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Me voy y le dejo en paz. O en guerra, porque con usted no se sabe.

—¿Y qué va usted a hacer? —pregunté.

—Fumar —respondió—. Es un problema de tres pipas, así que le ruego que no me dirija la palabra durante cincuenta minutos.

Se acurrucó en su sillón con sus flacas rodillas alzadas hasta la nariz de halcón, y allí se quedó, con los ojos cerrados y la pipa de arcilla negra sobresaliendo como el pico de algún pájaro raro.

No sabe si es capaz de afrontar la vida en otra parte. No sabe si es capaz de encogerse para encajar de nuevo en el mundo.

«¿Libertad? ¿Y para qué la quiero? La felicidad consiste en amar, en desear lo que ella desea y pensar lo que ella piensa, es decir, en no tener libertad ninguna. ¡Eso es la felicidad!».

Para un droide las batallas son principalmente un asunto de ruidos fuertes, y que los humanos te aparten del camino.

El tiempo emocional discurre de forma distinta al tiempo real. A veces en un día, un día maravilloso o terrible, se avanzan o retroceden diez años de golpe y a veces dos años maravillosos y terribles parecen haber sido solo unos pocos días.

....Quizá no haya nada tan extenuante como vivir bajo la tiranía sensual de una belleza fija, detenida en el tiempo....

La muerte, fin inevitable de todo, se le presentaba por primera vez con toda su fuerza irresistible.

Ocupado siempre de sus obligaciones profesionales, sólo le había llegado un reflejo de la vida. Y cada vez que se topaba con la vida de verdad, se echaba a un lado.

La pena es una grandísima ladrona. Si no andas con cuidado, te lo quita todo.

Si se mete contigo, Lennie, nos meterán en la cárcel. Puedes estar seguro. Es el hijo del patrón. Escucha, trata siempre de estar lejos de él, ¿oyes? No le hables nunca.

Yo la quise, pero no me caía bien. No me gustaba pasar tiempo con mi madre. Ella se sentía una ruina abandonada y esperaba la demolición.

Sentirse vivo a través de una pasión era lo que verdaderamente hacía a la gente seguir adelante .

Pero debemos elegir nuestras batallas con cuidado. Que alguien se comporte de cierta manera no implica que tengamos que reaccionar igual. Eso es lo que nos hace distintos. Lo que nos hace buenas personas.

Las últimas gotas cristalinas de confianza y ternura, pensaba, se habían secado; todo era odio reseco y abrasador. Ya no necesitaba controlar su resentimiento por miedo a ser injusta con él; había jugado con ella, como había dicho Maynard; no había sido considerado con ella, y ahora era vil y cruel. Tenía motivos suficientes para su amargura e ira; no eran tan terribles como le habían parecido.

Marty era pesimista, como todas las inteligencias temerarias. En la vida hacía lo mismo: afrontaba audazmente las dificultades, aunque nunca estaba segura de poder superarlas.

El miedo daba poder, pero el dinero lo aseguraba.

Tal vez el amor no debería cimentarse en la renuncia, pero tal vez tampoco pueda existir sin ella.

No de esa que fuerza a dos personas a encajar, sino de la que afloja las amarras, de la que deja espacio para crecer. De la que dice: «Habrá un hueco con tu forma en mi corazón y, si tu forma cambia, me adaptaré».

Sempre adiante de xeito inexorable, aínda que ás veces a desgraza sexa tan insoportable que emelle que o mundo enteiro merece rebentar.

No es infidelidad apartarse de una persona a la que ya no tienes nada que ofrecer, para la que ya no haces de la vida algo vivo. En este caso, hacerse a un lado sería un acto de fidelidad.