Hay historias sencillas que merecen ser leídas. Tan solo por darte el gusto y la satisfacción de poder disfrutar de unas letras que te envuelven con una sonrisa. de ese tipo de sonrisas que no tienen ninguna explicación, pero que tan solo tú la entiendes. En esta historia King se aleja del terror que le suele caracterizar para narrar un viaje fantástico al interior de un peculiar personaje. Scott Carey padece una extraña enfermedad terminal, que ya te la cuenta la sinopsis de la novela y, en vez de hundirse en la tristeza y dedicarse asumir que su mundo tal y como lo conoce está desapareciendo, decide hacer algunos cambios en si mismo y en lo que está a su alrededor. De esta manera nos encontramos ante una deliciosa trama sin más ambición, que no es poco, que la de hacernos sentir felices con quienes somos y con aquello que nos rodean, de aceptar la vida y la muerte con toda la dignidad que poseamos y que, sobre todo, hagamos un esfuerzo por ser y sentirnos mejores personas. Y es ahí cuando tu mente empieza a sonreír. Porque el mundo que nos rodea es más bonito de lo que nos empeñamos en ver. Tan solo necesitas seguir el consejo y elevarte un poco para poder disfrutar de la mejor y más preciosa de las vistas que puedas imaginar. En definitiva, King nos trae una pequeña fábula preciosa que se me antoja perfecta para estas fechas navideñas que están por empezar. + Leer más |