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Las tres muertes de Fermin Salvochea de Jesús Cañadas
El pueblo no necesita religión, señora. El pueblo necesita pan. Y trabajo. El pueblo necesita ideales: libertad, conciencia, autonomía.
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Las tres muertes de Fermin Salvochea de Jesús Cañadas
El pueblo no necesita religión, señora. El pueblo necesita pan. Y trabajo. El pueblo necesita ideales: libertad, conciencia, autonomía.
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El laberinto del Fauno de Guillermo del Toro
El mejor lugar para guardar secretos es dentro de uno mismo.
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Los Miserables de Victor Hugo
No preguntéis su nombre a quien os pide asilo. Precisamente quien más necesidad tiene de asilo es el que tiene más dificultad en decir su nombre.
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El desorden que dejas de Carlos Montero
Los tiempos difíciles son el mejor terreno abonado para que germine cualquier acto miserable.
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Los gozos y las sombras. 3. La Pascua triste de Gonzalo Torrente Ballester
Las situaciones felices son todavía más si se recuerdan las desdichadas.
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Rabia de Stephen King
Leny Bruce afirmó cierta vez que no hay manera de limpiar un moco de una chaqueta de ante.
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Guerra y paz de León Tolstoi
Los dos guerreros más poderosos con los que se puede contar son la paciencia y el tiempo.
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El Animal Más Peligroso: Un Thriller Victoriano de Gabriel Antonio Pombo
La mujer parecía muy entretenida y de buen humor junto a su gentil compañero. Como si este no fuese un cliente más y no se tratara de una de las tantas transacciones mercantiles que noche tras noche hacía ofreciendo su castigado cuerpo para sobrevivir.
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Macbeth de William Shakespeare
Se ha derramado el vino de la vida y solo quedan posos para gloriarse en la bodega.
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Donde tus sueños te lleven de Javier Iriondo Narvaiza
La vida es eso que pasa mientras esperamos un futuro mejor.
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Hombres buenos de Arturo Pérez-Reverte
Resulta absurdo dar a quien hizo un mal pequeño la oportunidad de que lo haga aún mayor.
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La casa en el mar más azul de TJ Klune
Hasta los más valientes tienen miedo a veces, pero no permiten que ese miedo se convierta en lo único que conocen.
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El Animal Más Peligroso: Un Thriller Victoriano de Gabriel Antonio Pombo
El joven se mostraba en extremo nervioso mientras acarreaba su bolsón. No era para menos. Ya había salvado los obstáculos de las vallas exteriores, colándose entre el esqueleto de hierro y cemento. Debía descender raudamente por aquel hueco negro y llegar, lo antes posible, al sótano.
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El Animal Más Peligroso: Un Thriller Victoriano de Gabriel Antonio Pombo
--Te lo explicaré. Soy una mujer cobrándose justa venganza. Y para los asesinos de tu especie...la mujer es el animal más peligroso... Apoyó la planta de su pie izquierdo contra un hombro del prisionero y, reuniendo todas sus fuerzas, empujó. El cuerpo resbaló sobre el tablón inclinado, despeñándose al vacío con un sordo chapoteo. |
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El Animal Más Peligroso: Un Thriller Victoriano de Gabriel Antonio Pombo
Arthur lo desafió sosteniéndole la mirada. Pero no podía hacer más que ello; estaba indefenso. Sus brazos y sus piernas continuaban negándose a obedecerle. Su atacante se arrodilló a su costado y alzó el brazo armado apuntándole hacia el cuello inerme. Buscaba cercenar la vena yugular, como era su costumbre. El Asesino del Torso se aprestaba a inferir a su nueva presa el golpe de gracia.
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El Animal Más Peligroso: Un Thriller Victoriano de Gabriel Antonio Pombo
Debían apresurarse. Era una ofrenda al Gran Satán, no una carnicería. Por lo menos no lo sería mientras la persona a inmolar estuviera con vida. Luego habría que esparcir sus restos trozados por el río, conforme preceptuaba el libro sagrado.
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La ladrona de libros de Markus Zusak
No puedes quedarte ahí sentado esperando que el nuevo mundo se adapte a ti, eres tú el que tiene que adaptarse...A pesar de los errores pasados.
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Yo antes de ti de Jojo Moyes
¿Quiénes se creen los demás para decidir cómo han de ser nuestras vidas?
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Guía del club de lectura para matar vampiros de Grady Hendrix
Aún recordaba la noche en que siendo una niña algo que se deslizó bajo sus sábanas la despertó, algo pelón, carnoso y frío que trepó por sus espinillas, mientras su hermana soltaba un alto, largo y penetrante chillido como si no fuera a terminar nunca, hasta que su madre apareció corriendo y al retirar las sábanas descubrió una peluda rata agarrada al ombligo de su hermana, mordisqueándolo para abrirse paso.
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