El pantano de las mariposas

Cuando era pequeño esperaba la llegada del verano para jugar de sol a sol, realizar largos paseos en bicicleta y buscar una aventura digna de recordar. “El pantano de las mariposas” tiene todo lo anterior más una gran cuota de misterio.

Desarrollada en el verano de 1985, unos niños de Carnival Falls utilizaran todo su ingenio para intentar resolver las extrañas desapariciones que por años han atormentado a la localidad. Una verdadera “aventura detectivesca” que los llevará a descubrir oscuros secretos del pasado de la comunidad y despertar con ello sentimientos difíciles de borrar.

Federico Axat nos entrega una historia de amistad con graciosos y nostálgicos momentos que nos hacen recordar en algo nuestra infancia (o por lo menos la infancia de los que vivimos en la década de los 80 😅). Con esa potente carga emotiva el relato además nos entrega tensión, intriga y unos personajes principales adorables: Esos inocentes chicos que, en su camino a la adolescencia, deben enfrentar a los clásicos chicos abusadores mientras investigan las desapariciones. Si leíste “It” de Stephen King seguramente te recordaran al “Club de los perdedores” ya que la atmosfera es algo similar.

Pero, aunque todo lo anterior es muy bueno, hay 2 cosas que no me agradaron 1. Lo sentí un poco largo y 2. no me gusto como el autor resuelve los conflictos principales ya que todo calzaba, pero de una forma simple. En esos importantes momentos no sentí la calidad que el libro tiene en su desarrollo. Eso sí, reconozco que hay uno es especial que me sorprendió totalmente y, si bien no se si era necesario, está genial y no lo había visto antes. 👏👏

En resumen, “El Pantano de las mariposas” fue una agradable lectura que si bien no es perfecta te sorprende hasta la última página... literalmente.

La historia es contada en primera persona por Sam, un niño huérfano de 11 años que convive en una granja con otros 12 niños en su misma situación. Niños cuyos padres no están y que, por una razón o por otra, han ido dando bandazos en el sistema y han terminado en la casa de los Carroll. Algunos de ellos, más enemigos que hermanos, convierten el día a día de Sam en una pesadilla. Por suerte, tiene a Billy, un amigo con quien pasa las tardes merodeando por el bosque y embarcándose en múltiples aventuras. Desde siempre han estado ellos solos pero un verano llega al vecindario una familia rica. La hija de los Matheson, Miranda, termina convirtiéndose en la obsesión de Sam, que la admira en la distancia. Diversas circunstancias llevaran a los tres niños no solo a conocerse, sino a convertirse en mejores amigos. Juntos intentarán desentrañar el misterio de la muerte de la madre Sam, que le atormenta desde que tiene uso de razón. Por el camino terminarán encontrando la respuesta a preguntas que ni siquiera se habían planteado.

Quitando el hecho de que al principio la historia se hace un poco pesada y tarda en coger forma, no he encontrado en la novela nada más negativo a destacar. Además, ahora después de haberla leído por completo, opino que no le sobra ninguna página en absoluto, pues cada palabra es necesaria para componer la novela redonda que creo que es.

En primer lugar destacaré la narración de aquello que vertebra la trama de la novela: la niñez. ¿Y por qué quiero dedicarle un espacio especial a este aspecto de la novela? Porque el autor, a través de cada uno de sus personajes nos hace comprender que no existe solo un tipo de infancia y que lo que se vive durante esta etapa de la vida —experiencias, relaciones y vínculos afectivos principalmente— es esencial para la conformación de ese niño en una persona adulta más adelante. Ahora bien, ¿qué tipos de niñez se nos presentan y a través de qué personajes?

HUÉRFANOS

A través de Sam vivimos la infancia de un niño huérfano cuyo día a día se ve ensombrecido por la muerte de su madre. Sin embargo no lleva este peso a su espalda solo, pues gracias a sus amigos Billy y Miranda podrá emprender la búsqueda de las respuestas a sus preguntas.

Otro niño huérfano cuya presencia en la historia es primordial es Orson. A diferencia de Sam, que lleva en la casa de acogida prácticamente desde que quedó huérfano, ha ido dando bandazos en el sistema de adopción, pasando de familia en familia hasta terminar en la granja de los Carroll. ¿Y por qué es necesario remarcar este ir y venir de un lado a otro sin encontrar su lugar? Porque es el origen de su personalidad basada en la mentira, la violencia, el engaño y la manipulación. Orson es el fiel retrato de lo que ocurre cuando en la infancia no se reciben los cuidados y las atenciones que todo niño necesita para poder desarrollar las habilidades sociales que lo harán convertirse en un adulto competente y apto para la vida en sociedad.

