Agnes Grey

“Agnes Grey” fue la primera novela publicada de Anne Brontë. Se publicó en una edición de tres volúmenes junto a Cumbres Borrascosas, de Emily. No es sorprendente que en semejante compañía la pobre Anne haya sido ignorada. Realmente “Agnes Grey” es la novela menos interesante y con menos acción de las que leí de las Brontë, mientras que “Cumbres Borrascosas” es exactamente lo opuesto! Agnes es una joven educada hija de una cura anglicano y una madre independiente con mucha autodeterminación, que ante las dificultades económicas que enfrenta su familia, decide tomar un trabajo como institutriz. Pasa por dos familias, una realmente insoportable, con niños sádicos que se divierten torturando animales e institutrices y padres que no quieren poner ningún tipo de límite; y otra donde recibe mejor trato, pero está a cargo de dos adolescentes bastante caprichosas y engreídas que la usan según su conveniencia. Por supuesto, hay una historia de amor de por medio y un aprendizaje interior bastante lineal y predecible. Creo que lo más valioso de “Agnes Grey” es la descripción muy realista (y autobiográfica) de la posición de las institutrices en la sociedad inglesa. Se trataba de las mujeres con mayor grado de instrucción (la universidad les estaba vedada) pero sólo podían ganarse la vida trabajando para familias ricas con un estatus solamente un poco por encima del del resto de los sirvientes de la casa. En muchas cuestiones, me sentí muy identificada con el trabajo en algunas escuelas de la actualidad: los padres contratan a la institutriz por una suma que para ellos no es muy significativa, delegan por completo el cuidado de los hijos en ellas pero no las respaldan con autoridad, las culpan de todo lo que los niños hacen mal y asignan todos los méritos a la crianza familiar. En ese sentido, como crítica de la situación de la mujer en la época, es donde le encuentro más méritos. Pero si tuviera que elegir un libro de Anne creo que me quedo con “La inquilina de Wildfell Hall”, muy avanzada para su época. Y para retratos de institutrices, me quedo con la maravillosa creación de Charlotte, “Jane Eyre”. Pero "Agnes Grey" fue una lectura rápida y muy amena.

Annë también me ha cautivado. Su forma de narrar tan simple y cercana me ha hecho disfrutar mucho de la historia. He encontrado que es un poco más lenta en desarrollo de lo que son las novelas de sus hermanas aunque no hay un abismo entre ellas. Es genial la forma que tiene de encaminar las actitudes de los personajes para que empatices o no, pero a propósito, con ellos. Sin duda si eres lector de clásicos, lo recomiendo y si por contra no te has animado aún, es un buen clásico para empezar. Su corta extensión te facilitará la lectura y hará que le cojas poco a poco el gusto a este tipo de lectura tan diferente a la contemporánea. Los personajes están bastante bien definidos, dentro de que en 250 páginas aproximadamente no puedes describirlos al detalle pero con los datos que te aporta es suficiente, sin duda, para conocerlos. Como con todos las historias de las hermanas nunca sabes dónde ocurren los acontecimientos ya que no les dan nombre a los lugares. He quedado encantada con esta lectura.

Agnes Grey novela de Anne Brontë, la menor de las hermanas y la menos conocida y leída (una injusticia), fue publicada en 1847 bajo el seudónimo de Acton Bell. Narra en primera persona la historia de Agnes, una joven que debido a los graves problemas económicos de su familia decide salir de su casa para trabajar de institutriz. ⠀
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Esta obra tiene todas las características de la novela victoriana y toca uno de los temas recurrentes de estas: las penurias que debían soportar las institutrices. Refleja los malos tratos, los caprichos que debían soportar, la poca autoridad que tenían frente a sus alumnos, los reproches de los padres y fundamentalmente la soledad a que estaban condenadas. Eran marginadas por los criados, por ser de una clase y educación superior, y por la familia que las contrata ya que eran sus empleadas y eran pobre. A su vez, también es una crítica a la frivolidad de la clase alta y a sus niños malvados, crueles y consentidos.⠀
El estilo de la narración es excelente, se acerca al del diario íntimo, plagado de reflexiones interiores y moralidad cristiana. ⠀
En cuanto a la historia, la disfruté en su totalidad, aunque me atrapó más la primera parte, cuando trabaja para la familia Bloofiel, quizás porque la historia de amor que aparece en la segunda es un poco simple e inocente. ⠀
Recomendada. Una novela corta para viajar a la Inglaterra del siglo XIX. ⠀

