Temporada de huracanes

Pues al principio me gustó. La premisa de la mujer muerta me pareció buena. Pero luego decae. Ya sabemos que la sociedad en la que se inscribe la historia está podrida desde sus raíces. Pero creo que la autora se recrea mucho en detalles escabrosos. Ya sabemos que hay violencia sexual dentro de las familias por los indicios que ha dado. Pero tanto detallismo la verdad es que revuelve bastante. No obstante, es una buena historia y el libro tiene muy buenas críticas. No es que sea especialmente sensible, porque he leído libros así o peores, pero esos detalles no me gustaron nada.

He terminado Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor, debo confesar que me costó engancharme en la trama pero cuando comprendí de qué iba fue una lectura rápida e impactante.
Es una novela con profundo contenido social y con la crítica que la denuncia de esas situaciones genera.
Un huracán es un viento impetuoso que produce destrucción o grandes males que se mueve en círculos y que a medida que avanza estos amplían su diámetro. Nacer en un hogar pobre y disfuncional es un huracán y a medida que crece ese niño amplia su espacio de destrucción de vidas y esperanzas.

Lo vemos claramente en la vida de Luismi, en los capítulos relatados en tercera persona vemos la destrucción de su vida y de sus esperanzas.
Pero cada uno de los personajes que relatan su peripecia vital son huracanes en sí mismos que van chocando con los de los demás y ampliando la destrucción.
La novela comienza con el hallazgo de un cadáver por un grupo de niños y en su transcurso del relato conocemos como se gestó su asesinato. Un huracán es también, una persona impetuosa de obrar violento y rápido, en este caso las causas de éste asesinato se van construyendo pacientemente.
Normalmente los noticieros nos dan cuenta de asesinos como delincuentes que tienen "profusos antecedentes", pero aquí no hay villanos extremadamente malos, es una novela de grises, de toda esa variedad de grises que hay entre el negro y el blanco. Porque con la lectura vamos asistiendo a la transformación de los personajes y a la muerte de sus esperanzas de salir del círculo del o de los huracanes que se van superponiendo.
El asesinato del principio, es al final, la consecuencia de la acumulación de esperanzas muertas.
La novela es una montaña rusa  para las emociones del lector, los capítulos son párrafos únicos hacen que la lectura sea rápida y continua y que golpea en cada oración la sensibilidad de quien lee.
Puede chocarnos el lenguaje soez y explícito que usan los personajes, pero es un lenguaje realista. No sería la misma esta novela si el relator fuera un tercero culto y omnisciente.
Déjense llevar por el relato y al final habrán sufrido con los personajes de ésta gran novela.
¿Disfrútenla o súfranla? Pero léanla.

Me resulta difícil hacer una reseña de este libro. Igualmente me resultó difícil meterme en él. Creo que principalmente por el lenguaje, un mexicano coloquial que resulta a veces complicado, como cuando empiezas a ver una película latinoamericana y al principio no entiendes casi nada, hasta que se te hace el oído. Pues igual. Además la autora escribe sin ningún interés por ser concisa, se regodea, profundiza, extrae, analiza, y todo con frases taaan largas que pueden a llegar a ocupar una hoja. A pesar de esto no es lento ni pesado.
La historia empieza cuando encuentran el cadáver de la Bruja, así es conocida en el pueblo, y a partir de este hecho la conoceremos a ella y todos los personajes relacionados con su vida y muerte.
Está lleno de violencia, principalmente sexual, y bastante explícita pero no morbosa.
No creo que sea una novela recomendable para todo el mundo pero a mí me ha gustado lo suficiente como para querer seguir conociendo la obra de Fernanda Melchor.

Ha pasado más de un año desde que acabé Temporada de huracanes y es un libro que si bien, mientras lo leía, me costó y se me hizo extremadamente desagradable en algunos momentos hasta el punto de tener que cerrarlo para tomar un descanso y continuar después, ahora, un año después, sigo recordando. Me ha dejado eso que llamamos poso.

La historia comienza con la aparición del cuerpo de la Bruja en un canal de riego y esto sirve como eje central para desplegar delante de nosotros todo un mundo sórdido y casi siempre cruel en el que se desarrolla la vida de las gentes de la Matosa.

