La edad de la inocencia

La autora Edith Wharton recibió el premio Pulitzer por esta novela, siendo la primera mujer en conseguirlo. En esta obra hace una crítica muy mordaz a esa alta sociedad neoyorkina de finales del SXIX, narrando la vida del joven abogado Newland Archer que está a punto de casarse con May, en un compromiso deseado por ambas familias. Será la llegada de la prima de May, la condesa Olenska, quien haga tambalear la decisión del compromiso por parte de Archer, ya que mientras que su prometida es una mujer que vive encorsetada en las normas de comportamiento tan puritanas de la sociedad norteamericana, por otra parte, la condesa Olenska, una mujer recién separada de su marido, rompe con todas esas normas que coartan la libertad del resto.
Debo decir que habiendo leído ya otros de sus libros, sus finales me parecen impecables, pero su pluma me resulta especialmente compleja, me cuesta conectar ya que son muchas las sutilezas y la lectura se me hace muy lenta.
Me quedo con la película de los noventa, de Martin Scorsese, una auténtica maravilla.

La edad de la inocencia, de Edith Warthon, es una novela escrita hace más de 100 años, pero la he sentido muy actual.

Me explico: obviamente ambientaciones y demás no, claro, pero sí en el factor humano, en los pensamientos y en algunas de las actuaciones de sus personajes (no en otras, también es verdad, pero sería lo lógico por otra parte). Una historia que nos habla de amoríos en su mayor parte (mis partes favoritas tengo que decir), de estatus social, de familia y de mil cosas más, pero, como digo, diría que es una novela de amor, de desamor, de "salseo".

En sus primeras páginas ya me tenía encandilado con su manera de proponer la historia, simple y de fácil lectura pero de esas que enganchan con lo poco que te están contando: una pareja haciendo una vida relativamente normal pero que se verá alterada por la llegada de un personaje que pondrá un poco todo patas arriba.

Como decía antes, las partes centradas en esta pareja y la persona que irrumpe en sus vidas es lo que más me ha gustado de la novela, cuya primera mitad me parece sobresaliente; pero llega un punto en el que deja de lado dicha trama para centrarse en otros menesteres que no han sido tanto de mi agrado.

En su última parte recupera esa fuerza del inicio y termina por todo lo alto, así que, en suma, es una novela de la que he disfrutado mucho y que os recomiendo.

Leída con @dalunabooks en lectura conjunta y disfrutada muchísimo como siempre 🥰.

"El individuo es casi siempre sacrificado a lo que se supone que es el interés colectivo; la gente se apega a cualquier convención que mantenga unida a la familia, que proteja a los hijos"

Sin duda una novela que bien vale un Premio Pulitzer, mejor dicho, le voy a creer algo a partir de ahora a ese premio. Una real sorpresa porque no pensé que me gustaría tanto aunque las cinco estrellas van por una parte subjetiva mía. Quizás 4 hubieran sido más justas.
La novela nos cuenta la historia de Newland Archer, en todo el relato se puede decir casi que todo lo vemos a través de los ojos de Newland. Esto es algo a lo cual no estoy tan acostumbrado pero que me ha terminado de gustar en este tipo de historia aunque conocer más detalles no me hubiera disgustado. La narradora no aborda toda la sociedad y los pensamientos de cada uno de los personajes (que son bastantes) sino más que todo seguimos al joven neoyorquino y lo que sabemos de los demás es porque o él ha hablado con ellos o porque le han contado otros personajes. Así que gran parte de la novela es casi bajo su punto de vista.
Él vive con su madre Mrs. Archer y su hermana Janey y está comprometido con May Welland quien es una joven hermosísima y muy virtuosa. Ellos frecuentan la gran sociedad de Nueva York de aquella época donde el dinero tenía mucha importancia y asisten constantemente a invitaciones, comidas y salidas a la ópera. Están otras familias importantes como los van der Luyden y por supuesto la graciosa Catalina Manson Mingott, anciana que recibe a Ellen Olenska de Europa. Mrs Mingott es muy despierta y bastante autosuficiente de la sociedad. Tiene sus propias decisiones y saber analizar bien los corazones. También finalmente está el insoportable Beufort quien está casado pero no deja de estar detrás de las mujeres.
Todo cambia cuando Newland conoce a Ellen. Ella era una amiga de la infancia de él y May. Pero ha pasado por mucho. Se casó joven con un conde ruso Olenski y se separó de él casi huyendo. A pesar que no lo parece por lo que se menciona era muy admirada en Europa, pintada por los mejores artistas y siempre concurrida por la alta sociedad. Ella, a pesar de todo tiene una característica que fascina a Newland y es su gran sinceridad. En parte, Newland también lo es, al menos con ella, y eso hace que ambos se sientan muy atraídos el uno al otro. Ellen casi siempre dice todo lo que piensa no solo de la sociedad y su hipocresía sino de sus sentimientos. Pero es tarea complicada poder ser aceptada por todos pues allí todos hablan de todos. Y basta estar mal con alguien para estar mal con todos. Las familias se juntan para apoyar o despreciar a alguien delante de todos. Y gran parte de su entretenimiento es juzgar e intervenir en la vida de los demás.

