El olvido que seremos

Ojalá todos le hiciéramos el homenaje a nuestros padres cómo el que ha hecho Hector Abad en este libro al suyo.
Desconocía hasta ahora al autor, pero desde que lo escuché entrevistar a Laura Ferrero, me ganó la delicadeza que usaba a la hora de dialogar; misma delicadeza que ha usado para escribir este libro. Emotivo, conmovedor, sensible y sobrecogedor son los adjetivos que se me vienen a la mente para describir este texto.
¿De qué trata este libro? del amor hacia un padre. Son las memorias de Héctor Abad para contarnos lo que significó la vida de su familia, en especial su padre, con el que tenía un gran vínculo que era imposible de romper. Nos pone de manifiesto la feliz infancia por la que pasó, la libertad de pensamiento, así como el cariño y la buena educación que recibió por parte de su padre.
“Hay períodos de la vida en los que la tristeza se concentra, como de una flor se dice que sacamos su esencia, para hacer perfume, o de un vino su espíritu, para sacar el alcohol. Así a veces en nuestra existencia el sufrimiento se decanta hasta volverse devastador, insoportable.”
A pesar de que todo parece perfecto en la infancia de Héctor, un duro golpe aborda a su familia, su hermana Marta, cuanto tan solo tiene 17 años es diagnosticada de un grave cáncer del que al poco tiempo falleció. Este hecho, irremediablemente, cambió para siempre a su familia.
Si no fuera poco, la terrible violencia que discurría en Medellín en aquella época también aborda a su familia, el autor nos sitúa en el trágico antes y después del final tan trágico y sin sentido para un hombre que pasó su vida trabajando para ayudar a las personas desfavorecidas, totalmente entregado a los hechos humanos. Fue brutalmente asesinado por un grupo paramilitar tan solo por tener ideologías diferente a ellos.
El autor nunca ha tratado de vengar la vida de su padre, pero sí usar como arma y combatir la violencia con el uso de las palabras. Deja en este libro de manifiesto la irremediable injusticia que ocurrió.
Si eres un poco empático, te pondrás en la piel de ese hijo que adoraba e idolatraba a su padre, y de un día para otro, sin tener culpa de nada, la cruel realidad de este mundo, te arrebata a la persona que más quieres. Un libro contado desde el amor y el poder de las palabras contra las injusticias, un libro necesario de leer, un libro difícil de describir todo lo que me ha hecho sentir, viajar a mi pasado y sin duda, admirar y hacer que piense en mi padre y valorar todo lo que ha hecho por mi.
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Escribir es catárquico, da igual si lo hacemos sobre nuestra propia vida o si nos decantamos por ficción pues, irremediablemente, una parte de nosotros, por microscópica que sea, se vierte sobre esas letras.

Escribir es el intento de que un recuerdo, un sentimiento, un mensaje... perdure.

Han tenido que pasar muchos años para que Héctor Abad Faciolince usara la llave de sus recuerdos más personales, más dolorosos, y compartiera con todo aquel que quisiera leerle este homenaje a su padre y a su país (pues en la denuncia se demuestra también el amor). Para tratar, por fin, de que lo vivido habite en el recuerdo de cada uno de sus lectores, de que esta historia sobreviva a sus protagonistas.

El olvido que seremos es el testimonio de Héctor sobre el asesinato de su padre. Un relato de 328 páginas que nos sumerge en la Colombia más dura, además de en los buenos tiempos y en los terribles de su propia familia.

Un paseo emotivo y árido a partes iguales. Las partes más personales e intimas, las más humanas e inhumanas conmueven y, en mi caso, mucho. Las que se acercan más a una crónica de aquellos días repletas de nombres y datos, se hacen más cuesta arriba. Pero el conjunto dibuja un texto que merece la pena recorrer.

Nota: 2.5 sobre 5

Premisa:
Esta es la biografía novelada de la vida de Héctor Abad, un activista colombiano que fue asesinado en 1987 en Medellín. Aprenderemos mucho sobre las circunstancias políticas y sociales colombianas que llevaron a que esto sucediese y conoceremos lo que supuso para su familia y específicamente, para su hijo.

