Descubrir

A veces queremos decir más, pero no nos sale.

Deja de luchar contra lo inevitable. Lo inevitable siempre gana la partida.

Ya no deseo dejar de sufrir. Si eso sucediera, equivaldría a traicionarla, a ella, a la hermana muerta.

Ni siquiera quedan energías para ser feliz. Me corrijo de inmediato: no quiero ser feliz.

No se ha inventado la palabra para la hermana que se quedó sin hermana.

En los servicios de la residencia universitaria había traído al mundo una vida y una muerte al mismo tiempo.

... lo que estaba creciendo dentro de mí era, en cierto sentido, el fracaso social.

Si las nueras salen buenas, se las quiere más porque nos han ahorrado educarlas…

El problema del género es que prescribe cómo tenemos que ser, en vez de reconocer cómo somos realmente.

Como soy mujer, se espera de mí que aspire al matrimonio.

¿Acaso la memoria no es otra cosa que la suma de cientos de otras memorias que se heredan de generación en generación anidadas en algún gen todavía no descubierto?

Los muertos viven con nosotros, pero en otra realidad temporal.

...y, una vez más, el senor Sherlock Holmes es libre para dedicar su vida a investigar todos aquellos interesantes problemitas que con tanta abundancia se presentan en la compleja vida londinense.

La vejez tiene, sin embargo, una cosa fantástica: nadie espera nada de una. El fin de las expectativas.

Me da rabia la expresión en la cara de las mujeres cuando me escuchan decir que no tuve hijos porque no quise tenerlos. Cómo me atreví a desafiar las leyes de la naturaleza, me dicen sin decirlo.

Sus aspectos de hoy son definitivamente honestos, no hay de por medio trabajos, oficinas o formalidades que las encasillen, como vinieron hoy es de verdad quienes son.

La mayor parte de nuestros anhelos no llegan a completarse. Tal es la melancólica implicación de la palabra: el deseo de algo perdido o huido o de otro modo inalcanzable.

-[…] un final triste no borra toda la felicidad que experimentaron antes, ¿verdad?

-No hay amor que valga la pena si no te rompe el corazón cuando se acaba.

Siempre nos sentimos inclinadas a confiar en las personas y a creer que son realmente lo que dicen ser.