La última salida

Confieso que compré la novela porque me llamaba muchísimo la portada, y por eso la elegí antes que El pantano de las mariposas, que tiene más fama, o La hija ejemplar, que es la última que ha publicado. Afortunadamente me salió bien la apuesta 😅

Es un libro de esos en los que te pasas buena parte perdida, no sabes bien qué está pasando y el temor de que sea una estupidez o una genialidad te envuelve en cada paso de hoja. al comienzo me recordó a Paul Pen y su maravillosa El brillo de las luciérnagas por la manera de llevar de la trama (como dato curioso, aparece su nombre en los agradecimientos).

La historia comienza con Ted, que va a volarse la tapa de los sesos hasta que un extraño toca la puerta de su casa y se lo impide, ofreciéndole una salida más decorosa. A partir de ahí se narran los hechos desde varias perspectivas y no sabes muy bien qué es real y que no, si el protagonista está en sus cabales o necesita ser internado, pero siempre manteniendo el interés ya que los capítulos cortos y la acción constante invitan a intentar esclarecer el misterio por uno mismo.

A mí el final me ha gustado mucho y no me ha chirriado para nada, pese a que lo que ocurre en los últimos párrafos del epílogo no lo he entendido 😫 (aun así, tampoco es relevante, signifique una u otra cosa ni cambia el final ni deja la trama abierta, creo). En definitiva, he disfrutado mucho el libro y con el año que llevo se lleva las 5 estrellas de calle.

“Ted McKay estaba a punto de pegarse un tiro en la sien cuando el timbre de su casa empezó a sonar con insistencia.
Esperó. No podía apretar el gatillo con alguien afuera. Vete, quienquiera que seas.” ~ La última salida de Federico Axat.

Bueno, vamos a ver cómo hago yo una reseña y expreso mi opinión sobre este libro. Nada fácil. Los que lo habéis leído me entenderéis.

Así con esa frase que he puesto de cabecera comienza esta historia. El suicidio de Ted queda interrumpido por un hombre que le ofrece un trato. Y a partir de ahí... a partir de ahí ya no puedo contar nada más. ¿La razón? No es no hacer spoiler, es que me resultaría imposible. Así, tal cual.

Cuando subí la reseña de Amnesia muchos me recomendasteis este libro así que ahí fui y me enganchó en la primera página. Acabé la primera parte, comencé la segunda y dije “¿queeeeeé?”. Me sentí más perdida que Alicia en el país de las maravillas. Como se me juntó con otras lecturas lo aparqué y cuando lo volví a retomar tuve que volver a comenzar porque era necesario.

En este segundo comienzo, ya iba preparada para todo pero en más de una ocasión pensé que me estaba despistando porque no me enteraba de nada. Todo era un “pero, vamos a ver, céntrate que no sabes ni lo que les” hasta que al final he decido leerlo sin pensar, sin crearme escenarios mentales porque no los hay. Es un libro para leer sin intentar entender mucho porque Axat juega contigo desde el primer momento. Ya a mitad del libro la historia comienza a perfilarse -hasta ese momento es una sucesión de escenas que no sabes de qué van- y entonces puedes posicionarte en alguna parte.

de los que he leído del autor no es el que más me ha gustado. Quizá porque mi mente es demasiado lógica y en este libro andaba perdida. de hecho he esperado para puntuarlo porque así al terminarlo la nota que le daba era más baja. Reconozco que si no supiese de los juegos de este autor, hubiese plantado porque me parecía todo un sin sentido. Así que si lo lees, y te pasa algo igual, inténtalo. Te gustará más o menos pero al final todo cuadra y Axat escribe muy bien.

Hace años que tengo este libro en la recámara, sobre todo después de que varias amigas lo recomendaran, pero nunca me decidía a leerlo, no sé si por miedo a la decepción (no sería la primera vez) o porque realmente no era el momento. Pero esta vez no lo he dejado pasar; por fin, ha caído.

El libro empieza fuerte. Ted está en su despacho a punto de suicidarse. Ha elegido bien el momento y lo ha preparado todo a la perfección: un nuevo testamento, la familia lejos, la puerta cerrada y una nota para evitar que las niñas le vean cuando vuelvan. Pero cuando por fin se dispone a apretar el gatillo, una insistente llamada en la puerta y la propuesta que sigue a esa llamada cambian su vida y su percepción para siempre.

