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Críticas sobre Ojos de agua (45)
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Yalonso
 02 August 2020
Imagino que todos aquellos países que tienen una comunidad emigrante gallega tengan infinidad de cuentos que dan cuenta de la testarudez de los gallegos, y su idiosincrasia, esa que saca de paso a un peleonero Rafael Estévez.
La verdad es que he disfrutado mucho esta suerte de novela de humor negro, más que policiaca, al menos así me lo pareció a mí. El desarrollo de la trama policiaca va lento, pero eso da paso a repasar otros matices de la vida, el proceso mental de llegar a la conclusión, los giros hasta descubrir al asesino.
Es una lectura ligera, ágil y entretenida; sin muchas pretensiones literarias. Lo recomiendo.
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laurass89
 24 April 2020
De la Mancha a Galicia
Un saxofonista, Luis Reigosa, aparece muerto en su apartamento. No hay huellas, no hay motivaciones, la conclusión: crimen pasional. Sin embargo, esta conclusión tampoco facilita las cosas a Leo Caldas que, además de resolver el crimen, tiene que aguantar a su compañero, Rafael Estévez. Estévez acaba de ser trasladado a Galicia por su comportamiento, pero el humor de la región no le está poniendo nada fáciles las cosas.
Este es el punto de partida para esta pareja de policías que nos acercarán en sus reflexiones e interacciones a un nuevo Quijote y Sancho policiacos. Esta es sin duda una de las cosas que más me ha llamado la atención de la novela, ya que estamos acostumbrados a que la relación inspector-ayudante sea de sumisión-admiración. En este caso la relación estará muy cerca de la igualdad y lo que determinará la posición de uno y otro, además de su cargo, por supuesto, será su capacidad de reaccionar ante el exterior.
Así, tenemos a Leo Caldas que será una persona sosegada, reflexiva y a la que le gusta que todas las piezas encajen (preferiblemente como él piensa que encajan); después tendremos a Rafael Estévez, un policía que ha sido trasladado por su comportamiento, demasiado agresivo y vehemente, no conoce el gris ni las sutilezas, un poco simple en sus reflexiones, pero que encajará las piezas nada más verlas, aunque sus explicaciones para ello no terminen de ser muy ortodoxas. de este modo, vemos que tenemos la típica pareja del listo-tonto, bruto-sutil que en tantos géneros nos encontramos, con la diferencia de que ambos se irán igualando a lo largo de la novela.
En este sentido, la novela es quijotesca por sus personajes y su forma de ser, el deambular por la Mancha pasa a ser un ir y venir por Vigo, que nos reflejará una ciudad fría, solitaria y triste, como nos señala el padre del inspector Caldas.
De Londres a Vigo
Eso sí, por mucho que ambos personajes tengan sus particularidades de carácter, no debemos olvidar que nos encontramos ante una novela policíaca, por lo que a estos personajes los acompañará una trama elaborada y que fluye como el agua en la lluvia.
Luis Reigosa, el asesinado, llevará a nuestro Sherlock y Watson por el mundo de los bares de ambiente, del jazz y del sentir de la música y el arte. Como viene siendo habitual, Caldas será el inspector que ha perdido algo que no puede recuperar, la ambientación y la trama le harán dolerse por ello, por su parte Estévez acudirá como espectador cauto a estos lugares.
Mientras tanto, la trama continua. Comenzando con el asesinato, como buen libro policíaco, se nos llevará a través de los hitos importantes de la investigación, siempre desde la perspectiva de Caldas. Método del crimen, personas relacionadas con el entorno del difunto, conexiones inesperadas entre unos y otros, serán aquellas cosas que nos hagan avanzar más y más rápido en una trama que nos golpea contra una pared hacia el final de la novela.
Para ello, el autor ha utilizado un estilo sencillo y llano, que nos permite entender a la perfección el sistema deductivo del inspector y de errores de su ayudante. Además, a ello añade toques de humo e ironía, que nos hacen reflexionar, levemente sí, pero lo hace, sobre la sociedad actual y sus dobleces.
Un desatino a destiempo
Sí, el título de este apartado es muy reiterativo, pero es así como he sentido yo el final de la novela.
Aunque ha sido una lectura que he devorado y con la que me he entretenido mucho, no ha dejado de parecerme que el final no debería ser como es. Sin hacer spoilers quiero deciros que es como si me dijeran que alguien va a venir hoy a las cinco y resulta al final, cuando son las cinco, que no eran las de hoy sino la cinco de mañana. Pues es guay que llegue la persona, pero la sensación es de frustración y de un poquitín de estafa. Esa es la idea con la que me he quedado yo.
Por lo demás, ya lo he dicho, los personajes, incluido el difunto, me han parecido interesantes tanto por ellos mismos como por los recuerdos literarios que me han suscitado. Por otra parte, la trama es ágil y tiene las conexiones muy bien definidas, no así el final, pero es que es difícil rematar. Y, finalmente, el estilo del autor es estupendo, sabe como hacer contrapuntos entre el humor y lo serio, con un lenguaje muy fácil de llevar y que nos invita a seguir leyendo. Espero que os animéis con ella.

