Ojos de agua es la primera novela protagoniza por el inspector Caldas, creado por Domingo Villar, y ha sido todo un descubrimiento para mí. Leo Caldas es un hombre más bien reservado y observador que compagina su labor en la comisaria con un programa de radio por el que, pese a su sorpresa, es bastante conocido entre los vigueses, lo que le lleva a soportar —como puede eso sí— las burlas de su peculiar lugarteniente, el agente Rafael Estévez, un zaragozano al que le cuesta acostumbrarse a la curiosa y, en ocasiones, enrevesada forma de hablar de los gallegos. Me ha encantado la novela porque, además de la típica trama de intriga policíaca, entremezcla muchísimas características y rasgos de mi tierra y sus gentes e, incluso, hasta cierto punto, la relación entre sus numerosos personajes me ha recordado a la que encontramos en las novelas del comisario Montalbano, de mi admirado Andrea Camilleri. Desde luego, recomiendo la lectura de esta historia a todos los amantes de la literatura detectivesca contemporánea. |