La edad de la inocencia

Pasen, pasen. Siéntanse cómodos, pasaremos una película de la vida en New York a finales del siglo XIX. Eso es "La edad de la inocencia", una crítica de la sociedad en la que su protagonista se ve envuelto en un triángulo amoroso, donde predomina el clasismo y unas férreas normas sociales.

Más de lo mismo, ya venimos leyendo libros desde siempre, donde los autores denuncian mediante el asco, la hipocresía de la sociedad, el cuento de nunca acabar.
Pero...que libro tan lindo y bien escrito. Muchas veces me sentí parte de una de esas cenas asfixiantes, viendo a un lado y al otro mientras se desarrollaba frente a mi el circo de esas vidas calculadas y medidas hasta el cansancio. No había espacio para la improvisación, para todo había un modo de conducirse, un lenguaje, un horario y hasta un vestuario. En otras palabras, una cárcel con mucho glamour.

Se relata como algunas personas en quiebra financiera, matrimonios afectados, mujeres divorciadas, cayeron en la desgracia del que dirán, ser los apestados, dando al traste con la forma de vida "autorizada" para luego al avanzar el tiempo y sus cambios, tristemente comprobar, que nada es inamovible, y que esas vidas desgraciadas cayeron en el olvido a fuerza de imponerse un nuevo modernismo que al mirar hacia atrás ni siquiera tuvo sentido que pasaran por todo esa marginación social desmedida y el desprecio cuando al discurrir del tiempo, ya nada importa.

Las nuevas formas burlan las obsoletas, pero nuestros personajes pasaron por el infierno literario de una autora valiente. Escribió relatando su sociedad, bajo el calor de la crítica. Es una osadía admirable y un retrato certero de New York de finales de siglo. Justo estoy leyendo también "Normas de Cortesía" que en una línea de tiempo, es la continuación de esta etapa y ha sido magnífico coincidir para formar un mejor cuadro de esa época.

Una lectura riquísima a pesar de que Newland, su protagonista masculino, para mi, deja mucho que desear, era rebelde pero de pensamientos hacia adentro, salvo dos o tres frases condicionadas por la ira acerca de ese mundo absurdo que le rodeaba, su inanición en los momentos en que puedo tomar desiciones más acertadas, le llevaron a vivir alejando de lo que más amó en su vida. Claro! de haber sido más fuerte y más varón no habríamos tenido historia, jajajajaj.

La verdad, es un libro hermoso. La esperanza está entre líneas, como también la incitación a no dejarte llevar por reglas absurdas, a ser más fuerte que los tiempos. Siento que es algo autobiográfica, pues Edith Warton tuvo una suerte parecida a la Condesa Olenska, y como ella, fue más atrevida que su época.. Se divorció, se fue a Europa y se rodeó de los amigos (escritores muchos) más maravillosos que pudieron existir y nos dejó obras riquísimas. Buscaré otras , me encanta leer clásicos

Premio Pulitzer 1921. Nos sitúa en Nueva York a finales del siglo XIX, y presenta una sociedad rígida, tradicional y convencional, con sus propias reglas no escritas, y quien se atreviera a mover un pie fuera quedaba inmediatamente excluido.
En este contexto conoceremos al abogado Newland Archer, prometido con May Welland, joven que reúne todas las virtudes que se exigen a una mujer de la época y en esa sociedad en concreto: callada, sin opiniones propias, sumisa, sosa…
Con la llegada de su prima la condesa Ellen Olenska todo cambiará, ya que ésta es una mujer que viene de Europa, separada de su marido, y que es todo lo contrario a May: dice lo que piensa, tiene ideas propias que no suelen coincidir con las de los demás, y por ello la sociedad neoyorquina de entonces la criticará y rechazará.
Sin embargo Archer se sentirá inmediatamente atraído por ella y se debatirá entre continuar su vida al lado de la aburrida May o sacar los pies del tiesto e irse con la “rebelde” Olenska.
Al principio estuve a punto de abandonar la lectura de esta novela debido a la gran cantidad de personajes que aparecen, que van retratando la sociedad neoyorquina de entonces, pero a partir de la segunda mitad me atrapó y acabó conquistándome con un final perfecto.
Algo que me ha chocado es que todo lo vemos a través de los ojos y pensamientos de Archer, y he echado de menos saber qué opinaban las dos protagonistas femeninas -May y Ellen- con sus ideas tan contrarias.