FAMILIA ACOMODADA

Miranda proviene de un mundo totalmente diferente al que viven los huérfanos en la granja de los Carroll. Acostumbrada siempre a vivir rodeada de lujos y atenciones, Miranda tiene cubiertas todas sus necesidades básicas. Sin embargo, ¿significa esto que sea feliz? No. de hecho esa riqueza es la que la lleva a un aislamiento social durante el verano de su llegada a Carnival Falls. Sola, sin más compañía que sus criados y unos padres más bien ausentes, encuentra consuelo en dos niños que le ofrecen algo que el dinero nunca podrá comprar: la amistad y una mano a la que agarrarse en la oscuridad.

FAMILIA DE CLASE MEDIA

Billy es el mejor amigo de Sam. Proviene de una familia de clase media que llega justa a fin de mes pero, a pesar de no disponer de todo el dinero del mundo para vivir, es feliz. de todos los personajes de El pantano de las mariposas, Billy es sin lugar a dudas el más libre. de su madre y su familia recibe el afecto del que tanto carecen los huérfanos y, por otra parte, de Sam obtiene esa mano amiga que tanto añora Miranda. Es por ello, a mi parecer, el personaje más equilibrado de la novela, pues a pesar de parecer a simple vista que tiene muchas necesidades, en la sencillez de su vida no falta nada de vital importancia.


También me ha resultado muy interesante la descripción de la vida en un centro de acogida. Desde las relaciones que se establecen entre los propios huérfanos hasta las que se crean con los adultos que los acogen, la novela nos cuenta la realidad que se vive entre esas cuatro paredes. No es una temática que haya podido encontrar en muchas obras y lo agradezco enormemente, pues personalmente como psicóloga me interesa mucho la infancia bajo el punto de vista de las carencias afectivas.

Otro punto a favor es que a través de Sam, Billy y Miranda podemos ver el nacimiento de una amistad. Y no es una amistad cualquiera, no. Se establece entre personas que vienen de entornos diferentes y, sobre todo, con necesidades distintas.

Logran ver más allá de sus diferencias y forjar un vínculo que les ayudará a descubrir quiénes son y en quiénes quieren convertirse, además de ser la fuente de la respuesta de muchas otras preguntas.

Además de su vida como niños, el autor también nos ofrece retazos de su vida como adultos. Esta perspectiva, tras ya haber comentado la importancia que tiene la niñez en el desarrollo vital de la persona, es muy preciada, pues podemos observar a dónde lleva finalmente el camino que empezaron a andar de pequeños. ¿Logran encontrarse a ellos mismos? ¿Consiguen convertirse en las personas que querían llegar a ser?

Algo a lo que no le he dedicado mucho espacio en la reseña pero que también es necesario tener en consideración, es el misterio de unas desapariciones que ocurren en Carnival Falls y que afectan directamente a la vida de nuestros personajes principales. Sobre este aspecto de la novela me ha gustado que a pesar de que se plantean muchas preguntas a lo largo del libro, todas son resueltas y cerradas al final; no queda ninguna duda por responder. Y es este mismo —el final— el que me ha dejado sin respiración y el que ha conseguido que la historia quede rondándome por la cabeza durante semanas después de terminarlo. Sin revelar nada puedo decir que es uno de los mejores —y más inesperados— finales que he leído nunca.
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Acabo de terminar “El pantano de las mariposas”. El final ha sido tan impactante y sorprendente que aún no tengo claro si me ha gustado mucho o no.

He leído este libro en la sala DARK del Club Literario Atreyu y pese a que hay un misterio y cierto suspense, en aquel verano de 1985 en el que se centra la novela prima la amistad, las aventuras, el despertar del amor y el crecimiento personal de nuestros tres protagonistas, que me recordaron en cierto modo a la película Cuenta conmigo.

Se me ocurre el siguiente símil para tratar de explicar lo que he sentido con la lectura de esta historia:

Es como si hubiese ido a ver actuar a un mago. En cuanto comienza el espectáculo el mago elige una carta del mazo, le pinta una mariposa 🦋 y la hace desaparecer en un rápido movimiento de manos. Después mezcla el resto de la baraja y mientras tanto nos va hablando envolviéndonos en su narración. Mientras le observo voy pensando dónde puede estar la carta y cómo la va a hacer aparecer de nuevo. Y el mago sigue contándome cosas mientras lentamente va colocando las cartas bocarriba sobre la mesa. Y ya solo queda una carta. Tiene que ser la carta desaparecida, pero cuando la gira no es la carta marcada con la mariposa 🦋. Es mi DNI. Miro en mi cartera y no lo tengo. No sé cómo lo ha hecho, pero el mago ha conseguido engañarme. El público aplaude (y yo también) porque el truco ha sido muy bueno. El mago me devuelve el DNI y se va. Me quedo mirando embobado el DNI, pero con la espinita de no saber dónde está la carta con la mariposa 🦋.

