Si sentimos por los desgraciados lo suficiente como para hacer todo lo que podamos por ellos, lo demás es compasión vacía, que no hace más que trastornarnos a nosotros mismos.
|
Si sentimos por los desgraciados lo suficiente como para hacer todo lo que podamos por ellos, lo demás es compasión vacía, que no hace más que trastornarnos a nosotros mismos.
|
No sé si debería ser así, pero lo cierto es que las tonterías dejan de serlo cuando las comete alguien que tiene personalidad y sin avergonzarse de ellas. La maldad siempre es maldad, pero la tontería no siempre es tontería…
|
-Emma, mi querida Emma -continúo diciendo-, porque para mí usted siempre será querida, sea cual sea la consecuencia de esta hora de conversación, mi querida Emma, mi querida Emma... Respóndeme de inmediato. Diga si es eso lo que desea decir. |
La había hecho enamorarse a fuerza de hablar, pero ¡ay!, no era tan fácil de desenamorar a fuerza de hablar.
|
La efusividad y la ternura de corazón, unidas a un temperamento abierto y cariñoso, valen más y son más atractivas que toda la clarividencia del mundo
|
La casa era más grande que la de Hartfield y completamente diferente; ocupaba una ancha extensión de terreno de manera irregular, y poseía muchas habitaciones amplias y cómodas y una o dos verdaderamente maravillosas.
|
—¡Ahora quiere usted escaparse! Pero, piénselo bien, no debe asustarle delegar en mí esos poderes. No soy una jovencita en edad de merecer. Las mujeres casadas pueden ocuparse de esas cuestiones sin el menor peligro. Es mi fiesta. Déjeme hacerlo. Yo me encargaré de las invitaciones. —No —replicó el señor Knightley con mucha serenidad—; sólo existe una mujer casada a quien permitiría invitar a Donwell Abbey a los huéspedes de su elección, y se trata de… —La señora Weston, imagino —irrumpió la señora Elton, bastante molesta. —No; la señora Knightley. Y hasta que exista una señora Knightley, me seguiré encargando personalmente de esos asuntos. |
para ver cómo la más dulce y mejor de las criaturas, sin defecto a pesar de todos sus defectos
|
Existen personas que cuanto más se hace por ellas, menos hacen por sí mismas.
|
El bien me lo hice a mí mismo al convertirla a usted en el objeto de mis pensamientos más afectuosos. No podía pensar en usted sin mimarla, con defectos y todo; y a fuerza de encariñarme con tantos errores creo que he estado enamorado de usted por lo menos desde que tenía trece años.
|
Jane Austen (16 de diciembre de 1775-18 de julio de 1817) fue una novelista británica que vivió durante la