baja, con un carácter y pasado complejos. Los dos protagonistas son lanzados a entretener a las clases más altas de las sociedades en las que viven en un juego mortal del que son conscientes que no van a sobrevivir. Pero en “Los Juegos del Hambre” uno siente que todo por lo que Katniss tuvo que pasar, o todo lo que se vio obligada a hacer tuvo algún sentido, sirvió para algo. El final de “El Fugitivo” es mucho más cruel (si, aunque no os lo creáis). Pero uno se queda con la sensación de que todo el periplo de su protagonista no ha servido para nada, las cosas se van a quedar igual. Es una sensación que puede parecerse al final de “1987”. Pero no llega a ser así. Porque la historia de Orwell es argumentalmente incluso más sencilla que la de King, pero no tenía un interés tan centrado en el entretenimiento y el movimiento como si lo tiene “El Fugitivo”. “1987” es una obra maestra del género distópico porque lo que busca realmente es prevenir, de ahí que su final funcione tan bien. de hecho, mientras leía la novela de King no puede dejar de pensar que si no hubiera releído justo el mes pasado a Orwell, hubiera disfrutado más la lectura que tenía entre manos. O por lo menos, no me hubiera percatado tanto de sus taras. Realmente las comparaciones son a veces odiosas. Eso sí, aunque la experiencia con este libro no haya sido buena, sigo teniendo muchas ganas de continuar leyendo más trabajos de Stephen King. + Leer más |