Fernanda Melchor escribe sin filtros. Esta novela está llena de contenido sensible, por eso a mí me resultó tremendamente fuerte y explícita su forma de narrar el horror y la violencia que transcurre en La Matosa (pueblo ficticio contextualizado e Veracruz). El lenguaje es incómodo y oscuro. El ritmo te envuelve de una forma brutal, no hay párrafos que te permitan tomar un respiro. Ciertamente no lo imaginaba así, tan desesperanzador y terrible. El finalizar la lectura queda poso, te sacude y no te deja indiferente. |