Violencia, drogas, miseria, muerte parecen abarcarlo todo. Con un abanico brutal de personajes difíciles y complejos la autora nos presenta escenas duras, muy duras que llegan a ser desagradables porque a la vez se presentan de una forma rotunda, sin ambages, tal cual son. Arrasa con todo: violencia, crimen, odio, superstición, abusos, drogas, incesto, sexo explícito…

El texto además está escrito sin puntos aparte, sin diálogos, de corrido, lo que te da una sensación de asfixia, de ahogo, de estar atrapada en ese mundo sin remedio y llega a ser angustiante.

Para mí ha sido una lectura perturbadora, que he necesitado tiempo para digerir y para poder apreciarla, y que constituye una descomunal denuncia de una sociedad inculta, inmoral y paupérrima, en el México profundo.

La definición de Temporada de huracanes: BRUTAL. Un libro con el que te ahogas, literal, porque la autora no te deja respirar con su estilo narrativo. Un libro sin diálogos, sin párrafos, todo seguido y frases eternas que ocupan páginas enteras en las que solo las comas se llevan el protagonismo. Quizás se podría encasillar esta narración en la técnica literaria del “stream of consciousness” (flujo de la conciencia en español, creo) en las que los autores pretenden expresar toda una vorágine de pensamientos intentando imitar lo que sucede en la mente de una persona. Estos pensamientos, escenas y recuerdos se entremezclan hasta el punto de que puede llegar a ser una lectura confusa. Sin embargo, siento que Fernanda Melchor ha utilizado esta técnica siendo muy consciente de lo que hacía ya que la forma en la que este libro está escrito casa muy bien con lo que quiere reflejar.

Temporada de huracanes es una historia arrolladora, asfixiante, con un ambiente opresivo, violento. Sus páginas denotan intensidad, vulgaridad y desolación. Para mí, es un libro sobre la decadencia humana ambientando en un lugar inhóspito, inseguro y espeluznante en el que reina la pobreza, la maldad, las drogas, la prostitución, etc. Con esta historia descubrimos lo ruin que pueden llegar a ser las personas y como, a veces, es imposible salir de ese huracán que arrasa con todo. Definitivamente, no es un libro para todo el mundo. Yo he tenido que parar en algunas ocasiones porque me era imposible leer tanta morbosidad y mezquindad juntas, pero difícilmente un libro te hace sentir así y por eso, aunque sea una historia sumamente desagradable, creo que se merece sus 5 estrellas.

No cabe duda alguna de que la autora describe un mundo rudo, cruel, y que lo más incómodo resulta es que no está lejos de la realidad que se vive en algunos lugares de nuestro país. Tristemente incómodo.

No, no es su estilo, ni el lenguaje soez utilizado. No me voy a dar golpes de pecho, que no va por ahí.

La obra vale la pena por el hecho de tocar temas incómodos. Pero…

Siento que se intentó meter tanto en muy poco espacio que en algunos momentos perdía el rumbo. Los personajes no alcanzan a aterrizar.

Cuando he terminado este libro me he sentido agotada , física y emocionalmente.
No es fácil, no es cómodo, no es ligero. Me he sentido sacudida, zarandeada y apaleada, ha habido momentos en los que he tenido que parar y respirar porque me axfisiaba pero quería seguir a pesar del dolor. Leerlo del tirón, sin descanso, conteniendo la respiración, ahogada, para saber por qué y cómo mataron a la Bruja( aunque eso se convierte en algo secundario), para seguir conociendo estas vidas, vidas de abandono, abusos, humillaciones, drogas, violencia, sexo, homofobia y mucha miseria. Para conocer a la Bruja, Luismi, Brando, Norma y a los demás personajes de vidas escalofriantes. Para conocer la miseria, la ignorancia y la marginación existentes en La Matosa.

Es duro, mucho, violento, con descripciones incómodas y detalles escabrosos. Incomoda leerlo pero no puedes parar y eso que me costó hacerme por el estilo, sin párrafos, todo seguido y por la forma de escribir, un mexicano crudo pero que es la mejor manera de transmitir lo que quiere contar, así, sin edulcorar, sórdido y agrio pero maravilloso.

Un libro que me ha impactado y encantado, me ha parecido espectacular.

Es una lectura de personajes y sentimientos estremecedora, que a pesar de su dureza recomiendo muchísimo. Eso sí, si la leéis hacedlo seguido, no es para leerla a ratitos perdidos porque os va a absorber y no podréis parar.

