Novela corta muy entretenida que deja una enseñanza: la mentira tiene patas cortas. Temas: la mentira, el engaño, los orígenes, la vergüenza, el robo, la ambición, la identidad, etc.
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Novela corta muy entretenida que deja una enseñanza: la mentira tiene patas cortas. Temas: la mentira, el engaño, los orígenes, la vergüenza, el robo, la ambición, la identidad, etc.
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Pinchazo. Después de leer otra novela corta de la autora, escogí “El hermano Jacob” porque me llamó la atención, pero no me ha gustado. David Faux es un joven que sueña con ser pastelero y desea poner rumbo a las Indias Occidentales en busca de éxito, riqueza y porvenir. Seis años después regresa a su país natal y se asienta en un pueblo pequeño, Grimworth, donde empieza a tener fama, éxito y a codearse con lo exquisito del pueblo. En ese momento, hace aparición el hermano Jacob dispuesto a desenmarañar sus mentiras y dejar a Faux en evidencia. Esta fábula es un juego de lucha entre el protagonista y su Némesis, que pretende enseñar que mentir está mal y en la que hay cierta comicidad por la actitud sin intención de Jacob. Pero, desafortunadamente, no he podido conectar ni con los personajes ni con la historia. David Faux es embustero, ladrón, mentiroso, vive de ensoñaciones y es ambicioso sólo por dinero y éxito. No tiene nada bueno y creo que la autora ha hecho poco para que el lector empatice con él. Es entretenida, pero sin más. Una pena. ¡Con lo que me había gustado El velo alzado! Lo incluyo en el #retomujeresautoras como categoría comodín (9) y en el #24retosdelectura como autora del siglo XIX (11) y “no te ha gustado el protagonista” (20).
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El libro cuenta las vidas de Tom y Maggie Tulliver desde la niñez hasta su entrada en la edad adulta. Estamos a principios de siglo XIX, en Inglaterra; la familia Tulliver viven en un molino cerca del río Floss; Tom,el hijo mayor, es un niño terco y pragmático; la hija ,Maggie, es una niña inteligente y curiosa, muy apegada a su hermano cuya opinión valora y obedece. El padre decide que Tom estudie para que pueda llevar una vida mejor, alejado del duro trabajo del molino, y que también cuide de Maggie lo mismo que el ha hecho con su hermana. Todos esos planes y deseos se truncan cuando los pleitos en los que se mete el padre, orgulloso y cabezón, les llevan a la ruina. Son varios los temas que se tocan en esta obra como la infancia, sus recuerdos, cómo influye en el futuro, el papel de la mujer en la sociedad victoriana, el perdón.. pero sobre todo el libro cuenta la lucha de Maggie contra sus emociones, dudando sobre qué hacer, si lo que se espera de ella o lo que le dicta su corazón, entre herir a los que quiere o mantener sus promesas. La historia es trágica pero hay pinceladas de humor inglés gracias a las hermanas de la señora Tulliver, criadas en el respeto a las formas y a las tradiciones, en mantener las apariencias. Lo que menos me ha gustado es la lección de moral que está demasiado presente, queriendo demostrar los peligros que me pueden surgir cuando el carácter no está frenado por el respeto por las formas y las costumbres y un recto sentido de los límites. + Leer más |
“El molino junto al Floss” fue el tercer libro publicado por George Eliot (seudónimo de Mary Ann Evans, una de las más importantes escritoras victorianas). Su estética es realista, aunque también está fuertemente cargada de simbolismo. La trama sigue las vicisitudes de la familia Tulliver, que administra el molino harinero del título desde hace ya varias generaciones, y de la familia Dodson, a la cual pertenece la esposa del actual Sr Tulliver. Sin embargo la protagonista indiscutible es Maggie Tulliver, hija menor de la familia, con un carácter impulsivo e intempestivo heredado de su padre, y dotada de una inteligencia inconveniente para una mujer de la época. Al comienzo de la novela, Maggie es apenas una niña y ya es señalada por todos menos por su padre como la oveja negra de la familia por su tez oscura, su pelo negro incontrolable, su tendencia a meterse en problemas y su lengua rápida y filosa. La vida aparentemente idílica de la familia se viene abajo cuando el Sr Tulliver decide emprender un litigio descabellado contra el abogado Wakem por el uso del agua del río. Tras la derrota judicial, la familia debe declararse insolvente y pierde sus bienes, con el molino incluido. Comienza así el derrotero de Maggie y su hermano Tom para sostener a sus padres espiritual y económicamente y tratar de devolverle a la familia el honor perdido. La novela está repleta de personajes y sub-tramas que sería imposible resumir aquí, pero que le dan la oportunidad a Eliot de mostrarnos un don casi dickensiano para la caracterización y el uso idiosincrásico del habla. Bob Jenkins en particular, un fiel amigo de la familia, me recordó a Sam Weller y a Kit Nubbles en su lealtad a sus amos aún en circunstancias adversas. El río Floss atraviesa la narración y cobra un carácter fuertemente simbólico como leit motif asociado a la vida y la muerte: el río como fuente de trabajo y de sustento, pero