Nos encontraremos en
Loba negra un caso totalmente diferente al de
Reina Roja, en el que tendrán que enfrentarse a una mafia rusa que ha hecho de Marbella su fortín y su campo de batalla. Una batalla en la que Antonia y Jon se verán metidos en medio de la refriega.
Peo en
Loba negra lo de menos es tal vez el argumento, por más atractivo y adictivo que éste pueda resultar, porque lo que realmente me interesa a mí es la fuerza de sus dos grandes protagonistas, Anotnia y Jon, capaces de llenar con su presencia (en el caso de Jon no es extraño, porque aunque no sea gordo, o al menos en eso sigue insistiendo él, sí que es muy grande) las páginas de esta novela.
Un thriller que está lleno de giros y en los que
Juan Gómez-Jurado me ha mantenido en vilo desde las primeras páginas de la novela. Un mantenerme en vilo que no concluye cuando se acaba
Loba negra, porque la expectación va a continuar… O al menos eso nos promete Juan.
Siempre es difícil el reto de una segunda novela. Aunque
Loba negra no es la segunda novela del autor, sí lo es de la serie que comenzó con
Reina Roja y aquí se enfrenta nada más y nada menos a la expectación creada entre los 250.000 lectores que han leído la primera entrega de esta serie.
Una novela con un ritmo frenético, al que sin duda contribuye el lenguaje seco, casi cortante, minimalista en algunas ocasiones, casi telegráfico. Vamos, que no se anda por las ramas con largas descripciones. Directo al grano y a la acción.
También es verdad que los personajes ya vienen dibujados con claridad desde la novela anterior. Pero eso no quiere decir que permanezcan estáticos, pues la relación entre ambos va a continuar evolucionando a lo largo de esta novela. Una novela con mucho sentido del humor y en el que
Juan Gómez-Jurado no duda en reírse de sus propios personajes, con lo que consigue darles una dimensión mucho más humana. Así por ejemplo nos define en un momento dado a Jon, que continúa insistiendo en que no está gordo, cuando está subido a un taburete, como una aceituna al final de un palillo.
Sigue siendo
Joaquín Sabina la banda sonora de esta novela, con múltiples apariciones de algunas de sus letras a lo largo de la novela, así que otra de los entretenimientos de
Loba negra es ir encontrando esas citas ocultas a Sabina a lo largo de la novela.
Aunque no es el único en aparecer, porque también lo hacen Radio Futura, Mecano, Alaska y Dinarama… Busca, busca, que seguro que los vas encontrando.
Resumiendo: No me ha defraudado en absoluto, me ha dado un entretenimiento de esos que te impiden pensar en otra cosa que no sea la lectura del libro y en el que además de esa acción, he disfrutado con el mucho humor que he encontrado a lo largo de las páginas de la novela.
Si no has leído
Reina Roja, no sé a qué estás esperando. Si lo has hecho, ya sabes que tienes una cita ineludible con
Loba negra, que te está esperando.
Enlace:
http://www.elbuhoentrelibros..