Dulce hogar

Es un libro trepidante, no te deja de sorprender en cada capítulo. Fácil de leer por sus capítulos cortos y rápidos.
Al principio es algo agobiante porque toda la acción se desarrolla en una casa y a veces llega a cansar, pero no lo dejes, una vez se mete en faena, es un no parar.
El arranque del libro, la primera página me dejó de piedra, incluso pensé que no podría con el libro si todo era así, pero no.
Descubrí a Pablo Rivero con Penitencia, luego leí La Cría y ahora Dulce Hogar, me parece un autor que se maneja genial en el género y hay que tenerlo muy en cuenta, yo lo tendré. Totalmente recomendable si te quieres beber las 544 páginas que tiene. Yo no podía soltarlo.

Julia y Rubén quieren construir su hogar desde cero, convertirlo en su rincón y en su espacio seguro. Pero todos sus esfuerzos empiezan a truncarse, vuelven los miedos y las incertidumbres.

La nueva novela de Pablo Rivero me ha recordado un poco a Penitencia (su segunda novela), por ese halo de misterio en torno a una casa y por las reflexiones personales de la protagonista. El autor consigue crear una atmósfera de tensión psicológica, un ambiente cargado de oscuridad y pequeñas chispas de fuego. Una trama que va pausada, pero con algunos giros en momentos justos.

Me gustan los libros del autor porque suele escribir tramas que contienen temas de actualidad y sobre los que reflexionar. La historia tiene pequeños guiños (como nos tiene acostumbrados) a sus libros anteriores, pero este es autoconclusivo. Esta novela es una bofetada de realidad a mano abierta, una reflexión sobre el estatus y las clases sociales, sobre las apariencias y los deseos individuales, sobre el poder... Todo cubierto por un halo de oscuridad y terror, una sombra que te persigue y notas, pero que no puedes ver.

Lo único que no me ha convencido es hacia el final, que he notado un poco repetitiva la trama y eso ha hecho que no fuese tan sorpresivo como debería y no terminara de explotar la historia. Igual es que yo iba con las expectativas hasta arriba.

Este libro cumple su cometido totalmente y lo recomiendo, pero igual yo iba con las expectativas un poco altas. de momento el que más me ha gustado del autor es "La cría", está a otro nivel.

Brutal y trepidante!!

He de ser sincera, el inicio del libro es muy lento y tarda mucho en arrancar toda la trama y acción. Nos presenta narraciones de diversas personas y momentos pasados/futuros y cuesta centrarnos en la historia. Pero a la mitad de la novela, todo empieza a adquirir ese ritmo al que nos tiene acostumbrados Pablo y ya solo quieres devorar el libro hasta el final.

En Dulce Hogar tenemos a Julia y Ruben, una joven pareja que buscan el ser padres y el establecerse en un hogar donde poder formar una familia. Pero el lugar que eligen es una zona protegida en la que ocurrió un terrible incidente años atrás.

Cuando Julia se establece en su nuevo hogar, al inicio sola por el trabajo de su marido, vivirá unos días muy atemorizada, por personas extrañas que parecen acosarla, gente que la vigila en la noche y en el día...
Hasta que poco a poco nos vamos metiendo en la historia y veremos que no todo es lo que parece.

Me ha sorprendido una vez más el autor y continuaremos leyendo :)

Nunca había leído a Pablo Rivero y al empezar el libro su manera de escribir, tan sencilla y cercana me choco y me tiró hacia atrás. Conforme fui leyendo me fue atrapando ese estilo suyo y tengo que decir que me ha encantado.

Me daba un poco de mal rollo el libro al principio, luego me costaba dormir. Pero me ha parecido una historia muy bien conectada, con una buena construcción de personajes, y con giros en lo que nada es lo que parece (aunque alguno te lo esperabas, pocos eso si)

Lo único, es que no es continuación de "La Cría" ni ponía en ningún lado que tuviese relación y habían varias veces que lo mencionaban haciendo así posibles spoilers.

Una obra con una trama impresionante e inigualable que no podrás dejar de leer.

Autor: Gran autor sabe cómo tener enredado al lector.

Opinión Personal: Un libro extraordinario de suspense con un toque revolucionario que te mantiene en vilo hasta el final. Sus capítulos son amenos y motivadores. Un thriller muy bueno. Lo recomiendo.