Hoy voy a dejar mi opinión sobre un libro que todavía retumba en mi cabeza y hace ya unos días que lo acabé. Hace varios años leí otro libro del autor y me gustó tanto que compré este pero, cosas de la vida, aún no había leído.

Cuando cogí este libro iba con la idea de que me iba a adentrar en un thriller y ya os digo que no ha sido así.
El pantano de las mariposas es un libro de personajes, una historia donde son ellos los protagonistas, los que conforman una historia que te llega al corazón. Si, vamos a encontrar un misterio pero llega un momento en el que pasa a un segundo plano y deja de ser importante. Incluso, ese misterio al principio me descolocó, lo vi fuera de lugar y no sabía por donde me quería llevar el autor. Después todo encaja.

Este libro no es novedad y me sorprende mucho haber llegado al momento de leerlo sin saber nada de la historia, sin conocer ese final que es la verdadera joya de esta historia, y no quizás por el final en sí, si no porque ha conseguido no dejarme indiferente y sobre todo pensando. Siempre suelo poner algo sobre el libro pero está vez no lo voy a hacer porque para mí ha sido una delicia descubrir lo que esconden sus páginas y creo que quien quiera leerlo, debería hacerlo así, "a ciegas".

He leído dos libros del autor, y han sido dos historias totalmente diferentes pero ambas me han gustado mucho. Admiro su facilidad para crear estas historias que hacen te hacen que la cabeza explote. Muy fáciles de leer y totalmente adictivas.

Como he dicho antes, hace muchos años que leí "La última salida" primer contacto y quién lo haya leído no creo que haya sacado de su cabeza a la zariguella, a mí todavía me ronda de vez en cuando.

No creo que tarde mucho en leer otro de sus libros. Y vosotr@s, ¿Habéis leído al autor? ¿Cuál es vuestro libro favorito?

Por fin he leído "El pantano de las mariposas" tras aquel primer contacto con el autor gracias a un libro que me apasionó: "La última salida" (Aquí la reseña). En ésta ocasión la trama no tiene nada que ver y de hecho nos lleva al mismo escenario que otra de sus novelas, "Benjamin", que junto con ésta y su próxima publicación forman una curiosa trilogía donde el nexo está en su ambientación, en Carnival Falls, pero que gozan de historias independientes que hacen innecesaria una lectura conjunta. ¿Qué secretos esconde ese lugar?

En ésta novela compiten dos mentalidades, dos teorías yuxtapuestas que obligarán al lector a elegir en cuál de las dos decide creer. ¿Hay vida extraterrestre originando todos esos inexplicables sucesos, o no es más que una misteriosa sucesión de desapariciones? A falta de una explicación lógica, Sam crece sin saber qué ocurrió la fatídica noche en que desapareció su madre. La da por muerta, pero juraría haber visto como alguien... o algo, la arrastraba lejos del coche donde tuvieron el accidente.

Por ello, Sam vivirá en la granja de los Carroll junto con otros niños de acogida, amigos y enemigos. Fuera de allí, se encuentra su mejor amigo, Billy, y el matrimonio de los Meyer a quienes tanto quiere y cuida. Claro que no tendría sentido imaginar que su vida sigue una rutina y no está plagada de misterios y aventuras, ¿Verdad? Y casi todos ellos cobrarán fuerza con la llegada de Miranda, una niña rica de deslumbrante belleza que captará toda su atención.

Juntos, los tres amigos tratarán de averiguar qué ocurrió con la madre de Sam y desenmascararán a los niños que tratan de convertir su vida en un infierno. Pero a veces el pasado esconde más secretos de los que querríamos encontrar... y otras, el mayor de los secretos está ante nuestras narices.

Su estilo es muy ligero y de fácil lectura, además, los tres protagonistas no tardan en ganarse el cariño del lector y resulta imposible no simpatizar con sus causas o temer por su destino. Quizá echo en falta algo de esplendor para el resto de personajes, que por mucho que se esfuercen no dejan de ser secundarios sin el peso o carisma suficiente para destacar.

En cuanto a la historia, las vidas de los personajes irán ganando más carga que el misterio en sí, así que no lo consideraría un thriller al 100% porque la tensión apenas se concentra en un par de capítulos, mientras que el resto es la vida de todos ellos a lo largo de los años hasta un desenlace en su etapa adulta. Ahí llega la bomba.

El desenlace es de 10. La clase de final que te hará volver a hojear todo el libro, releer pasajes, preguntarte cómo has podido pasar por alto ese detalle... y sentir el antojo de leerlo otra vez como si fuera la primera. Porque tu visión cambia y el truco funciona. Descubres cómo tu mente juega contigo sin que siquiera te des cuenta. Porque la realidad adopta innumerables formas y nadie tiene potestad sobre ella.

Ha sido un placer conocer a Sam, y desde luego no veo el momento de volver a adentrarme en Carnival Falls para seguir descubriendo más sobre sus complejos misterios.
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