Un marido inventado

Julia Quinn, escritora estadounidense consagrada en el ámbito de la histórica romántica por sus más de veinte libros publicados, se ha vuelto mundialmente conocida gracias a la adaptación cinematográfica, llevada a cabo por Netflix, de la serie "Bridgerton"; un conjunto de novelas basada en las historias y conflictos amorosos de ocho hermanos cuya publicación se remonta a más de una década.

Aprovechando el éxito que ha obtenido dicha adaptación, Titania ha decidido rescatar y sacar al mercado editorial, por primera vez en España, la serie de los "Rokesby", una precuela, en donde tanto los incondicionales de la escritora como de sus libros podemos seguir disfrutando de nuevas historias y olvidarnos, por un tiempo, de releer nuestros favoritos.

"Rokesby" es una serie compuesta, hasta el momento, por cuatro volúmenes que, siguiendo la línea del género de la romántica, describe las aventuras y encuentros amorosos de los hermanos Rokesby y su unión con algunos de los antecesores de los conocidos Bridgerton.

A pesar de ir enlazada con la serie de mayor éxito de la autora, "Un marido inventado" retoma la saga familiar en el mismo punto en donde quedó el volumen anterior, dando respuesta a uno de los misterios que quedan sin resolver en "Por culpa de Miss Bridgerton". Motivo del que se vale la autora para unir ambos universos e introducir personajes ya conocidos. del mismo modo, se da la oportunidad de realizar guiños a sus otras historias y series. Un regalo para los lectores asiduos que anhelamos conocer la vida de sus anteriores protagonistas.

La pluma de Julia Quinn se caracteriza por ser muy ágil, sencilla, delicada y, sobre todo, muy divertida. No abusa de las descripciones, permitiendo que sea el lector quien rellene los huecos vacíos de los espacios.

La trama tiene como protagonistas a Edward, segundo hermano Rokesby, y a Cecilia Hancourt, hermana del mejor amigo de Edward. En esta ocasión, considero que, a los personajes les falta fuerza, volumen y desarrollo. A lo largo de la trama no se muestra demasiado dinámicos ni existe una gran evolución en ellos, simplemente se dejan llevar por las circunstancias que los rodean sin hacer frente a nada hasta el final. Este punto me ha fallado especialmente ya que Julia Quinn suele darles carácter a sus personajes y convertirlos en seres especiales. Además, su psique y pensamientos son tan confusos como contradictorios en ambos casos, lo que lleva a no comprender del todo las motivaciones de ambos para cierto tipo de decisiones.

Si bien es cierto que la formación de protagonistas no ha sido muy acertada, sí lo es todos los temas que se tratan a lo largo de la historia; el duelo, la soledad, la pérdida, la confianza, el desamparo, la compasión, la familia o la amistad, son algunos de ellos.

Del mismo modo, la historia presenta un contexto social muy interesante al adentrar al lector en el interior de Nueva York en el siglo XVII, en donde el ejército inglés se asentaba y realizaba incursiones bélicas a otras ciudades. A partir de ahí, el lector tiene la posibilidad de descubrir la cara oculta de la guerra, el sufrimiento y trasfondo existente en los soldados que se encuentran en tierras extranjeras, solos, en pésimas condiciones y con el único objetivo de sobrevivir. Es por ello que, a través de Edward, se nos permite descubrir las secuelas en un soldado, la importancia de las relaciones con otros compañeros, la ilusión de recibir cartas familiares y el cambio personal que puede conllevar estas experiencias. Mientras que a través de Cecilia podemos descubrir la otra cara de la moneda, la angustia de los familiares que deben seguir su vida sin noticias de sus seres queridos y con el temor de perderlos para siempre.

La premisa con el que se inicia la trama es de lo más intrigante y llamativa, las confusiones, los secretos y los malentendidos que rigen en ella hacen que la lectura sea excitante y reveladora. Sin embargo, debo de añadir que Julia Quinn tenía ante ella muchas posibilidades de potenciar su obra y crear un intrincado de relaciones, intrigas, secretos y acción mucho mayor, creando la expectación del lector que, por desgracia, deja escapar, y si bien se convierte en una novela entretenida queda carente de la emoción y chispa que la caracterizan.

