Mi cerebro de adulto no estaba preparado para leer esta impactante novela, un montón de niños sueltos sin ningún adulto, en una isla. Lógicamente, es un caos, pero de los buenos. Me deja sentimientos enfrentados: me gusta la manera en que está escrito, pero no me gusta lo que representa. Con unos personajes mejor perfilados que otros, es un desbarajuste de muchos nombre en una trama que va poco a poco hasta desmadrarse del todo. Sinceramente, me ha dejado un nudo en el pecho que no se me quita, esos niños forman su propia sociedad, con sus normas, sus grupos, sale todo lo bueno y todo lo malo de cada uno, un libro bestial que no sé por qué he tardado años en leer. Si necesitáis algún ejemplo de libro que deje estrujado el corazón hasta horas después de leerlo, este es el vuestro, valor y a por la bestia. |