"Cuadros, muebles que no tiene precio, música, conversación brillante... ¡Ah, eso, querido joven, si me perdona es algo de lo que ustedes aquí no tienen ni idea! Y ella allá lo tenía todo; y el homenaje de los personajes mas importantes"

Por otro lado, en la novela resalta una pelea entre Estados Unidos y Europa permanentemente. No solo plasmada en la chismosería de la sociedad sino en formas de ver la vida. El mismo Archer siente gran atracción por el estilo europeo o francés, esto se ve en sus pensamientos y en la simpatía que tiene por un amigo europeo. La necesidad del conocimiento, el placer de una plática, cosa que él lo tiene muy dentro. Probablemente por dentro es más europeo que estadounidense.
Me gusta como describe Wharton los sentimientos y pensamientos de los personajes. Utiliza buenos símiles y tiene muy buenas frases. Creo que eso es lo que más me ha gustado. Tiene una gran comprensión de la situación no solo de las mujeres sino de los hombres. Las idea del matrimonio y la unión de dos personas dentro de las convenciones sociales son exquisitamente descritas. Y desde el punto de Archer, es decir de un hombre, el tema del peligro para él de perder su independencia, sus gustos o pasatiempos es muy real.El ritmo del relato cae en muy episódico cuando Archer se casa pues ya no se cuenta una historia tan continua pero de todas maneras el libro es muy atrapante y siempre uno quiere continuar. La sensación que tiene Newland en la última cena es fabulosa. Algo muy interesante y que no me ha pasado nomás así es quién es el verdadero "villano" (claro si lo hay, no es algo rígido). Esto me hace pensar en qué llega a significar May para él y en lo que se convierte. Algo que sin duda te deja bastante para reflexionar.
Buenos personajes, buen argumento, buen final (aunque las últimas líneas no me encantaron pero los últimos capítulos sí), buenas frases y buena pluma. Uno de mis favoritos.

"Había construido dentro de sí una especie de santuario donde ella reinaba entre sus pensamientos secretos y sus añoranzas. Poco a poco se convirtió en el escenario de su verdadera vida, en su única actividad racional; allá llevaba los libros que leía, las ideas y pensamientos que lo alimentaban, sus decisiones y fantasías"

Nueva York, finales del XIX. A Newland Archer no se le puede presentar un futuro más prometedor: es un joven heredero a punto de casarse con la bella y virtuosa May Welland. Pero la llegada de la prima de May, Ellen Olenska, huyendo de su marido, un conde polaco, le hará replantearse sus convicciones y certezas.

Ante el escándalo e indignación de la alta sociedad neoyorquina (una esposa NO PUEDE abandonar a su marido), Archer adopta una perspectiva más comprensiva y moderna: ¿ no debería tener la mujer la misma libertad que un hombre? Pero la realidad es que vive en una comunidad asfixiante, que castiga a quien se salga del rol establecido, sea hombre o mujer. Peor aún, no importa tanto que alguien infrinja sus constreñidas normas sociales, sino que no disimulen que las siguen cumpliendo. Es una sociedad de apariencias, donde se premia la hipocresía por encima de todo. Y Madame Olenska es un espíritu libre, un torbellino que pondrá patas arriba a esta élite que no puede permitir que se cuestione este modo de vida, aunque sea inconscientemente.