Es por ello que, a diferencia de otras de sus novelas, en donde la acción predomina, en "Un marido inventado" la trama se desarrolla de forma sosegada creando sus momentos álgidos al principio y final de la historia, dejando un suspense mayor que nos invita a desear continuar con el siguiente volumen. del mismo modo, contiene momentos cómicos, románticos y dramáticos, sin caer en lo culebronesco, que juegan con el estado de ánimo del lector.

Un punto a destacar para aquellos a los que les atrae este tipo de novelas, pero se asusta fácilmente o le da pereza las series, es que la serie Rokesby se puede leer de forma independiente pues, en primer lugar, la historia coge forma y se desarrolla en un contexto completamente aislado de los lazos familiares, y en segundo en numerosas ocasiones se hace mención de otros personajes revelando parte de su historia y sus relaciones.

Personalmente soy seguidora de Julia Quinn desde que empezaron a publicarse sus primeros libros en castellano. He leído casi todas sus creaciones y he de reconocer que, a pesar de no considerar "Un marido inventado" como la mejor de sus obras, no me arrepiento de haberla leído, ya que me ha facilitado esos momentos de desconexión, de emoción, de risas y de dejarme llevar por una dulce historia que se lee casi de una sentada y que te dejan una agradable sensación de felicidad tras finalizar la última página. Por lo que la misión del libro queda altamente cubierta.

Me ha encantado retomar la prosa de la autora y espero con impaciencia iniciar un tercer tomo en donde la premisa es de lo más prometedora.

Lo recomiendo abiertamente a todos aquellos amantes del género romántico, especialmente a los seguidores del mundo Quinn.

Desde que en Por culpa de miss Bridgerton nos presentaron a los Hermanos Rokesby, sabía que al igual que con la familia Bridgerton terminaría enamorándome de cada uno de ellos. Así que desde la mitad del libro, en que nos cuentan que algo le ha pasado a uno de los hermanos de George, tenemos esa espinita de preocupación que queremos apagar al enterarnos de que es lo que realmente le ha pasado.

Afortunadamente para los lectores, esta segunda parte trata sobre el segundo hermano… Edward Rokesby.

Al inicio lo conocemos desorientado, sin fuerzas... Y sin un solo recuerdo de lo que ha pasado durante tres meses. Salvo que cuando finalmente ha abierto los ojos, la mujer más hermosa está frente a él y parece ser que es su esposa.

Por lo que no puede evitar preguntarse cuando ha ocurrido tal acontecimiento y porqué motivo no tiene idea de cuando se ha casado con la hermana menor de su mejor amigo.


“No tenía fuerzas para resistirse a él. No cuando era de ese modo: gracioso y tierno. Además, era evidente que se alegraba de haberse despertado casado con ella.”
Cecilia Hancourt ha recibido el aviso de que su único hermano (quién es militar) ha sido herido en batalla, palabras que rompen el corazón de su pequeña hermana porque ahora se encuentra sola y con dos opciones que no le deparan un futuro feliz. Así que sin pensarlo dos veces, compra un pasaje en un barco para ir en búsqueda de quien es su protección.

No obstante, la joven no contaba con que la milicia fuese bastante estricta y le negaran acceso a información sobre su familiar. Hasta que escucha que un hombre ha sido herido y responde al nombre de Edward Rokesby. Cecilia lo reconoce, es el Capitán que fue asignado a ser el compañero de cuarto de su hermano y con quien en repetidas ocasiones entablo una amistad en las cartas que enviaba a su hermano.

Por lo que sin detenerse a pensar en las consecuencias, suelta que el herido es nada menos que su marido. Lo que inmediatamente la convierte en la esposa de un capitán y más importante, el hijo de un duque. Por ende, su estatus social asciende y por ello debe recibir mayor apoyo por parte de las autoridades para ofrecer una búsqueda para su hermano mayor.

