El señor de las moscas

El libro es un gran clásico pero no me ha convencido. Me ha resultado bastante aburrido y lo único que se salva es que se desarrolla en una isla desierta y es de aventuras.

La trama es sencilla. Un grupo de niños queda varado en una isla deshabitada y necesitan descubrir cómo sobrevivir. En cambio, se desmoronan y se comportan violentamente por diferencias de prioridades y problemas de liderazgo.

El autor Golding nos ofrece una visión sombría de la humanidad. Entiendo que por mucho que esperemos que los humanos siempre se comporten de manera humana, nuestra especie muy a menudo no lo logra pero yo sigo creyendo que hay que intentarlo.

Es un gran clásico y me hizo pensar.  Pero al final, no estoy de acuerdo con la visión de Golding sobre la humanidad y tampoco me resultó entretenido.

Pinchazo gordo, me esperaba otra cosa y me he encontrado con una mezcla de la serie Perdidos con Los Goonies de protagonistas. 😵

El señor de las moscas es una novela alegórica, lo que significa que el escritor transmite muchas de sus ideas y temas principales a través de personajes y objetos simbólicos. En la obra se personifica el problema entre la civilización y el salvajismo en el conflicto entre los dos actores principales de la novela: Ralph el protagonista, que simboliza el orden y el liderazgo; y Jack el antagonista que encarna el salvajismo y la aspiración de poder.

La preocupación central que el lector se encuentra en este libro es el conflicto entre dos impulsos competitivos que existen en todos los seres humanos: el instinto de vivir según las reglas, actuar pacíficamente, seguir órdenes morales y valorar el bien del grupo contra el instinto de gratificar los deseos propios, actuar violentamente para obtener la supremacía sobre los demás, y hacer cumplir la voluntad de uno.

Me gustó mucho desde el principio el personaje de "Piggy", nombre que resulta llamativo y que desde el principio él dice que le llaman así (supongo que en el colegio) a modo de advertencia para que nadie lo haga nunca y lo único que obtiene es lo contrario, y se le queda ese nombre hasta el final, provocando las burlas de todos, pero es el personaje que representa la moral y la razón, que ayuda con su forma de pensar y de actuar y lo más importante, que no tiene emociones salvajes.

Es un libro que tenía ganas de leer hace tiempo y realmente impresiona la lectura, lo que provoca el paso de los días en esa isla y comprobamos lo que implica que el instinto de salvajismo es mucho más primario y fundamental para la psique humana que el instinto de la civilización. al final te das cuenta de que esos niños han perdido totalmente esa inocencia que veíamos al principio, y realmente resulta muy chocante ver ese comportamiento más propio de adultos que de niños de edades entre los seis y los doce años.

Un libro más bien corto, no llega a las trescientas páginas, fácil de leer, que te hará pensar y reflexionar, con momentos duros y algunos desagradables, donde vemos la maldad humana y el poder del instinto que permanece dormido dentro de todos los humanos cuando no hay una autoridad que mantenga el orden.

Mi cerebro de adulto no estaba preparado para leer esta impactante novela, un montón de niños sueltos sin ningún adulto, en una isla. Lógicamente, es un caos, pero de los buenos. Me deja sentimientos enfrentados: me gusta la manera en que está escrito, pero no me gusta lo que representa.
Con unos personajes mejor perfilados que otros, es un desbarajuste de muchos nombre en una trama que va poco a poco hasta desmadrarse del todo.
Sinceramente, me ha dejado un nudo en el pecho que no se me quita, esos niños forman su propia sociedad, con sus normas, sus grupos, sale todo lo bueno y todo lo malo de cada uno, un libro bestial que no sé por qué he tardado años en leer.
Si necesitáis algún ejemplo de libro que deje estrujado el corazón hasta horas después de leerlo, este es el vuestro, valor y a por la bestia.

El señor de las moscas es la primera novela de Golding y la que más éxito ha tenido. La verdad es que buscando por aquí he encontrado otras y las he colocado en mi lista de pendientes, pero dudo que ninguna sea como esta historia.

A lo largo de la historia el autor se centra en varios temas, por un lado la pérdida de la inocencia infantil, por otro la vida en ausencia de normas, también el comportamiento del ser humano delante de una injusticia y frente a condiciones extremas y de estra mezcla sale una historia perturbadora, que supongo que nos afecta más si pensamos que quién la está viviendo son niños y adolescentes.

