Ojos de agua

Me gusta este tipo de novela "policiaca" tradicional, con sus policías investigando, sin giros inesperados ni "giros" que hagan entendible el final.Y la contraposición de la calma de Caldas, como buen gallego, y la "concisión" de Estévez, tan aragonés él, me ha parecido genial

Me ha encantado el debut de este escritor gallego. Una novela de lectura ágil, que engancha y aunque está muy claro quién es el malo, no por ello se hace menos interesante. Que una novela transcurra en mi tierra, también es una aliciente, ya que leer sobre lugares que conoces muy bien siempre le añade un plus a la lectura.

En una casa cercana a la playa, en la costa gallega, se descubre el cadáver de un joven saxofonista que sufrió una de las torturas más crueles que se recuerden. Les asignan el caso al inspector Leo Caldas, un hombre solitario y nocturno, y a su ayudante Rafael Estévez, un llano aragonés perdido entre gallegos.
Tenía muchas ganas de leer a este autor, toda novela negra o thriller ambientado en el norte de España me encanta y esta aunque me ha gustado mucho, se ha quedado un poco corta.
Está escrita de una manera muy sencilla que es de agradecer, el autor no intenta enseñarnos nada, cuenta los hechos de una manera sencilla y expone todo claramente.
Me ha encantado la ambientación, ya os digo que yo novela ambientada en el norte, novela que me como con patatas. Eso sí, me entraba hambre cada vez que me ponía con ella porque el autor le da mucha importancia a la comida, veremos si en las siguientes es así… las leeré con la barriga llena.
En cuanto a lo que menos me ha gustado, quizá una de las cosas haya sido esa sencillez en la trama. Casi desde el primer momento intuía lo que podía haber pasado aunque algunas cosas sí me han sorprendido. Y otra cosa que me ha resultado algo pesada en las menos de 200 páginas que tiene el libro ha sido que abusa de ciertos recursos a la hora de describir la relación que tiene el ayudante de Caldas, Estevez, con todo lo gallego.
Aún así seguiré leyendo la serie porque tiene bastante potencial.

Lectura terminada. Una novela bien escrita, con trama policial y algo de suspense, te hace estar indagando mentalmente en los posibles sospechosos, y analizando quien puede ser el culpable, para nada me lo esperaba. Bien resuelto. Y el protagonista me ha gustado, con su templanza y reflexiones. Y su compañero me ha resultado, en ocasiones, muy gracioso. Bonitas descripciones del lugar. La recomiendo.

Afinar. 1. Perfeccionar, precisar o dar el último punto a algo. 2. Hacer fino o cortés a alguien. 3. Purificar un metal. 4. Poner en tono justo los instrumentos musicales con arreglo a un diapasón o acordarlos bien unos con otros. 5. Apurar o aquilatar hasta el extremo la calidad, condición o precio de algo. 6. Cantar o tocar entonando con perfección los sonidos.

Me ha gustado que cada capítulo comience con las diferentes acepciones de una palabra, que se utilizará poco después.

Me ha gustado viajar a Vigo y conocer a Leo Caldas y Rafael Estévez. Tan diferentes. Tan complementarios. Tan carismáticos.

Me ha gustado que algunas situaciones conecten de refilón con el humor. No suele ser habitual leer este tipo de novelas con la sonrisa puesta y Ojos de agua lo ha conseguido conmigo en varias ocasiones.

Me ha gustado que en la novela haya música. Muere un saxofonista y aunque en la resolución del caso no hay Rock and Roll con grandes giros, ni música clásica con deducciones muy detectivescas, todo suena afinado. Muy afinado. No he encontrado ningún personaje, diálogo o descripción sin afinar.

Me ha gustado leer por primera vez a Domingo Villar. Sempre te lembrarei. Queremoste moito ❤.

