Otras voces, otros ámbitos de
Truman Capote
Permíteme que comience diciéndote que yo estaba enamorado. Una confesión corriente, es verdad. Pero no un hecho ordinario, porque muy pocos aprendemos que amor es ternura y que ternura no es, como muchos sospechan, piedad. Y somos poquísimos los que sabemos que la felicidad en el amor no es la concentración absoluta de todas las emociones en otra emoción. Siempre hay que amar muchas cosas que el amado solo puede simbolizar. Los verdaderos amados del mundo son, a ojos de sus amantes, lilas en flor, fanales de barcos, campanas de escuela, un paisaje, conversaciones recortadas, amigos, el domingo de un niño, voces perdidas, el traje favorito, el otoño y las demás estaciones, la memoria, sí, porque es la tierra y el agua de la existencia, la memoria. La lista es nostálgica, pero ¿dónde podría encontrarse un tema más nostálgico? A tu edad la mayoría de las sutilezas son inadvertidas. Aún así, supongo que pensarás que es increíble, viéndome tal como soy ahora, que haya tenido alguna vez la inocencia de sentir un amor como ése.
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