Rabia es una pequeña y brillante obra de King, coherente, perfectamente construida donde nada falta ni sobra. Todo está en su lugar. Directa, y sin embargo también sutil, la novela es un claro ejemplo de la hipocresía con la que trata la sociedad estadounidense a sus adolescentes. Charlie Decker es un joven que sufre de esquizofrenia. Secuestra a su propia clase matando a dos profesores en el proceso. Esta reacción se debe al traslado solicitado por la dirección de su escuela (el sistema) a un centro especial tras herir a un profesor. King pone de manifiesto mediante una situación extrema la falta de comunicación existente entre institución y alumnado cuando los primeros erróneamente la creen perfecta. La fuerza del texto radica, precisamente, tanto en los diálogos con quienes tratan de reducir al joven secuestrador como con los propios secuestrados. Con un realismo que asusta, el autor muestra como esa rabia adolescente va surgiendo poco a poco en los compañeros de clase que, en lugar de temer, empatizan con la acción del reclusor. No me extraña que el maestro retirara este libro de la circulación. Una sociedad que vende armas como cualquier producto de primera necesidad solo puede generar como recompensa violencia, que en manos de mentes en plena efervescencia y todavía por formar nos llevan a las dramáticas matanzas, que por desgracia todos conocemos. Entiendo que el libro por tanto, puede ser un peligroso detonador en la tierra de las oportunidades, pero no la raíz del problema. Muy bien escrito y estructurado, el relato posee un escenario afixiante, acotado pero lleno de elasticidad por lo que el rey no cuenta o lo hace de forma sutil. Me encantan estas novelas donde argumentalmente se dirige al lector con dos detalles escondidos en una presunta ambigüedad. Y en esto don Esteban es dios. PD. Hoy tocó zanahoria, pero no me temblará el pulso cuando la ocasión lo merezca. + Leer más |
La discusión sobre aquellas adaptaciones "malas" de Stephen King ya cumplió cuatro décadas. Desde el estreno de Cosecha negra a Cell, pasando por The Mangler y Trucks en otras tantas, la cantidad de películas denostadas una y otra vez no parece tener fin. Y, sin embargo, todas tienen algo que vale la pena, y por eso, en esta oportunidad, Ariel conversó largo y tendido sobre el tema por el guionista y director de cine Nicanor Loreti, responsable de Kryptonita, Diablo, Nafta Súper, entre otras. ¿Qué tiene una obra como Graveyard Shift (Las tumbas malditas en Argentina) para que Nicanor haya logrado que tengamos ganas de volver a verla?
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