Navidades trágicas

Historia entretenida para las navidades. El libro sigue la línea de Agatha Christie: una mansión, reunión familiar con varios invitados para las fiestas navideñas y un asesinato en el que todos los miembros de la familia e invitados son sospechosos. La autora consigue mantener la intriga y el misterio hasta el final y nos sorprende con las lucubraciones y conclusiones de nuestro detective más famoso, Hercules Poirot.

Una reunión familiar en Nochebueba se ve interrumpida por un grito proveniente de la parte de arriba de la casa de los Lee. Cuando suben a ver qué ha sucedido se encuentran al patriarca en medio de un charco de sangre y con un corte en la garganta. Aparentemente todo el mundo tenía razones para odiarlo.
¿Descubrirá Hércules Poirot al autor del crimen? 😏

Este fue el primer libro de Agatha Christie que leí y el que me hizo enamorarme de sus novelas.
Es un libro muy cortito, de apenas 188 páginas, que al mantenerte constantemente en vilo y con ganas de descubrir al asesino, devoras en una tarde.
La historia está perfectamente estructurada y los personajes bien perfilados. Cada uno tiene su personalidad bastante bien marcada.

Me gustó mucho el cambio que se produce en el ambiente, que pasa de ser festivo y navideño a volverse oscuro y misterioso, haciendo que todos saquen su odio a relucir y los resentimientos que llevan años guardados, en unas fechas tan señaladas como la Navidad.

El final no se me hizo para nada predecible. Llegué a sospechar de todo el mundo en algún momento y al final resultó ser quien menos me esperaba.
Quizás lo que me ha faltado es un poquito más de extensión en el final, ver un poco más detalladamente la reacción de los personajes ante el gran descubrimiento. Aún así, al ser tan cortito, creo que se ha quedado bastante bien cerrado.

Es un libro ideal para leer en estas fechas y otra buena novela de esta reina del misterio. Lo recomiendo mucho.

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En esta novela que vio la luz por primera vez en Inglaterra en 1939, en medio de pistas falsas y otras no tantas, la autora nos revela un crimen que contiene los ingredientes de intriga a los que nos tiene acostumbrados. En esta oportunidad, sin embargo, introduce una variación muy específica y que no le es propia: se detiene en los detalles cruentos del crimen. Esto, nos explica en una carta a su cuñado, es una concesión ante una crítica que éste le hiciera por escribir libros de crimines sin que hubiera sangre. No es el mejor de los libros que le he leído a esta notable escritora; pero aun así, la perspicacia de Poirot seduce de cualquier manera.

Tenía muchas ganas de volver a leer a esta señora, que siempre me gusta y sorprende, así que mi intención era haberla leído aprovechando época navideña… aunque me retrasé un pelín y acabé con él en Reyes. Casi.

El caso es que nos metemos de lleno en la casaza de la familia Lee, donde viven el patriarca y futuro fiambre, Simeón, con su hijo mayor y la esposa de este, además de criados varios y enfermero del señor.
Como ya es un viejo prácticamente inválido, se le ocurre reunir a sus siete hijos para pasar las Navidades en familia… hasta aquí sería todo normal, pero hay que tener en cuenta que entre los hijos no se soportan y el mismo padre cree que son todos unos ineptos.

La premisa de por sí es bastante divertida, ¿quién no ha sufrido en sus carnes ese momentazo en la cena de Navidad con el cuñado al que no soporta? (cambiemos cuñado por cualquier otro miembro de la familia aplicable).
Bien, el caso es que aquí va más allá. Se presenta también la nieta del señor Lee, a la que casi ninguno conocía, y el hijo de un antiguo socio de este hombre. Así pues, empezamos esta novela en la víspera de Navidad, el día 22.

Como decía al principio, el cabeza de familia resulta asesinado de manera de lo más sangrienta –detalle que hace que la autora dedique esta novela a su cuñado, que se quejaba de que los crímenes que ocurrían bajo la pluma de ésta, eran de lo más refinados. Pues toma, majo-, justo en plenas fiestas. Cualquiera se las pierde.

Un detalle que me ha encantado, es que la historia está contada prácticamente a tiempo real, pues cada una de las partes que la forman corresponde a un día, comenzando en el citado 22 y finalizando el 28.
Si bien tenemos a los policías encargados del caso, el oportuno Poirot se encuentra de visita en el país, visitando a uno de ellos cuando sucede todo… así que se ve metido en el ajo, aunque como “ayudante”.

Si hay algo que me gusta mucho en las novelas de esta mujer y con Poirot, es el momento de los interrogatorios a los personajes, cómo poco a poco vas enterándote a la vez que ellos de cada una de las coartadas, cómo te sobresaltas cuando uno de ellos miente, cómo te rompes el cráneo pensando quién puede ser y quién no… y cómo llegas al desconcierto cuando de repente tienes más cabos sueltos que personajes; pero obviamente, el detective une todo de manera magistral, una vez más, dejando al lector con la boca de par en par.
Viendo lo visto, para detective no valgo, pero nada.

Muy entretenida, dinámica, llena de diálogos interesantes, giros elaborados, personajes bien perfilados, esa manera de la autora de hacerte sospechar de todo el mundo… y con Poirot, detective que personalmente me gusta mucho y siempre me agrada cuando aparece en escena.
Una novela súper recomendable, como viene siendo habitual en lo que vengo leído de Christie.
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Si piensas que tu familia se pelea en Navidades, tienes que leer esta novela. Cualquier discusión familiar va a parecerte cosa de niños.

Como siempre, Agatha Christie no decepciona. En esta ocasión la trama se desarrolla en torno a un sangriento asesinato (esto no es spoiler. Lo cuenta la autora en la dedicatoria inicial). Poirot como siempre verá lo que nadie ve y hará su trabajo detectivesco hasta hallar la solución. Y de nuevo esta será sorprendente.