también su fuerza destructora implacable. El principal problema lo tuve con el desarrollo de Maggie como personaje. Me fascinó su personalidad de niña, que la lleva incluso a buscar a los gitanos para unirse a ellos en señal de disconformidad con el señalamiento permanente de ella que hace la familia de su madre, y también el hecho de que todos consideren una desgracia que ella sea más inteligente que su hermano, porque eso a una mujer sólo puede traerle problemas. Pero luego su evolución en la juventud me pareció no estar a la altura de esa promesa. Maggie tiene una obsesión victoriana insoportable con hacer lo correcto y con seguir estándares morales que no comparte pero que le son impuestos por mandato. Los dos intereses románticos que le salen al paso tampoco me terminaron de convencer. Y el final… bueno, por suerte @booknerd_lp también lo leyó y pudimos compartir un poco nuestra indignación con un desenlace que me pareció absolutamente abrupto e innecesario (crítica que aparentemente también hizo Bulwer Lytton al publicarse la novela y que George Eliot admitió). En definitiva, la pluma de Evans me resultó maravillosa, como cada vez que la he leído, y las reflexiones en torno a las cuestiones de género me parecieron tan adelantadas como las de Jane Austen y Charlotte Brontë, pero le encuentro algunas fallas estructurales. De todos modos disfruté mucho esta lectura. + Leer más |
Mi reto personal de este año 2024 pretende conocer mas a fondo los autores victorianos , una época que me atrae mucho . Entre los títulos que me han recomendado se encuentra El molino de Floss . El molino de Floss fue escrito por George Elliot en 1860 , este es el seudonimo de Mary Ann Evans . Esta novela relata la vida de la familia Tulliver , estos son poseedores de unas tierras y un molino junto al rio , el padre con un carácter bastante combativo siempre está en pleitos con unos y otros. La madre Bessy es una mujer sencilla que procede de una familia relativamente acomodada, algo celosa de sus hermanas ricas por sus convenientes matrimonios . Tom y Maggie los hijos , son los verdaderos protagonistas de esta historia , especialmente Maggie , esta adora a su hermano , su héroe . El Señor Tulliver decide mandar a Tom a un internado , Maggie mucho mas inteligente que Tom no tendrá esa oportunidad , ya que por su condición de mujer lo que se espera de ella es que haga un buen matrimonio . A lo largo de toda la historia veremos la evolución de Maggie . De niña despierta e imaginativa a la que le encanta leer se convertirá en una joven inteligente , deseosa siempre de agradar a su hermano y a los demás a costa de su felicidad . Hay muchos personajes interesantes y bien dibujados por la autora que nos trasladan a la época y nos hace sumergirnos en ella . La novela es una delicia , densa en algunos momentos , conmovedora en otros e incluso irónica , mordaz y divertida . Magnifica prosa con la que nos deleita la autora . El final inesperado me ha decepcionado por lo demás un libro que he disfrutado muchisimo y en el que he encontrado varias " joyitas " en forma de frases e incluso cartas . Totalmente recomendable !! + Leer más |
Pese a mi apariencia infantil e inocente, esta es ya mi tercera incursión con esta autora. La primera, no sé qué tienen las primeras veces, fue una experiencia gloriosa: Middlemarch. La segunda empezó muy bien, pero acabó de forma algo decepcionante (no fuiste tú, Eliot, fui yo): Silas Marner. A pesar de ello, no le retiré mi confianza y decidí darle una nueva oportunidad con El molino de Floss. Me gustó mucho el inicio, con esa ironía de guante blanco (con pintitas, si acaso) que se suele gastar esta señora. "Una mujer demasiado lista es como una oveja con el rabo largo: no por eso vale más." "Desde la cuna fue una niña sana, hermosa, gordita y boba, en definitiva, el orgullo de su familia," Pero la parte central me aburrió un tanto, y, aunque mejora hacia el final, solo alcanza en contadas ocasiones el nivel de los primeros capítulos. Ains, Eliot, siempre nos quedará Middlemarch. |
Sabemos que se trata de la escritora británica Mary Anne Evans, que firmaba con el pseudónimo masculino George Elliot, como muchas autoras de aquella época, para poder publicar con libertad en el siglo XIX. Nos encontramos ante un relato corto pero muy original, de un excelente estilo poético y con una característica esencial, la gran profundidad en la personalidad y el carácter de los personajes, que nos acompañan, acercándonos a una historia impactante. Su protagonista y también narrador, es un joven, llamado Latimer, que desde su vejez y ya agotada su vida, nos irá trasladando todo el devenir de su singulares y extraordinarias vivencias desde una adolescencia cargada de experiencias y dramáticas historias, que nos introducirán en su particular mundo. Es el segundo hijo de un segundo matrimonio de un hombre de negocios y acaudalado, sin embargo, quedará muy pronto huérfano de madre y con un hermanastro, Alfred, que será al que su padre dedique toda su atención. Latimer quedará relegado a un segundo plano, atendido por preceptores y al que su padre considera débil y enfermizo y sin interés. Será así como se podrá dedicar a la lectura de