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Se avecina una tormenta. Estamos en México, en un espacio temporal que podría ser el actual. Es el mes de mayo y en un pueblo hay un asesinato. Una mujer aparece muerta en un canal de riego. En el pueblo la apodan la Bruja, concretamente la Bruja Chica, porque su madre también fue bruja, pero desde que murió solo la llaman Bruja.
Pero no, esto no es un thriller —¡y menos mal!—, sino una novela fortísima en todos los sentidos. Una chica llamada Yesenia ha visto a dos jóvenes salir de la casa de la Bruja con una persona en brazos que podría ser ella, subirla a una furgoneta conducida por un tercero y huir en ella. Uno de los chicos a los que ha visto Yesenia es, sin ninguna duda, su primo Maurilio.
Así, esta historia nos irá desgranando en cada capítulo las vidas, infancias, experiencias y sentimientos de los protagonistas del asesinato. Ya se conoce la víctima y los asesinos. Así que el jugo de la novela no es tanto el misterio, que también, sino deleitarse con la narración que hace esta joven autora mexicana de las vidas de los tres implicados, sus consecuencias y el móvil del asesinato.
Al mismo tiempo, el narrador nos dibuja un retrato del lugar plagado de miserias. A la Bruja le tenían miedo y respeto, tenía mala fama y había una leyenda que decía que albergaba en su casa un tesoro valiosísimo, aunque ella vistiera con harapos y viviera en una casa deplorable. La narración hace que el lector se encoja y tema al personaje, que luego no resulta tan maligno, porque la historia no deriva donde creíamos.
La autora no crea un halo de terror en torno a la bruja. Qué va, no es una historia con miedo, terror ni horror. Es una historia de miseria y sordidez que, por momentos, da arcadas debido al hedor y la podredumbre tanto física como moral que emana. Y eso Fernanda Melchor lo hace, simplemente, perfecto.
Los tres implicados son Maurilio, apodado Luis Miguel por el parecido que tienen ambos en la voz cuando cantan; Munra, el conductor de la furgoneta, y Brando. Se narran las vidas de los tres. Por ejemplo, Maurilio fue abandonado por sus padres y lo crio su abuela junto a sus primas. Empezó a drogarse desde joven y se convirtió en un caso perdido. Todas ellas son vidas intrincadas de alambres y espinas que se encuentran.
En torno a ellas, múltiples temas: abuso sexual, ideas de suicidio, abortos, miseria, miedo, prostitución, drogas, borracheras, sordidez, homosexualidad, crítica religiosa, maternidad, crítica a la corrupción y la violencia policiales y a la situación inmunda de aquellas cárceles. La narración no tiene ni un punto y aparte, algo que detesto tal y como dije en "Crematorio", de Rafael Chirbes.
Sin embargo, la narración es tan perfecta que supera todos los pormenores negativos y ha conseguido que puntúe este libro con la nota máxima, que son cinco estrellas, en Goodreads. Pese a no haber ni un punto y aparte, la autora enlaza la narración de tal modo que no resulta nada pesada, sino muy atractiva, aunque cuesta coger oxígeno. El lector devora las palabras y quiere seguir leyendo y saber más.
Al final el lector establece una relación con los personajes, empatiza con ellos y crea sus propios sentimientos en torno a ellos. Por ejemplo, yo sentí una emoción neutra de misterio hacia la Bruja, lástima e impotencia por Yesenia, pena por Norma. al principio también sentí pena y admiración por la abuela de Maurilio, pero finalmente sentí un odio iracundo hacia ella por su cerrazón a ver la actitud dañina de su nieto, pese al amor de abuela que pueda argumentar.
Con un lenguaje coloquial y, en muchos momentos, vulgar, esta novela adopta la magnitud de una historia grandiosa donde la presencia de numerosos insultos y frases malsonantes, lejos de resultar ordinarios, dan un ritmo y una calidad extremas. La autora construye muy bien la historia, atando todos los flecos y sin que se le escape nada. Con coherencia y dibujando a unos personajes muy bien formados. Podríamos decir que, exceptuando a la Bruja, que es la asesinada, Maurilio es el personaje más destacable de esta novela coral. Es un libro de digestión lenta que requiere un estómago fuerte, una obra de imaginería colosal y deslumbrante.
Según se nos dice al principio, este libro está basado en un cuento popular. En esta novela pasan demasiadas cosas, imposible nombrarlas todas, se me escapan mil detalles, y no es para menos. Es una novela completísima, llena de matices. Esta es, quizás, la novela más sórdida que he leído en mucho tiempo. Es indescriptible todo lo demás que ocurre en estas páginas, hay que leerlo para entenderlo todo. La narración y la historia forman un tándem que, gracias a la pluma de Melchor, se convierte en una historia triste, pero al mismo tiempo bellísima que el lector tiene la suerte de poder disfrutar. Vaya historia…
Como aspectos negativos, he de decir que el diseño de cubierta podría ser mejor, porque apenas atrae ni resuelve nada. El título, sin embargo, sí es sugerente y tiene relación con un elemento de la historia.
Autora de otros libros como "Aquí no es Miami" o "Falsa liebre", Fernanda Melchor ha entrado de lleno con esta novela en el panorama literario en español. Se ha convertido en uno de mis libros favoritos y me atrevería a decir que, si sigue escribiendo así, nadie la descarte para el Nobel dentro de algunos lustros.