"La edad de la inocencia" es una novela escrita por Edith Wharton y ganadora del Premio Pulitzer en 1921. Hay versión cinematográfica.
La acción transcurre en Nueva York en la década de 1870.
Al principio, dos jóvenes de buenas familias, el abogado Newland Archer y su novia May Welland, van a comprometerse. Pero llega a Nueva York una prima de May, Ellen Olenska, a quien Newland ayuda a adaptarse, acabando perdidamente enamorado de ella. La llegada de Olenska lo trastoca todo, pues es una mujer separada de su marido, y eso está muy mal visto en la sociedad en la que se encuentra, aunque ella no sea la culpable.
Me ha encantado la novela. Es una hermosa, trágica y a veces exasperante historia de amor. También es una crítica a la sociedad de la época.
La psicología de los personajes es muy rica, sobre todo la del protagonista, que se debate entre continuar con las convenciones sociales y casarse con May o abandonarlo todo por su amor Olenska, que le abre un mundo nuevo de posibilidades amorosas que su novia, más tradicional, no le puede aportar. Esta es descrita por lo que Archer piensa de ella: tiene poca imaginación, muy apegada a las convenciones y medio tonta. Pero ¿ realmente lo es o lo finge? Por último, Ellen está más libre de prejuicios y es más independiente de criterio que el resto.
La autora describe esa sociedad que yo percibo como terrible, ya que no había lugar para la individualidad y la diferencia, todo eran apariencias y si te salias de lo que habían programado para ti eras condenado al destierro social.
Para mí, el tema principal de la novela es la lucha, encarnada en Archer, entre lo que la sociedad espera de tí y te exige como parte de su engranaje y lo que tu como individuo puedes desear, y que puede entrar en contradicción con la sociedad ( libertad de expresión, un amor apasionado, etc.)
Recomiendo encarecidamente la novela, por sus enriquecedores matices psicológicos y porque el estilo es excelso.

En La edad de la inocencia, Wharton teje una historia cautivadora ambientada en la alta sociedad de la Nueva York de finales del siglo XIX. Entre sus páginas conocemos a Newland Archer, un joven abogado de familia bien que recientemente se ha comprometido con May Welland, el ángel del hogar según las normas sociales de la época. Pero no es oro todo lo que reluce. La autora utiliza su aparente relación idílica para explorar la dicotomía entre la estabilidad y la aventura, pues pronto conformarán un triángulo amoroso junto a la condesa Ellen Olenska, prima de May. Un matrimonio desastroso en Europa persigue a esta joven que espera ser recibida con los brazos abiertos por los suyos. ¿Pero aceptará la alta sociedad bajo su ala a una mujer que ha abandonado a su marido? Por ello, la condesa representa la libertad, la rebeldía y el pensamiento crítico, mientras que May encarna la esposa ideal pero predecible, sin ideas propias. ¿Cuál será la elección de Archer?

El desarrollo de los personajes es excepcional. Newland Archer experimenta una transformación interna a lo largo de la narrativa, cuestionando las convenciones sociales y de género y luchando con sus propios deseos y obligaciones. Wharton incluso pone en su boca alguna que otra proclama feminista. May Welland, por otro lado, se revela como una mujer más astuta de lo que aparenta, manejando la situación con una destreza sorprendente. La autora mezcla la dosis perfecta de ironía y agudeza para mostrar los absurdos de una sociedad y es a través de esta historia de amor de a tres que explora temas más amplios, como la emancipación femenina o los cambios sociales en una sociedad en transición.

La narrativa elegante de Wharton se ve enriquecida con descripciones de una Nueva York decimonónica y con detalles de los hábitos de la alta sociedad. Con un ingenio agudo muy propio de ella, la autora hace una profunda crítica de las normas hipócritas y las expectativas sociales, que generalmente recaían sobre las mujeres con mayor peso. Por último, el epílogo. Ai, ¿qué deciros sobre él más allá de que es imprescindible para añadirle una capa adicional a la historia? La complejidad emocional de los protagonistas se disparan en un final que se os quedará clavado en el corazón.