los clásicos formándose y llegando a convertirse en una mente privilegiada. También será enviado a estudiar a Suiza, hasta que llega a enfermar por su débil constitución. Y, a partir de aquí, será cuando se desarrollan en él inquietantes acontecimientos, visiones, pesadillas, que lo confunden, pero que acabarán aportándole un conocimiento imparable sobre las mentes de los que le rodean. Solo hay una excepción, se llama Bertha y será la mujer que, preparada para casarse con su hermano, acabará siendo, sin embargo, su esposa, y todo ello Latimer lo conocía y lo sabía a través de sus visiones. Y entonces, pensamos y nos preguntamos ¿Qué le ocurrió a su hermano Alfred, un joven apuesto y seguro? Eso hay que descubrirlo, leyendo. Sigamos con Latimer, La joven Bertha llega a convertirse en su obsesión ya que no podía penetrar en sus pensamientos, era su gran misterio, se convirtieron en marido y mujer y después de un tiempo, cayó el velo, de ahí el título de la novela El velo alzado, a partir de aquí. empezó a penetrar también en su mente y descubrir en su totalidad el alma de su esposa y los sentimientos ocultos. Y hasta aquí puedo llegar. Puedo decir que es un relato apasionante, una curiosa historia, narrada con maestría literaria, con un argumento que demuestra grandes conocimientos de las acciones humanas, así como una gran cultura muy enriquecedora y además un gran crítica a la sociedad y las costumbres de su tiempo. + Leer más |
“Durante un largo periodo vivió con la esperanza de que mis innegables desdichas me empujaran al suicidio; pero el suicidio no encajaba en mi manera de ser”. Nada más empezar la novela corta te topas con la muerte, la desgana, la desidia, la oscuridad. Y entre las tinieblas, aparece una pluma poética, sensacional, cuidada, refinada y cultivada. Detrás de George Eliot se esconde Mary Ann Evans, que se nutre de muchos aspectos de su vida para escribir la novela. Mortimer cuenta cómo su capacidad de leer el pensamiento de los demás ha influido en su carácter y en su vida. “Eso me concedía un día más de incertidumbre: incertidumbre, la única manera de que un espíritu temeroso conozca el consuelo de la esperanza”. Mortimer es un ser gris, con un don que es una putada, rodeado de desgracias y condenado a tener una existencia solitaria y antisocial. Cuando su padre le presenta a la joven Bertha, la prometida de su hermanastro, Mortimer cae en una visión: Bertha y él están casados y la mirada de Bertha está llena de odio y resentimiento. Pese a ese futuro desgraciado, Mortimer se enamora de Bertha y no piensa en otra cosa salvo en casarse con ella. “El velo alzado” relata una relación de amor puro en un principio, para acabar con un final sorprendentemente tenebroso. Habla de muchas cosas y contiene muchas capas: es profundo, es intenso, es reflexivo, es poético, es bonito y, al mismo tiempo, es gótico. Trata sobre el velo que todos llevamos en la cara y cómo a veces, al alzarlo se descubre una cara siniestra, diferente y totalmente opuesta a como se pensaba en un primer momento. Pese a que parece un libro demasiado difícil de leer, se me ha hecho una lectura corta e interesante, con una pluma refinada y maravillosa. Lo que más me ha llamado la atención es la construcción del personaje, sus desdichas, su personalidad, su mundo interior y cómo describe a la perfección una relación de amor tortuosa, con un equilibrio perfecto entre admiración y odio profundo. Lo incluyo en el #retomujeresautoras como categoría comodín: autora que descubriste en el reto de 2020. Leeré más cosas de Mary Ann.
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Me gustaron las descripciones tanto de los lugares y las personas como de los pensamientos y los sentimientos: un vistazo a un personaje masculino que sale del estereotipo. Una lectura que me dejó con ganas de leer más de esta autora, espero darme el tiempo para Middlemarch durante el próximo año. |
Es la historia narrada en primera persona por Latimer, un hombre que está en los últimos días de su vida. Recuerda su adolescencia y descubrimos a un niño muy sensible que pierde a su madre cuando aún era muy pequeño; vemos la profunda admiración que él siente hacia su padre. Sin embargo, Latimer es enviado a Suiza a estudiar y a su vuelta verá que su hermanastro, Alfred, mayor que él, es el favorito de su padre y que además se va a casar con Bertha Grant. Latimer se obsesiona con su cuñada y está fascinado con ella, aún sabiendo que ella lo desprecia. Será al final de la novela donde por fin se caiga el velo de ésta, su verdadera identidad. Es una novela breve en cuanto a número de páginas, pero me ha resultado compleja y lenta en su estilo narrativo. Vemos un extenso monólogo de su protagonista que vive atormentado y con visiones, lleno de odio y sufrimiento, todo ello envuelto dentro de una atmósfera gótica y de misterio. |
Un libro breve en extensión, pero abundante en desinterés, me ha costado ponerme a leer y siempre en sesiones de pocas páginas, tal era poco atractivo para mí. Un lenguaje algo rebuscado, centrado principalmente en el mundo interior del protagonista Lo he intentado pero no me ha enganchado, no se qué esperar del resto de la obra de la autora...