Mientras tanto, cuidara de su “falso esposo”, pues ahora que esta inconsciente y está utilizando su apellido para fines personales, lo menos que puede hacer es apoyar a este hombre al que le tenía estima Thomas y en cierta forma, ella también.

“Todo el mundo merece que lo cuiden. Imagino que algunas personas más que otras.”

Por otro lado, Edward recupera la conciencia. Presenta dolor y se siente débil, pero sus malestares pierden importancia cuando lo primero que puede apreciar es que una hermosa joven -que ha estado presente en su cabeza desde hace un tiempo- está frente a él. “Cecilia” es la primera palabra que sus labios pronuncian. Aquella señorita es la hermanita de su mejor amigo, quién ha logrado sacarle una sonrisa tras leer su correspondencia y quién se ha instalado en su corazón.

Ella está ahí y le aseguran que es su esposa.

Demasiada información para procesar para un hombre herido, se siente confuso y a la vez feliz de tener a Cecilia a su lado, y aunque no recuerde como paso a convertirse en un hombre casado, desea que esa joven sea feliz y quiere que este a su lado.

Así que como un hombre enamorado anhela recordar cómo es estar casado con ella y así mismo lograr hacer feliz a su mujer, por lo que a pesar de su condición hace de todo por encontrar a su ahora “cuñado”.

Y es que aunque Cecilia sabe que está mal mentirle a ese hombre apuesto y amable, no puede encontrar la ocasión perfecta para desmentir todas las mentiras que han salido de su boca… Mucho menos cuando comienza a enamorarse de Edward Rokesby.

Si bien, iniciar una relación a base de mentiras es lo más horrible que pueda hacer. Cecilia no ha iniciado esta red de falsas “afirmaciones” con intenciones ocultas. Es entendible que es una joven que se ha quedado sola, por lo que ha salido su lado valiente que desea sobrevivir sin tener que depender de nadie.

Pero cuando Edward le ofrece lo que nunca ha tenido, es inevitable que su corazón comience a dudar. No obstante, ninguna mentira permanece intacta por siempre, por lo que es cuestión de tiempo para que la verdad salga a luz o en su defecto, que el joven recupera la memoria.

Un marido inventado es una novela divertida, con situaciones coquetas, mucho romance y dramatismo trágico. Es una obra que te enamora con sus personajes, sus personalidades y su humor tan característicos de los caballeros descritos y formados por Julia Quinn. Es maravillosa, única y atractiva, por lo que no se van a arrepentir si le dan una oportunidad a esta segunda parte.

Continuamos en 1779 pero, para la segunda entrega de la serie, nos trasladamos al continente americano en plena guerra de independencia.

Edward Rokesby es capitán del ejército británico y se encuentra en Nueva York luchando contra los rebeldes de las colonias americanas. Por la novela anterior ya sabemos que había desaparecido. Aparece al principio de la historia pero la hace sin recuerdos.

Cecilia Harcourt tiene veintidós años y, tras la muerte de su padre, se embarca en un largo viaje en busca de noticias de su hermano Thomas. El joven capitán también ha desaparecido y es amigo y compañero de Edward.

Ambos jóvenes han intercambiado notas en las cartas que un hermano le envía a otro, y ambos sienten que se conocen aunque nunca se hayan visto. La llegada de Cecilia a Manhattan coincide con la aparición de Edward, y tendrá lugar un malentendido que se les escapará a los dos de las manos.

La novela nos ofrece una historia muy sencilla, entretenida, fácil de seguir y sin grandes sobresaltos. Es una lectura muy agradable que te mantiene enganchado, aunque no sea de esas obras que perduran en la memoria.

El romance se cocina a fuego lento, aunque ya estaban ambos algo enamoriscados gracia a su correspondencia. La historia es bonita aunque se base en una mentira que se prolonga más tiempo del necesario.