🪭 La edad de la Inocencia 🪭

Esta obra de Edith Wharton es un clásico de la literatura. Los protagonistas de esta historia, que hoy llenaría la parrilla de los programas del corazón, son: la condesa Ellen Olenska, el jóven Newland Archer y su prometida May Welland.

Con ellos nos adentramos en la alta sociedad neoyorkina de finales del siglo XIX. Una historia de alor y desamor, convencionalismos sociales, discriminación y arraigadas costumbres en lo que al papel de la mujer se refiere.

Ellen es la mujer valiente que decide abandonar a su marido en Europa y volver a América. A la que le dan igual los comentarios y el rechazo que su presencia supone en la alta sociedad y en su propia familia.

May es lo contrario. Prima de Ellen, pero que cumple a la perfección el papel de la muy correcta dama de la alta sociedad. Lista para casarse sin salirse del camino trazado.

Y Newland pone el punto de vista de intentar entender a Ellen. Lo que provoca un acercamiento con ella más estrecho de lo que debería ser en su condición de hombre comprometido. Aún así, “lo correcto” pesa en todas las decisiones que toma (y es algo que se percibe en toda la historia).

Reconozco que en algunos momentos, la narración se me hizo algo cuesta arriba (especialmente por los pensamientos de Newland y su manera de atormentarse). Pero he disfrutado de ver lo bien plasmada que está la alta sociedad.

Y si algo me gusta de las ediciones de @almaeditorial son las ilustraciones que tienen y, en esta ocasión, las de @anajarenillustration son impecables.

En esta historia vais a encontrar:
🪭 un triángulo amoroso
🪭 convencionalismos sociales
🪭 una mujer independiente
🪭 el peso de lo políticamente correcto
🪭 una historia que avanza con los años
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SI LO TUYO ES EL CHISME Y EL ESCÁNDALO, agárrate porque vienen curvas🔥!

🌸Y es que, hubo un tiempo, en el que la etiqueta y las buenas maneras eran superiores a los sentimientos. Vamos, que había que ser una persona recta, seria y, nunca, jamás de los jamases, salirse del guión establecido por la sociedad!

🌸Pero, ¿qué pasa cuando te enamoras de quién no tendrías que sentirte atraído?🤔

🌸Ah, amiga, aquí viene el quid de la cuestión...
(Aunque, ya te digo yo que estas curvas son de locura...🤫)

🌸Y no solo eso, sino que, dentro de este mundo, con sus normas tan estrictas y asfixiantes, ¿cuál era el papel que representaban las mujeres? ¿Eran tan inocentes como aparentaban o también jugaban al juego de la virtud?

🌸Hipocresía, celos, ironía, pasión, chismes...

LA HISTORIA DE UN AMOR QUE TUVO QUE ELEGIIR ENTRE SER LIBRE O SEGUIR LOS DICTADOS DE UNA SOCIEDAD OPRESIVA!

Con este clásico la autora nos ha legado un fiel retrato de la alta sociedad neoyorquina del siglo XIX, donde las sonrisas son forzadas y las convenciones sociales son muy estrictas.
Nos lleva por un tour de force de eventos sociales, donde los vestidos largos son tan importantes como las intrigas amorosas, y en donde un malentendido te podía llevar al ostracismo social.
Todo parece calmado en la superficie, pero debajo hay un hervidero de chismes y miradas de reojo, y los personajes se mueven entre la hipocresía y las apariencias.
La trama, aunque rica en detalles, a veces avanza un poco lenta para mi gusto. A pesar de los momentos de lentitud, la prosa elegante y la crítica social hacen que valga la pena el viaje.
Es como disfrutar de un buen vino: sabes que no deberías apurarlo, pero a veces solo quieres un sorbo más grande.
Newland Archer, nuestro valiente héroe, tiene un dilema existencial ¿seguir las reglas de la sociedad o arriesgarlo todo por el amor verdadero?
La Edad de la Inocencia es como una sinfonía lenta pero hermosa, con dosis de sarcasmo literario mezclado con una pizca de crítica a la moral pajuata neoyorquina.
Si te gusta saborear el arte de la narración pausada, encontrarás una experiencia literaria enriquecedora en esta gran obra. ¡A cada lector su ritmo!