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El libro “Escenas de la vida parroquial” fue la primera obra narrativa publicada en 1858 por George Elliot. Esta novela es tan sólo una de las tres escenas, más concretamente la segunda de ellas, algo que desconocía cuando comencé a leerlo. La historia comienza con la vida de Maynard Gilfill, conocido como el Señor Gilfill, un vicario en un pueblo de la campiña inglesa. Vemos los típicos enredos de pueblo, con vecinas chismosas que acuden a la iglesia y varias anécdotas cómicas que les ocurren en su día a día… parecía una novela muy costumbrista, una crónica de la vida rural alrededor de la figura del párroco, algo que me encantaba conforme leía, pero la novela da un giro, nos traslada al pasado del Sr.Gilfill, y es ahí cuando la protagonista pasa a ser, Caterina Sarti, la hija adoptiva de una familia aristocrática, de la que el Señor Gilfill se enamora, pero que parece no ser correspondido, ya que ella se fija en el heredero de la familia. A partir de aquí, no esperaba encontrarme lo que fue todo un melodrama, sobre el amor trágico, con tintes góticos, en el que la protagonista, me resultó un tanto insufrible. + Leer más |
Qué bien me lo he pasado con este ensayo de una potente George Eliot que derrocha por todos los poros inteligencia y lucidez para contarnos, de forma muy entretenida, sarcástica y sin reservas, cada uno de los desaciertos y la trivialidad de algunas novelas de afamadas escritoras de su época , de Las novelas tontas de ciertas damas novelistas, como claramente nos indica su título. Y es que goza de absoluta modernidad ya que en la actualidad, también nos encontramos con este tipo de novelas por lo que su obra, sigue levantando fuertes polémicas. Es increíble como la pluma de la gran escritora de la literatura inglesa Mary Anne Evans, que además escribe con seudónimo masculino, que como ella misma explica, se lo puso para que sus obras fueran tomadas en serio. En esta obrita, consiguió, además de un gran escándalo en su época, que se siga leyendo, e incluso estudiando en los cursos de escritura en la actualidad. Admirable y nada corriente, nuestra escritora logró forjarse una gran carrera literaria, se lee con sumo placer y es una de las autoras más reconocidas del mundo. Y si volvemos a estas novelas tontas, lo primero que me ha llamado la atención, es que ella, para escribir este ensayo, se conoce a la perfección todas y cada un de las novelas tontas que va nombrando y explicando, pero atendamos a su pregunta esencial ¿qué es una novela tonta? Y a esta cuestión nos responderá con absoluta lucidez, también con sarcasmo, explicando que se refiere a lo que ella llama novelas del estilo de “artimaña y confección”, curiosa también esta calificación, que no es otra, comparándola con la actualidad, lo que se ha llamado, de forma despectiva como “novela rosa” y es que lo que nos indica, es que son novelas en la que se describen banalidades y absurdas aventuras en la alta sociedad, sin ninguna verosimilitud. Y así nos lleva por un camino abonado por tantas y tantas obras de su tiempo, que intenta de forma didáctica y clara , tratar este género dividiéndolo en clases o subtipos cuya tontería puede variar según el punto de partida y el contenido, y nos propone unos títulos muy descriptivos. Veamos: Y así es como nos deleitará con los ejemplos y los acertados comentarios sobre lo que llama el estilo de “artimaña y confección” en las que encontramos una rica heredera, deslumbrante y poderosa, con muchos amantes a su alrededor a la que consideran la mujer ideal , que a menudo, se ha casado con el hombre equivocado, que en la mayoría de los casos morirá, dejando vía libre para que pueda realizar otra vida. Y todo ello , con argumentos ciertamente inverosímiles y escritos con una sintaxis imprecisa, ya que eran escritas por damas que poco conocían del mundo que muchas veces describían. Es maravilloso como descubrimos lo que explica cuando nos va citando ejemplos de estas novelas y añadiendo los párrafos pertinentes para ejemplarizar lo que nos comenta, y que indudablemente, nos hacen reír, qué diálogos, e incluso se insertan reflexiones filosóficas en las que es preciso detenernos para reír con ganas, porque la verdad es que son geniales, en este sentido , a la vez que sorprendentes. Después nos comenta otro estilo peculiar de estas novelas, es el que llama “oracular” dice que es el más patético y es en el que se exponen las teorías morales y religiosas de la propia autora. En ellas nos ofrecen respuestas a cualquier cuestión teológica y nos la presentan a través de una historia de amor para tratar sobre la veracidad cristiana. Ciertamente increíbles , estas novelas imprecisas, grandilocuentes y afectadas , y de nuevo con ejemplos que atentamente nos reciben con sonrisas. Otro de los subgéneros que cita es el género de la “toquilla blanca” que dice ser representativo de la comunidad evangélica en el que la cursilería se ha instalado y en el que el