Cuando no queden más estrellas que contar

La vida de Maya cambia para siempre el mismo día en el que descubre que jamás podrá volver a bailar de forma profesional. Un terrible accidente le ha lesionado la pierna y no hay operación ni rehabilitación futura que le permita corregirlo, es más, si fuerza demasiado la rodilla podría rompérsela para siempre y padecer consecuencias muchísimo más severas. Para Maya es un golpe durísimo, puesto que pertenece a una de las compañías de baile más reputadas de Madrid con la que próximamente tenía una importante representación. Además, su sueño era bailar en la academia de baile más prestigiosa de Nueva York. Completamente rota se acerca a la academia de baile para contarle lo sucedido a la profesora y allí descubre que su novio le engaña con la bailarina que la sustituye, en principio de forma temporal.

Todo ello sumado a que su abuela, una mujer de hierro que nunca le ha querido, decide vender su casa y trasladarse con el abuelo de Maya a vivir a otra ciudad hace que Maya tome la decisión de abandonar Madrid. La abuela de Maya ha sido quien la ha criado desde pequeña y siempre ha visto en su nieta la forma de cumplir sus ilusiones rotas de se bailarina profesional. La manera de que su nieta alcanzase el éxito siempre ha sido machacarla física y psicológicamente. le hacía entrenar hasta el agotamiento extremo y cuando no lograba alguna meta, cuando fallaba o cuando sí lo conseguía, pero no a sus altas expectativas le machacaba psicológicamente. Precisamente este mismo motivo fue la causa de que la madre de Maya, quien también era bailarina, abandonase el ballet y a su familia.

Con la partida de sus abuelos Maya siente que ya nada le ata a Madrid y decide poner tierra de por medio para irse a Italia. El destino no es casual. Sabe que en Italia podría vivir su padre, un hombre a quien no conoce y de cuya identidad su madre jamás estuvo segura. Maya, por casualidad, encontró la foto de un hombre con un enorme parecido a ella y como pista solo sabe que vive en Italia. de modo que se dirige hasta allí con la firme intención, o no, de encontrarle.

Una vez en Sorrento, un pueblo italiano, se encuentra desamparada. No tiene un lugar en el que alojarse. Ningún hotel del pueblo al que llega tiene habitaciones disponibles puesto que el pueblo está en plena celebración de sus fiestas y todos los hoteles están llenos. Mientras camina por el pueblo con la esperanza de encontrar algún lugar en el que pasar la noche encuentra la terraza de un restaurante. Se sienta completamente hambrienta y le atiende Lucas, un chico guapísimo alto, moreno y que resulta ser español. Con él vuelve a encontrarse en la playa y le ofrece alojarse en su casa. Maya acepta.

Este supone el inicio de su nueva vida. Descubre que Lucas vive en un bloque habitado por españoles y no solo eso ¡el hombre que podría ser su padre vive allí! Poco a poco Maya encaja en el lugar. Los vecinos, que resultan ser gente de lo más simpática, le acogen enseguida, encuentra trabajo en una floristería y la amistad con Lucas, quien termina alquilándole la habitación, se vuelve cada vez más estrecha. Aun así, no todo es de color de rosa ya que su día a día es una lucha constante entre contarle la verdad al hombre que podría ser su padre o callarse para no estropear la bonita relación de amistad y protección que les une y con ello sentir que le está engañando y traicionando su confianza.

Me regalaron el libro esta Navidad de forma completamente inesperada y no podía estar más contenta porque lo tenía entre mi lista de pendientes en Goodreads. Me gustó. Es una novela que más allá de la historia de amor entre Lucas y Maya cuenta la historia de superación y crecimiento personal de ambos personajes, pero sobre todo de Maya. Maya es una joven dedicada al ballet, ilusionada con llegar a ser bailarina profesional, se entrega al máximo a ello (y es feliz haciéndolo) pero todo lo fuerte que aparenta ser bailando lo pierde en su vida personal. Las exigencias de su abuela, que intenta a toda costa y a través de su nieta, cumplir sus sueños frustrados, han convertido a Maya en una persona perfeccionista, vulnerable, insegura. Sus carencias afectivas son demasiado profundas. Las únicas personas que le quieren son su abuelo, quien intenta protegerla como puede de la abuela y su amigo Matías, compañero de su academia de baile a quien considera como un hermano. Apenas conoce el cariño sincero, desinteresado, protector. Su madre le abandonó para escapar de su propia madre, a quien sometía con el mismo ahínco y objetivos que a Maya. Esa falta de cariño también ha marcado su vida y ha influido en su carácter vulnerable. A pesar de esa inseguridad se perfila también que en el fondo es valiente y toda una luchadora a través de actos como el de dejar toda su vida atrás e irse a otra ciudad para empezar de cero, pero son rasgos que debe trabajar porque no suelen destacar en su día a día.

