El monstruo pentápodo

he de ser sincera me vi obligada a parar varias veces la lectura, se me revolvia el estomago cada vez que el narraba desde su punto de vista.

este libro es un manojo de sentimientos tan real que cada vez que lo leia he pensaba en mis hermanas y me daba ansiedad de saber que esto realmente pasa.

tal vez diecisiete años no fue la mejor edad para leer este libro pero creo que deberia ser una lectura general en escuelas para concientizar de los peligros que acechan a la luz del dia

Si con la lectura de Lolita de Nabokov me sentí incómoda, terminando con la sensación de querer no haberlo leído, con esta me ha pasado algo parecido.
Escrito a dos voces, desde el punto de vista de Raymundo, un depravado al que le gustan las niñas no mayores de ocho años y su pareja.
He sido testigo mudo de las peores bajezas de un ser humano, de cómo ha ido desvariando desde miradas a niñas en un parque hasta el secuestro y violación de unos cuerpos demasiado pequeños, no preparados para determinados actos adultos.
Se me ha revuelto el estómago en un par de ocasiones, porque la forma en que narra algunas circunstancias ha provocado que no me quitara la imagen de mi cabeza.
Lo que más miedo me ha dado es que hay personas (por llamarlas de alguna manera), con esos gustos horrendos, y que, como el propio protagonista, lo justifica. ¡No, señores y señoras! ¡No está bien abusar de menores! Si en algún momento tienen esas inclinaciones, mejor se compran una muñeca hinchable a la que no puedan destrozar la vida.
¿Y qué decir de Aimeé? ¿Se puede un ser humano enamorar de un monstruo? Personalmente, no hay excusa posible para aquel que ve sufrir a una criatura indefensa y se calla, por miedo, por amor o por lo que sea, es totalmente antinatural.
Voy a aconsejar esta lectura a los lectores a los que les gusten las emociones fuertes, que no sean sensibles.

El libro es un golpe en las tripas, no sé cómo mas describirlo. Mientras lo leía sentía asco, asombro, terror, rabia, dolor y perturbación al máximo por la crueldad y la maldad allí relatada. Raymundo es un personaje terriblemente enfermo, egoísta, manipulador y Aimee es vulnerable, cómplice y en el fondo culpable de las situaciones que se desarrollan en el libro. Mientras Cinthia representa la pureza e ingenuidad y un angelito que retrata una situación a la que ningún niño debería enfrentarse. Este libro incomodad pero lo más impactante es que es una historia muy real y que nos hace preguntarnos cuantos monstruo pentapodos andan al acecho por ahí.

Este es, sin duda, uno de los libros más despiadado, incómodo y perturbador a los que me he enfrentado. Es cruel y desgarrador, sin eufemismos ni tabúes, con momentos en los resultaba tan duro continuar leyendo que me resultó inevitable hacer pausas, resetear la mente y coger fuerzas para seguir leyendo porque necesitaba conocer el final de cada uno de los personajes.
Es una novela explícita hasta provocar desasosiego y rechazo.
Tienes claro desde el principio que odias a Raymundo, personaje despreciable donde los haya.
Y Amimée, cómplice necesaria, a la que te gustaría entender en sus comportamientos, buscar una justificación en sus carencias emocionales, su baja autoestima, la manipulación a la que Raymundo la tiene sometida...hasta que te das cuenta de que no, no hay manera de justificar determinados actos. La odias incluso cuando ejerce de cuidadora amorosa, la odias por sus acciones y también por sus inacciones.
Y sufres por la pequeña Cinthua y su madre. Se te mete la angustia en cada rincón de la mente hasta el punto de que tardas días en expulsarla.
No puedo recomendar este libro a nadie porque es un libro al que se debe llegar por elección propia, pero sí que creo necesario advertir que no es un libro para cualquiera.
Y aún así, a pesar de todos estos sentimientos tan incómodos y del rechazo que pude sentir en algunos pasajes, no puedo puntuar lo con menos de 4/5 estrellas porque es una historia que no todo el mundo se atrevería a escribir ni a publicar, y porque la manera de narrar de la autora me ha parecido magnífica
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El monstruo pentápodo es una novela escrita por la mexicana Liliana Blum y publicada en el año 2016.
El título de la novela procede de una frase de la novela Lolita, de Nabokov, que dice:"Soy un monstruo pentápodo, pero te quiero ".
La novela transcurre en la ciudad de Durango, en México. Trata de ser una exploración sobre el tema de la pedofilia. Nos narra la vida de Raymundo Betancourt, un ciudadano " normal", que sabe seducir y caer bien a los demás, que realiza obras de caridad y ama a los perros y a los niños. Pero este señor lleva una doble vida, ya que secuestra a niñas pequeñas y las lleva a su sótano, donde realiza todo tipo de aberraciones.
A su lado se encuentra Aimée, una mujer con acondroplasia (enanismo) que se convierte en su cómplice porque es la primera vez que ama y cree ser amada.
Es difícil valorar una novela como ésta. No puedo decir que sea mala, porque nos lleva a plantearnos cuestiones como si la pedofilia es una enfermedad o no, si el pedófilo nace o se hace, o sobre los límites que no deberíamos sobrepasar cuando amamos. Pero tampoco puedo decir que me haya gustado, porque es una novela que no está hecha para agradar, sino para incomodar.
En mi opinión, es demasiado explícita, y en algunos momentos he llegado a sentir malestar emocional e incluso físico., dada la crudeza de las descripciones.
La propia autora, en una entrevista, dice que le gustan los temas escabrosos. Me lo creo.
Llegas a odiar al personaje de Raymundo, y tampoco puedes empatizar con el personaje de Aimée, ya que, aunque te cuenta sus sentimientos en su diario y sus cartas, le reprochas el no haber hecho nada.
En definitiva, es una novela muy dolorosa, te desgarra contándote el infierno por el que pasó la pobre niña Cinthia y su madre, desesperada por encontrarla.
No sabría si recomendarla o no, pues por una parte nos alerta de situaciones que pasan en la vida real, pero por otra, lo que cuenta es demasiado repugnante,. Es una novela que no te deja indiferente.