protagonista será un cura joven que ha robado el corazón a todas las jóvenes a través de sus sermones a pesar de ser un personaje poco atractivo. También nos expone los ejemplos y comentarios de las novelas donde se explican las convicciones religiosas de las escritoras que no te puedes perder, ya que la escritora sigue dándonos comentarios perspicaces y extraordinarios. Por último, nos habla del género “antiguo remozado” y de estas novelas nos advierte que ni siquiera puede asomar una carcajada como en los estilos anteriores, sino que son tan soporíferas que te pueden llevar al desespero. Se trata de temas de la antigüedad muy a menudo, sin conocerla bien y por lo tanto fantaseando. Son historias de amor que ella misma las califica de endebles pero que quieren ser instructivas, ese es el propósito. Lo que la autora no quería era que estas malas novelas hiciesen creer que la mujer no estaba capacitada para la escritura y que las mujeres escritoras y buenas novelistas no se tomasen en serio. Y por supuesto, acabará explicando que las mujeres escribiendo pueden igualar a los hombres y así lo han hecho un gran número de escritoras de su tiempo. Me ha parecido una magnífica obra que mantiene el interés, que, como ya he mencionado, ríes y disfrutas y al mismo tiempo, te acercas y admiras su manera de escribir, su inteligente sentido del humor, sus agudas y mordaces críticas y entiendes perfectamente lo que ha pretendido. A mí me ha gustado y la he disfrutado mucho. + Leer más |
Mary Ann Evans de nacimiento, Marian para su familia y George Eliot para el común de los mortales, nació y creció en Arbury; era la benjamina de una familia de clase media rural; era inteligente, curiosa, una gran lectora y su padre le dio una educación muy poco acorde a la que recibían las mujeres de la época... Además de "consentir sus rarezas" (entiéndase su escaso o nulo interés por casarse y tener descendencia). Sabía latín, griego, alemán y un poco de italiano y francés y fue subdirectora de la revista Westminster Review entre 1851 y 1854, donde conoció -entre otros- a George Henry Lewes con quien, a pesar de estar casado, mantuvo una relación ininterrumpida y convivió sin disimulos durante más de 20 años hasta la muerte de él. Este ensayo se publicó en 1856 en el ya citado Westminster Review y nos lleva a preguntarnos si las cosas han cambiado tanto en este último siglo y medio porque ella las llamaba novelas tontas y hoy las llamamos novelas rosas, pero poco más ha cambiado aunque ahora tengamos acceso a una mejor educación; no obstante, la mordacidad y la fina ironía de la que Marian echa mano para describirlas hace que el libro se siga reeditando, que las novelas que utiliza como ejemplo se sigan estudiando en la universidad... Y que a mí me haya encantado + Leer más |
Tenía este ensayo en la estantería hace siglos, pendiente no porque no quisiera leerlo (todo lo contrario, me moría por hacerlo), pero tenía miedo. Miedo a que me defraudase y no encontrase todo lo que yo esperaba encontrar. ¿Por qué? Porque a una amiga le ofendió mucho este artículo, se indignó mucho con él, decir que puso a la pobre Eliot a caer de un burro es poco... y George Eliot es nada menos que una de sus escritoras favoritas, pero ella no entendía que Eliot tirase tantas piedras sobre otras novelistas contemporáneas. Y qué queréis que os diga, me arrepiento de no haberlo leído antes, porque me he llegado a reír a carcajadas en algunos párrafos. Y ya lo he dicho alguna vez, yo no soy de reírme cuando leo un libro. Mary Anne Evans era una mujer de mucho, muchísimo carácter, e hizo durante toda su vida lo que creyó conveniente pasándose por el arco del triunfo todas las convenciones sociales victorianas. Si esta personalidad arrolladora la combinamos con un talento (genio) maravilloso para la escritura, da como resultado algo como este ensayo, tan ácido que no hay pastilla efervescente que lo suavice. Pero vamos a poner todo esto en su contexto. Este ensayo fue realmente publicado como artículo en la revista Westminster Review en 1856, donde escribía reseñas de libros. Mary Anne Evans aun tardaría tres años más en publicar su primera novela, Adam Bede, y cuando lo hizo, usó el que sería su nombre como escritora a partir de entonces, George Eliot, un seudónimo masculino. ¿Por qué? Porque quería que la tomaran en serio, y porque quería desvincularse de la literatura femenina que predominaba en la época, que consistía básicamente en novelas tontas de escasa calidad que salían de la pluma de mujeres de la alta sociedad con mucho tiempo libre y escaso talento. Y este artículo (y vuelvo al comienzo del párrafo), que como digo es anterior a su época como novelista, ya dejó bien clarito lo que opinaba sobre ese tipo de literatura y supone la avanzadilla de la decisión que adoptó años después de no usar su verdadero nombre (bueno, que viviese en pecado con un hombre casado también tuvo algo que ver). Si por mí fuera, os citaría páginas enteras, pero como no puedo (ni