Esta es la primera obra de
Jane Austen que leo, y tengo que decir que, al mes de terminar de leerla, la volví a releer y por supuesto, me gustó más aún.
Está escrita en tercera persona, aunque se ven las emociones y pensamientos sobre todo de
Emma, y también hay algunos momentos del señor Knightley.
Es una sociedad clasista que le da mucha importancia, no tanto al dinero, sino a los comportamientos y contactos que tienen los personajes y se ve muy bien como son las relaciones de unos con otros. Me encanta ver como era aquella época (ni loca viviría ahí), las interacciones que tenían, el sacar 15 minutos para visitar a una persona y tomar un té, los bailes que se celebraban…
Tiene bastantes personajes y todos tienen su historia. al principio me costó encajar a todos con todos porque entre los cambios de apellidos de las mujeres al casarse y lo que se han cambiado por otras circunstancias me hacía un lío. Están muy bien desarrollados y tienen bastante profundidad. Cada uno es muy diferente a los demás y tienen un rasgo que los destaca de los demás en algún aspecto.
Emma me cayó bastante mal al principio. Me pareció muy estirada y clasista. Acababa de terminar de leer Rojo, blanco y sangre azul, así que el cambio fue bastante drástico, pero cuando me acostumbré a la época, le cogí cariño. Es caprichosa porque siempre se ha salido con la suya y nadie le ha dicho nunca que no, pero es muy inteligente y buena persona.
El señor Knightley por ahora se ha convertido en mi personaje favorito de Austen. Se pasa todo el libro regañando a
Emma por los comportamientos que tiene con los demás, aunque a veces se pasa un poco, pero lo hace para poner un poco de disciplina en ella (que le hace falta). Lo que hace al final del libro (los que lo hayáis leído me entenderéis) no lo hace nadie en esa época, pero le da igual lo que piensen los demás.
Aunque el señor Knightley es de clase alta, ve a todos como iguales, es muy respetuoso y amable con todos, pero no es amigo de todos, cierra bocas cuando lo tiene que hacer y siempre dice lo que piensa y no se anda con rodeos ni esconde nada. Es un personaje muy transparente.
Harriet al principio me pareció algo tonta y completamente influenciable, pero es normal porque
Emma la tenía eclipsada con la promesa de buscarle un buen marido que le diera una buena vida, pero, por suerte, a lo largo de la historia va cambiando.
El señor y la señora Elton son dos horrores de personas. Son tal para cual, de eso no hay duda, pero creo que hay pocos personajes que me hayan caído tan mal. Porque puedes odiar a un personaje por algo que ha hecho, pero en este caso es por cómo son, se creen superiores a todo el mundo y quieren manejarlo todo.
Cada vez que la señora Elton hablaba me ponía de los nervios y bendita paciencia la que tuvieron todos con ella, aunque la que más, Jane Fairfax que no la dejaba tranquila, que pesadilla de mujer, yo no hubiese aguantado tanto tiempo.
El señor y la señora Weston (antigua institutriz de
Emma) me encantaron, son muy buenos amigos de
Emma, aunque parecen que forman parte de su familia, como si fueran sus tíos.
Frank Churchill es el hijo del señor Weston y tengo sentimientos encontrados con este personaje. No es que sea malo, pero tiene un lado un poco raro, que no termino de fiarme de él, no sé cómo explicarme, pero es una persona que no le importa mentir para salirse con la suya, se podría decir que no es muy honesto, yo no me fiaría mucho de él, la verdad.
Vamos a pasar a la señorita Bates porque madre mía, como habla esa mujer. A los que habéis leído esta historia no sé si os habrá pasado, pero cada vez que había un diálogo de ella, inconscientemente leía más rápido, como si fuera el ritmo al que ella hablaba.
Jane Fairfax es la sobrina de la señorita Bates. En la primera lectura no me caía muy bien, porque la iba descubriendo por los ojos de
Emma, pero en la relectura ya entendía porque se comportaba de esa forma y me cayó mucho mejor y hasta me dio pena por todo lo que tenía que aguantar. Es que me imagino tener que vivir con la señorita Bates y tener de “mentora” a la señora Elton y me da algo.
El señor Woodhouse es el padre de
Emma y es un amor, aunque no podría convivir con él con todas las manías que tiene,
Emma le quiere mucho y de hecho es uno de los motivos por los que no piensa casarse, porque si no tendría que abandonarlo.
Algo que me he dado cuenta es que hay una preocupación horrible por los resfriados, coger frío y las corrientes de aire, casi como una fobia en todos los personajes.
Siempre están pasando cosas y aunque hay una parte en la que parece que no pasa nada, solo te está preparando para lo que llega, que no es poca cosa.
En la primera lectura shippeaba porque más o menos sabía lo que pasaba (me autoespoileé) y porque el libro da para shippeos, pero en la relectura, como ya sabía lo que iba a pasar, shippeaba más aún.
Aunque está escrito en 1815, es bastante fácil de leer, algunas frases sí que me tuve que parar y volver atrás y necesitaba más silencio del normal, pero se lee bastante rápido.
El final me encantó, es cerrado y queda todo bien atado. Lo único que no me gustó nada es que con lo bonito que era todo, la señora Elton fuera la que tuviera la última palabra en la historia.