Este libro nos trae un salseo propio de la alta sociedad de New York del 1870.

En el encontraremos todos los prejuicios de una sociedad anclada en la época, menos por parte de Ellen que se ha separado de su marido, algo que resulta todo un escándalo para la gente de su alrededor y produce un claro rechazo hacia ella.
Por otro lado tenemos a Archer y su prometida May (prima de Ellen).
Archer queda prendado por Ellen desde el primer minuto que la ve y desde su punto de vista lo veremos liberar una batalla entre lo que siente y la mentalidad propia de la época.
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Debo decir que la historia va de menos a más, en un principio comienza de manera lenta, con muchos nombres y me costaba concentrarme en la historia, después el salseo y la curiosidad hace que la historia vaya haciéndose más amena y termina enganchándote, también encontraremos de bastantes descripciones para hacernos a la idea de la ambientación que nos rodea.
He disfrutado mucho con la evolución de los personajes, principalmente con la batalla interna de Archer.

Encontraremos temas como la familia, el amor, hacer lo correcto, el matrimonio y una gran crítica a la sociedad de aquella época junto a los cambios sociales que estaban por venir.

Lo que más me ha favorecido de este libro es haberlo leído sin haber leído la sinopsis previamente. Cuando lo abrí no tenía ni idea de qué iba, y ha sido una experiencia preciosa. Y me ha encantado.

Al principio por poco me vuelvo loca con tanto nombre, todos de alta alcurnia encima, con nombres complejos, largos, todos parecidos pero ninguno igual… Pero una vez superados esos capítulos iniciales, la historia se centra en Archer, su prometida May, y Ellen, la prima de May que vuelve a Nueva York tras haber abandonado a su marido. Esto, para la sociedad neoyorkina de 1870 era un absoluto escándalo, así que de primeras es rechazada en el círculo social. Archer, que es de mentalidad más abierta, se acerca a ella para tratar de conocerla, y termina sintiéndose atraído por ella. A partir de este momento, el salseo en el libro estaba asegurado.
La historia se conoce desde la perspectiva de Archer, que vemos como se encuentra siempre a dos aguas, entre dejarse llevar por la mentalidad de la sociedad arcaica, o rebelarse, plantarles cara, y defender a Ellen.

La historia tiene un ritmo lento, con descripciones de lugares, de sentimientos y sensaciones, que invita a leerlo despacio, no “de una sentada”. A mí personalmente me ha gustado mucho, porque he sabio conectar perfectamente con el ritmo de la historia, pero sé que en otro momento me hubiese aburrido. Nos encontramos en la era de la inmediatez, y a veces parar y disfrutar de lo tranquilo nos desasosiega.
De los tres clásicos que Alma nos ha dado la oportunidad de leer, es el que más he disfrutado, y hasta el capítulo final no he sabido qué elección haría Archer. Eso me ha gustado mucho, me ha mantenido en vilo toda la segunda parte del libro.
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La autora Edith Wharton recibió el premio Pulitzer por esta novela, siendo la primera mujer en conseguirlo. En esta obra hace una crítica muy mordaz a esa alta sociedad neoyorkina de finales del SXIX, narrando la vida del joven abogado Newland Archer que está a punto de casarse con May, en un compromiso deseado por ambas familias. Será la llegada de la prima de May, la condesa Olenska, quien haga tambalear la decisión del compromiso por parte de Archer, ya que mientras que su prometida es una mujer que vive encorsetada en las normas de comportamiento tan puritanas de la sociedad norteamericana, por otra parte, la condesa Olenska, una mujer recién separada de su marido, rompe con todas esas normas que coartan la libertad del resto.
Debo decir que habiendo leído ya otros de sus libros, sus finales me parecen impecables, pero su pluma me resulta especialmente compleja, me cuesta conectar ya que son muchas las sutilezas y la lectura se me hace muy lenta.
Me quedo con la película de los noventa, de Martin Scorsese, una auténtica maravilla.