debo), os cito el primer párrafo, que ya es toda una declaración de intenciones: El género de las Novelas Tontas Escritas por Mujeres tiene muchas subespecies que, según la calidad concreta de la tontería que predomine en ellas, pueden ser superficiales, prosaicas, beatas o pedantes. Pero la amalgama de todas estas subespecies variopintas produce un género —basado en la fatuidad femenina— donde pueden incluirse la mayoría de estas novelas, que podríamos llamar del estilo de «artimaña y confección». Y a partir de ahí empieza a desglosar uno por uno durante al menos cuatro páginas todos los clichés habidos y por haber de este tipo de novelas. Y no solo eso, sino que en páginas posteriores tira de ejemplos, y no se corta ni un pelo en citar párrafos e incluso páginas de títulos muy concretos. Además divide las novelas tontas en muchas subcategorías de las que no hay que perder de vista el retintín de los nombres: género oracular, género de la toquilla blanca, género antiguo remozado... Huelga decir que la pusieron a caldo en su época. No solo criticaba a las de su género y parecía ponerse por encima de ellas sin haber siquiera escrito un solo libro, sino que además señalaba con el dedo a autoras y novelas que en aquellos momentos causaban auténtico furor. Por si alguien se lo pregunta, ninguna de estas autoras y ninguno de estos libros son recordados ahora. Compensación, Laura Gay, Rango y belleza, El enigma: un fragmento de las crónicas de la Casa Wolchorley, La vieja iglesia gris... mala literatura que tras el boom de su época desapareció para no dejar rastro. ¿Qué es lo más irónico de todo esto? Que algunos de los clichés que tanto critica luego formaron parte de su obra, incluida la que está considerada por algunos como la mejor novela de todos los tiempos en lengua inglesa, Middlemarch. Pero claro, los derroteros de la prosa de esta señora poco tienen que ver con los estrafalarios párrafos que ella critica en el ensayo. Aun así, la reprobación sobre esta tesis fue la que fue... ¿qué derecho tenía ella a señalar con el dedo a nadie? Y es que quizás lo que define este artículo no sea lo que dice, sino cómo lo dice. Eliot tira de inteligente sentido del humor, pero también se muestra mordaz, satírica, ácida e incluso cruel. Desborda vehemencia y apasionamiento en todas y cada una de sus palabras y, aunque todo está barnizado de ironía feroz, transmite la honda preocupación que sentía por el papel de la mujer en la literatura. No quería que estas malas novelas definiesen el papel de la mujer en la cultura, que los hombres al leerlas creyesen que la educación de la mujer estaba malgastada. Le horrorizaba que por culpa de esas novelas tontas de damas novelistas que también consideraba sin duda bastante estúpidas y vanidosas, no se tomase en serio a otras mujeres escritoras que sí tenían talento; no quería que se metiese a todas en el mismo saco. Hay que recordar que estamos a mediados del siglo XIX, que las mujeres comenzaban por fin a tener peso en la literatura, ya firmaban con sus auténticos nombres y se dedicaban a ello profesionalmente, pero muchas de esas escritoras solo cogían la pluma como forma frívola de pasar el tiempo, arrastrando a las buenas autoras con ellas. Decía Eliot que una mujer no debía atreverse a publicar sin estar preparada para las consecuencias, que debía respetar el carácter sagrado del arte literario, y que el intelecto medio de las mujeres estaba mal representado por ese grueso de la literatura femenina que escribía malas novelas. Yo creo que no queda lugar a dudas sobre lo enfadada que estaba Eliot cuando escribió este artículo. Llegaron a acusarla de ir en contra de las mujeres, de no defender a su propio género, pero yo creo que precisamente sus argumentaciones deben tomarse en el sentido totalmente opuesto: defendía que la inteligencia y el talento literario de la mujeres estaba muy por encima de esas malas escritoras y sus respectivas obras. Que esas novelas tontas no debían definir lo que las mujeres podían aportar a la literatura. Creía que esas novelas tontas denigraban a las buenas escritoras, y que el hecho de que estas malas novelas recibiesen alabanzas hacía un flaco favor a la buena literatura que no recibía tantas atenciones por parte de la prensa (¿esto no os suena como muy actual en general dentro de la literatura hoy en día?). Eliot más o menos viene a decir que no por ser mujeres el libro que han escrito tiene que ser bueno; que no por ser la autora una mujer hay que defender un libro si su calidad es cuestionable. Y defiende que está en todo su derecho de decirlo, aunque ella también sea mujer. Ya digo por ahí arriba que se pasaba los convencionalismos sociales por el pitiminí xD. Que conste que las iras de Eliot solo van dirigidas hacia la mala literatura femenina de la época (lo que contradice la acusación de que cargaba contra las mujeres porque sí), porque no le duelen prendas en alabar a otras contemporáneas suyas que sí que desbordaban talento (Elizabeth