"Fue un mal sueño, pero no como son los sueños, hechos de retazos del día, de cosas que uno quiere o de lo que nos asusta. Mi sueño estaba hecho de puros recuerdos, de cosas reales. Una pesadilla que no se tiene que interpretar porque de simbólica no tiene ni un pelo: es sólo revivir lo que ya pasó. A veces creo que así debe de ser el infierno: pensar y recordar las cosas más dolorosas, las más vergonzosas, las que nos hacen sentir como cucaracha por toda la eternidad."

Hacer una reseña de este libro se me antoja complicado. Ojalá pudiera opinar sin condicionantes, pero es que es un libro tremendamente duro, cruel y repulsivo y qué, obviamente, condiciona muchísimo.

Si eres una persona sensible te va a costar avanzar. Sí, por el contrario, eres más fuerte que el vinagre lo vas a disfrutar, a pesar de su crudeza.

Un tema que, aunque resulte difícil de entender o de aceptar, es más común de lo que nos pensamos. Por momentos afecta incluso demasiado, pero también es necesario adentrarse en temas de tal magnitud para percatarse de un problema tan grande y rastrero en nuestra sociedad, del porqué actúan así estos depravados mentales, con qué finalidad lo hacen... aunque, sinceramente, creo que jamás lo llegaré a entender.

He sentido rabia, por momentos asco, tristeza, impotencia, etc., todos ellos estados de ánimo que convergen del principio al final del libro y que te machacan interiormente.

Bien escrito, una trama bien resuelta y con buenos personajes, pero una vez acabado, ahora necesito otra cosa.

Sinceramente no sé qué puntuación darle. Me ha gustado mucho, pero es un libro muy incómodo de leer y que duele mucho.

*PUNTUACIÓN: 7/10

El mostruo pentapodo
Liliana Blum

En la triste historia de una niña abusada, declarada por su captor esclava sexual .

Cinthia, cinco años y ya tenia que sufrir de forma terrible algo que ni ella misma entendia.
Pensaba que se habia portado mal, lloraba y solo queria que su madre no ha olvidará.

Es un libro crudo, difícil, pero no es vulgar. Cuenta con sumo cuidado escenas inimaginables de este psicópata y pedófilo Raimundo, un ser lleno de oscuridad , que aparentaba ser un hombre normal y asi engañaba a quien lo conocía.

También esta Aimme, su novia, una enana que conoce y la hace en cierta medida su cómplice.

Para mi es una forma de prender las alarmas a los padres, de enseñar a sus hijos a desconfiar de los desconocidos y no dejarlos solos ni un momento.

Es desgarrador, es triste, pero el planteamiento que hace la autora de estos personajes da al lector una vision clara de el porque ellos tienen unas vidas dañadas, rotas que los llevan a cometer actos excecrables.

Hoy me encuentro sin habla. Liliana Blum ha logrado quitarme la voz. Llevo unos cuantos días sin poder escribir mi reseña de su libro: El monstruo pentápodo.

«Los humanos son animales de hábito. Confiados como las gallinas antes de que las degüellen».

