Tiene que ser aquí

Qué gran escritora, qué gran novela, es impecable, inteligente y escrita con belleza. Y siempre te mantiene absorta, interesada, y con la imperiosa necesidad de saber qué va a suceder.

Todo lo que leo de esta autora me gusta, he leído varias de sus obras y todas se han quedado conmigo.

Y este libro es una muestra más. Una gran autora, con la que siempre conecto. Maggie O'Farrell es una extraordinaria escritora irlandesa, y creo que de las más interesantes y especiales del panorama literario de la actualidad.

En esta novela, sientes su poderosa y gran maestría en la manera de presentarnos las relaciones que se establecen entre el pasado y el presente, así como la enorme complejidad de la estructura de la obra y la gran intensidad de su contenido.

Son veintisiete capítulos en los que cada uno transcurre en momentos temporales diferentes, en lugares distintos y con narradores diversos, además de muy numerosos.
Sin embargo, esta es precisamente una gran habilidad de la autora, que logra mantener en todo momento la coherencia y por supuesto nuestra atención.

Todo se irá revelado poco a poco y desde los diferentes puntos de vista de cada uno de los personajes, e incluso, a veces, sabemos lo que va a ocurrir, antes que el propio protagonista.

Y la intriga se mantiene y se acrecienta. Si hablamos del título, se puede explicar como la necesidad y la búsqueda de tener nuestro sitio, de encontrarlo, ese lugar donde todos podemos decir “Tiene que ser aquí” porque es al que sentimos que pertenecemos.

¿Habéis encontrado vuestro sitio? ¿Estáis en él? Yo sí lo encontré, pero no pude quedarme y no estoy en él.

Una gran novela que podemos entender como una novela atípica, una novela , en cierto sentido de ida y vuelta, una obra que a través de este viaje bidireccional consigue acercarnos y a creer en las segundas oportunidades que nos ofrece la vida y donde las reflexiones sobre el amor, las relaciones, las infidelidades, la familia, la fama, los errores cometidos en la juventud, se exponen de forma magistral.

Los lectores vamos armando el gran puzle que nos presenta la historia cargada de saltos temporales, abundantes personajes en sus diferentes momentos, pero perfectamente construidos, con los que nos lanzamos para llegar a comprender perfectamente sus comportamientos y conocer sus características identidades.

Para situarnos, os diré que la novela nos lleva a una casa en Irlanda, en medio del campo, un paisaje idílico y donde vive la pareja formada por Daniel Sullivan y su esposa Claudette Wells con sus hijos.

Una pareja peculiar con la que vamos a ir descubriendo toda la serie de particularidades que harán las delicias de esta gran novela.

Hay que estar muy atentos, ambos tienen un pasado que es poco común y alucinante, un presente también atípico y un futuro inesperado que iremos viviendo junto a ellos. Y sin olvidarnos de sus hijos, que son geniales.

Es, a través de una grabación de una entrevista, que Daniel escucha en la radio mientras conduce, realizada a una mujer a la que conoció en el pasado y que murió hace ya más de treinta años, como se avivan sus recuerdos hasta comenzar su característica y peculiar manera de hacer lo posible por saber realmente qué es lo que le pasó.

Y de esta forma, también nos encontraremos con el tema de la culpa, ese sentimiento atroz que llega a anular y a envenenar todo lo que se tiene cerca.

Por ello, siente la necesidad de regresar a Estados Unidos y así empezará el reencuentro con aquello que dejó atrás.
Y este es el desencadenante de todo el tejido de una novela coral y sobre las decisiones que tomamos en ciertos momentos de nuestra vida.

También nos induce a preguntarnos ¿Y de las decisiones que yo he tomado, qué? ¿Han sido siempre acertadas? Escuchemos nuestras respuestas.

Una gran novela, desde mi punto de vista, donde se establece el encuentro y la relación entre el pasado, el presente y el futuro.

Además otro gran aspecto que percibimos en todas las novelas de Maggie O'Farrell, es que la familia es el gran soporte y el universo en el que se sustentan y de donde extrae todos los elementos necesarios para contar sus historias, así ocurre en la novela “La extraña desaparición de Esme Lennox”, qué también reseñé y añadiré aquí, así como en Hamnet, otra de las grandes novelas de la que se ha escrito mucho y que también leí, reseñé y la acercaré a esta plataforma.