Gaskell, Charlotte Brontë, Harriet Martineau), pero este artículo deja muchas preguntas en el aire: unas sobre la potestad que podría tener o no Eliot para criticar abiertamente a nadie de esta manera (llevase o no llevase razón al decir que son novelas malas y tontas a pesar de su éxito), y otras sobre la vigencia que todavía tienen muchas de las cosas que ella dice. Porque es un ensayo rabiosamente actual en algunos de sus conceptos. ¿Hay temas femeninos y temas masculinos en la literatura? ¿Cuál es el fin último de la literatura, el entretenimiento o el arte? Estas son algunas de las preguntas que lanza la prologuista y traductora de la edición de Impedimenta, Gabriela Bustelo. Yo añadiría otras dos. ¿Nos meten la prensa y la crítica especializada muchas obras de escasa calidad por los ojos arrinconando novelas muy superiores? ¿Nos dicen ellos lo que tenemos que leer? Porque tanto estas cuestiones como las arriba mencionadas de Bustelo también se abordan en este ensayo. Como veis, son preguntas que a día de hoy siguen surgiendo en debates, redes sociales, artículos de opinión... Tal y como he ido comentando a lo largo de la reseña (que un poco más y me queda esto más largo que el ensayo xD), a pesar de que Eliot tira a dar en todas y cada una de las sus páginas, y que se nota lo molesta que estaba con el tema, lo hace con mucho sentido del humor, afilado ingenio, y mucha ironía y sarcasmo. Te saca la sonrisa muchas veces (ya digo que a mí han sido más que eso), y al mismo tiempo te hace reflexionar sobre el papel que comenzaba a tener la mujer en la literatura a mediados del siglo XIX y cómo muchos de los hilos de debate que abre siguen vigentes hoy en día. Quizás a Eliot podrían reprochársele más las formas que el fondo... pero es que entonces perdería toda su esencia. ¿Se muestra prepotente en el ensayo y menosprecia a otras autoras contemporáneas? Yo creo que eso ya tiene que valorarlo cada lector, porque está visto que este ensayo despierta opiniones muy controvertidas... hace 160 años, y ahora. + Leer más |
Una joyita para hoy. 'Las novelas tontas de ciertas damas novelistas', George Eliot. Ensayo del que se podría hablar sin parar. Tan vanguardista que podría recibir duras reprimendas, en un siglo en que la libertad de expresión parece estar mermada por la pesadilla de la corrección y la equidistancia. La señora Eliot llamando bobas, incultas, pedantes y soporíferas a un ejército de "escritoras" (muy mujeres- muy género femenino) podría estar mal visto, ya que quizá alguien opine que va contra el género pregonar que hay mujeres de inteligencia limitada por muy femenina que su inteligencia sea. La capacidad de ironizar y divertirse de Eliot es disfrute grado máximo. Me he reído mucho, he asentido mucho, y pudiendo discrepar en algún asunto (quizá por verlo desde una perspectiva histórica diferente) es una fiesta leer a alguien que opina como le sale del apéndice nasal, un apéndice inteligente y caústico, dicho sea. Tales risas me he echado que me entran ganas de leer algunas novelazas con párrafos de este porte: “...las combinaciones científicas del pensamiento no podían educir armonías más completas de la bondad y la verdad que las de los latidos primigenios que flotaban como una atmosfera a su alrededor!” Ay madreeeeeeeeeeeeeeeeeeeee. Sería impagable ver a George Eliot escribir un ensayo sobre los best sellers tipo "Highlander violenta a condesa indomable", " Barón pretende a pastorcilla sin posibles" o "Mujer que superó su adicción a los hombres y se puso a hacer cupcakes". Porque en la era del feminismo más canturreado se siguen vendiendo estas obrazas, sí, sí. Aunque quién sabe, igual las están comprando los hombres y de ahí que metan tanto la pata los pobrecillos. + Leer más |
Middlemarch es una historia que sigue no solo como foco principal a tres parejas, si no a todos los entresijos y subtramas que los condicionan, haciendo importantes a muchos otros personajes. Middlemarch es una novela con una prosa muy rica y llena de reflexiones, en ocasiones casi podemos notar una cadencia poética a la hora de narrarnos los acontecimientos. Las metáforas y anáforas se extienden por todo el texto. Ayudan, en cierta manera, a desdibujar bajo alusiones la crítica que la autora hace a la época. En este libro se tocan todo tipo de temas: política, religión, trabajos teóricos, ciencia, personajes ilustres del momento,... todo esto muy cercano y entremezclado con la historia. Así que va a ser algo habitual los pies de páginas para explicar cierto ensayo o personaje, y ponernos un poco más en contexto histórico. La historia está narrada muy focalmente, nos centramos en largos periodos en una línea argumental para después saltar a una segunda y así sucesivamente hasta que vuelve a ser el turno de la primera. Dejandonos, a veces, un poco a medias y con ganas de seguir una trama en concreto. Los diálogos, aun que a veces extensos, son fáciles y ágiles de leer. Siguiendo, de cierta manera, el ritmo que ya adelanta la