Narrada de una manera sencilla, con una trama fácil de seguir que engancha en las primeras páginas y una temática tan atractiva como sus personajes, el motivo de mis dos estrellas es por el último 40% de la novela, que se me ha hecho muy pesado y la letra en cursiva y la falta de diálogo no ha ayudado.

Al principio sufres con Julia sola en esa casa nueva y grande, en ese nuevo lugar, con el hombre fumador vestido de negro que se asoma a los ventanales y la asusta de noche, con el chico joven que la acosa y que ella ve como un juego sexual... sigues leyendo, a ver qué más ocurre, qué descubre Julia sobre la zona en la que se ha ido a vivir. Pero luego, cuando empiezan a describirse los hechos, el por qué de todo y vas atando cabos, cuando tendría que ser la parte con giros que te mantiene en tensión con la necesidad de seguir leyendo más y más... el ritmo cae en picado y se desinfla.

Tras “La cría”, una de mis novelas favoritas de 2022, Pablo Rivero vuelve con un thriller psicológico que parte de una interesante premisa. ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar por construir un hogar perfecto?

Julia y su marido acaban de mudarse a su nueva casa en una urbanización de lujo a las afueras de Madrid, pero el trabajo de él obligará a Julia a pasar sola los primeros días. Un vecindario con un oscuro pasado, una extraña advertencia y un joven que parece vigilarla constantemente, harán que su nuevo hogar sea de todo menos dulce.

“Dulce hogar” es una historia autoconclusiva, pero ambientada en el mismo universo de sus novelas anteriores, encontrando pequeños guiños y referencias a personajes de sus otras obras.

El comienzo es algo más lento de lo que nos tiene acostumbrados, aprovechando para presentar todas las piezas de la historia al tiempo que crea una atmósfera inquietante en la que, bajo un entorno idílico, subyace una maldad latente que ha fraguado una venganza cocinada a fuego lento. Y nunca mejor dicho, porque el fuego será un elemento recurrente a lo largo de toda la historia.

Tu hogar, ese que debería ser tu lugar seguro, se convierte para Julia en una fuente de miedos y paranoias, alimentados por la soledad y el aislamiento que vive esos primeros días. El autor consigue generar en el lector el mismo desasosiego que siente Julia al verse encerrada en una especie de jaula de cristal en la que se siente observada, sin saber por quién ni por qué. Esto le asustará y excitará a partes iguales, llevándola a establecer una relación muy turbia con el joven que la observa. Sabe que está mal y que no debería hacerlo, pero algo en su interior le impulsa a continuar con ello a pesar de los riesgos que pueda conllevar.

A partir de la mitad de la historia es cuando las piezas del puzzle comienzan a colocarse en su sitio, haciendo que los acontecimientos se precipiten hasta llegar a un final en el que la oscuridad que ha impregnado toda la historia culmina con alguna imagen impactante por su crueldad. Cuando parecía que ya estaba todo dicho, habrá un último giro que dará una última vuelta de tuerca a la historia.

Como viene siendo habitual en sus novelas, el autor aprovecha para hacer cierta crítica, en este caso de la maternidad y la presión social por tener hijos, del sufrimiento que conlleva en ocasiones el no poder ser madre, hasta el punto de convertirse en una auténtica obsesión; o de la corrupción que impera en ciertas clases sociales que no pararán ante nada con tal de conseguir su objetivo, como si el universo les debiera algo y el resto del mundo tuviese que plegarse a sus caprichos.

Capítulos cortos con finales que te “obligan”a leer uno más, y una pluma directa y sencilla hacen que, a pesar de sus más de 500 páginas, la novela se lea casi del tirón.

Historia de tensión psicológica con una atmósfera oscura y opresiva que contrasta con la belleza y luminosidad del entorno en que se desarrolla, y que muestra cómo tu mayor deseo puede llegar a convertirse en tu peor pesadilla.

¿Hasta donde estaríais dispuestos a llegar para conseguir el hogar de vuestros sueños?

Con esta premisa, Pablo Rivero nos adentra en una historia que ya apunta a turbia, morbosa y misteriosa casi desde el principio.

La narrativa es muy ágil y sencilla. Tiene los capítulos muy cortos cosa que es un plus. Pero no contento con ellos, el autor deja en cada final de capitulo un algo que te da la necesidad de seguir leyendo, por lo que aún siendo una novela de mas de 500 páginas hace que se lea de un plumazo. Es imposible parar de leer.