Lucas también tiene el alma rota. Su familia quería someterle a su voluntad y le instaban a que se dedicase al negocio familiar. A él no le interesa ese negocio familiar, él se decanta más por el lado artístico. Vive atormentado porque guarda un terrible secreto del pasado, un engaño, que le quebró para siempre y le dejó marcado, tanto que abandonó España y se instaló en Sorrento. No obstante, se sobrepuso como pudo y creó una coraza en la que debajo de su personalidad «alegre», tierno, amigable, optimista, inspirador, de su filosofía de aprovechar los pequeños momentos de la vida y ser feliz, se esconde una gran tristeza, falta de determinación y debilidad para enfrentarse a su familia, quien le maneja a su antojo.

Los personajes secundarios también son maravillosos, sobre todo Catalina, la posible abuela de Maya y Giulio, su supuesto padre. Son muy generosos, cariñosos, aprecian a Maya y la quieren como si fuera de su familia (sin sospechar que podría serlo) y se hacen querer desde el mismo instante en el que aparecen por primera vez.

En cuanto a la narración, la pluma de María Martínez es maravillosa y muy cuidada. Escribe con gran delicadeza, describe los lugares con tanta precisión que traslada a los lectores y les envuelve, de forma que pueden casi sentir que ellos también son protagonistas. La trama no decae en ningún momento y mantiene enganchado al lector ya que siempre hay frentes abiertos: el viaje de Maya a Italia, su historia con Lucas, que se desarrolla poco a poco de manera que el lector es testigo de cómo pasan de ser amigos a ser mucho más, el hecho de si Maya se atreverá o no a contarle a Giulio sus sospechas… Todas estas tramas aportan ritmo a la historia.

En resumen, es una novela de superación personal, de amor, escrita con mucho mimo y cuidado en el que la trama es dinámica, ágil y preciosa. Seguiré leyendo a María Martínez sin ninguna duda.
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Maya es una bailarina en acenso, que por azares del destino tiene un accidente que trunca su carrera como bailarina de ballet profesional, Maya vive con sus abuelos paternos, su abuela es una mujer calculadora y cruel, que durante toda su vida se proyectó en su hija, quien no pudo soportar la presión y huyo de la casa dejando a Maya en el camino, lo que llevo a su abuela a proyectarse ahora en Maya, a quien culpa del accidente y de truncar su futuro, el día que se enteran que Maya no podrá volver a bailar de manera profesional, su abuela, furiosa decide vender la casa y mudarse con uno de sus hijos dándole a Maya tres días para salir de casa, y para terminar de empeorar su día, Maya descubre que su prometido la ha estado engañando, ella trata de buscar un nuevo lugar, pero fracasa debido a que no cuenta con mucho dinero y aún tiene incierto que será de su futuro, su abuelo le dice que puede usar una bodega para guardar sus cosas en lo que termina de arreglar donde se ira, es ahí cuando tira sin querer una cajita musical que era de su madre, en la que encuentra unas fotos y cree ver al que podría ser su padre, Maya no sabe nada de su padre ya que su madre nunca quiso decir quién era, debido al abandono no tiene una gran relación con ella, quien ya rehízo su vida y ha tenido otro hijo, decide enviarle un mensaje que no recibe contestación, harta de todo se encierra en su cuarto donde uno de sus tíos le espeta que ya está grande como para que le ayuden tanto sus abuelos, en ese mismo momento le entrega un sobre con dinero, Maya se entera que es de parte de su abuelo, quien está en contra de las decisiones echas por su esposa y que cree es muy injusta toda la situación, es en este momento que Maya toma la decisión de buscar quien ese ese hombre que se parece tanto a ella y al conseguir una pista se va de casa en su búsqueda.
Sorreto es el paraíso que se nos describe en este libro, donde Maya llegara para conocer a las personas que le cambiaran la vida y la llevaran a conocerse a sí misma y empezar a soltar todos esos problemas que ha ido cargando a lo largo de su vida.
Cuando no queden más estrellas que contar es un libro hermoso que ocupaba en mi vida para recordarme que la familia no es con la que naces sino la que escoges, que no tenemos que aferrarnos a esas personas que por tener la misma sangre debes de esperar cariño y comprensión de gente que solo te hace daño, ame muchas de las frases que conforman este libro, los personajes y sobretodo de Sorreto, ese lugar utópico donde la vida sigue sin tantas complicaciones y donde uno puede escapar de aquella realidad que nos va consumiendo.
Lucas es un chico de ojos dulces que esconde un triste pasado y un incierto futuro, que va mostrándole a Maya que no necesita de otros para volar, que tiene que empezar a ver el presente para dejar de pensar y atormentarse del futuro, aunque el también carga sus propias penas, resulta ser un gran salvavidas hasta que cada uno llega al punto de que tienen que resolver cosas que solo ellos deben.
El viaje de Maya para descubrirse a sí misma y dejar en el camino aquello que siempre le hizo daño es una historia conmovedora que en ratos me hacía llorar y en ratos reír, que fue tocando mi alma con tan bella forma de escribir de la autora.
Realmente quede encantada con todo, y si hubiera sido posible había subrayado todo el libro.