prosa. Este es un libro que sin duda se enfoca en los personajes a tratar. Acabamos teniendo un gran reparto de ellos e interconectados de muchas maneras, capas sobre capas. Y esto puede parecer abrumador así de primera manera, pero la introducción se nos hace lentamente. La narrativa focal permite al lector acostumbrarse a ellos antes de saltar a nuevos nombres. En este marco inmenso de personajes cabe destacar la gran definición que tienen todos ellos. Siendo todos fieles a sus personalidades y muy marcados entre si. Sin duda destacan ciertas tramas sobre otras, a gusto del lector, sobre todo hacia el final se hace patente quienes son las parejas a destacar. El arco de los personajes es muy evidente, haciendo que al terminar las casi 900 páginas tengamos una sensación de plenitud. Cabe destacar el gran trabajo que hace la autora al conseguir que el lector acabe amando a personajes que un inicio se hacen aborrecibles. Una novela densa y llena de detalles que gustará a todo fan de la época victoriana. Enlace: https://www.youtube.com/chan.. + Leer más |
Middlemarch es el único posible resultado del trabajo de una mujer inteligente, crítica, pragmática, agnóstica, con ideas revolucionarias y adelantadas a su tiempo y con un talento narrativo descomunal. Mary Ann Evans (más conocida como George Eliot) creó con esta obra lo que algunos críticos consideraron la mejor novela inglesa de todos los tiempos. Fue una escritora con una vida apasionante y que dejó un legado del que bebieron grandes figuras como Thomas Hardy o Proust. Middlemarch es un perfecto escenario en el que contemplar la vida y la intrincada sociedad de un pueblo. Es fascinante observar el conjunto social en funcionamiento, como si fuera un reloj lleno de engranajes conectados entre sí; además escrito con inteligencia, humor y crítica. La autora no se corta criticando los estamentos sociales, las injusticias, el matrimonio, la hipocresía, el elitismo... Ni nada, vaya, se queda bien a gusto. Los personajes se van a quedar conmigo para siempre, tanto los que he amado como los que me han sacado de mis casillas, porque Evans no demoniza a ninguno de sus niños, si bien se muestra severa con ellos. La trama encaja perfectamente, te sorprende en varios puntos y se adapta a los personajes de manera que no tengan que hacer nada que hubiera parecido forzado. Y, de nuevo, el estilo narrativo es taaaan bueno: elegante, jocoso, afilado, satírico, critico, preciso... ¡todo! + Leer más |
Este clásico de la literatura decimonónica británica nos presenta un amplio fresco de la vida en una localidad de la Inglaterra rural. Middlemarch vive una vida tradicional en una época de cambios, tanto en lo económico como en lo social. Lo hacemos siguiendo principalmente a Dorotea Brooke, Mary Garth, Rosamond Vincy, Tercio Lygate, Fred Vincy y Will Ladislaw. En la gran tradición literaria de la época, la novela hace un extenso recorrido por las vidas, sentimientos y emociones de estos, analizando minuciosamente unas vidas en las que el deseo de la propia realización o el amor tropiezan con multitud de condicionamientos económicos y sociales. Un clásico que merece la pena leer reposadamente.
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Novela de estilo costumbrista escrita por Mary Anne Evans bajo el pseudónimo de George Eliot, y que supone un clásico en la historia de la literatura británica, tanto como en la universal. Quizás el título de Middlemarch nos hizo pensar que sería una novela de historias costumbristas, personajes pintorescos y entresijos de gentes corrientes en su día a día en un pueblo del siglo XIX. Pero deberíamos haber dado más importancia al subtítulo que es el que no nos engañó en ningún momento y que así específica: "un estudio de la vida en provincias". Destaco la importancia que merece este texto; Se hace eco de todos los hechos relevantes de aquella sociedad y como repercutió en los hombres y mujeres de aquella época. Como documental es una gran novela, fiel reflejo de avances tales como la llegada del ferrocarril, la investigación y el desarrollo de la medicina, los acontecimientos y reformas políticas, la visión de la mujer o el significado del matrimonio (esto me ha parecido bastante más subjetivo ya que la misma autora nunca creyó en este sacramento) y por supuesto, el tema de la religión (ella con rigurosa educación religiosa confesaba su agnosticismo). Parece ser que fue una mujer brillante, estudiosa, inteligente, avanzada en su tiempo y todo ello quiso plasmarlo en esta novela. Pero sinceramente, me ha costado horrores acabar este libro. Me da rabia porque iba con ganas pero lo que bien empieza no siempre acaba igual... Más que una novela, es un ensayo... De hecho los personajes eran el marco y el verdadero cuadro era la historia que nos quería documentar. Lo siento George Eliot pero no creo que volvamos a encontrarnos. Menos mal que tenía a mis compis de LC que me lo han hecho mucho más fácil sin duda. + Leer más |
Gregorio Samsa es un ...