Es un thriller psicológico frenético, en el que no paran de pasar cosas. Ha sido capaz de transmitirme cada miedo e inseguridad que sentia Julia, su protagonista. No me fiaba de NADIE.

El final es TREMENDO.
Como siempre, Pablo consigue dejarme con la boca abierta y con la cabeza echando humo 🤯.

En una palabra, definiría este libro como BRUTAL 🔥

Julia y su marido Rubén están deseando crear un verdadero hogar y la casa que han construido en una urbanización a las afueras tiene todas las papeletas de ser un buen lugar. Una casa moderna, totalmente domotizada, llena de cristaleras y con una piscina privada ¿Se puede pedir más? Es perfecta o eso pensaban ellos.

La primera noche que Julia pasa en su nueva mansión comienzan los malos presentimientos, no se siente segura en ella y pronto se dará cuenta de que no es todo oro lo que reluce en esa urbanización de lujo.

Después de leer ‘La cría', la anterior novela del autor y uno de mis libros favoritos del año pasado, tenía muchísimas ganas de leer esta historia y he de reconocer que mis expectativas estaban por las nubes, pero, con esta novela he tenido mis más y mis menos, os cuento por qué.

Antes de nada, me gustaría aclarar que “Dulce hogar” es una novela totalmente independiente y autoconclusiva, aunque es cierto que a lo largo de su lectura hay referencias a sus novelas anteriores. Y ahora, vamos a lo importante…

La novela comienza fuerte, con capítulos muy cortos como en sus anteriores novelas, el autor nos mete de lleno en una historia que tiene pinta de ser un gran thriller psicológico. En los primeros capítulos sentí verdadera angustia, Pablo, maneja a la perfección los sentimientos de sus personajes y la protagonista nos transmite una ansiedad y un miedo que atraviesa las páginas del libro. Estas sensaciones que me ha provocado el libro, tan reales, han sido un punto muy positivo del libro.

Pero aquí llega uno de mis principales problemas con la novela, la lentitud, he tenido la sensación de que la primera mitad del libro era bastante introductoria y aunque no me ha hecho perder el interés en ningún momento, me habría gustado que tuviese un pelín más de acción esta parte.

La segunda mitad del libro cambia de marcha, parece que dejamos de lado el thriller psicológico para meternos de lleno en un thriller más convencional, esta parte me ha gustado bastante más.

Otra de las cosas que adoro de las novelas del autor, son sus críticas. En esta novela hace una crítica muy dura hacia esta sociedad en la que muchas veces no empatizamos con la situación que viven otras personas y nos inmiscuimos en sus problemas sin tener en cuenta las consecuencias que pueden tener nuestras palabras, me ha resultado muy acertada.

Sobre el final, os puedo decir que lo veía venir y no me ha sorprendido, pero tampoco está mal.

Como veréis hay cosas que me han encantado y otras que no tanto, aun así, creo que es un libro bastante entretenido y puede ser una buena lectura de verano.

Tengo sensaciones encontradas con esta novela. Por un lado, es un muy buen thriller psicológico con un ambiente muy trabajado y unos personajes igual de trabajados pero, por otro lado, me esperaba un poco más de la trama.

Para mi gusto, que puede estar de acuerdo con el vuestro o no, el ritmo de la narración arranca un poco lento aunque progresivamente avanza pero a mitad de la novela, más o menos, el ritmo vuelve a decaer un poco dando la sensación de estar en una montaña rusa que a no todo el mundo le gusta la atracción.

Lo que más me ha gustado de la novela han sido los numerosos temas de los que trata la novela: el marido que siempre está ausente y más pendiente de su propio trabajo que de su familia, la protagonista que se plantea ser madre a pesar de tener como pareja a un hombre que, como digo, está más pendiente de lo que le afecta personalmente a él sin contar con su mujer. Otro de los numerosos temas que aparecen en la novela es el de la falsa tranquilidad, el de la falsa felicidad que tenemos y que no nos deja ver correctamente todos los problemas a los que debemos enfrentarnos.

En definitiva, con respecto a los temas que pone de relieve Pablo Rivero en la novela, me parece una novela magnífica, pero me echa un poco para atrás la trama y el ritmo de la narración.