En esta historia la autora nos presenta a Maya, bailarina profesional de Ballet, con una gran carrera profesional por delante, que un día se ve truncada por un accidente de tránsito.

La pluma de María Martínez es brutal, escribe tan bonito y con tanto sentimiento que es muy difícil no sentirte en la historia desde el minuto uno.

El personaje principal, Maya, es un ejemplo de superación personal y me ha encantado como pese a todo, sigue adelante y nos da la lección de que lo importante es estar bien con uno mismo para que todo lo demás fluya.

Porque no solo hay amor romántico en esta historia, también hay amor de amistad, amor de familia, amor de libertad y, sobre todo, amor propio. Porque para querer a los demás, y quererlos bien, primero tenemos que empezar por nosotros mismos.

Leí a María por primera vez hace 10 años, con 'El encanto del cuervo', libro que ahora ha sido reeditado y que, sin duda, espero volver a leer. de la historia a penas recuerdo nada, salvo que me gustó mucho, y que siempre quise volver a leer a la autora, pero por un motivo que desconozco, no lo había hecho, hasta ahora. ¿Y sabéis cuándo leéis un libro y pensáis eso de «voy a leer todo lo que ha escrito esta persona»? Pues eso me ha pasado a mí. Que ya lo pensaba antes, sin haberla leído desde hace tanto, pero 'Cuando no queden más estrellas que contar' ha confirmado esa decisión. Porque he amado esta historia, a sus personajes y la manera de narrar de María. Sabéis que no soy de poner 5 ⭐ con facilidad, el año pasado, de hecho, solo las puse una vez, a 'La historia interminable' que fue relectura, así que imaginad cuanto me ha gustado este libro para haberlas puesto sin dudarlo. Es una maravilla.

El libro lo hemos leído en lectura conjunta, en un club que han formado @ariencilla y @letrasdecolores en Instagram, y es cierto que entre las que lo hemos leído, no a todo el mundo le ha gustado tanto. Pero esa es la gracia de esto, que las opiniones sean distintas, que un libro te transmita cosas distintas y te llegue de distinta forma. Obviamente, hay cosas que han comentado con las que no estoy de acuerdo porque yo no lo he visto de esa manera, pero no importa, porque en la variedad está el gusto. Y este es el mío, y mi opinión. La historia de Maya es una historia de maduración, reflexión y evolución. Una historia en la que la protagonista debe enfrentarse de la peor manera posible a la desaparición de su futuro, al maltrato constante de su abuela, a las mentiras que siempre le han acompañado, y al abandono de su madre siendo niña. Cosas que no se pueden comprender, pero que Maya aprende a asumir, aceptar y dejar atrás. Es un libro romántico, así que lógicamente hay un chico, Lucas, que también tiene un pasado en el que su familia no fue lo que debería haber sido. Y juntos se complementan, se ayudan y se dan alas, y eso es para mí lo más bonito. No importa que por separado tengan cosas que afrontar y sanar, porque que una persona esté ahí y te ayude, te empuje y te eleve, no te quita méritos, no hace que seas más dependiente, menos valiente o menos capaz. Y Maya lo es, vaya sí lo es, aunque tarde en darse cuenta.