Enlace: http://ellibroenelbolsillo.b..
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Marinieves
 16 April 2020
Tenía pendiente a este autor desde hace tiempo ya que no había oído más que elogios de sus libros, sobre todo de "La playa de los ahogados", pero no había leído ninguno, así que qué mejor principio que empezar por su primera obra: "Ojos de agua", que me ha gustado, pero con reservas. Se nota que es una primera novela, o eso me parece, y se le nota el tiempo que ha pasado desde su publicación en 2006.
El protagonista, el policía Leo Caldas, es un gallego cachazudo y muy gallego, de los que responden a las preguntas con otra, aunque no todo el rato como piensa su compañero de fatigas, Rafael Estévez, un aragonés bruto, iracundo y sin modales que ha sido "trasladado" debido que su forma de ser ya había generado problemas en su destino anterior.
La combinación entre ambos personajes anima el relato. Leo Caldas compensa con su moderación los excesos de su compañero, de forma que pareciera que lo han puesto a su cargo para que lo controle y sea una buena influencia para él, pero la influencia parece funcionar en ambos lados y el empuje de Estévez empuja a Caldas a la acción que parecía rehuir.
En la vida personal de Caldas parece que hubo una mujer que desapareció de su vida dejándole un regusto de tristeza. No sabemos por qué rompieron, pero no parece que la iniciativa fuera del policía. Pero claro, ¿qué novela policiaca sin un protagonista con problemas personales?
Por contra, Estévez no parece tener vida personal, aunque su traslado a Galicia podría justificar que viva solo. Lo que está claro es que le gustan las mujeres y en un punto del relato defiende su derecho a que le puedan gustar guapas y de otro nivel intelectual o social. Se ofende hasta casi la agresión con el acercamiento de un homosexual, pero no parece tener ideas homófobas demasiado claras, sino más bien temor a que pueda ponerse en entredicho su hombría delante de otros hombres.
Los capítulos del libro aparecen encabezados con la definición de una palabra en el diccionario. Me recordó al Jaritos de Márkaris leyendo definiciones en su Dimitrakos, aunque en la novela que reseño no son los protagonistas quien leen las definiciones de cada palabra, sino quienes leemos el libro. Una de las acepciones de cada palabra que abre los capítulos tiene relación con el contenido del mismo, así que casi vamos buscando dónde para descubrir la relación.
La historia que se cuenta en la novela es la investigación del asesinato de Rafael Reigosa, un saxofonista con unos preciosos ojos azules, conocido por ello con el apelativo que da título a la novela. El cadáver del músico aparece atado a la cabecera de su cama en su apartamento de la isla de Toralla, frente a Vigo, situado en una de las torres más feas pero con mejores vistas de la zona. A la isla sólo puede llegarse por un puente por lo que no mucha gente puede acceder al lugar sin ser controlada y pocos los sospechosos.
El cuerpo de Reigosa aparece con sus partes pudendas salvajemente destrozadas, como si las hubieran quemado con ácido o algo así y sin que aparentemente sepan la causa, lo que afecta mucho a los investigadores, todos hombres.
Tras analizar la escena del crimen, que ha sido concienzudamente limpiada, se descubre, por la mujer que ha realizado la recogida de pistas, qué han inyectado al difunto provocando el desastre que mostraba en sus genitales, lo que orienta la investigación hacia las personas que puedan tener acceso al producto que le pincharon llevando a Caldas y Estévez a bucear por turbulentas aguas de la vida privada del asesinado y atreverse también a molestar a personas muy bien relacionadas con las altas esferas de la vida de la ciudad. Por supuesto, eso trae problemas a los protagonistas ya que meterse con los de arriba es lo que tiene.
Las gestiones de Caldas para averiguar lo que ha pasado se llevan a cabo a la antigua usanza, que más parece un detective que un policía ya que no cita a los testigos ni a los investigados a la comisaría sino que es él el que se desplaza a los lugares y visita a posibles sospechosos, lo que da un viso de antigüedad (o de clasicismo, según se vea) al relato, lo que fomenta también el hecho de que los protagonistas no utilicen móviles, usen el teléfono fijo e incluso teléfonos públicos y cabinas. Y es que, claro, el copyright de la novela es de 2006, cuando todavía no había smartphones y no se había generalizado el uso de terminales móviles, como lo conocemos hoy.
En general está entretenido, aunque la investigación del asesinato se me hizo un poco lenta, y eso que el libro es corto (187 páginas de la edición de bolsillo que he leído), y lo peor que llevé fue averiguar quién había sido antes de acabar el libro, que se veía venir, aunque introduce algún elemento que no había tenido mucha importancia para explicar el desenlace. No obstante, me han quedado muchas ganas de seguir leyendo a Domingo Villar porque como primera novela prometía mucho.