Archer no puede evitar caer embelesado ante la arrolladora personalidad de Olenska, una mujer inteligente, irónica y desafiante, con la que mantiene conversaciones apasionantes. Es la antítesis de May, que ha sido educada, como el resto de jóvenes de alta cuna, para cumplir a la perfección el papel de esposa abnegada sin ideas propias. Ambas representan para Archer dos futuros contrapuestos: la vida tangible y acomodada, “lo que hay que hacer”, frente al ideal al que aspira de manera abstracta, siguiendo su deseo y libre albedrío.

Leer a Edith Wharton ha sido una delicia: su estilo es elegante y refinado, repleto de belleza formal, y no exento de sutil ironía. Hay un momento en el que Olenska, lúcida, dice “y mientras tanto, supongo que en alguna parte vive gente real, y que le suceden cosas reales”. Esta es la clave de esta novela, son personas que viven en su propia burbuja social, con reglas absurdas autoimpuestas, y dramas y escándalos que no lo son tanto. El equivalente decimonónico de nuestros “problemas del primer mundo”.

No pude resistirme a esta edición de segunda mano cuando la encontré en la pasada edición de la @feria_libro_antiguo_recoletos. Ya la adaptación al cine de #Scorsese me fascinó y tenía mucha curiosidad por el libro. La base de la historia ya la conocéis muchos: Edith Wharton nos sitúa en el Nueva York de finales del siglo XIX, en un eje de tres personajes muy bien definidos y diferenciados. Newland Archer, un joven y prometedor abogado perteneciente a una de las grandes familias de Nueva York y prometido con la dulce y conservadora May Welland, a su vez prima de la condesa Ellen Olenska, recién llegada de Europa tras una sonara separación con un noble polaco.
Tan protagonista en esta historia como Newland, May y Ellen, lo es la sociedad neoyorkina: un mundo que vive los últimos coletazos de una sociedad conservadora que despliega toda su parafernalia en un intento desesperado de perpetuarse. Para ellos, Europa representa una amenaza para sus valores morales, y es por ello que se sitúan en una posición mucho más dura y exigente si cabe con el cumplimiento de las normas sociales y con quienes son diferentes, como es el caso de la condesa Olenska.
Pero, ¿hasta qué punto los condicionantes sociales pueden marcar el destino de una persona? al final, el deseo de ser aceptado por esa clase respetable y honorable, de encontrar un lugar en la sociedad, vence cualquier ansia de libertad y de auto-realización personal.
Una maravilla en todos los sentidos. ⠀
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Estamos ante una novela que no se puede terminar con prisas, ni sabemos cuándo seremos capaces de terminarla, porque lleva tiempo, pensar en los personajes, recoger el marco que sugiere el autor y hacerlo nosotros mismos, e intentar vivir en esa época, por lo que entenderemos muchas cosas, como el papel de la mujer. Los personajes y la forma en que los construyen, aparte del excelente trasfondo, creo que son la fuerza de la novela, no digo que te sientas identificado con ellos, porque creo que estamos lejos de ellos, pero conocerlos bien, sus acciones corresponden a los conocimientos que tenemos y se adaptan al momento en que se desarrolla la acción. También es interesante ver cómo cambia la sociedad y cómo los personajes viven estos cambios, y muchos se resisten a ellos, porque siempre es difícil pasar de una moral estricta a una más tolerante.

En esta historia encontramos un triángulo amoroso, una relación entre tres personas muy diferentes: Newland Archer, que primero llegó a nosotros como conservador, y su prometida May Welland, como él, hace lo que hay que hacer. Dicho y pensado lo que se debía a una mujer de aquella época, vio a la condesa Olenska, una prima, cuyo marido era un noble que le dio el título de condesa.

Los acompañamos a bailes, cenas, conferencias, óperas... Estamos configurados para vivir en el horizonte de la alta sociedad de Nueva York, donde la apariencia es más importante que el afecto, y donde los hombres pueden engañar a sus esposas sin castigo social, pero no pueden perder la cara porque cuando eso sucede, todos están de espaldas. en ti. También podemos ver intuitivamente la relación entre Europa y los Estados Unidos, lo que un lugar permite que el otro no y cómo las sociedades de un continente ven a la sociedad en otro. Se cree que la operación tuvo lugar en Nueva York en la década de 1870.