En definitiva, un libro original, interesante, inteligente , muy bien escrito y en busca de las segundas oportunidades. ¿Qué más necesitamos?

Simplemente leer y disfrutarla.

Dos renglones bastan para que mi subconsciente encienda la alarma y pase a un primer plano.

Dos páginas y el flechazo es profundo. Capta toda mi atención y transito de lectura a divina contemplación.

Dos capítulos y mi espíritu se eleva. Levito por el océano de una prosa que me mece y arrastra hasta el centro de su gravedad. Y entonces, solo tengo ojos para ella. Limpios. Curiosos.
Ávidos.

O' Farrel me deslumbra con una estructura que no siempre sale bien, pero que ella trenza con dedos alquimistas.
La equilibrista del espacio y tiempo.

Autora y su trapecio en el más difícil todavía. Tripe salto mortal con caída firme, limpia, sin un rasguño.
Letras sencillas pero pulidas en blanco marfil.

Una buena cantidad de personajes, todos con su propio lenguaje y personalidad danzan alrededor de Daniel y sus tormentos.
Viven, fluyen y respiran tanto en su independencia como en lo orquestal con armónica precisión.
Pasado y presente en un puzle cotidiano y coherente en su perfecta imperfección.

Tiene que ser aquí es una novela repleta de saltos temporales donde la obsesión del ayer destroza la calma del hoy.
Pero también una puerta abierta a la redención, a la reconstrucción y las segundas oportunidades.

Un amor. Dos huidas. Hacia atrás; hacia adelante.
Un camino repleto de vivencias, tropiezos y dramas cotidianos y excepcionales común a cualquier mortal. Pura vida.

Padres e hijos que invierten los papeles cuando la ocasión lo requiere.
Amor incondicional como medicina de las horas bajas.

Una novela que me sorprende por su equilibrio, por su cadencia y por su asombrosa y exquisita inteligencia emocional.

A veces dura, otras entrañable y siempre hermosa.

Otra vez enamorado.
La monogamia literaria es una distopia inalcanzable.
¡Ciencia ficción!

Esta es la primera novela que leí de Maggie O Farrell y ha sido un muy agradable descubrimiento. Encontré a una autora que seduce desde lo cotidiano de su prosa y la elegancia con que cincela a sus personajes.

Podría decirse que la novela narra la historia de amor de Daniel y Claudette, aunque sería decir poco; porque el libro, teniendo como centro y motivo esa historia, gira alrededor de ella, se expande y se convierte en un precioso y preciso rompecabezas cuyas piezas aúnan tiempos, geografias y personajes muy bien logrados. Y son esos elementos los que definen un universo propio, en cuyo seno se inscribe una historia plena de sutilezas y matices.

Si bien al principio puede desorientarnos un poco y parecernos confusa la forma en que está estructurado el relato; pronto logra fluir e ir tejiendo un tapiz que consigue hacernos partícipes de las distintas etapas, vínculos, las elecciones de vida y sus implicancias de unos personajes que se tornan absolutamente reales, complejos y humanos. Y es ésa una gran virtud de la novela, que sus personajes se sientan reales, que su vida no parezca de ficción sino el relato de un devenir vital como el que atraviesa cualquiera de nosotros.

Y todo contado bella y hábilmente por una gran escritora...

¿Qué más se puede pedir?...

¿Por qué no evitamos juzgar, al menos a quienes queremos? ¿A qué viene esa premura en tomar decisiones dolorosas, en cortar con el pasado? Rompiendo barreras, saltando las nueve cancillas, la intransigente valiente y el bobo, desbocado y aturullado metepatas, el orgullo y el humor se envuelven y desenvuelven, se enrollan y desenrollan a lo largo de los años, los mares, los continentes, para contarnos esta entretenida historia de pequeñas cosas que tiene a la familia como hilo de Ariadna, un aspecto central de esta autora según puedo ir viendo y que a mí me apasiona, al menos como nos lo cuenta, de ese modo tan personal.

El ya tan trillado contrapunto sufre aquí otra vuelta de tuerca, no sólo por lo vertiginosa que resulta la gran variedad de voces y momentos y lugares (todos convergiendo en ese cruce con "ofrendas de devotos, de gente con esperanzas, de gente desesperada.") si no también por la variedad de tiempos y personas del verbo con que aparecen, y ese modo tan peculiar de comenzar los capítulos que recuerda a un azor sobrevolando la presa, moviéndose en círculos hasta que focaliza y se acerca (hasta el hueso) y reconocemos el papel de esta puntada en el tapiz tan asombroso que va desplegando ante nosotros utilizando la palabra más perspicua y adecuada para decir las cosas esta prodigiosa, personalísima escritora.