Enlace: https://marinieves.blogspot...
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taims
 23 March 2020
En esta novela conocemos al inspector Leo Caldas, un hombre tranquilo y de costumbres, hasta maniático quizá, y a su álter ego, su ayudante Rafa Estévez, con cierta agresividad y de los que arreglan las cosas siempre por las malas, es decir, poli bueno poli malo, he de decir que he hecho esta crítica a posteriori de leer la segunda novela, y aunque esta primera está muy bien, la segunda es mucho mejor, más elaborada y más madura, pero si hay algo que me gusta de Domingo Villar, es el poder de introducirte en la trama y en los paisajes, de hacerte ser parte de la novela, te teletransporta al sitio en el que se desarrolla la novela hasta el punto de sentir las olas del mar y el olor a salitre, y eso,en mi caso,no todo el mundo lo logra.
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Kansas
 28 December 2019
Hace tiempo que queria leer a Domingo Villar a quién todos parecen poner por las nubes y como ahora estoy en "modo novela negra on" decidí que ya era hora de comprobarlo, además de que la novela es cortita, 167 páginas.

Ojos de Agua es la primera incursión en la serie del inspector de policia Leo Caldas, creado por Villar en 2006. Es una novela corta y concisa que empieza con el asesinato de un saxofonista; la brutalidad del asesinato cuyo cadáver aparece atado a la cama de su lujoso piso de Vigo, es un comienzo interesante sobre todo tratándose de una novela negra al uso. El caso le es asignado a Leo Caldas, inspector de policía, conocido en la ciudad por sus apariciones semanales en un programa de radio contestando y asesorando sobre algunas dudas de los radioyentes.

La novela es corta y disfrutable en el sentido de aquí Domingo Villar no construye la típica novela policiaca repleta de giros, con un ritmo endiablado y tramposilla, sino que su ritmo es pausado, convirtiendo la normalidad del día a día en una virtud. Es cierto que el autor sigue las reglas "tópicas" de "no contar demasiado al lector", pero tampoco es que abuse de la fórmula; Leo Caldas y su ayudante Estévez, se mueven por la ciudad de Vigo investigando el caso entre tabernas, clubs de jazz y calles mojadas, interrogando a éste y aquella, con lo cual se va montando una atmósfera envolvente que sitúa al lector perfectamente en el entorno gallego.