Me ha gustado y me ha llegado en un momento en el que me venía genial una lectura tranquila y sin complicaciones. En el epílogo se nos prepara para la novela de Andrew que parece haberse metido en un buen lío. No tardaré en ponerme con ella porque estamos leyendo la tetralogía en una lectura conjunta. Os animo a darle una oportunidad a Edward y Cecilia.

La premisa de esta segunda parte de la saga de romántica historia de los Rokesby es bastante sencilla en realidad. Cecilia Harcourt, ante la noticia de que su hermano ha sido herido en el frente acude a América para estar junto a él. Sin embargo, cuando llega a allí, quien está es Edward Rokesby y, para poder ocuparse de él, finge ser su mujer. Como os imaginaréis el lío comienza cuando él despierta, tiene amnesia y da por hecho que lo que dice Cecilia es cierto. Toda esta problemática podría solucionarse fácilmente, sin embargo, a esta primera premisa se une la segunda trama de la novela que es conocer qué pasó en realidad con Thomas Harcourt.
De este modo comienza la investigación, sobre Thomas, la cuenta atrás para que Edward recupere la memoria y el callejón sin salida en el que Cecilia va metiéndose poco a poco en su estancia en Nueva York.
En realidad…
Una de las cosas a la que se dará prioridad en la novela será a la verdad. Sin embargo, pronto entenderemos que la verdad y la realidad son dos cosas muy distintas que se confrontan, pero que podrían solucionarse bastante rápido.
A lo largo de las primeras páginas, queda bien claro al lector que Edward y Cecilia ya estaban enamorados antes de que ella cometiera la locura de ir sola a Nueva York. Para ello, como es habitual en la autora, tenemos las cartas que inician los capítulos y que nos dejan ver las interacciones que previamente habían tenido estos dos personajes.
En este sentido, es importante también cómo, para poder explicar situaciones, se añaden a las cartas flashback a través de recuerdos que narra el propio personaje que los vive y que se nos ofrecen como una especie de discurso, entremezclando lo sucedido con los pensamientos y opiniones del personaje que lleva a cabo este recurso. de este modo, y gracias a estos dos sistemas, no solo vemos la realidad presenta para los dos personajes, sino también la realidad de los sentimientos más allá de lo que expresan.
Protagonismo masculino
Ambos protagonistas son muy sarcásticos, por situaciones muy diferentes, pero en los dos casos peliagudas: en el de él, porque ha perdido la memoria después de una operación militar que no recuerda; en el de ella, porque ha tenido que salir de su casa para buscar a su hermano perdido en el frente, porque si no se tendría que casar contra su voluntad, perdiendo la herencia de su hermano. Sin embargo, en esta saga de la autora no puedo dejar de ver cierta vulnerabilidad en los personajes masculinos, cosa que no me desagrada, pero que me desquicia un poco.
En el caso de Cecilia, nos encontramos con una mujer con muchas agallas que, aunque la situación se le escapa de control constantemente, sabe salir del paso en cada momento y siempre para su beneficio. Diciendo esto no juzgo al personaje moralmente, me parece perfecto lo que hace, ya que lo hace con una intención bastante loable, pero sí que es verdad que la veo todo el rato con la sartén por el mango y eso hace que el resto de personajes queden un poco minusvalorados.
Este es el caso de Edward, personaje que me ha producido mucha ternura. En su enamoramiento previo, entiende que lo más lógico era que se hubiera casado con la mujer de su amigo. Sin embargo, por culpa de esa certeza, en ningún momento llega a cuestionar en serio lo que consigue saber con lo que está viviendo y al lector, al menos a mí como lectora, que sabe la verdad solo puede producirle cierta compasión.
Un poco lo que esperábamos
Más allá de estas cuestiones, es verdad que la novela no ofrece mucho más. Volvemos a estar ante una historia que es predecible y que se podría haber solucionado en la página cuatro. Cuando el salseo se rinde a tan poco, quizá me impresione un poco menos la obra.
Por lo demás, el estilo de la autora como siempre, ágil divertido y que te engancha. Los diálogos mordaces entre los personajes están bien, el ritmo del enamoramiento y las escenas un poco más fuertes están bien. Así que os lo recomiendo si os apetece una lectura sencillita, rápida y para desconectar. Espero que si lo leéis, os guste.

