El olvido que seremos

Escribir es catárquico, da igual si lo hacemos sobre nuestra propia vida o si nos decantamos por ficción pues, irremediablemente, una parte de nosotros, por microscópica que sea, se vierte sobre esas letras.

Escribir es el intento de que un recuerdo, un sentimiento, un mensaje... perdure.

Han tenido que pasar muchos años para que Héctor Abad Faciolince usara la llave de sus recuerdos más personales, más dolorosos, y compartiera con todo aquel que quisiera leerle este homenaje a su padre y a su país (pues en la denuncia se demuestra también el amor). Para tratar, por fin, de que lo vivido habite en el recuerdo de cada uno de sus lectores, de que esta historia sobreviva a sus protagonistas.

El olvido que seremos es el testimonio de Héctor sobre el asesinato de su padre. Un relato de 328 páginas que nos sumerge en la Colombia más dura, además de en los buenos tiempos y en los terribles de su propia familia.

Un paseo emotivo y árido a partes iguales. Las partes más personales e intimas, las más humanas e inhumanas conmueven y, en mi caso, mucho. Las que se acercan más a una crónica de aquellos días repletas de nombres y datos, se hacen más cuesta arriba. Pero el conjunto dibuja un texto que merece la pena recorrer.