Historia sencilla pero muy entretenida, muy bien escrita y que te transporta a esa época que esta muy bien reflejada a lo largo de todo el libro. Agnes es la hija de un vicario y comenzara a trabajar de institutriz para aportar dinero en casa, ella piensa que todo sera maravilloso pero no tarda en descubrir que su trabajo no tiene nada que ver con lo que ella soñaba.

Hoy vengo con otra relectura, pero este es de esos libros que los leería veinte veces de ser necesario. Seguramente os habrá pasado desapercibido, pero tanto en el sorteo del primer aniversario como en el del segundo, hubo un libro de Anne Brontë. En el primero fue esa maravilla llamada La inquilina de Wildfell Hall, y en el segundo y último sorteo fue su otra novela, Agnes Grey, que es mucho más conocida a nivel popular. No habrá más en próximos aniversarios, porque son las dos únicas novelas que Anne tuvo tiempo de escribir. Murió muy joven, jovencísima, como todos los hermanos Brontë, y no le dio tiempo a más, pero fueron suficientes para dejar sobrada muestra de su talento.

Os preguntaréis el por qué de incluir siempre un libro de Anne Brontë en los sorteos de aniversario cuando las famosas son sus hermanas. La familia Brontë era una familia con genio... no en cuanto al temperamento (que también y mucho), sino en cuanto a eso que la RAE llama "una capacidad mental extraordinaria para crear". Charlotte, Emily y Anne eran muy distintas entre sí, y es algo que además puede apreciarse en la obra que dejaron como legado. Las historias a las que dieron vida no podrían ser más diferentes, y aun así (casi) todas rozan la genialidad. Pero siempre, desde siempre, una de las hermanas ha quedado injustamente tapada y ensombrecida por las otras dos, y yo, que ya desde pequeña me llamaban en mi casa la "la defensora de los pobres", es la hermana Brontë a la que siempre reivindico cuando me preguntan: Anne, la pequeña Anne.

Agnes Grey es una joven de 19 años que ha vivido siempre excesivamente protegida por su familia. Siendo la pequeña de la casa, tanto sus padres como su hermana Mary le han evitado siempre cualquier esfuerzo o responsabilidad, pero ella siempre ha tenido la inquietud interior de trabajar y de demostrar que puede hacer muchas más cosas de las que su familia cree. Cuando su padre pierde mucho dinero en una inversión por culpa de un mal golpe de fortuna, las apreturas económicas se asientan en el hogar de los Grey, y es entonces cuando Agnes decide, a pesar de la oposición inicial de su familia, llevar a cabo lo que lleva mucho tiempo anhelando: ser institutriz, y así ayudar en lo que pueda a su familia al tiempo que les ahorra su manutención y cuidados.

Agnes nos narra en primera persona su historia, y es a partir de esta situación familiar cuando tenemos dos partes diferenciadas en la narración, que además se corresponden con las dos casas en las que sirve Agnes a lo largo de la lectura. Para su primer trabajo, Agnes parte una mañana hacia la recia mansión de Wellwood, donde le espera la familia Bloomsbury. Allí tendrá que hacerse cargo de la educación de tres de sus cuatro hijos. Agnes confía en sus cualidades, perseverancia y preparación a pesar de su inexperiencia, pero lo cierto es que no está preparada para lo que allí se encuentra ni para las humillaciones de las que será objeto. En su segunda casa, Horton Lodge, donde entra para ser institutriz sobre todo de las dos hijas del matrimonio Murray, aun sin llegar a encontrarse un panorama mucho mejor y sentirse muy sola, surgirán elementos, personas, relaciones y situaciones que harán de su estancia en Horton Lodge una experiencia muy distinta a la de la primera casa.