Tenía este libro pendiente de la serie Leo Caldas de Domingo Villar, y me miraba desde el listado de pendientes hace tiempo pidiéndome paso. Lo he estado retrasando porque despedirme de este protagonista no es tarea fácil; aunque siempre podría rescatarlo y disfrutarlo. Os recomiendo muchísimo “La playa de los ahogados” y mi favorito “El último barco”. Sin olvidarme de Rafa, pareja del investigador en sus historias . Villar creó estos dos personajes tan antagónicos, Leo con su sombra de tristeza y Rafa tan “sancho panza”, un dueto detectivesco de los mejores que he leído.

Este es el primer libro de la saga. Se lee muy rápido y muy fácil porque es cortito pero también porque los sucesos tienen un ritmo muy ágil. Un inicio muy interesante para mí, que vengo de leer los dos anteriores, porque si hubiera empezado por este quizás no hubiera seguido con tanta ansiedad al autor. En esta novela Leo Caldas no es el investigador que veremos en las dos siguientes novelas, y eso se nota mucho, tiene algunos apuntes pero no es aún el investigador que llegará a ser.

Sin embargo, Domingo Villar ya apuntaba maneras en sus inicios, porque la ambientación gallega vuelve a dejarnos con unas ganas de viajar increíbles. Intercala de nuevo en cada capítulo detalles pequeños de la convivencia en las tierras gallegas, que hacen que la novela sea muy real. Rasgos de la tierra que se dibujan en los personajes en sus silencios y en su forma de observar pero también y sobre todo en su forma de hablar; nadie debería perderse la desesperación de Rafa interrogando a los lugareños.

Un libro que tiene un desenlace espectacular aunque no sea mi favorito de la saga. Vale la pena para pasar un rato muy entretenido!

Un joven saxofonista es asesinado de forma cruel en su domicilio, la puesta en escena en que dejaron el cuerpo indica un crimen pasional, un caso que asumirá el Inspector Leo Caldas, junto con el agente Rafael Estévez

Primera novela protagonizada por el inspector pero no su primer caso; parco en palabras y con ese sexto sentido que le da la experiencia, su principal baza es dejarse llevar por las intuiciones, esa espinita que le deja incómodo cuando algo no encaja, mientras un "run run" sigue sonando en el subconsciente; esto junto a un cúmulo de certeras casualidades hará que todo quede esclarecido sin seguir fielmente una línea investigativa.

Muchas veces un cúmulo de desgracias se interponen en la resolución de los casos, en éste ha resultado al contrario, todo se ha confabulado para aclararlo

El agente Rafael Estévez, un zaragozano destinado a la jefatura de Vigo, pone el toque de humor, no por ser gracioso (al contrario) sino por su perplejidad y desesperación ante la manera ambigua de hablar en Galicia; que en mi caso leyéndolo en el idioma, me ha hecho soltar unas cuantas risas
Así que a la pregunta de si me ha gustado? Contestaré: "depende" 😅

Lineal, rápida, con giros inesperados, un precioso paseo por Vigo y alrededores, gastronomía incluida; pero me ha faltado tema investigativo y pistas más sólidas. Leí hace unos años "El Último Barco" (tercero de esta serie) y me resultó mejor en ese sentido. Aún así me enganche a la historia y lo he disfrutado mucho

Leo Caldas es un hombre carismático, reconocido más por su programa de radio policiaco que por su labor como inspector. Deberá dejar a un lado la locución para investigar un asesinato que conmociona el mundo de la música, un reconocido saxofonista ha aparecido asesinado en su lujosa residencia.

Es un libro muy cortito de apenas 200 páginas. Dicen que lo bueno y breve, dos veces bueno. Pero en este caso a mí me ha faltado algo más de desarrollo, me ha parecido todo demasiado directo. Eso no quita que sea una buena historia, marcada sobre todo por la atrocidad del crimen. En este sentido, debo advertir que contiene descripciones bastante desagradables.