En definitiva, una alegría para los amantes del género.

He aquí mi primera lectura navideña de este año, aunque podría decirse que el título es lo más representativo de esta época de año.
No leía a Agatha Christie desde la adolescencia; me tomé como un reto tratar de lograr descifrar algún código, localizar alguna pista…pero ni cerca me quedé.
La trama te mantiene activa por el hecho mismo de desenredar el misterio; la pedantería de Poirot es un ingrediente esencial que estimula el interés por descubrir la verdad antes de que lo haga él.
La facilidad de la escritora para dibujar los personajes y retratar sus caracteres y debilidades me parece magistral (pese a algunos estereotipos muy evidentes).
En suma, una lectura ligera y entretenida.

Conspirador, lujurioso, vengativo, marido infiel, padre abusivo verbal y emocionalmente, tirano de la familia ... el viejo y rico Simeon Lee, según admite él mismo, es un mentiroso y ladrón impenitente, descrito por uno de sus propios hijos como "el anciano demonio." Como miembro de la raza humana, no tiene mucho que elogiarlo, excepto por su dinero. Pero hay MUCHO de eso; de joven hizo su pila (probablemente de forma sombría) en Sudáfrica, buscando diamantes, y desde entonces se ha sumado enormemente al inventar y fabricar equipos de minería mejorados. Dado que ahora es anciano y está bastante enfermo, la idea de heredar esta fortuna no está exactamente ausente de las mentes de la generación más joven de su familia, en su mayoría separada y no muy cariñosa (y no amada), todos los cuales él ahora ha invitado a reunirse para Navidad en su mansión de campo en las Midlands de Inglaterra. Sin embargo, compartir el espíritu alegre de la festividad no es su motivo. Más bien, solo quiere divertirse a costa de ellos con juegos mentales maliciosos y sádicos, comenzando con la revelación explosiva de que está a punto de cambiar su voluntad.

Los que hayáis leído a esta autora, que seguramente seais muchos, ya sabéis como son sus libros. Todo misterio. Te hace creer en una diversidad de finales que a mí me recuerda a una partida de «cluedo», buscando pistas y rompiéndote la cabeza para resolver el caso.

Y eso es lo que es leer a esta autora para mí, disfrutar como un juego mental en el que te van ayudando a resolver el caso mediante pistas que no siempre son las correctas, y al final te explota la cabeza.

Pensaba que era yo muy lista, que era evidente este o aquel, pero no, Poirot ha sido más listo y Agatha ha jugado conmigo.

Unas navidades, una reunión familiar y un asesinato. ¿Motivos? Demasiados. ¿Sospechosos? Todos. ¿Culpable(s)? Averígualo 😜

Me parece digno de admirar esos giros de guión en donde todo encaja a última hora, donde la autora nos ha ido dejando miguitas de pan por toda la trama, como si de Hansel se tratara.

En esta entrega del detective Hercule Poirot, nos cuentan la historia de la familia Lee.
El patriarca Simeon es un señor mayor, casi inválido que desea reunir a su familia el día de Navidad. La relación del viejo con sus hijos deja mucho que desear, ya que tiene un carácter un tanto peculiar, es por eso que cada miembro vuelve al hogar arrastrando fantasmas del pasado y viejas rencillas.
La noche antes de Navidad, el señor Lee aparece muerto y no cabe duda que el asesino se encuentra entre los miembros de la familia.

A partir de aquí, me vi inmersa en cábalas y teorías que con el paso de los capítulos iban variando en mi cabeza hasta llegar a sospechar de todos ellos. de todos menos de la persona que era y es que en esto Agatha es una experta.

Sin duda, voy a seguir leyendo su obra, que a parte de ser extensísima, estoy segura que me terminara enganchando.
Como apunte decir que uno de los personajes es de origen español y me "sorprendió" la visión que se tiene de nosotros en la novela. Aunque si miramos el año de su publicación no resulta tan extraño.

Llega la Navidad, esa época para reencontrarse con los seres queridos y disfrutar de la familia, atiborrarse de viandas deliciosas y dulces exquisitos, cantar villancicos y disfrutar del placer de obsequiar y de ser obsequiado. Y Agatha Christie ambienta en estas fechas su obra Navidades trágicas (1938), que, oportunamente, dedica a su cuñado, fiel lector, que se ha quejado de que sus asesinatos se han vuelto muy refinados y quiere sangre. Mucha sangre. Y qué mejor momento para dársela. No va Agatha a dar un disgusto a su amado cuñado justamente en Navidad.

Para satisfacer este capricho, nos presenta a Simeon Lee, un padre de familia, que ejerce un control obsesivo sobre uno de sus hijos, con quien convive, y que mantiene relaciones económicas particulares con el resto: un político, un artista y un aventurero. Tras la muerte de su hija un año atrás y, sabiendo que tiene una nieta, decide juntar a toda su progenie bajo el mismo techo esa Navidad. Todos unidos junto a la caja fuerte en la que atesora unos diamantes sin pulir, valorados en millones, que le recuerdan una juventud llena de excesos, amantes e hijos bastardos, que la salud de su esposa no pudo soportar. Aunque pretende desquiciarlos jugando con la posibilidad de realizar un cambio en su testamento, el que sale realmente mal parado es Mr. Lee, al que encuentran degollado en su cuarto tras una aparente lucha y un grito desgarrador. Hércules Poirot se encuentra, afortunadamente, celebrando las fiestas con su amigo, el coronel Johnson, quien le invita a ser el asesor de la investigación que dirige su mejor hombre, el inspector Sugden.
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