Esto es una simple introducción a lo que podréis encontrar en el libro, porque no quiero destripar más de lo necesario. Lo cierto es que Anne lo escribió basándose en sus propias experiencias en las casas en las que trabajó como institutriz, así que la novela tiene muchos tintes autobiográficos además de narrar sin extenderse en detalles las tareas que una institutriz debía llevar a cabo. El hecho de que Agnes Grey nos narre sus vivencias en primera persona da más pie a imaginar las semejanzas entre las casas donde trabaja Agnes y aquellas en las que trabajó Anne Brontë, aunque quizás esto sea más acusado en la primera casa que en la segunda, donde ya introduce más elementos ficticios y/o novelados que se alejan en muy determinados aspectos de lo que fue su vida a poco que se conozca sobre ella.

La vida de una institutriz victoriana no era nada fácil, y Anne pasó por muchas situaciones incómodas, humillantes y desesperantes, lidiando con padres incompetentes que malcriaban a sus hijos y menoscababan su autoridad, y niños/adolescentes groseros y consentidos que, sabiendo que tenían vía libre para hacer lo que quisieran ante la negligente mirada de sus padres, hacían insportable su vida e irrealizable su cometido... y nada mejor que escribir una primera novela sobre algo que ella conocía de primera mano. El resultado en Agnes Grey es una novela realista, honesta, narrada de manera lineal y con esa prosa que parece sencilla y que precisamente necesita de mucho talento para mostrarse así de asequible ante el lector. Anne era tan, tan distinta escribiendo a sus hermanas... Mesurada, contenida, cercana... Agnes Grey nos narra su historia de manera sensata, humilde y sin florituras. Lejos quedan los elementos románticos y góticos que caracterizan a las otras dos Brontë, y eso es algo que me encanta de Anne: que supo tener su propia personalidad para contar sus historias a su manera sin querer seguir la estela de nadie. Ni en Agnes Grey, ni mucho menos en La inquilina de Wildfell Hall, donde metió el dedo en la llaga hablando de un tema del que en aquella época no se hablaba en la literatura y mucho menos de la mano de una mujer (los malos tratos dentro del hogar).

Volviendo a Agnes Grey, este personaje representa el arquetipo de institutriz en aquella época. Muy jóvenes (en ocasiones apenas eran 3 o 4 años mayores que sus propios alumnos), eran señoritas que habían recibido una educación esmerada pero que se veían abocadas a trabajar para aportar dinero a la familia o para exhimirla de su manutención en una época de inestabilidad económica en la que muchas familias de clase media perdieron todos sus ahorros por un motivo u otro. No estaba bien visto que trabajasen en las mismas tareas que cualquier muchacha de clase baja, así que la única salida que tenían era la de entrar a trabajar como institutrices en casas de gente acomodada. Una vez en la casa, su posición dentro de ella tenía límites difusos, porque aunque convivían en muchos casos durante años con la familia, obviamente no pertenecían a ella. Tampoco formaban parte de la servidumbre ordinaria, así que no terminaban de encajar en ninguna parte: los señores de la casa no las trataban como a una igual, y los criados las miraban con malos ojos por estar varios peldaños por encima de ellos.

En Agnes Grey vemos reflejados todas y cada una de estas particularidades, pero lo que prima sobre todo es el propio personaje de Agnes. Una muchacha sobreprotegida en su casa que sin embargo no tiene miedo a enfrentarse a un mundo del que no ha visto ni conoce nada, y que a pesar de lo mal que lo pasa, de lo mal que la tratan, de lo sola que se encuentra, de la nula vida social que tiene, de que es marginada por aquellos que son superiores a ella socialmente pero no intelectualmente... a pesar de que ella, en alguna página, a sus escasos veintipocos años se pregunta si esa es la única vida que puede esperar y a la que puede aspirar, se muestra fuerte, decidida, valiente, con una moral intachable, inocente e ingenua para algunas cosas pero demostrando a cada momento lo extremadamente bien que se conoce, para lo bueno y lo malo. Jamás pierde pie y siempre se muestra fiel a sí misma.

Agnes Grey es una lectura fantástica y de una calidad indudable, y a quien le den un poco de miedo los tochos clásicos, de entre las dos novelas de Anne es la más asequible sin lugar a dudas, por su narrativa sencilla y sus escasas 250 páginas. de hecho es su novela más famosa. Admito que en eso, por mucho que ame este libro, no puedo estar de acuerdo, porque la novela que le equipara a sus hermanas, la que grita a voces su talla como escritora, lo valiente que era y las muchas excelentes obras que podría habernos regalado de haber tenido tiempo, es su otra novela, La inquilina de Wildfell Hall. Me encantaría poder traeros también este año su reseña, pero la relectura con el trajín que llevo la veo complicada (se intentará, en todo caso).