Opinión:
Qué rabia me da decir que este libro ha sido una decepción para mí. Me esperaba encontrar algo totalmente distinto. Después de haber leído muchas reseñas en internet, creía que me iba a emocionar muchísimo ya que su tema principal es la pérdida de un padre, y eso personalmente me llega ya que ya llevo unos cuantos años sin el mío. En resumen, pensé que iba a tener que leerlo con un paquete de pañuelos al lado. Cuál ha sido mi sorpresa al no necesitar ni siquiera abrir los utilitarios de celulosa.
El autor nos proporciona una visión muy analítica y descriptiva de la vida de su padre, explicando muy concienzudamente las circunstancias que le llevaron a defender activamente sus valores y el contexto histórico acompañante. Particularmente, me parece imprescindible contextualizar bien un libro, pero en este caso creo que ha sido excesivo, al menos para mi gusto. Además, Faciolince insiste en un momento a lo largo del relato en que ha intentado que la historia no sea demasiado intensa a nivel emocional ya que es lo que suele suceder en relatos análogos… Y precisamente esto es lo que ha faltado en esta novela, ese toque de desgarro, de escribir desde las entrañas por la pérdida de un padre, de añorar y recordar entre lágrimas, de hacer que el lector se encoja y perciba el sufrimiento haciéndolo suyo. Qué lástima no haberme encontrado algo así. Desde luego es lo que yo estaba buscando y no he podido encontrarlo.

✒️ Me he resistido a soltar este libro en la estantería. Decidí tenerlo varias semanas a mano. Consultando y releyendo párrafos. Ni conozco a su autor ni he visto la película dirigida por  Fernando Trueba, con guión de su hermano David y que consiguió el Premio Goya - en su XXXV edición - a la Mejor Película Iberoamericana
✒️ El libro contiene un doble canto: 
A la lucha por los desfavorecidos, en contra de la violencia, a favor de la libertad de expresión, de los derechos humanos,... 
Al papá del autor, al mártir caído en defensa de lo expresado anteriormente
✒️ Escrito por un hijo que, cuando empieza a redactar trabajos escolares, se firma como Héctor Abad III dado, que para él, su papá vale por dos. 
✒️ Un hijo que cuando lee "Carta al padre" de Kafka piensa cuándo podrá "escribir esa misma carta, pero al revés, con puros antónimos y situaciones opuestas"
✒️ Un hijo que vio a su papá, junto a sus alumnos universitarios, recorriendo los suburbios porque "la medicina no se aprende solamente en los hospitales y en los laboratorios… sino también en la calle, en los barrios, dándose cuenta por qué y de qué se enferma las personas"
✒️ Un hijo que desde pequeño escuchó de los labios paternos los poemas de Machado, Vallejo, Neruda,... la vida y pensamiento de Giordano Bruno, Galileo, Darwin,... y que, aunque criticaba un "cristianismo de pandereta", le leía el libro de los Proverbios y el Eclesiastés (pero no el Pentateuco, porque, entre otras cosas, no condenaba ni la esclavitud ni el castigo a los siervos) . 
✒️ Un hijo que, después del viaje de su papá a la Unión Soviética, le oyó exclamar: "Vamos a tener que hacer un socialismo a la latinoamericana, porque lo que es el de allá es espantoso"
…. 
✒️ Un hijo que aprendió de su papá el soneto de Borges: "Ya somos el olvido que seremos..." /
...
✒️ Un hijo que vio a su papá en el suelo, entre un charco de sangre, asesinado a tiros en el velatorio de otro asesinado de igual forma.

Una joyita, un libro precioso, autobiográfico, que narra con emoción el asesinato del padre, médico, en plena calle y por los paramilitares allá por los años 1988 en Medellín, en medio de una convulsa Colombia.
También nos cuenta la historia familiar alrededor del personaje del padre.

En esta ocasión vengo a presentaros un libro con tintes autobiográficos. Se trata de una historia dura y escalofriante, pero también es una novela tierna en algunas ocasiones. En esta novela, Hector Abad hace un recorrido a través de una parte de la vida de su padre que murió asesinado en Colombia en 1987.

La primera parte, aunque dura en ocasiones, es la más personal de todo el libro. Hector habla de la importancia que tuvo su padre en su vida y de la estrecha relación que compartían ambos. En una época en la que los padres sólo debían ser exigentes con sus hijos, el padre de Abad le trató con cariño, cercanía y le enseñó todo aquello que no enseñan en la escuela. Su padre fue una mano que conduce, pero que nunca aprieta. Un padre orgulloso de su evolución, pero nunca decepcionado por sus derrotas. Aunque el autor siempre sintió la necesidad de cumplir las expectativas de su padre.

La segunda parte es menos emocional y más objetiva de la realidad que vivió la familia Abad. Su padre, comprometido con su país, con sus valores y con la medicina, había sido siempre un hombre sincero y real. Jamás había callado frente a las injusticias y había estado siempre de parte de aquellos más necesitados inculcando estos mismos valores a sus hijos. Pero la justicia no es igual de necesaria para todos y, finalmente, fue asesinado por todos aquellos que no comprendieron su generosidad y su gran labor en Colombia.