Lo que siempre me ha parecido curioso es que sea un libro que se supone que está escrito para los niños. Para un público adolescente me parece bien, aunque supone un antes y un después su lectura, pero no creo que sea apto para niños pues sus 286 páginas se pueden hacer duras en algún momento. Además, no creo que se llegue a entender todo lo que el autor metió en esa historia que no tiene nada de simple.

Los personajes por ejemplo están muy bien perfilados y cada uno representa algo diferente.

Tenemos por ejemplo a Piggy, es quizá el chico que más me impacta. El apodo es porque es un chico gordo, además es asmático y lleva gafas, ya antes de llegar a la isla era el blanco de las crueldades de sus compañeros y aquí la cosa no cambia. Es el más inteligente y sensato de todos, pero no se le tiene en cuenta por su aspecto físico.

Luego está Ralph, el jefe de todos ellos, elegido de forma democrática. Aunque al inicio parece que deje de lado a Piggy, a medida que pasan los días en la isla se apoya más en él.

Jack es el antagonista de Ralph, los dos son de los chicos mayores y son bastante parecidos. Él también querría ser líder pero acabará siendo el jefe de los cazadores, tiene no solo la fuerza sino la audacia de imponerse a los demás.

Se dice que este libro es una alegoría sobre los principios que rigen una sociedad. Así Ralph sería la democracia, Jack la dictadura, que quiere arrebatar el poder a la fuerza. Piggy sería los intelectuales, la sabiduría, aunque carece del carisma del primero y de la fuerza del segundo.

La caracola que usan en sus asambleas y que da el poder de la palabra son las leyes, lo que da legitimidad a quien la tiene, aunque muchas veces se hable saltándose el tenerla o no. Y la bestia a la que todos temen es lo desconocido, lo que aterroriza a los ciudadanos por simple desconocimiento.

Es una historia que me gusta mucho y que creo que a pocos lectores puede dejar indiferente. El ritmo de la novela va aumentando a medida que pasamos páginas, convirtiéndose en algo frenético y muy tenso a medida que llegamos al final. Respecto a como termina, he leído muchas críticas sobre ello, pero si pensamos en lo que significa la novela y como se ha ido desarrollando, no me parece mal, de hecho no veo que otra cosa podría haber inventado el autor.

El señor de las moscas es una de esas lecturas que no notan el paso del tiempo, que podemos leer en cualquier momento y será igual de actual. Y lo mejor de todo es que cuando lo terminemos, nos obligará a pensar en lo leído, en como interpretar ese final y como una situación puede desembocar en una tragedía cuando no hay normas o estas se saltan según los propios intereses. Así pues, una lectura totalmente recomendada, es bastante fácil de leer, su comprensión no supone un problema para ningún tipo de lector y seguro que no la podéis soltar hasta conocer qué les ocurre a estos chicos.

Al terminar el libro quedé sorprendida, casi para mal. No pude cerrarlo, y seguí leyendo los datos biográficos de su autor, y ahí leí la clave: Golding, en 1983, recibió el Premio Nobel de Literatura por “su capacidad para unir tanto la oscura realidad del ser humano con un vibrante espíritu de aventura”. Ese final que me disgustó tanto enmarca toda la novela en una aventura.

Ahora bien, esa aventura transcurre en una isla perdida, y la llevan adelante un grupo de muchachos perdidos, de variadas edades, que caen ahí por un accidente aéreo. La repetición “perdida”/”perdidos” es intensional: todo se va perdiendo, especialmente, la cultura, la cultura inglesa que tanto ponderan estos chicos al comenzar la historia.

Como en todo grupo humano puesto en una situación extrema, las emociones se desbordan y lo peor avanza. No olvidemos que “el señor de las moscas” no es otro que Belcebu, la maldad. Pero, también, en algunos de ellos, permanece el sentido común, manifestado aquí con el humo que necesitan para enviar una señal que indique que están allí.

Esperaba otro desenlace. Por eso cuatro estrellas y no, cinco. La acción está matizada de descripciones maravillosas, tanto para la belleza de la isla como para la crueldad de los acontecimientos. Es una muy buena novela para pensar un poco en la naturaleza humana.