El monstruo se encuentra a la vuelta de la esquina

No creo poder hablar mucho al respecto, y no es que se trate de un mal libro, por el contrario. Está tan bien escrito que da miedo. Ya he dicho en ocasiones previas que los libros que realmente causan terror son aquellos en los que se refleja la realidad en forma cruda. Eso logra la escritora en cada página del libro. Es un tema que a mí me robó la fe.

Desde que hace un par de años, cuando retomé Lolita de Nabokov, han llegado a mi mesa de noche, sin siquiera planearlo, diversos libros que tocan la temática misma temática. Algunos citados, de hecho, por Liliana Blum. Tal es el caso de El coleccionista, de John Fowles o La gente en los árboles, de Hanya Yanagihara (próximamente una reseña de este último). Pero ninguno de estos refleja la crudeza del tema de la pedofilia y la mentalidad del sociópata como lo logra hacer la escritora en El monstruo pentápodo. Y miren que Fowles hace un trabajo magistral.

«Pero se me ocurre algo que podemos hacer… —Ella levantó la mirada. ¿Qué era eso allí dentro de sus ojitos? ¿Esperanza? al parecer a esa edad los seres humanos perdonan y olvidan, como los perros golpeados a los que se les vuelve a ganar con un trozo de carne. Un adulto se quiebra por dentro, se llena de rencor, o se deja morir, pero esa criatura reaccionaba con un brillo en los ojos que delataba la ilusión que la carta le producía—. ¿Sabes al menos escribir tu nombre?»

Quizás lo más doloroso sea que se desarrolla en Durango, México. Que sea un tema que vivimos de cerca, día a día, en este país. Que la violencia contra la mujer, que también se refleja en este libro, sea un tema casi cotidiano. Es por ello que este libro causa terror, porque puedes imaginar esas escenas no en un mundo de fantasía, sino en la casa frente a la tuya. El monstruo está junto a ti.

El poder de la manipulación

Tal como sucede con Humbert Humbert en Lolita, Raymundo Betancourt pretende hacernos creer, por momentos, que él es la víctima de una niña seductora. Pero a diferencia de la novela de Nabokov, esos períodos son cortos. El personaje es bastante consciente de que lo que hace no está bien.

Encima, con la personalidad cautivadora y manipuladora de un sociópata, logra enredar emocionalmente a alguien más, aprovechándose de su condición física, para hacer que se convierta en su cómplice. Dejando a la luz su egocentrismo y la incapacidad por sentir empatía.

«Mi novio, el amor de mi vida, era un pedófilo que tenía a una niña secuestrada en el sótano de la casa en donde yo vivía con él. Ahora sé que hay cosas tan espeluznantes que no se pueden comprender en el momento en que suceden».

Sin lugar a dudas Liliana Blum logra tocar una fibra sensible y muy dolorosa. Tristemente totalmente contemporánea y muy cercana. No es exclusiva de un país, ni de un idioma, así que bien puede ser leído por cualquiera aunque se encuentre ambientado en México. El monstruo está en todas partes.
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Este es un libro no apto para lectores sensibles. Aunque agradezco que en muchas ocasiones no es muy detallado ya que eso podría ser demasiado para cualquier lector, hay escenas que son tremendas. En ciertos puntos del libro llegué a encontrarme mal físicamente, revuelta.
¿Es una realidad? En su mayoría probablemente sí, aunque también os diré que yo no pensé en eso mientras lo leía ya que pensar que eso mismo podía estar ocurriendo en ese momento a cualquier niña, era demasiado.
Además me encontré con que el nombre de la niña es el nombre de una muy amiga mía y... es, como poco, desconcertante.
Como decía con anterioridad, la autora no ha tenido reparos en narrar al detalle algunas escenas que incluso al más ducho en género de terror y atrocidades de la humanidad, deja algo tocado e impactado. Creo que, en mi humilde y subjetiva opinión, los libros que tratan de maldades hacia los niños, son más duros.
Este libro es muy complicado de recomendar. Este libro tienes que tener agallas y estómago para leerlo. No es para todos ni para cualquier momento emocionalmente hablando. Así que lo dejo en vuestras manos.

Madre mía! Cuando me decidí a leer este libro, fui totalmente consciente de lo que me iba a encontrar, pero aún así me perturbó de igual manera.
Trata de un tema bastante delicado, que además va acompañado de una descripciones que dices: "después de esto me tendré que ir a ver a un psicólogo". Totalmente inquietante y aterrador.
¿Pero sabéis que? Lo aterrador no es el libro en sí, lo más aterrador de esto es que lo que se cuenta en este libro, pasa en la vida real!
Le doy una puntuación alta porque creo que es importante leerlo, coger conciencia de que está pasando de verdad. No hay nada de ficción en todo esto, y hay que luchar contra esos monstruos pentápodos que hay por ahí sueltos.