Temporada de huracanes

Sofocante narración de la periodista y escritora mexicana, Fernanda Melchor. Una persona aparece muerta en los lindes del río. Fernanda nos narrará momentos de las vidas de las personas involucradas en su muerte y de la muerta misma. En la población de la Matosa y alrededores, pertenecientes a Veracruz; tendrán lugar los hechos. Se nos desvela un mundo de miseria, lleno de atavismos y supersticiones, donde la prostitución, la bebida y las drogas están a la orden del día. Abusos de padres con los hijos, viviendas pobres y masificadas. Asistimos a la corrupción policial. El sexo desorbitado, enfermizo. La violencia parece mascarse según se lee. La autora narra sin apenas descanso. No hay puntos y aparte, todo seguido sin apenas separaciones, con un lenguaje que mantiene los modismos de la zona. Este modo de narrar nos produce sensación de ahogo, ante hechos que por lo visto son moneda común en estas zonas. Muy meritoria la obra, que consagra como autora revelación a Fernanda Melchor.

Novela muy fuera de lo común. Objetivamente es muy buena y probablemente vaya a pasar a los anales de la literatura mexicana y latinoamericana, pero me ha costado seguirla. Es muy ambiciosa y como tal es complicada de leer. El escaso uso de puntos, el lenguaje vulgar mexicano y la dureza de la trama me han resultado extenuantes. Es una historia depravada, pero merece la pena.

RESEÑA ANTIGUA
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Nueve días he tardado en leer este libro. de SOLO 200 páginas. Los dos primeros relatos son entretenidos pero luego son horribles. Entre que son capítulos de 60 páginas, y párrafos interminables sin puntos. Lo intente "leer" como audiolibro y se me volvía loca la tablet porque no era capaz de llevarme al siguiente punto del párrafo y tenía que volver a escuchar tooooodo otra vez, asique luego intente sentarme a leerlo pero el lenguaje vulgar, duro, grotesco, las barbaridades que se dicen y se hacen los unos a los otros, la poca humanidad, la crueldad del ser humano que no tiene límites yo vivo mejor sin leerlo y sin saberlo ... No he podido con él. No lo he disfrutado nada. Me da pena porque me lo recomendó @okrabooks, pero es que ha sido muy duro. XD

Temporada de huracanes es un libro feo, muy muy feo. La fealdad que contienen sus poco más de 200 páginas te agarra por el cuello y te quita el aliento. Apenas hay argumento, sólo hay sordidez y violencia y denuncia. Crítica a la situación de la mujer, de los homosexuales, de la política y la degradación social; y por eso le doy 4 estrellas.
Le quito una por la sencilla y tonta razón de la manera de escribir que tiene Melchor, que si bien me parece ágil y rápida, no termina de casar conmigo, que soy más purista en cuanto a narración.
Un libro que no recomendaría a todo el mundo, eso desde luego.

"Le decían la Bruja. Antes, cuando la madre aún vivía, le decían la Bruja Chica. Fueron los días previos al deslave del año setenta y ocho cuando se quedó sola en esa casa que visitaban los viernes las mujeres"

Así empieza esta novela corta y dura, afilada como un cuchillo, para contarnos desde sus propias voces interiores, la historia de los involucrados en la muerte de la Bruja Chica. Estamos en La Matosa, poblado ficticio de Veracruz, sumido en una eterna sequía y un calor abrasador que vuelve loca a la gente.

Frases eternas y párrafos sin fin, cada capítulo es un monólogo que se podría leer de corrido y que nos mete de lleno en la mente de personajes perdidos, hombres y mujeres abocados a la droga y a relaciones insanas como vía de escape a la falta absoluta de futuro u oportunidades.

Personalmente, al principio me costó dejarme llevar por un estilo que es como un torrente, y que recuerda a referentes claros como McCarthy, Mariana Enríquez (@marianaenriquez1973) e incluso con ecos de realismo mágico a lo Juan Rulfo. Lo que parecía un crimen y (eso esperaba yo) su investigación o resolución, acabó siendo otra cosa totalmente distinta. Pero en cuanto avancé un poco y comprendí la estructura, y lo que Fernanda Melchor quería realmente contar (que no es el asesinato en absoluto), empecé a disfrutar de su estilo e incluso a admirarlo.

La recomiendo sin paliativos para cualquier adulto, no utilizaré el manido "de estómago fuerte", porque considero que una buena historia como ésta (por dura que sea) le aporta a cualquiera, es necesaria, está brillantemente escrita, es en definitiva un grandísimo libro.

Fernanda Melchor escribe sin filtros. Esta novela está llena de contenido sensible, por eso a mí me resultó tremendamente fuerte y explícita su forma de narrar el horror y la violencia que transcurre en La Matosa (pueblo ficticio contextualizado e Veracruz).
El lenguaje es incómodo y oscuro. El ritmo te envuelve de una forma brutal, no hay párrafos que te permitan tomar un respiro.
Ciertamente no lo imaginaba así, tan desesperanzador y terrible. El finalizar la lectura queda poso, te sacude y no te deja indiferente.

