Primer libro de Agatha Christie, publicado en 1920, donde nos presenta al detective Hercules Poirot, que será una figura muy importante en sus siguientes libros. La millonaria Emily Inglethorp es encontrada muerta en su cama, aunque al inicio se creía que había muerto debido a un paro cardiaco, ya que las puertas estaban cerradas por dentro, pero el médico de la familia tiene sospechas sobre esto, así que un amigo de la familia que estaba de paso y que por casualidades de la vida conoce al investigador Hércules Poirot, quien comienza con su peculiar forma de indagar, es aquí cuando se muestra como nadie tenía una cuartada coherente, y que se descubre que la difunta murió de forma natural sino por envenenamiento. Es aquí cuando comienza realmente la historia, con un nuevo marido más joven que la difunta, dos hijastros con los que pudo haber tenido problemas de herencia, una cuidadora y un médico como sospechosos de esa noche todo puede ser posible. Hastings, el amigo de la familia, nos representará ya que Poirot le hará pensar tantas cosas para encontrar el culpable que también nosotros pensaremos como él. Como siempre los libros de Agatha me hacen creer que cualquier puede ser el culpable, nunca he podido llegar a descubrir al culpable porque en el último momento siempre sale algo que le da vuelta a la historia. Además, me gusta que sus libros no son largos así que no se vuelven engorrosos, y aunque son considerablemente cortos no siento que le falten hojas, siempre es la historia justa y por eso me encanta la autora. + Leer más |