Me ha costado leer este libro. Creo que no he encajado con la manera de escribir del autor. La primera parte me ha resultado algo repetitiva y muy insistente en ese gran vínculo que compartía con su padre; y, en la segunda, encuentro un exceso de datos sobre los artículos escritos por su padre. Aunque también es cierto que la época en la que se desarrolla la historia me resulta muy lejana y ajena y, quizás por ello, me ha resultado difícil encajar con la historia.

Aún así, si os causa interés esa época de la historia colombiana, os invito a acercaros al libro. Hay capítulos muy potentes (la descripción de la muerte de su hermana o el día del asesinato de su padre) en los que se me escapó una lagrimita.

¿Conocíais este libro? ¿Su trama os invita a leerlo?
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Un libro tremendamente conmovedor lleno de interesantes reflexiones sobre la vida, la muerte y nuestro vínculo con nuestros padres (sobre todo el padre, en este caso). Sin embargo, ha habido capítulos que me han apasionado y otros que se centraban más en la política de Colombia que se me han hecho eternos, así que este libro me deja con sensaciones encontradas.

El olvido que seremos es una biografía sobre el médico y activista Héctor Abad escrita por su hijo. Es un libro donde Héctor hijo expone la tumultuosa situación social y política que se vivía en Colombia en los años 80, a la vez que nos sumerge en su seno familiar.

Lo que más me ha gustado de esta biografía ha sido, sin duda alguna, la ternura y aprecio que Héctor desprende hacia la figura de su padre, y el dolor irrecuperable que supuso su muerte para él. A través de sus palabras, conocemos la bondad, la lucha y las buenas acciones que llevaba a cabo este hombre, a pesar del peligro que corría exponiéndose en público con sus opiniones liberales.

Sin embargo, no ha terminado de convencerme. Quizás fue el momento o la narración; no lo sé, pero lo cierto es que en algunos tramos me he aburrido y desconectaba con facilidad. A veces, me encontraba con párrafos plagados de nombres de políticos o religiosos que se me hacían eternos y que, en mi más humilde opinión, no aportaban relevancia a la historia (a menos que ya conocieses con detalle la historia de Colombia, lo cual no era mi caso). del mismo modo, hay capítulos en los que algunas ideas o pensamientos se repetían y esto contribuía a un mayor aburrimiento por mi parte porque sentía que no me aportaba nada nuevo.

En definitiva, es un libro al que me costaba volver y casi que he tenido que forzarme. Me ha dado algo de pena porque al ser hechos reales siento que debería haber conectado más. Aún así, si os gustan este tipo de historias, os recomendaría que lo leyerais poco a poco y sin prisa y, sobre todo, que disfrutéis del amor de esta familia y os quedéis con el mensaje principal.

"El olvido que seremos" es una novela gráfica para adultos que el ilustrador, Tyto Alba, ha adaptado de la novela de Héctor Abad Faciolince.

Para quién no haya leído la novela de Héctor Abad Faciolince, que lleva el mismo nombre, "El olvido que seremos", esta novela gráfica es una buena introducción para conocer la historia. Y si pica la curiosidad, siempre se puede leer la novela para comparar la adaptación.

Yo no he leído la novela, pero me parece que Tyto Alba ha hecho un buen trabajo, ya que los textos son amplios y no creo que se haya dejado muchas cosas en el tintero. Ha resaltado los detalles más importantes de la vida del médico Héctor Abad Gómez, de su familia y de su lucha por la igualdad social y los derechos humanos. Una novela gráfica llena de sentimientos que ha conseguido ponerme un nudo en la garganta en más de una ocasión.

"El olvido que seremos" está narrado desde el punto de vista de un niño, de Héctor Abad Faciolince, el hijo de Héctor Abad Gómez, de quien trata la novela.

La historia comienza detallando la relación del hijo con su padre. Ese amor fraternal y de admiración, esa "papitis", como el propio autor dice que tiene. Leer cómo se expresa, cómo habla del padre, cómo vivió como niño todo lo que iba ocurriendo y su vida en casa, con el resto de la familia, me ha llenado de ternura. En algunos momentos tenemos esa inocencia infantil, pero en otros, contrasta con una madurez que el autor, a pesar de su temprana edad, ha ido adquiriendo a través de su padre y de las charlas que con él tenía.

Esa delicadeza, esos momentos de felicidad, contrastan con los momentos amargos de la enfermedad y de la violencia. Risas y tristeza, amor y odio, "El olvido que seremos" recoge los polos opuestos de la vida.

Con "El olvido que seremos" el lector irá reflexionando sobre la vida, la pérdida de seres queridos, la felicidad y sobre las situaciones, en ocasiones absurdas, por las que el ser humano ha ido pasando.