Sé que estoy abusando de vuestro tiempo y vuestra paciencia, así que lo voy dejando aquí. Cojo lo dicho al principio de la reseña. Siempre, siempre, defenderé el talento de Anne Brontë. Es difícil destacar entre Charlotte y su archiconocida Jane Eyre y Emily y sus turbadoras Cumbres borrascosas, pero nunca, jamás, se debe perder de vista a Anne, porque hacerlo sería un craso error. Y ya que este rinconcillo me permite defender, fangirlear y mostrar mi lado groupie literario, pues eso, que coloco y promociono a Anne subliminalmente donde puedo y como puedo.

Leed Agnes Grey. de verdad. Es una lectura que todo lo que tiene de sencilla en apariencia, lo tiene de incuestionable en calidad narrativa.
Enlace: https://inquilinasnetherfiel..

Agnes Grey era el libro que me faltaba por leer de Anne Brontë. Tenía un poco de miedo de acercarme a él porque una amiga mía se lo leyó mientras yo leía La inquilina de Wildfel Hall (que me encantó) pero a ella Agnes Grey no le gustó mucho; se le había hecho lento, monótono y soso.
Pero aprovechando estas reediciones pensé que era mi oportunidad y aquí estoy. He leído Agnes Grey y me ha gustado mucho. Es cierto que es más breve que otras novelas de las hermanas Brontë, que se apega mucho a la rutina de una institutriz, pero eso es una muestra de realidad y si conocemos un poco la vida de Anne Brontë podemos ver claramente que tiene un importante tinte autobiográfico. Por un lado, con respecto a sus vivencias como institutriz, y por otro a su faceta más religiosa.
Agnes es una protagonista con gran valía y creo que al igual que Anne demuestra mucha fuerza al lanzarse a un trabajo que en realidad no le gustaba, pero que no abandonó aunque las cosas se pusieran difíciles, porque sabía que ese sería su medio de vida.
La vida de las institutrices era dura y estaban en un limbo, los señores no las trataban como a iguales y la servidumbre no se relacionaba con ellas. Como Agnes cuenta, no dispone de oportunidades para hacer amigos, está alejada de su casa y solo puede hablar con los niños, que la mayoría de las veces no la tratan nada bien.
Para mí ha sido una lectura excelente que he disfrutado mucho. Solo se puede leer un libro por primera vez y hacía mucho que no vivía esto con una obra de las Brontë, por lo que ha sido más especial aún. Si no lo habéis leído, os animo a ello. Anne muchas veces es eclipsada por sus hermanas (en parte gracias a la crítica y a los estudiosos de las tres hermanas) y merece su lugar tanto como Emily y Charlotte.

Esta novela, bastante autobiografía, nos presenta la difícil experiencia por la que una institutriz tiene que pasar, las humillaciones que puede sufrir, lo difícil de educar a niños ricos maleducados, y tratar con sus familias. al inicio me costó enganchar con la historia, porque puede ser bastante monótono la descripción del día a día en el roll de institutriz con niños malcriados ya que se narra como un diario de alguien que nos está contando sus experiencias, sentir y su día a día, todos muy parecidos entre sí. Pero poco a poco llegas a empatizar con la protagonista, Agnes, llegas a entenderla, a comprender sus luchas internas, su necesidad de aceptar las situaciones como llegan, el nacimiento de nuevos sueños e ilusiones, y querer junto con ella que las cosas mejoren para su vida, su familia, y que algo bueno le pase. Es una novela corta, se lee fácil una vez pasas la primera etapa introductoria y te adaptas al ritmo, y tiene un final encantador y esperanzador.

