Reconozco que siempre me ha parecido fascinante la idea de que somos personajes creados en la cabeza de un escritor. Seguramente por eso me gustó este relato. He leído malas opiniones sobre esta novela, pero en mi caso la he vivido de otra forma. Esta historia demuestra verdadera admiración, amor y respeto por el Séptimo arte. Habla de Cine (con mayúsculas) y de su lenguaje visual, tan distinto del literario, pero a la vez vinculado a él. Después de todo, Auster también fue director y guionista de cine. Guardo buenos recuerdos suyos de cuando aún era una cinéfila en activo. Es difícil explicar la historia, pero os daré una idea general. El protagonista es un hombre que está recuperándose de un accidente y varias penas. Convive con su hija y nieta y se dedica a escribir. El protagonista de su relato despierta atrapado en una guerra civil y a la vez descubre que es un personaje de ficción destinado a matar a su creador. Sí, se os acaba de desencajar la mandíbula y habéis tenido que leerlo dos veces. De esa forma tenemos una novela de superación del duelo viendo películas clásicas (con análisis de las mismas) y además un relato CF en forma de distopía. En esta breve locura, nos planteamos la vida, la realidad, el duelo, los mundos paralelos, las consecuencias de nuestros actos (o de nuestra inacción). Hay una frase que recordé pensando en esta reseña: ¿Qué me espera en la dirección que no tomo?. Ahora pongo mi cara de pensar, mientras miro al horizonte. de pensar intensamente. En España, los partidos políticos cada vez están más enfrentados (de forma más agresiva) los ánimos más alterados. No me parecen tan descabelladas las ideas de esta historia. Un día normal y corriente en Ucrania fueron atacados, si a ellos les pasó algo así ¿por qué no podría pasarnos a nosotros? ¿O por qué no podríamos padecer otra guerra civil? + Leer más |