Aunque Domingo Villar en esta primera novela de la serie, no abusa demasiado de la "tristeza" del personaje de Caldas (un tópico taaan típico en este tipo de novelas) sí que deja entrever una cierta melancolía de su personaje, contrapuesta al burdo sentido del humor de su ayudante, Estévez, que por cierto es algo que me ha rechinado en esta novela. Qué manía con el contrapunto cómico, con un personaje continuamente haciendo chistes supuestamente graciosos (que a mí no me lo han parecido) y realmente me ha resultado un personaje bastante gratuito, el ayudante, que en mi opinión no aporta nada a la historia (puede que en la segunda novela de la serie esto cambie). Pero a lo que me refería antes, de vez en cuando hay pequeños atisbos de cómo es realmente Leo Caldas, aunque se echan en falta más:

"Pero Caldas buscó instintivamente el paquete de tabaco que guardaba en el bolsillo. Alba solía reprocharle su costumbre de encender un cigarrillo al entablar una conversación, que se protegiese de su timidez tras un escudo de humo".

La novela me ha gustado, tiene un buen ritmo, calmado y envolvente, pero quizás en esta primera novela de la serie todavía había detalles que pulir: un final algo apresurado (con esas explicaciones finales interminables explicando esto y aquello, que odiooo siempre), una cierta falta de profundidad en el mismo personaje de Leo Caldas, intuímos algo, pero nos quedamos todavía ignorantes sobre quién es realmente, y el personaje de Estevéz, que como ya dije antes, me chirría... Pero en definitiva es una buena novela. Habrá que comprobar con el segundo de la serie, si estas pequeñas debilidades se subsanan.
Enlace: https://kansasbooks.blogspot..
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Samarkanda
 03 December 2019
Ojos de agua supuso la primera incursión en el panorama literario del vigués Domingo Villar, guionista de cine y televisión así como comentarista gastronómico en una emisora de radio –hecho éste que se trasmite en su obra-, y lo hizo por la puerta grande ya que fue galardonada con el I Premio Sintagma, el Premio Brigada 21 y el Premio Frei Martín Sarmiento. Con La playa de los ahogados, su segunda novela, sigue cosechando premios y se consolida como autor en el mundo de las legras negro-criminales.

En un duplex de la singular Isla Toralla aparece el cadáver de Luis Reigosa, un joven saxofonista que ha sufrido una muerte atroz. Cuando la mujer de la limpieza encuentra el cuerpo y avisa a la policía el caso es asignado al inspector Leo Caldas y a su ayudante Estévez que, al personarse en el lugar de los hechos, se encuentran con una escena un tanto singular: Reigosa reposa en la cama con los ojos abiertos, las manos atadas al cabecero y el cuerpo presenta desde el abdomen hasta las rodillas un aspecto negruzco como si le hubieran rociado con algún tipo de líquido abrasivo.

A primera vista todo apunta a un crimen pasional pero ¿quién ha sido capaz de cometer un crimen tan cruel y qué motivos le han llevado a hacerlo? Estas son dos de las muchas preguntas a las que se enfrentan Caldas y Estévez a lo largo de los cortos capítulos en los que está estructurada la novela y que les llevará a investigar tanto en las altas esferas como en los bajos fondos.

Pese a los premios cosechados, Ojos de agua es la opera prima de Villar y, desde mi punto de vista, los personajes podrían estar más trabajados ya que lo único que sabemos de ellos es que Caldas posee un carácter introvertido y que Estévez es visceral, tosco y brusco en sus modos pero sensible al paisaje vigués. Sin embargo, esto se compensa con las descripciones de la ciudad, tanto de sus calles como de sus edificios, de sus bares y tascas –algunas reales como el Bar Puerto o el Eligio donde el autor despliega su buen hacer como crítico gastronómico- así como de los lugares de visita obligada como Monte de Castro.

Otra de las cosas de las que adolece es el final en el que, aunque todo a punta a un culpable y el pastel se descubre por una de esas casualidades tontas de la vida, hay cosas que no terminan de encajar a la perfección pese a no dejar ningún cabo suelto. Quien haya leído el libro sabrá a lo que me refiero.

Si bien me ha gustado por lo rápido y fácil que se lee, así como por el estilo sencillo y sin artificios del autor que hace que devores el libro en un par de tardes, reconozco que disfruté muchísimo más con La playa de los ahogados en la que la trama está más trabajada y el final resulta mucho más sorprendente.