Dentro de nuestras cabezas se tiene que ocultar alguna especie de botón activador que permita transcribir las sensaciones que uno experimenta al notar que se ha quedado sin palabras. Esa palanca que da origen a que todo fluya con naturalidad para poder escribir algo coherente. Algo lleno de toda magia, Musa que acaricia tus dedos, que sea capaz de borrar de tu mente cualquier sonrojante panfleto que intente acercarse al complejo engranaje que ha conseguido plasmar Fernanda Melchor en Temporada de huracanes.
Ya les digo que es imposible transcribirlo porque las emociones siempre se disuelven tras las letras. Por mucho que lo intentes, el fracaso se percibe en medio de tus pretensiones. Y es que solo aquellos que han llegado al desenlace de una obra como esta podrían entender lo inútil que es describir esa sensación que tienes cuando el vendaval que escribe Fernanda ha arrasado contigo. Es agotador, te deja exhausto, descorazonado y podrido por dentro pero, sin embargo, querrías seguir más y más adentrándote en esa pesadilla cotidiana con la que Temporada de huracanes remueve tu conciencia.
El argumento en una obra como esta es lo de menos. La aparición del cadaver de una mujer dará paso a unos hechos que dibujarán una sociedad sucia, peligrosa, llena de personajes desamparados cuya única ambición en la vida sea la de entender el por qué todo a su alrededor carece de sentido. Todo girando alrededor de una casa aislada del pueblo que causa tanto pavor como fascinación y que desvelará todos los secretos que se esconden en esta imprescindible obra de las letras mexicanas.
Pero como digo, nada de eso hace justicia a la obra de Fernanda Melchor, voz narradora que tiene la capacidad de atraparte con su tormentosa manera de describir los hechos que cuenta en esta novela y, sobre todo, con esa maravillosa naturalidad que desprende para dar vida a sus personajes. Todos, cada uno de ellos, se van a quedar para siempre en la memoria del lector, pese a que cuando rozas las páginas del libro con cualquiera de sus vivencias terminas siempre sangrando. Porque no hay otro modo de vivir estas vidas sin quedar empapado de sus infortunios, de sus silencios, de esas miradas que atraviesan el papel para recordarte que lo único que te diferencia de ellos es la fortuna que tienes al poder cerrar las cubiertas de estas vidas de ficción.
Es un mundo que queremos ocultar. Con sus propias reglas, sus códigos, sus verdades…lugares prohibidos que se esconden en cada una de nuestras ciudades, parapetados tras la indiferencia. Lugares llenos de vida, de miedos, euforias, deseos, tristezas, esperanzas, frustraciones y, como no, de amor. Emociones que se vierten en cada página de esta historia destrozándote por dentro.
Era temporada de huracanes, tenía que haberlo previsto. Sus efectos siempre son devastadores.

Fernanda Melchor a escrito un libro intenso, duro y frenético. Retrata esos lugares de México (en este caso Veracruz) descosidos por el petróleo y la droga. Una historia popular de brujas, hechizos, miedos y violencia extrema en cualquiera de sus formas (física, verbal, de pensamiento).
Escrito como un disparo que no da tregua, un lenguaje rico y obsceno que nos acerca y trasmite la realidad cotidiana de un pueblo, un país fallido.
Una lectura muy recomendable.

Encuentran un cadáver flotando en las aguas de un canal, el cadáver resulta ser de la bruja, una persona conocida y temida en el pueblo. Las sospechas con respecto a lo ocurrido no demoran en llegar y todo recae sobre un grupo de chicos del pueblo. A partir de ese suceso, capítulo a capítulo iremos conociendo a los personajes involucrados en el crimen y a través de sus ojos la autora nos mostrará realidades crudas y realmente difíciles. 


Este libro es una muestra de cómo en tan poco se dice mucho, tiene tan solo 220 páginas pero debido al contenido tan impactante me sentí leyendo un libro de mayor extensión. Si bien al principio me costó un poco, después de unas cuantas páginas me enganché al estilo explícito y vertiginoso de la autora, descubrí una historia sorprendente.


Me gusta el uso del lenguaje que hace la autora, hay mucha jerga mexicana, no utiliza eufemismos, las cosas están dichas tal cual son y las palabras se usan de tal forma que te muestran más de lo que está en las páginas.


Siento que este libro recoge toda la bajeza de nuestra sociedad, todas las violencias a las que el ser humano está expuesto y las que genera, las violencias como resultado del agotamiento y la frustración. Este libro es una gran crítica a la sociedad mexicana que perfectamente se adapta a cualquier otro país latinoamericano. Leerlo es como quitar una venda de los ojos, estas páginas dejan al desnudo nuestras falencias, lo peor de nosotros agregándole un toque de misticismo. 


Sé que el libro ganó un premio y es muy merecido. No es para todo momento ni para todo el mundo, pero sí pienso que es un libro necesario. Es una joya.

Una historia cruda y tan real que es difícil leerlo sin sentir que algo está doliendo dentro de ti.
Pueblos en la pobreza abandonados, llenos de ignorancia y perdidos en las adicciones es lo que se nos relata en este libro, cada historia es más cruda y cruel a medida que avanza la historia