La historia comienza con Daniel y Claudette, una pareja que vive con sus hijos en una casa en Irlanda, en medio del campo. Un día, Daniel oye por la radio la grabación de una entrevista realizada hace treinta años a una joven que conoció en el pasado y que murió poco tiempo después de conceder dicha entrevista. Oyendo de nuevo la voz de la mujer, se despiertan en él recuerdos lejanos que le retornan a un pasado aparentemente olvidado, causándole la necesidad de saber qué sucedió con esa mujer.
Este hecho es el desencadenante y punto de partida de esta novela coral entorno a la familia y a las decisiones tomadas. Capítulo a capítulo, se van introduciendo no sólo los distintos miembros de la familia, sino distintos planos temporales: cada capítulo sucede en un momento temporal y con un narrador distinto. Cada personaje tiene su voz propia, con un lenguaje y una forma de expresión adaptada a sus respectivos caracteres.

Esta novela habla de las relaciones de pareja, la paternidad, las relaciones familiares y también de la distancia que nos une y la que nos separa; de los hijos como elemento que une ambas partes de una pareja; de la redención y los temores. Pero, sobre todo, hace reflexionar sobre las decisiones tomadas en el pasado, que nos llevan por caminos no siempre deseados. Habla también de la necesidad de encontrar un sitio físico, pero también espiritual. Ese lugar que todos encontramos en algún momento de la vida, donde sentimos el placer de cerrar los ojos y tener la seguridad que éste es nuestro sitio, nuestro lugar, que tiene que ser aquí.
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📖Tiene que ser aquí, de Maggie O'Farrell📖

➡️Tras enamorarme de su estilo con “Hamnet”, necesitaba seguir descubriendo a Maggie O'Farrell y lo he hecho con “Tiene que ser aquí”, una novela que si bien está ambientada en otra época completamente distinta, ha conseguido atraparme y gustarme tanto como la anterior.

➡️”Tiene que ser aquí” es una historia de todo y nada a la vez. Una historia de amor, de familia, de felicidad, traiciones, traumas y victorias. Es una historia llena de humanidad en la que el lector, rápidamente, va a verse envuelto y sin quererlo en la historia vital de su protagonista.

➡️Al igual que en “Hamnet”, Maggie O'Farrell demuestra en esta novela la increíble capacidad que tiene para transmitir el dolor de las personas, en especial de las mujeres. Lo hace con una mezcla de delicadeza y crueldad que te deja con las emociones a flor de piel y el corazón en un puño.

➡️Con esta novela, la autora se ha ganado un hueco en mi lista de favoritos y me ha dejado con muchas, demasiadas, ganas de seguir descubriendo sus novelas.

📖¿Con cuál me recomendáis seguir?

"Tiene que ser aquí" es una historia de amor. Pero no solo. Aunque sí tanto como una historia de amor pueda abarcar, con todas sus aristas y vértices.

Decir que este libro es la historia de amor entre Daniel y Claudette sería simplificar. También es una historia sobre paternidades ausentes. Y sobre amistades. Sobre errores y casualidades.

Lo que me gusta de Maggie es que crea historias sistémicas, en las que los personajes se relacionan entre sí de maneras complejas en las que no todo es causa y efecto.

En este libro se entremezclan personajes a través de lo años y lugares del mundo, dando la oportunidad de contar la historia desde diferentes voces. Aunque solo Daniel habla en primera persona.

Me ha gustado especialmente la sensación constante de querer descubrir y saber más. Porque la autora va dosificando la información y los acontecimientos poco a poco. Cada cosa a su tiempo.

Tomamos decisiones continuamente. A veces decimos lo que pensamos. Otras veces, callamos cosas que deberíamos haber dicho. ¿Que hubiera pasado si esas veces hubiéramos hecho o dicho otras cosas? ¿Nuestra vida sería igual? ¿Seríamos nosotras iguales?