Esta no es una historia de amor cualquiera sobre relaciones e infidelidades, sino una discusión entre el deber de respetar las expectativas familiares y sociales y el deber de marcar lo que debe ser, de separarse de todo y de todos, de ser los propios sentimientos y aun cuando el uno más cercano a él estaba herido e incluso después de eso anhelaba.
La historia se desarrolla lentamente cuando llega el momento en que se encuentran los tres personajes que componen el trío principal. Bueno, lo que pasó al final era un poco predecible, todo nos hizo pensar que iba a terminar así, pero es interesante cómo llegamos allí, no qué pasó al final. No hay giros que nos pillen desprevenidos y no hay gran tensión en la página, todo es paulatino.

En mi opinión, esta es una novela sin pena ni gloria. Una gran descripción de una sociedad tradicional y moral, pero por alguna razónla trama no terminó por engancharme.

Las costumbres y tradiciones de un Nueva York de finales del siglo XIX se anteponen al amor entre Newland Archer y Ellen Olenska. Muy buena crítica a la sociedad de ese tiempo y las reflexiones de Archer te hacen pensar sobre si vale más "el que dirán" o la libertad de que cada persona viva la vida que quiera.
Sufrí con los dos primeros capítulos en donde se presentan a la gran mayoría de personas, es bastante lioso, y en ese momento pensaba que el libro no me iba a gustar y que tampoco me iba a enterar de nada; pero a la vez que pasaba las hojas me iba enganchando cada vez más esta historia. No podía parar de leer y cuando no tenía el libro entre mis manos solo pensaba en llegar a casa y seguir leyendo, hacía tiempo que no me pasaba con otro libro. Me arrepiento de no haberlo leído antes porque además de ser entretenido te enseña muchas cosas de la vida, de lo que realmente importa. Para mi ha sido una gran sorpresa y lo recomiendo totalmente.

Novela galardonada con el Premio Pulitzer. Recrea la Nueva York de 1870. Es una crítica a la sociedad neoyorquina de aquella época con sus fuertes normas morales. Pero al inicio del cambio, con la lucha entre las familias nobles de alta alcurnia y los nuevos ricos sin sangre noble que se hacen fuertes economica y socialmente.
Newland Archer es un joven abogado, de familia de clase alta. Su lucha constante entre sus pensamientos, que se burlan de los convencionalismos sociales y sus hechos, que los acata a rajatabla. Prometido con la inocente y convencional May Welland, del que está enamorado. Pero la visita de la prima de esta, la Condesa Ellen Olenska con un pasado polémico y turbio, lo perturba todo.
Una historia sencilla pero con muchos matices. Una gran inteligencia y una maravillosa pluma hace que Edith la convierta en una lectura brillante. Contiene una buena psicología de los personajes. Gran novela que os recomiendo.

Entiendo el valor que este título tiene para la literatura universal, comprendo lo valioso de sus descripciones y del texto y sobre todo el valor de la autora, Pero, definitivamente, no ha sido un libro para mí. Otro libros de la misma época me emocionaron y pasaron a ser u¡de mis predilectos pero esto no me ha ocurrido con La edad de la inocencia. Quizá ha tenido algo que ver que me ha recordado mucho en el estilo y la narración a Anna Karenina (libro que detesté profundamente y que es mi opinión menos popular, desde luego). de igual modo, no es un libro que no recomendaría.

En esta historia, logramos conocer muy bien la sociedad aristocrática de NY de finales del siglo 19. Es una historia costumbrista, de personajes; nos pone en evidencia una sociedad demás de clasista, hipócrita y apegada a sus costumbres y restricciones, aun a pesar de los pocos avances o cambios sociales que llegan no sólo de a Europa sino de la propia vida americana, se sacrifica la felicidad y una vida tranquila, en pos de dichas costumbres, esta muy bien narrada, con muchas reflexiones y críticas de estas costumbres, las cuales conocemos a través de nuestro protagonista Archer. Es un libro que volveré a leer, no sólo por lo bien escrito, sino por ciertas reflexiones sociales sobre la mujer, las costumbres, la familia, la libertad, el amor, la felicidad que creo vale la pena volver a repasar, y que aún hoy, más de 100 años después, son válidas. Wharton tiene una manera de escribir hermosa, una prosa muy fácil de seguir, unos diálogos o descripción de situaciones que nos permiten visualizar muy bien la escena que se desarrolla, o la situación que viven los personajes en ese momento. En mi 2do libro de esta escritora, y quiero seguir conociendo su obra y conociendo la sociedad que nos retrata.