Las gratitudes

✒️Pasé unos amargos momentos al comenzar esta dulce novela.
La senectud avisa independientemente de la edad. Desorientación a la salida de un centro comercial o al bajarte de uno de los ascensores de la vivienda que ocupas. Como no ocurre siempre...
✒️Me asombró la destreza de la joven Delphine de Vigan al plasmar los problemas de lenguaje la anciana Michka. Nuestros órganos fonadores actúan de forma independiente a nuestro cerebro. Pensamos en casa y pronunciamos camino. Queremos decir paraguas y nos sale coche. Porque para ir a la vivienda recorremos un trayecto o tenemos que protegernos de la lluvia por huir del tráfico,… Aún no siempre ocurre.

✒️Te falta tiempo para hacer lo que has tenido décadas para realizar.
Marie ayuda a Michka. Decadas antes fue al revés. No olvidemos el título de la novela y “Las gratitudes” suelen ser mutuas y recíprocas. Jérôme lo hace desde su ingreso en la residencia, resignación, … como se diga. Es el logoalgo de la resitencia .
✒️ “Envejecer es aprender a perder” y, a eso no nos acostumbraron. Tenemos miedo a perder la oportunidad de expresar nuestros agradecimientos, nuestras gratitudes, a quienes nos ayudaron. Michka a una familia que la ocultaron en su niñez por ser judía,… El parvulito/abuelo lector (siempre estuve en escuelas) a su vecina Aurora Estrada, enfermera del Dispensario antituberculoso que le salvó la vida. Aún no pudo.
✒️ Nadie nos avisa de que se acaba el tiempo para expresar "Las gratitudes". Así que gracias a @anagramaeditor y a Delphine de Vigan.
✒️"Ha sido un placer" "Muchas gracias" "De nuevo, agradecido"

Pese a no ser lo que esperaba, mi primer de Vigan me ha parecido un novela a primera vista sencilla, de lectura ágil pero sin duda con una sensibilidad y profundidad enormes.
Da para reflexionar y claramente sería un buen libro a analizar y debatir en un club de lectura.
El final es verdad que me ha parecido algo previsible, pero me ha encantado el viaje y repetiré autora sin duda.

Una preciosidad de libro, una de esas joyas literarias que de vez en cuando llegan a las manos de un lector y ya nunca olvidará
Es una historia dura contada de tal manera que sólo se siente ternura.
Una protagonista que me ha atrapado y me acompañará durante mucho tiempo
Cien por cien recomentado
Cortito pero intenso

Se trata de un libro magistral sobre la vejez, tratado con gran sensibilidad y respeto. Una reflexión sobre qué significa envejecer, poniendo especial atención en pequeños detalles ("insignificantes" pero tan significantes) en los que en principio no repararías. Cuando se leen, con esa prosa directa y sin recargamientos, de gran belleza en su simplicidad, puede entenderse su importancia dentro de este gran viaje que es la vida. Lo leí de una sentada, y alterné sonrisa y llanto en esas tres horas. Maravillosa lectura que recomiendo a todo el que quiera saber qué se siente al envejecer.

Léela, te hará sentir mejor.
Decir que nunca agradecemos suficientemente a los otros, a los que nos ayudan a pasar por la vida, es de perogrullo pero tan cierto. Quizás en las pérdidas es cuando podemos ser más conscientes. Los personajes del libro nos traen el agradecimiento, la gratitud, preciosa palabra. Lo que no se dice no existe. Ante la generosidad, la empatía, la ayuda desinteresada… la respuesta debe ser la gratitud y decirlo nos hará sentirnos mejor

La forma de escribir de la autora el lenguaje cuidado y sobre todo la gratitud y la esperanza que desprende en cada uno de sus capítulos me ha encantado.
Me esperaba un libro mucho más triste ya que trata esa enfermedad que hace olvidar todo, pero al final me ha dejado muy buen sabor de boca.
En resumen, es una novela positiva y llena de gratitud.
Un libro para reflexionar.

Un libro corto, pero tan grande a la vez.
La vida, que pasa en un suspiro, la vejez, la soledad, las palabras que nos quedan por decir, el cariño, la gente que suma.
Aún tengo el corazón en un puño con esta preciosidad.
No puedo negar que me da miedo la vejez. El no poder, el no poder sobre todo de la mente. El miedo y la indefensión . La soledad. La culpa.
El que se haya quedado cosas, el no haberlo hecho bien.
Cuidémonos siempre, digamos cuánto nos queremos u no olvidemos agradecer. Qué fácil es enfadarse y cuánto cuesta un té quiero, o gracias.
un libro que remueve.

❤ Las gratitudes ❤

Un libro que no es para nada lo que suelo leer ,que llegó a mi a través de verlo por bookstagram y que ha sido todo un descubrimiento.

Lo leí practicamente a ciegas sabiendo que todo el mundo hablaba muy bien de él, que tenía muy buenas valoraciones en Goodreads y que trataba sobre una anciana y la vejez.

Es una historia muy necesaria sobre la ancianidad, la importancia de dar siempre las gracias y expresar lo que sentimos con palabras y ayudar y estar presente en la vida de las personas que se encuentrane en esta etapa de la vida.

Sin duda cuando no sepáis que libro regalar a alguien que lee mucjo o a alguien que no lee absolutamente nada regaladle este libro , yo lo he disfrutado muchísimo y es una lectura obligatoria para cualquiera, de esas intensas, de esas que dejan huella.

Michka es una mujer que ha sido muy activa, vive sola y no tiene familia, por lo que cuando comienza a sufrir afasia no le queda más remedio que internarse en una residencia.
Marie, una vecina que tenía Michka, es la única persona que la visita y, junto con Jérôme, el logopeda, intentan hacer que nuestra protagonista no pierda la capacidad de comunicarse y se involucran en conseguir el deseo que tiene de mostrar una gratitud pendiente.
En Las gratitudes exploramos esos sentimientos, que de algún modo determinan nuestra visión de la vida, y nuestras relaciones con los demás.
Como dice la autora, es muy fácil dar las gracias, pero no tan fácil expresar gratitud. Todos tenemos gratitudes pendientes, dolorosas o arriesgadas que nos hacen reflexionar y nos invaden de nostalgia.

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Hay historias que no necesitan mil páginas para emocionarnos. Puede que me llegara más hondo por haber visto en primera persona cómo alguien a quien admiras y adoras va poco a poco desapareciendo, no dejando más que una figura irreconocible, una sombra de lo que fue. Una no puede parar de acordarse, a lo largo de la lectura, de todas las veces que ha querido agradecer algo a alguien, de la importancia de decírselo y del puesto tan relevante que ocupan las palabras y los recuerdos en nuestro ser.