Me resulta muy curioso que se dé por hecho, actualmente, que una persona tiene que enfrentarse a todo sola, como si eso demostrara el empoderamiento o la capacidad de una misma. No es necesario. No tienes que evitar que te ayuden a toda costa por ser más tú. Que una persona te complemente, o incluso te complete, no es malo. Que una persona te dé el empujón que te hace falta para echar a volar, no es malo. No eres menos tú por dejar que lo haga. Y a veces parece que tenemos que ser tan independientes que cualquier cosa que incluya a otro que te ayude, sea malo. Y yo no lo veo así, para nada. Y ya si hablamos de una novela romántica, que sabemos que va a haber una relación y que las cosas van a acabar bien y la pareja siendo feliz, menos se entiende que esperes una liberación en solitario. No es necesario, no te hace menos libre compartir tu vida con alguien. Y necesitarlo, eso tampoco. Porque necesitar a alguien no significa que sin esa persona te quedes sin nada, no tiene nada que ver.

En fin, que me voy por las ramas. Maya es un personaje que me ha encantado por cómo evoluciona, cambia, perdona y sigue adelante. Pero no solo ella me ha gustado en esta historia. Y no solo Lucas me ha enamorado también aunque en ocasiones me haya hecho enfadar. Matías, el mejor amigo de Maya es maravilloso, y ojalá una historia con él como protagonista. Y los personajes que conocemos en Italia y que rodean a Maya, más de lo mismo. A veces la familia no solo es de sangre, y en Italia, Maya se da cuenta de ello. Aunque a veces sí lo es, y antes o después, la redescubres y la encuentras. Algo que me ha pasado con este libro es que los personajes son imperfectos, y como tales, a veces se equivocan y hacen cosas que te enfadan, y mucho. Pero incluso hasta en esos momentos, por más que me hayan enfadado, he conseguido entender por qué actúan cómo actúan. Y es que a veces, puedes no estar de acuerdo con algo, y eso no significa que no puedas entenderlo, aunque no lo compartas. Lógicamente hay otros personajes que no, que no se justifica de ninguna de las maneras su actitud ni lo que hacen, así que sí, también hay que se ganan nuestro odio y eso no cambia a lo largo de la historia. Pero a otros, si Maya puede darles una oportunidad, ¿por qué nosotros no?

En resumen, 'Cuando no queden más estrellas que contar' nos cuenta la historia de Maya, de cómo ha sido su vida hasta el momento, a través de flashbacks, de aquellos momentos en los que se fue dando cuenta de que su vida no ha sido suya en ningún momento, y de que su familia no ha estado cuando más la necesitaba. Es un libro que nos habla de abandono, de miedo, de superación, de lucha, de maltrato, de manipulación, de vivir tus sueños a través de otra persona sin pensar en lo que ella desea realmente. Es un libro con una historia dura que sí, parece demasiado feliz en algunos momentos y demasiado casual todo, pero yo, que tanto creo en el destino, hasta eso me ha encantado y no lo he visto mal. Es un libro que también nos habla de segundas oportunidades, de dejar atrás el rencor, el odio, el dolor, de perdón y empezar de cero. de descubrir la verdad sobre quién eres y sobre quiénes son los que te rodean. de dejar ir para que vuelva. de soltar para recuperar. Un libro que nos traslada a Sorrento, Italia, y si me conocéis sabréis que todo lo que se ambiente allí, en ese país, para mí siempre suma puntos, porque lo amo. Así que María no ha podido acertar más conmigo. Y os lo recomiendo si os gustan las historias románticas, con toques de drama, reflexiones de las que te hacen pensar (he subrayado párrafos enteros), y una evolución increíble de la protagonista.

Hoy os traigo una nueva reseña de una novela que tenía en mi lista de pendientes y hacía tiempo que le tenía ganas, gracias a la LC del @cl.elplacerdeleer me decidí a leerla.

Os hablo de “Cuando no queden más estrellas que contar” de María Martínez

Una novela que he disfrutado, con unos personajes muy reales y bien definidos.

“El pasado está hecho de recuerdos, el presente se compone de instantes y el futuro nace de los sueños. Pues eso soy: recuerdos, instantes y sueños”.

Una historia de crecimiento personal, segundas oportunidades, relaciones familiares, engaños y secretos, perdón, reencuentros, amor, amistad, y sentimientos a flor de piel. Ambientada en un marco precioso como es Italia y España.

“A veces, amar de verdad es dejar ir a la otra persona antes de hacerle más daño. Amar es poner distancia y elegirte a ti mismo por encima de todo lo demás”.