Otros posibles títulos para esta novela y los porqués:

- "Tiene que ser así"

Porque así se escribe. Así se hace magia con el papel y las letras. No debió de ser nada fácil fraguar una novela situando cada capítulo en una voz diferente, en un lugar distinto, saltando de un año a otro. Así es, como hace Maggie, como se edifica una novela tan magnífica.

- "Tenía que ser Maggie"

Porque tenía que ser ella de nuevo la que consiguiera engancharme tanto a una historia, la de Daniel y Claudette, un matrimonio que verá tambalearse su suelo cuando un nombre del pasado venga a agitar su presente. Se dispara entonces la mirada hacia diferentes momentos para conocer la historia de ambos: de dónde vienen, dónde están y hacia adónde van; cómo su relación decide convertirse en una funambulista y caminar por un fino alambre sin saber si llegará sana y salva al otro lado. Es ella, Maggie, quien nos regala este libro por el que he avanzado con paso firme deseando respirar cada frase, queriendo alcanzar el final pero temiendo que llegara.

- "Tienes que leerla"

Porque tienes que conocer a Claudette, que decidió derribar su vida de claqueta y flashes para crear otra de hogar y tranquilidad; a Daniel, profesor de universidad a cuya cadena de dolor van a unirse más eslabones. Y a Niall y a Phoebe, a Lucas, a Teresa, a Marithe... Forman un tejido que late, respira, vive.
Porque he sentido sus alegrías y sus tristezas, su amor y esas cosas que suceden que, como polillas, van picando la estabilidad.
Porque he sonreído y me he emocionado; he suspirado y me he enfadado.
Porque he querido abrazar a cada uno de los personajes.
Porque la autora rebosa maestría narrativa.
Porque aquí es, entre estas cubiertas, en cada párrafo, en cada palabra, donde puedes encontrar una novela impresionante, de esas que no se olvidan.

Así y aquí.
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A Maggie O'Farrell la conocí con "Sigo aquí" y me fascinó, me pareció una joya, potente, directo. Me removió y emocionó muchísimo. Desde entonces quise leer algo más de ella y me decidí por este.

No sé si porque esperaba algo parecido al anterior pero "Tiene que ser aquí" no ha terminado de convencerme. La historia no está mal pero la forma de contarla ha hecho que me perdiera más de una vez. Hay muchos personajes y cada capítulo está protagonizado por uno de ellos, pero dando saltos en el tiempo sin parar. Pasado y presente se mezclan continuamente y en algunas partes me daba la impresión de que comenzaba todo de nuevo. Sé que para mucha gente ese ha sido uno de sus puntos fuertes y aunque a mí eso no es algo que suela molestarme en esta novela me ha parecido excesivo. Durante toda la primera mitad he estado todo el rato sintiéndome un poco desubicada. También puede que influya que yo leo por la noche y a veces si estoy muy cansada mi mente no da para mucha concentración.

He tardado bastante en leerlo y, aunque a partir de la mitad coge bastante más ritmo y va encajando todo, en conjunto me ha parecido una historia más y ya está.

Contenta de haber podido disfrutar de Maggie una vez más. Y así poder reafirmarme en que es una de mis autoras preferidas.

Una vez más, Maggie habla de relaciones maternas y paternas. Después de cinco lecturas confirmo que suele ser la columna vertebral de las páginas que escribe y, a partir de ahí, todo lo demás va surgiendo, pero las raíces son esas. Madres, padres, hijos e hijas. Y cada vez es una historia diferente.

Aquí también lleva a cabo su estilo propio: intercalando capítulos que saltan en el espacio y tiempo. Un rompecabezas que va cogiendo forma mientras vas leyendo su obra. Incluso esta vez osa dar detalles y tramas que leerás tres o cuatro capítulos después. Sabe enganchar. Una vez lees ese detalle sigues y sigues leyendo hasta que das con ese dichoso capítulo ¡¡porque no puedes quedarte sin saber cómo ha podido ocurrir eso!!

De estas historias, que son vidas enteras en muchos casos, tengo que destacar a dos mujeres que con sus historias me rompieron un poco el corazón… son Teresa y Nicola.

Vuelvo a recomendaros a todas aquellas que no habéis leído a Maggie que os animéis con ella pronto. Y si has leído solo Hamnet, que tanto éxito ha tenido este año (bien merecido), anímate con más obras de la O'farrell que da gusto leerla, ¡de verdad!.

A mi ya solo me queda pendiente “Instrucciones para una ola de calor”