"Las maquinarias de la alegría" es la novena antología -en orden cronológico- de Bradbury y fue publicada en 1964. Este libro contiene veintiún cuentos que van desde la ciencia ficción, la fantasía, el realismo y hasta dos semiautobiográficos. En el primer cuento que abre la antología, y que le da su nombre, tenemos a tres curas viejecitos que se pelean por citar a Blake y porque uno de ellos mira televisión hasta muy entrada la madrugada. En otro hay niños que crecen hongos gigantes en el ático, en otro hay una criatura incorpórea en un pozo de agua en marte y que espera la llegada de alguien desde hace más de 10.000 años, una mujer con sobrepeso y totalmente tatuada -¿o no?- por su marido, un enano; un ventrílocuo obsesionado con su antigua asistente; un espejismo es descubierto en el medio de la nada y te muestra los lugares que siempre quisiste visitar y no pudiste, Roma, París y hasta Kubla Khan (lugar que se menciona en un poema de Coleridge). Y los mencionados semiautobiográficos, que son "El mendigo del puente O'Connell" y "Un vuelo de cuervos". No es mi antología favorita de Bradbury, pero hubo varios cuentos que me gustaron más que el resto y son: El que espera, Un milagro raro, Y así murió Riabouchinska, El día de muerte (en español en el original). Si ya leyeron varias antologías de Bradbury y no saben por cuál seguir explorando su narrativa es este libro. + Leer más |
Guy Montag es un bombero, pero en Fahrenheit 451 la misión de estos no es sofocar incendios sino quemar libros, un objeto prohibido porque es causa de discordia y sufrimiento. El Sabueso Mecánico del Departamento de Incendios, armado con una letal inyección hipodérmica, escoltado por helicópteros, está preparado para rastrear a los disidentes que aún conservan y leen libros.
Víctor Santos autor de Polar, obra adaptada a película en Netflix, plasma con su dibujo la civilización esclavizada por los medios y el conformismo del clásico distópico de Ray Bradbury.