El libro está escrito como si fuera un laberinto, empiezas de una manera, de repente da otro giro, vuelves a retroceder, avanzas más, das otro giro, retrocedes de nuevo,..... al principio no sabes por donde coger el libro, más tarde empiezas a entender lo que sucede y crees que ya no te va a sorprender, pero entonces aparece otra vuelta de tuerca y tienes que cambiar la perspectiva, para después....

El libro va de menos a más, te atrapa entre sus páginas sin que te des cuenta, y llega un momento que tienes que avanzar, saber qué pasa, terminar, convirtiéndose casi en una obsesión.

La primera parte del libro es una auténtica locura. Lees y no entiendes nada; y, lo que es peor, cuando crees que entiendes algo, sigues leyendo y todo se pone del revés y te das cuenta de que no has entendido absolutamente nada. Y no sabes si Ted está loco o si el loco eres tú. Por suerte, en la tercera parte las cosas se van aclarando. Pero las sorpresas no paran, ni los giros argumentales, ni las vueltas y revueltas que da la historia sobre si misma. Y, cuando llegas al final y todo queda resuelto, de repente hay un epílogo que, sí, te resuelve una gran duda que te había quedado pero te plantea otra no menos grande. Que sepáis que el libro me ha encantado. Me ha enganchado, sorprendido, vuelto loca…; me ha hecho dudar de todo y de todos y no me ha dado tregua. Ya me habían avisado: es muy adictivo, es realmente complicado parar de leer. Además de que la trama engancha, la lectura es muy sencilla y el autor sabe manejar a la perfección la tensión narrativa para que nadie se le escape.

Suena interesante, ¿Verdad? Pues ahora es cuando vengo y os digo que esa sinopsis sólo te cuenta lo que sucede en las primerísimas páginas del libro. El resto, una experiencia con los ojos vendados donde el lector va dando palos de ciego guiándose por las sutiles pistas de Federico Axat, quien parece tener mucha experiencia tejiendo historias con múltiples giros y acontecimientos inesperados. Nada es lo que parece, nadie es quien dice ser, no sabemos nada y lo que creemos saber esconde múltiples secretos.

La primera mitad de "La última salida" es la más calmada y tal vez extraña, ya que no estamos muy seguros de lo que estamos leyendo o cómo encajar las piezas. Por suerte, llegará un punto en el que éste original tablero comience a cobrar forma y le encontremos sentido a todo lo que llevamos leído. ¡Así, de golpe! Y no hablo de piezas y tableros por casualidad; el protagonista es un verdadero profesional del ajedrez y éste elemento tendrá mucha importancia a lo largo de la obra. ¿Creéis que en este tipo de novelas existe algún detalle dejado al azar? Para nada, poco a poco todo encuentra su lugar.

Es curioso porque llegado un punto de la novela me sorprendí pensando "Cuánto me recuerda esta forma de contar las cosas a algunas películas de Christopher Nolan". Poco después yo y mi curiosidad descubriríamos que el autor es fan de este director... aha. Todo cuadra. Seguro que quienes hayáis leído la novela hasta sabéis por qué lo digo, pero yo no puedo permitirme dar más pistas.

Respecto a los personajes, es difícil decir que están bien definidos porque hasta ellos van variando a lo largo de la novela y solo al final crees conocerlos de verdad. Son apasionantes, eso sí. Ted McKay me ha parecido uno de los mejores protagonistas que he tenido el gusto de leer, capaz de sustentar toda la historia con su sola presencia. El resto se van presentando como secundarios aunque prácticamente se hagan indispensables, ya que ellos son los que tejen el hilo conductor de la novela y no el propio Ted. No he sentido que nada sobrase, quizá y sólo quizá algunos intentos por relacionar a unos personajes con otros y distraernos de lo verdaderamente importante.

Como viene siendo tradición, se ha anunciado que habrá adaptación cinematográfica de esta novela... ¡Y estaré encantada de verla! Aunque la historia tiene un ritmo tan bueno que de algún modo ya es como disfrutar de una película, solo que más imaginativa y con un reparto elegido por ti (No diré quién era mi Ted, que a lo mejor eso sí sea un spoiler).

Es lo primero que leo de este autor aunque ya me habían hablado muy bien de él, y por una vez no tengo que lamentar haberme llevado una desilusión. La novela es "muy yo", de las que no te dejan saber nada y se arman como un rompecabezas bastante complejo, para qué engañarnos. No os dejéis engañar por los primeros capítulos ya que una vez situada cada pieza en su posición, una vez iniciado el juego, cuando creas que conoces las respuestas... es entonces y sólo entonces cuando empezará la verdadera partida y creédme, os costará salir de ella.
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