Con una lectura muy amena, entretenida, con unos personajes muy especiales y bien perfilados que te llegaran al corazón. Tantos los personajes principales como los secundarios y una magnifica ambientación como es el pueblo de Sorrento en (Italia) un paisaje fascinante, que hacen que te traslades y te pasees por sus calles, sintiéndote parte de la novela.

“La libertad es un derecho y nadie debería condicionarla. Porque quien quiere volver vuelve. Quien quiere quedarse se queda. Te busca. Te encuentra. Y no te suelta”.

De sus personajes diré:

Maya:

Una chica con un futuro muy prometedor en la danza. Bailarina de profesión, por culpa de un accidente tiene que replantearse su futuro. Un personaje que hace que empatices con ella de una manera brutal. Te hará sufrir, llorar e incluso enamorarte de ella.

Lucas:

Un chico muy lindo, con una familia muy manipuladora. El personaje de Lucas es el chico que te sacará más de una sonrisa, por su forma de ser, pero también le hubiese tirado de las orejas en alguna ocasión. Es un personaje que nos enseñará como superar sus miedos.

Olga:

Abuela de Maya. Una mujer muy cruel, egoísta, llena de frustraciones, que solo se quiere a ella misma. Hizo que su hija se marchara de casa en cuanto consiguió la mayoría de edad. Y le ha hecho pasar un calvario a Maya. Para mi gusto es un personaje despreciable.

Daría:

Madre de Maya, una mujer que la abandono cuando era una niña, que rehízo su vida y dejo a su hija de lado. Es un personaje que a veces me ha costado entender, sus razones para deshacerse así de su hija no he llegado a entenderlas del todo.

Giuliu:
Un italiano, gay con una familia encantadora. Que jugara un papel muy importante en la vida de Maya, tanto el cómo toda su familia.

Matías:

El mejor amigo de Maya, su confidente, su apoyo incondicional, con el Maya descubrió lo que era la verdadera amistad y el amor incondicional.

“Para querer a los demás, y quererlos bien, primero tenemos que empezar por nosotros mismos”.

Maya y Lucas so dos almas perdidas, con un pasado muy duro, que se encuentran por casualidades de la vida y entre ellos salta la chispa, llegando a surgir un amor que se ira cocinando a fuego lento. Ambos guardan muchos secretos y algún que otro trauma, que hará que en su relación tengan que remontar muchos obstáculos y grandes miedos.

“Ella no sabía cómo ser mi madre, y yo tampoco sabía cómo ser su hija”.

Por un secreto que no voy a desvelar Maya viajará a Sorrento (Italia) ahí conocerá a Lucas y su vida empezará a cambiar para bien. Por fin se sentirá libre por primera vez. Quiere descubrir un gran secreto que le ha ocultado su madre. En la villa donde vive Lucas, Maya por primera vez descubrirá lo que es una verdadera familia, ya que a ella la tratan con mucho cariño sin siquiera conocerla, y la sientan a su mesa como una más.

Tanto Lucas y Maya tendrán que ir solucionando sus temas de sus pasados si quieren avanzar en la vida, y que su historia de amor llegue a buen término. Pero no todo va a hacer un camino de rosas.

“No vivas a medias, no quieras ni desees a medias porque conformarse ya no es una opción”.

En definitiva, “Cuando no queden más estrellas que contar” es una novela de superación y de segundas oportunidades. Con una trama muy bien hilada llena de secretos que iremos desgranando a través de sus páginas. Cargada de sentimientos y emociones, para nada es la típica historia de amor. Cuántas lecciones encierra este libro, cuántas dudas te hace plantearte a lo largo de su lectura y cuánto amor contienen sus páginas. de la importancia de dejarse llevar y vivir esos momentos que nos ofrece la vida. de quererse y valorarse para encontrarnos a nosotras mismas y ser feliz. La importancia de la familia y de la verdadera amistad. Su autora con una pluma impecable y sencilla hace que surjan a través de sus letras los sentimientos a flor de piel de cada uno de sus personajes, transmitiéndolo al lector de una manera atrapante.

Si le tuviese que poner un, pero, es que su epilogo para mi gusto le falto algunas paginas más, ya que me hubiese gustado que se ahondara más en algunos temas.

Por lo demás es una historia que recomiendo al 100%, ya que gracias a ella he salido del bloqueo lector en el que me encontraba. Y despertado en mí, muchos sentimientos.

Deseando leer a su autora de nuevo. Ya que me ha fascinado su pluma y lo que me transmite.

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