He leído esta novela con mucha pausa, tratando de conectar con la atmósfera y con el personaje, paladeando las reflexiones de Anne Brontë y tratando de extraer todo aquello que pudiera acercarme a ella, a sus inquietudes y a sus reflexiones. Aunque en mi primera lectura de esta novela no fui capaz de ver el potencial de la escritora, haber leído con posterioridad “La inquilina de Wildfell Hall” me ha permitido releer “Agnes Grey” con otra mirada… esto me ha permitido valorar, por ejemplo, la visión sobre la educación que tenía Anne Brontë o su idea de independencia y determinación, así como su trasfondo crítico en relación con las clases más acomodadas. La escritora se revela como una observadora aguda de la conducta humana, una capacidad que se potencia desde su soledad y desde el ejercicio de una profesión que se hallaba en un “limbo social” pero que constituía, por entonces y pese a la precariedad a que se asociaba, una de las pocas vías con que contaba una mujer para ganarse la vida (lejos del matrimonio).

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Me llamaba y quería leerlo pero, después de las experiencias previas algo accidentadas con sus hermanas, lo estaba retrasando. Hasta ahora.
Es un libro corto que no llega a las 300 páginas y lo he ido leyendo a trozos. Tiene una fuerte carga religiosa que a mí siempre me cuesta y, definitivamente, es menos enrevesado que Jane Eyre y las Cumbres de sus hermanas, pero yo me quedo con Anne. La historia de Agnes está contada en primera persona y al inicio nos dice porqué lo hace, una decisión que le aporta credibilidad, realidad y proximidad con el lector. Tiene un desarrollo fluido y coherente sin sobresaltos. Sí que es verdad que las emociones son muy intensas, siguiendo la costumbre victoriana de presentarlas a flor de piel y acentuar el drama y a mí siempre se me hace un poco demasiado este estilo. En cambio, en este caso, creo que le da gracia y algo de salseo a la historia y evita que sea demasiado tediosa.
Y, después, está Agnes, la protagonista. Una mujer junco. Con unas creencias y principios firmes, se tuerce para adaptarse sin embargo, es de una voluntad inquebrantable y siempre vuelve a sitio.

Hola Lectores¡¡ Espero que estén teniendo un buen día, y si no lo es ánimo!!! Quizás leer esta reseña y animarse con la lectura de la novela que les voy a recomendar los entusiasme.
Hace un tiempo que me propuse leer más clásicos y en este caso opté por un clásico victoriano. Este libro de 258 páginas fue publicado en el año 1847 bajo un seudónimo masculino Acton Bell, les quiero contar de “Agnes Grey” de Anne Brontë
Las hermanas Brontë son archiconocidas por todos, sus obras: Jane Eyre de Charlotte y Cumbres Borrascosas de Emily son lecturas que todos deberíamos hacer, historias imprescindibles. Como les decía Anne fue la hermana más pequeña y quizás la menos conocida pero que dejó su huella en el mundo de la literatura.
Las hermanas Brontë vivieron en YorKshire, en el norte de Inglaterra, su padre fue un pastor anglicano y su madre murió joven dejando a seis hijos huérfanos: cinco niñas y un varón. Como era costumbre en la época el padre se centró en la educación del hijo varón, pero también alentaba a sus hijas a leer y educarse. Luego de la muerte de su madre, las hermanas fueron enviadas a estudiar a un instituto donde padecieron maltratos de todo tipo, y a causa de las malas condiciones del lugar enfermaron. Cuando volvieron a su casa las dos hermanas mayores estaban muy enfermas y murieron. Las tres hermanas que quedaron se convirtieron en las grandes escritoras que hoy conocemos, sin embargo, las secuelas de lo vivido en este lugar horrible se ve reflejado en sus obras.
En Agnes Grey vamos a conocer la historia de una joven que vive en el seno de una familia cariñosa y atenta con ella por ser la más pequeña de la casa, pero que, como consecuencia de los problemas económicos de la familia decide volverse institutriz. Esta decisión la llevará a enfrentarse a diversas situaciones muy complejas y conocer un mundo desconocido hasta el momento.
Me resultó muy interesante conocer a través de esta historia las costumbres de la época en la crianza de los niños, la mirada de las clases acomodadas, pero también del personal de servicio, que era diferente al de quien estaba dedicado a educar a los niños. Se describen situaciones que muestran una sociedad egoísta y simplista donde las apariencias, la vanidad y la codicia están a la orden del día.