La novela premiada de Melchor transcurre en un pueblo ficticio de Veracruz dentro de un ambiente muy mexicano que refleja la realidad de varias zonas rurales del país. Lleno de violencia que se expresa en los hechos que acontecen y en el mismo lenguaje de una gran parte de la novela, la historia circula alrededor de un crimen pasional y los personajes involucrados en él. Melchor exhibe un estilo narrativo bastante prometedor que a pesar de la sordidez de ciertos episodios, no deja la fluidez y el ritmo en ningún momento, pues el lector permanece intrigado de la primera a la última frase de la novela. Fernanda escribe bloques de texto que casi no tienen puntos y en vez de dificultar la lectura, la hacen más fluida al estilo peculiar que retrata la veracruzana. Tras ganar el Premio Internacional de Literatura por su traducción al alemán en 2019, el jurado calificó la obra como "la novela de la pobreza en el capitalismo global del siglo XXI, la novela de la violencia contra las mujeres, contra los homosexuales, contra los débiles, nacida de la pobreza; la novela de la lucha despiadada de los débiles contra los aún más débiles y contra sí mismos" y, definitivamente, es un gran retrato de lo más deplorable de la sociedad contemporánea maravillosamente bien escrito.
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Acabo de leer "Temporada de huracanes" (Random House, 2017), de Fernanda Melchor.

Título bien puesto a una novela que es un huracán en sí misma.
Desde la escritura sin párrafos, sin apenas puntos y aparte, que hace ahogarse al lector en su afán de llegar al ansiado final de la frase, hasta el tornado de personajes que la pueblan, a los que la vida da vueltas a velocidades de vértigo, este huracán de novela no dejará indiferente a nadie.

Nada es mesurado en esta historia. Destaca el lenguaje localista, sucio, furioso, con tantos modismos mexicanos que una se pierde con frecuencia, lo que enlentece mucho la lectura al principio.
Como la ralentiza también el elenco de personajes que se nos van presentando y los saltos en el tiempo que se usan para ello.
La historia es truculenta donde las haya. Se nos presenta un crimen y los posibles autores, con descripciones pormenorizadas de sus vidas y motivaciones.
Se nos presenta un México profundo, olvidado, desmedido, devastado por la pobreza y las drogas. Se tratan temas muy duros. el machismo, la pr0stitución, la vi0lencia extrema, el p0rno, la corrupción policial, la homofobia...
Todo esto podría haber sido una historia sensacionalista más si no fuera por la forma en que se cuenta. La autora, en la línea del experimentalismo de la nueva narrativa latinoamericana, logra dar con la voz -rota, desgarrada, soez, desmesurada- adecuada para contar semejante barbarie. Está claro que una historia así no se podía contar con la elegancia de la prosa de "El gran Gastby".
Muy bien por Melchor, que sin pelos en la lengua nos expone a los hechos crudos sin paños calientes.
Ahora bien, no ha sido una lectura de sobresaliente para mí. No sé cómo explicar el desapego que he sentido por esta obra en muchas de sus páginas. Después de darle muchas vueltas creo que, en mi opinión, los personajes son demasiado planos, es decir, no hay contrapunto a tanta maldad, a tanta vi0lencia. Son demasiado viles, no hay rasgos que les doten de humanidad, que les hagan reales.
Pero esto es una impresión mía que no debe desmerecer todas las demás cualidades de la obra.
Escucho su opinión si tienen a bien dármela...