El último barco de Domingo Villar
—De todas formas, es bueno volver la vista atrás para aprender de las cosas que se hicieron bien y mal, pero no se puede vivir mirando constantemente postales antiguas.
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Calificación promedio: 5 (sobre 365 calificaciones)
/Este año 2022 ha sido un año terrible para las letras españolas. En "La gota de sangre" queremos hacer un homenaje a los autores vinculados al género negro que han fallecido este año. Fernando Marías (Bilbao, 1958-Madrid, 2022). Fue un escritor y guionista ganador de muchos de los premios nacionales más importantes, como el Nadal o el Premio Primavera. Entre sus obras destaca "La isla del padre" (Seix Barral, 2015). Fue una persona muy generosa con las nuevas generaciones de escritores, de cineastas y dramaturgos. Su última novela publicada fue "Arde este libro" (Alrevés, 2021), un libro valiente en el que abordaba sus problemas con el alcoholismo y la complicada relación que tuvo con una de sus parejas, Verónica. Su vinculación con la novela negra se produjo por la publicación de varios libros de relatos con la editorial Alrevés. Maria Antònia Oliver (Manacor, 1946-Sencelles, 2022). Fue una escritora que desarrolló su trayectoria literaria fundamentalmente en catalán. Su obra en el género negro no fue extensa, pero tuvo una aportación muy importante al género: creó la primera de las sagas literarias protagonizada por una mujer detective, la saga de la "detectiva" Lonia Guiu. "Estudi en lila" fue el primero de los tres libros sobre Lonia, publicado en 1985. Fue una pionera, inspiración para las autoras que llegaron después. Su obra fue poco difundida al estar escrita en catalán. Javier Abasolo (Bilbao, 1957-ibíd., 2022). Escritor ecléctico, desarrolló su trayectoria literaria en varios géneros, destacando en la novela negra. Creo la saga protagonizada por Goiko. Ganó varios premios, destacando el Premio Bruma Negra 2015 por la totalidad de su obra. Abasolo fue una persona muy querida dentro del ámbito de las letras. Su última novela, "El país equivocado" (Erein, 2022) se publicó apenas un mes antes de que falleciera. Domingo Villar (Vigo, 1971-ibíd., 2022). Su obra se reduce a cuatro libros. Tres de ellos forman parte de la saga del inspector Leo Caldas. El último es un libro de relatos. Todas sus obras están publicadas por Siruela. Escribía a un ritmo lento, su primera obra publicada, "Ojos de agua", es de 2006. El último libro, "Algunos cuentos completos", de 2021. Recibió varios premios en su carrera y "La playa de los ahogados", la segunda parte de la trilogía, fue llevada al cine por el director Gerardo Herrero. Fue un escritor admirado y respetado. Más sobre Ana Ballabriga en: https://twitter.com/BallabrigaAna https://www.instagram.com/ballabrigaana http://www.ballabrigazaplana.com
El último barco de Domingo Villar
—De todas formas, es bueno volver la vista atrás para aprender de las cosas que se hicieron bien y mal, pero no se puede vivir mirando constantemente postales antiguas.
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Ojos de agua de Domingo Villar
Ya sabes que el ignorante afirma mientras el sabio duda y reflexiona.
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Ojos de agua de Domingo Villar
-A xente do mar coñece o risco, (...) Todos saben que poden morrer calquera dia. O desasosego non o produce a morte, prodúceo o non ter corpo que enterrar. Cando un barco afunde e os afogados non saen á superficie, as familias quedan en terra chorando pantasmas.
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El último barco de Domingo Villar
Lo malo no es entregarse a una pasión con más o menos años. Lo terrible es morirse sin haberla buscado. Por desidia o porque la vida no le haya permitido a uno hacerlo.
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El último barco de Domingo Villar
―¿La conoce? El marinero hizo un gesto que el policía no supo desentrañar. ―Me quiere sonar ―respondió. ―¿Le quiere sonar? El marinero volvió a mirar la foto. ―Sí ―dijo con gravedad. ―¿Pero qué mierda de respuesta es esa? El marinero dio un respingo. ―¿Cómo? El ayudante de Caldas apoyó en la fotografía un dedo que tapó el rostro de la hija del médico. ―¿La conoce o no la conoce? ―preguntó―. ¡Me cago en mis muertos a caballo! El marinero se encogió en la silla. ―Creo que sí. ―Pues dígalo, coño. Que es lo que le estoy preguntando. |
El último barco de Domingo Villar
Si te gusta Galicia, y disfrutas con una buena historia, este es tu libro!!! A través de sus páginas podrás hacer un viaje al otoño gallego. Esta historia, que te engancha desde la primera página, esta tan bien escrita que de pronto te encontrarás junto a Leo Caldas, el protagonista, y su equipo, investigando junto al mar. Es una obra maestra!! Todo empieza con la desaparición de una chica que no acude a una comida familiar…. |
El último barco de Domingo Villar
―¿Qué es esto? ―preguntó. Se había acercado al remolque y examinaba su contenido con el rostro arrugado. ―Son algas ―dijo el hombre. ―Ya lo veo ―replicó el ayudante del inspector―. Pero ¿para qué las quiere? Caldas vio el recelo dibujarse en los ojos del hombre y respondió por él: ―Para abono ―dijo―. ¿Verdad? ―Claro. ―¿Y qué piensa abonar? ―preguntó el aragonés. ―La huerta de casa ―contestó el otro, con naturalidad. ―Puf ―resopló Estévez―. Pues sí que va a oler bien. ―No se lo tenga en cuenta ―dijo Caldas―, es que en su tierra no hay algas. ―¿Y con qué abonan? ―preguntó el hombre. Estévez se encogió de hombros. ―No sé… ―dudó―. Con estiércol. ―Ah ―dijo el hombre, y guiñó un ojo al inspector ―, pues seguro que allí huele mejor. |
El último barco de Domingo Villar
Tú eres policía, Leo, es lógico que te preocupen esas cosas, pero a mí me preocupa que las viñas arranquen bien y que llueva lo que tiene que llover cuando llegue la primavera. Puedo convivir con el miedo a morirme, pero no quiero tener también miedo a vivir.
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La playa de los ahogados de Domingo Villar
El inspector cerró los ojos y Estévez encendió la radio, que en aquel momento adelantaba las noticias locales. El boletín no hizo referencia al marinero ahogado. Se limitó a informar de la previsión meteorológica y el aumento de peatones atropellados en las calles de la ciudad. —Pues yo hace tiempo que no atropello a nadie —comentó Estévez de pronto—. La última vez fue en Zaragoza, pero ya hace más de tres años. Los párpados de Leo Caldas se abrieron como impulsados por un resorte. —No lo echarás de menos… —inquirió. —No diga tonterías, ¿quiere? —Pues mejor. Mientras estés a mis órdenes te prohíbo atropellar a nadie. |
Ojos de agua de Domingo Villar
Volvió a tener la impresión de que estaba pasando por alto algún detalle importante. No podía identificarlo, pero una pequeña lucecita brillaba en su interior susurrándole que alguna pieza no encajaba en aquel puzzle. Conocía aquella sensación y se fiaba de su instinto. Estaba seguro de que, por pequeño que fuera, lo que ahora se escondía en algún rincón de su cabeza terminaría por mostrarse de un modo repentino más tarde o más temprano
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Saga "Los Juegos del Hambre"