Lo que la nieve susurra al caer de María Martínez
Caemos en el error de creer que necesitamos amar a alguien para estar completos, pero es justo lo contrario: el amor dependiente destruye, pero el amor compartido, ese te hace mas fuerte.
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Calificación promedio: 5 (sobre 1178 calificaciones)
/Con motivo del lanzamiento del libro Lo que la nieve susurra al caer Crea Lectura entrevista a María Martínez que nos explica algunos aspectos de su libro. Crea Lectura, es un programa de televisión que informa de la actualidad literaria y los lanzamientos más importantes del momento. Puedes ver esta y otras entrevistas en nuestra lista de reproducción del canal de Youtube.
Lo que la nieve susurra al caer de María Martínez
Caemos en el error de creer que necesitamos amar a alguien para estar completos, pero es justo lo contrario: el amor dependiente destruye, pero el amor compartido, ese te hace mas fuerte.
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Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Con él aprendí que las palabras dicen una cosa, lo que pensamos que es correcto, pero es lo que grita nuestro cuerpo lo que importa. El cuerpo no sabe fingir, refleja los deseos. Se estremece con los impulsos. Tiembla con las sensaciones. Co él aprendí que hay que dejarse llevar por las emociones. Sentirlas. Aunque a veces sintamos cosas que duelen, que dan miedo. Porque es el conjunto de todas ellas el que nos da forma, el que nos dibuja, con luces y sombras, desde distintos ángulos, hasta obtener un reflejo nítido de quiénes somos en realidad. Él me enseñó que hay viajes sin destino. Y que el destino es un viaje en sí mismo. Sin mapa. Sin brújula. Sin estrellas que nos guíen. Porque no importa el camino que elijas. Ni que te pases la vida viajando a ninguna parte. Al final, la última parada siempre será la tuya. Tu destino. |
Tú y otros desastres naturales de María Martínez
Era tormenta. El fuego que arde en una chimenea. las gotas de lluvia que resbalaban por la ventana. Arena arrastrada por el viento. Vino dulce. Chocolate derritiéndose en la lengua. La luz del sol. Palanras en el porche. El sabor de un beso. El sonido grave de una risa. El tacto de unos dedos sobre la piel. Era música y silencio. Era aire. Los latidos de un corazón. (Pág. 235) |
Tú y otros desastres naturales de María Martínez
Porque el amor nace aunque uno no quiera que ocurra. No hay un elixir que nos impida enamorarnos de otra persona ni una fórmula que ayude a la razón a ganar al corazón. Y los corazones suelen ser confiados, tontos y estúpidos, no aprenden de mis errores. Lo dan todo, se lanzan con los brazos abiertos y los ojos cerrados. (Pág. 258) |
Tú y otros desastres naturales de María Martínez
A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección como antes. Y esto se repite una y otra vez. (Pág. 135) |
Tú y otros desastres naturales de María Martínez
Una despedida es necesaria antes de que volvamos a ver la, por ello no cabe la tristeza cuando decimos adiós. (Pág. 308) |
Tú y otros desastres naturales de María Martínez
Fue Karen Blixen quien dijo que la cita para todo es siempre agua salada: el sudor, las lágrimas y el mar. (Pág. 230) |
Tú y otros desastres naturales de María Martínez
Porque la felicidad es solo eso, una posibilidad que existe pero que no todo el mundo alcanza, solo aquellos que se arriesgan sin que les importe lo distante y lejano que pueda parecer ese sueño. (Pág. 129) |
Tú, yo y un tal vez de María Martínez
Hay preguntas que simplemente no tienen respuesta. Actos, detalles y decisiones que nacen de impulsos sin lógica, en los que no reparamos, a los que importancia que quedan atrás y se olvidan como si no hubieran sucedido. Hasta que algo los despierta y los trae de vuelta al presente. Y entonces te preguntas hasta que punto fue casualidad o destino.
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Tú y otros desastres naturales de María Martínez
Pero lo peor de imaginar cosas es que llega un momento en que uno debe detenerse y entonces duele. (Pág. 132) |
Los nombres de personajes en un libro aparecen: