¿Qué se puede decir de algo que es simplemente perfecto?
La bilogía
Seis de Cuervos de
Leigh Bardugo es… maravillosa, fantástica, una obra de arte. Entre los dos titulos suman casi 1200 páginas y todas, todas y cada una de ellas son impresionantes. Si… me han gustado ¿se nota no? Pero es que, en serio, es lo mejor que he leido en mucho tiempo.
El primer libro,
Seis de Cuervos, nos presenta a nuestros protagonistas, Kaz, Inej, Jesper, Wylan, Matthias y Nina. Cada uno de ellos es distinto del otro, todos tienen algo que los hace especiales y un encargo del que todos saldrán beneficiados hará que se unan formando un grupo de lo más pintotesco.
- Kaz, es el cabecilla de una banda de delincuentes y una de las personas más peligrosas de Ketterdam.
- Inej, forma parte de la banda de Kaz, es su araña, su espectro. Sigilosa e inteligente.
- Jesper, es el mejor pistolero de los despojos, la banda de Kaz.
- Wylan, es el hijo de uno de los mercaderes más importantes de la zona.
- Matthias, es un fjerdano cazador de grishas encerrado en una prision bajo tierra.
- Nina, es una grisha que trabaja en una casa de placer y forma parte de los despojos.
Como veis, una panda de «despojos». Nunca mejor dicho.
La aparición de una droga que afecta a los poderes grisha hará que todo el mundo haga lo imposible para hacerse con ella y así tener en sus manos ese poder incalculable. Debido a esto Kaz recibirá una oferta de manos de quien menos se lo espera. La propuesta de sacar al descubridor de la jurda parem de la Corte de Hielo, lugar sagrado de los fjerdanos, a cambio de una gran suma de dindero. Pero no podrá hacerlo solo, y para ello juntará a las Seis personas más distintas entre sí y a la vez las más peligrosas. Además del robo y todo lo que llevarán a cabo para conseguir lo que se han propuesto, lo mejor, sin duda son ellos, nuestros seis inadaptados. Sus vidas, sus traumas y lo que harán para ir superandolos, sus sentimientos, antiguos y nuevos… es una absoluta maravilla. Esa evolución tan tremendamente bien hilada me ha hecho disfrutar como una enana de ésta lectura, y nada más acabar, coger sin pensarlo ni un segundo
Reino de Ladrones