Disfruté con este clásico de la literatura de terror. La autora podía haber caído en el susto fácil, porque una mansión encantada siempre ha dado mucho juego. Sin embargo, el terror viene por otro lado, es un terror que recurre a lo psicológico. Un poco como el de Horacio Quiroga o Maupassant. Muchos son los autores contemporáneos que han bebido de Jackson, como Stephen King, quien ha dicho de este libro que es una de las mejores novelas de terror del siglo XX. Yo no llego a tanto, porque he sentido más terror con otras novelas, pero si algún día (con su noche) me encontrara sola en un casoplón antiguo, quizás me acordaría de algún pasaje de este libro. El terror que intenta provocar Jackson es el del ser o no ser del alma atormentada que anda pululando por el mundo terrenal al que se siente atada hasta que un espiritista la libere. ¿Realmente existen los espíritus o son fruto de la psique humana? Los personajes están fenomenalmente caracterizados. Hay una principal, Eleanor (una joven tímida y asocial) y el punto de vista que predomina es el de ella. Pero no eché de menos en ningún momento una profundización mayor, ni en la historia ni en los personajes. La cocinera es digna de mención por su caracterización absolutamente borde y su total incapacidad para expresar sentimientos y emociones. No he podido dejar de pensar en el ama de llaves de "Rebeca" (otro estupendísimo libro de du Maurier que recomiendo). La novela no está basada en la buenísima serie (cuya base es la novela) sino en las películas. + Leer más |