Ahora bien, lo mejor de la novela, sus personajes y el humor que el autor emplea. La relación de gato y perro entre Leo Caldas y su ayudante Rafael es una delicia, logra desesperarte en ocasiones y arrancarte una carcajada en otras. Las bromas entre ambos, sus comentarios, su complicidad. Me asombra muchísimo que ante una novela tan cortita el autor dotara de un mundo psicológico tan increíble a sus personajes.

Una obra imprescindible del género negro, precisamente por ese toque humorístico y que posiciona a Domingo Villar como uno de los mejores autores de los últimos años.
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“El rostro horrorizado del hombre revelaba el sufrimiento que había padecido. Tenía las manos atadas al cabecero con una tela blanca, y su cuerpo desnudo estaba retorcido en una postura forzada. Una sábana lo tapaba desde la cintura hasta los pies” ~ Ojos de agua de Domingo Villar.

Por fin me estreno con Domingo Villar, un autor que tantas veces me habéis recomendado y que, a pesar de vivir en Vigo, ciudad en la que se contextualizan sus novelas, no había leído. Ojos de agua narra la investigación de Teo Caldas, y su curioso compañero, del crimen de un músico. Me han encantado los personajes, tanto la calma gallega de Teo Caldas como la ironía, humor y carácter brusco de su compañero aragonés.

El libro tiene sus cositas que no pasaría en otros, ese carácter de ¡voilá!, magia, tengo una intuición de “carallo” y “as meigas” me dicen que tal personaje está implicado. En este caso se lo perdono porque me lo he pasado en grande leyendo esta historia, tanto por los personajes como porque cuando coges un libro ambientado en tu ciudad y el autor te lleva de paseo por las calles que conoces es un plus.

Eso sí, espero que en el segundo, que también leeré, no tire de meigas y conjuros para esclarecer la investigación y que de hacerlo, me compense el viaje de alguna manera.

Qué tristeza tan grande coger las historias de Domingo Villar sabiendo que hace tan poco nos dejaba huérfanos de sus letras y personajes. Nombre relativamente desconocido de las letras, que sin embargo está a la altura de la mejor novela negra y thriller en el panorama literario actual. Un autor que no me canso de recomendar, ineludible, y es que leer a Domingo Villar y su trilogía sobre el inspector Leo Caldas, además de un thriller adictivo, con una perfección narrativa y de tramas exquisita, es zambullirse de cabeza en Galicia, en sus paisajes y en su cultura. Villar era un gran enamorado de su tierra, sus gentes y su gastronomía, y sus novelas así lo reflejan: la vida de la calle, sus bares, tabernas, los platos típicos que saboreas mientras lees, el olor del mar, la ternura de un pueblo.

 

Ambientadas en la ciudad de Vigo y sus comarcas aledañas y de la mano de investigaciones policiales atípicas, que se cocinan a fuego lento y donde el valor de los personajes y sus vivencias tienen tanto o más peso que los sucesos a investigar en sí, podemos afrontar estas tres historias de forma independiente, pero sin embargo os recomiendo que os adentréis en ellas por orden de publicación, porque tanto la evolución de los personajes como la del autor es altamente notoria.

 

Partiendo de Ojos de Agua, una novela corta, simple incluso, pasando por la excelente La playa de los ahogados (con una más que notable adaptación cinematográfica), hasta culminar con este El último barco, este último viaje, este regalo en el que Domingo invirtió más de ocho años de su vida, para traernos una historia redonda, maravillosa, que se cuece a fuego lento, y que sin embargo durante sus casi 800 páginas no deja lugar a respiro en el ansia de leer.

 

Qué huérfanos nos dejas Domingo, que huérfanos nos dejas Leo Caldas, qué tristeza no saber más de personajes tan entrañables, tan queridos, tan humanos sobre todo, fiel reflejo de lo que Domingo fue en su vida. Leed a Domingo Villar, sin reserva, leed a un autor sobresaliente, que no tuvo tiempo de brillar lo suficiente.

 

Que la tierra te sea leve amigo, algún día, en el cielo de los libros, nos sentaremos nuevamente a escuchar tus historias.