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Segunda parte de la saga Rokesby. Si en el libro anterior disfrutamos de la historia de Billie y George, le llega el turno a Edward Rokesby.

Edward es un joven soldado que está de misión, el cual queda inconsciente un tiempo y cuando despierta, lo hace en un hospital y con amnesia. Su sorpresa es grande cuando se entera de que está casado con una joven llamada Cecilia, la cual se esfuerza por cuidarlo hasta su recuperación. Lo que no sabe es que, en realidad, Cecilia no es su esposa, sino que se encuentra en ese lugar porque busca a su hermano, también soldado, que se encuentra en paradero desconocido, y que era compañero y mejor amigo de Edward.

La verdad es que los personajes me han resultado bastante planos. Normalmente la autora da un carácter algo más especial y definido a los protagonistas, pero en este caso me han resultado algo indiferentes, sin muchas particularidades. No es que no me hayan gustado, pero tampoco es que les haya cogido un cariño destacable. Sí que de Cecilia admiro la manera en la que deja todo por su hermano, me parece una mujer muy valiente, que hace todo lo posible por cuidar de sus seres queridos. Edward me pareció un joven responsable, muy dedicado a su profesión y amable, es de esas personas que se nota que son buenas. Sí que disfruté mucho de la relación entre ambos, quitando el inicio, ya que no me gustan las historias que comienzan con mentiras, pero es bonito ver cómo son prácticamente unos desconocidos y poco a poco van confiando el uno en el otro, agradeciendo la compañía y el estar cerca, adquiriendo familiaridad y desarrollando nuevos sentimientos, además de ayudarse mucho entre ellos.

Me ha llegado mucho más la forma en la que empezó el contacto por correspondencia entre ellos, ya que en realidad Cecilia y Edward se conocían a distancia porque en las cartas que se enviaban Cecilia y su hermano a veces participaba Edward. Es muy tierna toda esa parte, me recordó mucho a cómo empezó la relación de Eloise y Phillip en la saga principal de Los Bridgerton. También me gusta cómo se plasma que a veces nos hacemos ideas equivocadas en nuestra mente y sufrimos por ellas, dando por hecho cosas, cuando no hay comunicación y no hablamos de ciertos temas, en especial, me refiero a los celos e inseguridades que tenía Cecilia hacia Billie. Es curioso ver cómo en el primer libro Billie se lamenta porque ella es salvaje, un alma libre, contraria a todos los estándares de la mujer perfecta y educada de la época, y cómo se siente juzgada por ello, mientras que Cecilia se infravalora y desearía ser justo como lo es Billie. Se refleja muy bien que muchas veces las cosas son según se miren y que siempre vamos a querer aquello no que tenemos, y nos vamos a encontrar fallos a nosotros mismos, defectos que otras personas desearían tener porque los ven como virtudes.

Sinceramente, el libro me ha parecido entretenido, se lee con facilidad, pero la autora podría haber sacado mucho más partido a la historia, especialmente con todo lo interesante que nos presenta al inicio: pérdida de memoria, oficiales en una misión y una mujer sola fuera de casa en aquella época. Por ello, pienso que se podría haber reflejado mucho mejor la confusión y frustración que genera el no recordar nada de lo que ha ocurrido recientemente o el no poder valerse por sí mismo, en el caso de Edward, y lo que es estar absolutamente sola en un lugar, ser menospreciad por ser mujer y el temor a que tu reputación sea tirada por la borda si la gente se entera, en el caso de Cecilia. de estas cosas apreciamos pinceladas, pero no se profundiza en ellas. Además, de cara a todo el problema que hay entre la pareja, problema que se advierte desde el inicio porque Edward vive engañado, y también en lo relativo al tema del hermano, sentí que la autora dio una solución muy simple, que no está mal, pero me hubiera gustado algo más de chicha.
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