Ya sabéis que no me llevo demasiado bien con los clásicos, pero quise adentrarme en las páginas de este, gracias a las numerosas personas que siempre me lo han estado recomendando y solo puedo decir que se ha convertido en uno de mis favoritos, por la manera en la que está escrito y por las sensaciones que me ha producido. . Su trama es muy atrapante y eso que cuando comencé a leerlo, me costó un montón habituarme al estilo del autor y sobre todo, de poder entender un mínimo de lo que nos estaba contando. Pero una vez superado ese bache inicial, todo fue muchísimo más fácil y como la seda y acabó gustándome un montón, sobre todo llevándome conmigo la de reflexiones que me dio. . No solo me hizo pensar, si no que también me hizo darme cuenta de lo privilegiados que somos al tener tantos libros y una literatura tan extensa en todos los sentidos. Una libertad que en este libro está prohibida, los bomberos queman todos los libros, convirtiendo en cenizas todas las enseñanzas que contienen. . Antes de seguir, me gustaría aclarar que no es un libro que deba leerse rápido, sobre todo porque hay mucho que reflexionar y mucho que entender antes de poder darle fin. Nos enseña como es la política del Gobierno que no quiere que sus habitantes sientan otra cosa que no sea la felicidad y de como todos ellos son guiados como borregos, aceptando que les impongan como deben sentirse y como deben vivir. . Me parece increíble que un libro así fuese escrito en la década de los 50 y de como este autor parecía muchos años adelantado a su época. Casi sentí pánico al imaginar una situación así, en la cual no podamos expresarnos con totalidad, que los libros sean retirados del mercado y que ya nadie los lea. ¿Cómo podría ser un mundo sin los libros? + Leer más |