La historia sobre la parte política de Colombia con la que Héctor Abad Gómez tuvo que luchar, hasta su muerte, provocada por los paramilitares en 1987, harán ver la crueldad y la maldad del ser humano. Héctor Abad Gómez abogaba por un cambio, una mejora en el estudio de la medicina, una igualdad no solo entre "clases", sino entre el hombre y la mujer. Pero choca contra la sociedad colombiana, que pretendía mantener una tradición más bien tildada de machista.

Las páginas finales, más desgarradoras, más oscuras, no dejarán al lector indiferente. al igual que la manera de narrar lo sucedido por su propio hijo, que recupera ese toque más humano del inicio, de la infancia, que se quedó de lado en algunas de las páginas centrales.

Respecto a las ilustraciones de Tyto Alba, desde mi punto de vista, no podrían encajar mejor en la historia. Contrastan las entrañables y coloridas, con las oscuras y tristes. Tyto Alba consigue jugar muy bien con los colores para adaptar cada viñeta al diálogo o parte de la historia que corresponde, a los sentimientos de cada personaje que en ella sale representado. Tienen un aire vintage, con un toque acuarelado que contrasta con unas facciones más marcadas en los rostros de los personajes. Una combinación muy curiosa, que me ha gustado y que llama la atención del lector sobre los detalles más importantes en concordancia con el texto.

La edición, por parte de Salamandra Graphic, me parece muy bonita, de las que apetece tener en la biblioteca de casa. Es en tapa dura y con las páginas de tacto de cartulina. El texto está en color negro o blanco, dependiendo del fondo de la ilustración. Por ponerle un pero, en algunas ocasiones, el tamaño de la letra me ha parecido pequeño. En otras, al estar en color negro, no resaltaba lo suficiente con el fondo y me costaba un poco leerlo.

"El olvido que seremos" es una novela gráfica que no dejará al lector indiferente, de las que se recuerdan con el paso del tiempo.
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Considero que uno de los ejercicios más complejos a los que puede enfrentarse un escritor es al de narrar sus memorias, su autobiografía, o como en este caso la biografía de su padre y por consecución también la de su familia (que también termina siendo no en menor medida una radiografía del país que parece no cambiar), intentando mantener un balance estricto entre no caer en las adulaciones y tampoco menoscabar la memoria con duros juzgamientos inmerecidos por quien habita los recuerdos de la mente y el corazón.

Es está no solo la historia cruda de una Colombia de élites, hegemonías y asesinatos, de un país que olvida fácilmente, que es totalmente imposible de desligar de la vida de un hombre público cuyos ideales lo llevaron a marcar diferencia de pensamiento, acción y obra; y aunque en el momento de recorrer estas páginas, y llegar al instante en que la violencia y está vida confluyen en un solo punto que decanta en la muerte de don Héctor Abad Gómez, y la empatía se desborda y se siente la rabia, el dolor y el vacío de la familia Abad Faciolince que representa el mismo dolor vivido por miles y miles de familias a las que décadas de guerra cruzada a arrebatado a sus seres queridos y que hoy sigue sucediendo de la misma manera premeditada en todo el territorio. No es porque de alguna forma se haya vuelto paisaje que quiera poner este arco de la narración en un segundo plano de importancia, solo es que ese inmenso valor para recordar desde su duelo eterno que ha tenido el autor para hablarnos del resto de la vida de su padre ha calado más hondo en mí.

Debo decir que es esté un libro necesario y tremendamente honesto para el desahogo del escritor, pero también para la fortuna de quien lo lee, por esa forma clara que brinda el dominio y buen uso de las palabras para con ellas hacernos sentir que recorremos varias décadas de vida, pero sobre todo el poder estar presentes en una relación profunda de padre e hijo, cargada de amor, complicidad, lealtad y confianza como no suele verse en la ficción. Sin ser, ni querer parecer una relación perfecta es innegable la enorme cantidad de momentos armoniosos que contiene, la comunicación epistolar, las profundas reflexiones de la vida, la familia, la historia y el país que el padre transmite a su hijo, la forma en que cada uno en su forma y desde ese amor profundo que se profesan, exaltan sus virtudes con confianza, pero también reconocen sus errores, falencias y equivocaciones que se cometen aun teniendo las mejores intenciones y el deseo de hacer las cosas lo mejor posible.

Una obra que debe ser leída por más personas, por su contenido conmovedor, familiar, por sus reflexiones profundas, por su honestidad y también por el valor histórico personal y cultural, por las luchas que se siguen dando en la búsqueda de un mejor país.