Aunque ambos títulos pueden leerse por separado, de Ojos de agua a La playa de los ahogados se aprecia una ligera evolución en los personajes pese a que seguimos sin saber los motivos reales que hacen que Estévez sea trasladado desde su Zaragoza natal a Vigo. Lo que no varia en ambos libros son las descripciones de una palabra al comienzo de cada capítulo y que tienen relación con lo que vamos a leer en las próximas páginas.

Lectura ligera, fresca y, sobre todo, entretenida para todo aquel que quiera pasar un buen rato con una novela policíaca así como disfrutar de un viaje a Vigo sin moverse del sofá. ¿Qué más se puede pedir?
Enlace: https://libropoli.blogspot.c..
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Alexandragc83
 15 November 2019
Libro que me ha enganchado desde el principio, sobre todo por el humor negro que de va desarrollando a lo largo de la trama. Me encanta el tandem que forman los policías
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tamyreyes
 02 October 2019
Este año descubrí a Domingo Villar, el primer libro que leí fue el último barco, como quede contenta al leer la novela, busqué más libros de este escritor y me compré Ojos de agua. Aunque al inspector Leo Caldas y a su compañero Rafael Estévez ya los había conocido en el anterior relato ha sido de nuevo un placer volver a investigar un caso con ellos. En esta ocasión y como se trata del primer caso del inspector, se detalla más sobre los personajes. Nos cuentan cómo Rafael termina el Vigo y la verdad que no se pierde tiempo con la vida de los protagonistas, el escritor se centra en lo que importa. Volveremos a recorrer las calles de Vigo con nuestros investigadores, en esta ocasión les toca lidiar con un caso donde se encuentran con un joven saxofonista, de unos ojos claros que llaman la atención, asesinado en su apartamento. A partir de aquí veremos cómo se van desarrollando los acontecimientos hasta que por fin se cierra el círculo y descubrimos lo que ha pasado. Igual porque no las he leído en orden esta novela se me ha hecho muy corta y me he quedado con ganas de más. Pese a ser un libro de tan solo 188 páginas, el escritor consigue desarrollar toda la historia sin perderse en partes innecesarias.
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LuisMinski
 11 August 2019
Ambientada en Galicia, con muchas alusiones a música, cine, literatura, vinos, y comidas típicas, y una magnifica descripción del paisaje, en Ojos de Agua, de Domingo Villar, encontramos una entretenida novela policial al estilo clásico.
El protagonista es el inspector Leo Caldas, - además de ser policía, participa en un programa radial donde responde a inquietudes del público -, quien, junto con su lugarteniente Estévez, debe investigar el asesinato de un músico.
Caldas es calmo, introspectivo, intuitivo, y se siente incómodo cuando la gente lo reconoce por su programa, Estévez es hosco, de mal carácter, con arrebatos de violencia, y "políticamente incorrecto", y la interacción entre ambos le agrega a la novela un plus de diversión.
En definitiva, un relato que sin salirse de los parámetros habituales, es ameno, y de lectura llevadera, y constituye una muy buena opción para aquellos que quieran pasar un buen momento con un buen libro.
Enlace: https://sobrevolandolecturas..
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meg
 09 June 2019
Ojos de agua es la primera novela protagoniza por el inspector Caldas, creado por Domingo Villar, y ha sido todo un descubrimiento para mí.
Leo Caldas es un hombre más bien reservado y observador que compagina su labor en la comisaria con un programa de radio por el que, pese a su sorpresa, es bastante conocido entre los vigueses, lo que le lleva a soportar —como puede eso sí— las burlas de su peculiar lugarteniente, el agente Rafael Estévez, un zaragozano al que le cuesta acostumbrarse a la curiosa y, en ocasiones, enrevesada forma de hablar de los gallegos.
Me ha encantado la novela porque, además de la típica trama de intriga policíaca, entremezcla muchísimas características y rasgos de mi tierra y sus gentes e, incluso, hasta cierto punto, la relación entre sus numerosos personajes me ha recordado a la que encontramos en las novelas del comisario Montalbano, de mi admirado Andrea Camilleri.
Desde luego, recomiendo la lectura de esta historia a todos los amantes de la literatura detectivesca contemporánea.
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