Relato perturbador de la relación entre una mujer y su madre. Relación cuya narrativa comienza cuando su madre, quien iba camino a su casa (De Nápoles a Roma en tren) muere ahogada el día de su cumpleaños. El regreso a su antiguo barrio por el entierro de su madre, le devuelve el recuerdo de la repulsión que siente por todo lo que compone el mundo de su infancia, desde su entorno hasta sus padres. En la búsqueda de la verdad sobre la muerte de su madre, va tras los pasos de personajes de su infancia, tras los pasos de su memoria, arma piezas de un rompecabezas, que poco a poco, va formando la verdad sobre su pasado, sus padres, los amoríos maternos (ciertos o falsos), la verdad sobre la violencia que vivió y el porque de esa violencia ( si es que algún tipo de violencia puede ser excusable)desmedida de su padre. Se encuentra con su culpabilidad y luego con su inocencia. Se halla, se pierde, nos perdemos en su historia. ¿Nos encontramos más tarde? Depende de cada quien. Descarnada, dura, intensa prosa. Elena Ferrante en un párrafo te lleva del pasado al futuro, te enreda en un mismo rostro que de pronto se hace dos. Las letras del alfabeto tienen un uso de la mano de esta escritora realmente alucinante. La historia es sórdida, por tanto sórdido se te hace el momento mientras lees, trasmite tal cual, las emociones de su personaje. Lo vives, lo sufres, lo sientes. Una historia ordinaria, vulgar, pero sin discusión, bien narrada. + Leer más |
Encuentra este y otros artículos en http://revistalengua.com
Tiene sentido no saber quién se esconde detrás del seudónimo Elena Ferrante. En realidad, no hay motivo alguno para querer saberlo más allá del mero chisme. Elena Ferrante, el símbolo, el enigma que va más allá de un nombre propio, no es solo una, sino muchas: Elena Ferrante son las mujeres que habitan en sus novelas, personajes redondos, con el espesor y la sensibilidad, el brillo y la oscuridad de varias de las más grandes figuras de ficción de nuestro tiempo. Por eso, Elena Ferrante no es solo una, sino la suma de todas ellas. de hecho, uno de los ejercicios más difíciles a los que Ferrante se (y nos) somete como narradora —y de los que sale victoriosa— es el de enfrentarnos a protagonistas que no son de una pieza, que no se conocen del todo a sí mismas, que no están hechas y cerradas para siempre. En el siguiente texto, prólogo impecable de «Crónicas del desamor» (Lumen, 2015), un volumen que incluye las novelas «El amor molesto», «Los días del abandono» y «La hija oscura», el poeta argentino Edgardo Dobry recorre todos estos modelos de representación de la figura femenina en la obra de la intangible Ferrante.
Narrado por Antonio Martínez Asensio.Imagen ilustrativa: Getty Images.