Pasamos una noche de insomnio con August Brill, un antiguo crítico literario de 72 años, que a raíz de un accidente de tráfico, se fue a vivir con su hija Miriam y su nieta Katya. En esas horas nocturnas, August se imagina historias, como la de Owen Brick, un mago que despierta en medio de una guerra, en un país distinto en el que él tiene el recuerdo de vivir, con una única misión, terminar con el creador de la guera: August Brill. Con este planteamiento, de una historia dentro de otra historia, podemos dividir el libro en dos partes: una primera centrada en Brick y mundos paralelos, planteamiento que me recuerda mucho a la novela 22/11/63 de Stephen King; y una segunda parte donde nos sumergimos en el pasado y presente de Brill. El principio de la lectura me pareció bastante complicada y dispersa, no conseguía mantener el hilo de los pensamiento de Brill, pero una vez que se coge el ritmo, me enganché a la lectura. Libro cortito que te hace reflexionar sobre la vida, la guerra, el duelo y la bondad mezclando ficción y ciencia ficción. + Leer más |
El esperado regreso a la novela de Paul Auster, que acompaña al inolvidable profesor Baumgartner en el viaje por los recuerdos de toda una vida.
Baumgartner es un eminente escritor y profesor universitario, tan excéntrico como increíblemente tierno, que hace nueve años perdió a su mujer. Su vida estuvo definida por el amor profundo y duradero que sentía hacia Anna y ahora, con 71 años, continúa luchando por vivir en su ausencia.
Su historia común arranca en 1968, cuando se conocen como estudiantes sin dinero en Nueva York y a pesar de ser casi opuestos en muchos aspectos, inician una apasionada relación que se prolongará a lo largo de cuarenta años. La superación del duelo por la pérdida de Anna se intercala con historias maravillosas -desde su juventud en Newark hasta la vida de revolucionario fracasado de su padre en Europa del Este- y con una poderosa reflexión acerca del modo en que amamos en distintas etapas de la vida.